jueves, diciembre 15, 2005

Un criterio de Moralidad, Bien y Mal según la teoría de juegos

Los valores morales y la teoría de juegos

Utilizando algunos conceptos básicos de teoría de juegos, se puede obtener un criterio sobre la bondad de las normas morales. La teoría de juegos estudia interacciones entre dos o más jugadores, cada uno con una estrategia acerca de situaciones reales simplificadas por medio de unas reglas de juego de forma que estas situaciones puedan ser estudiadas.

Dado que las normas morales están orientadas a que ciertas interacciones sociales entre personas se lleven a cabo de una forma o de otra, la teoría de juegos puede servir para estudiar la naturaleza de esas interacciones, intentando tener en cuenta la falacia naturalista, de la que hablaré al final.

En teoría de juegos hay una división importante: Unos juegos son de suma 0 o negativa y otros son de suma positiva. Se llaman juegos de suma 0 o negativa a aquellos juegos en los que lo que gana una de las partes es igual o menor que lo perdido por la otra, es decir, si unos ganan, otros pierden en la misma o mayor cantidad. Los juegos de suma positiva son aquellos en los que lo ganado por las partes es mayor que lo que tenían antes de jugar.

Hay interacciones entre individuos como la agresión física, el robo etc que son de suma 0 o negativa y hay otras interacciones que son de suma positiva. En los primeros la situación final global de ambos jugadores es igual o peor que antes de jugar. Esto no tiene por que implicar que ambos pierden; uno de ellos puede ganar, y el otro perder en igual o mayor medida. El cualquier caso, el juego es iniciado por el que tiene expectativas de ganar. Por ejemplo, en el robo, el ladrón obtiene un bien del otro, que se queda sin él, por tanto lo que la victima pierde, lo gana el ladrón. Pero es peor aún ya que hay que añadir el daño psicológico del robado, la incertidumbre que crea etc. Por eso el robo, la agresión física etc. son de suma negativa.

Los juegos de suma positiva, por su propia definición, generan una situación posterior que es mejor que la anterior. Generalmente ambos jugadores ganan jugando y por tanto ambos participan voluntariamente. El criterio que intentaré utilizar entonces para la bondad de una norma moral puede ser este: las normas morales tienden a eliminar o disminuir los efectos negativos de los juegos de suma negativa entre individuos, mientras que facilitan e incrementan los beneficios de los juegos de suma positiva. Hay indicios de que las normas sociales en todas las sociedades intentan a atenuar o limitar los efectos de los juegos de suma 0 y a primar los juegos de suma positiva, aunque algunas de ellas lo consiguen mejor que otras.

Veamos algunas normas morales según la teoría de juegos, teniendo en cuenta los instintos y tendencias de la naturaleza humana según la psicología evolucionista, que hace que el efecto de una conducta afecta a las demás, como veremos:

Poligamia, monogamia y otros tipos de relación

La poligamia en una sociedad aislada es fundamentalmente un juego de suma 0 por el hecho de que cuantas más mujeres tiene un hombre, menos tiene otro. Si la acumulación de mujeres no es castigada de alguna manera, entonces, como dije en el post anterior, esto lleva a una competición violenta hombre-hombre de una forma inevitable ya que la psicología de todos los machos de casi todas las especies desarrolla instintos que tienden a optimizar, por todos los medios, sus posibilidades de reproducción.

Dado que las capacidades teóricas de reproducción de los machos de las especies animales es prácticamente infinita, un acaparamiento de recursos reproductivos (hembras) es una actividad a la que tiende toda su psicología e instintos si no se impone un coste a esta conducta. Esto se ve claramente por ejemplo en la sistemática violación de mujeres en las ocupaciones militares una vez vencida una población, los harenes de los tiranos que han logrado el poder y lo mantienen a base del miedo y la violencia, la conducta de los líderes totalitarios de países comunistas, los jefes mafiosos y en general lo que ocurre siempre que un grupo de hombres toma el poder sin contrapoder que se les oponga.

La posibilidad de poligamia sin castigo lleva a algunos hombres a provocar las situaciones anteriores. Socialmente, lleva a un aumento del riesgo de una lucha interna y externa a la sociedad por todos los medios por la consecución de mujeres, incluyendo conductas violentas, como el secuestro y la guerra para la consecución directa de mujeres o indirectamente, mediante la consecución, por todos los medios, de status, poder, dinero con el objetivo consciente o inconsciente de acaparar mujeres, con lo que se rompe de esta manera las reglas de convivencia pacífica. El hecho de que el número de mujeres es limitado produce un juego de suma 0. Como ese juego es el juego más importante, por razones evolutivas, se juega por todos los medios que incluyen el uso de todos los medios al alcance si no hay contrapartidas que vengan de unas reglas morales o incluso penales que lo impidan.

Hay que decir que visto desde el lado de la mujer, la poligamia voluntaria es, como todo acto voluntario, de suma positiva, ya que como dije antes una mujer podría preferir ser la segunda mujer de un hombre que ser la primera de otro menos rico, guapo o poderoso, por lo cual algunas mujeres incrementarían su bienestar (en el corto plazo) con la poligamia. Sin embargo, mientras que la restricción de bienestar que supone la monogamia para las mujeres no genera situaciones violentas, en cambio la conducta sexual activa y potencialmente agresiva de los hombres, diseñada para aumentar sus posibilidades reproductivas (siempre que esto es posible) si que genera resultados negativos como resultado de ese juego de suma 0 entre hombres. Como resultado, las mujeres también se ven perjudicadas, porque una de las primeras medidas lógicas a la que tiende psicología masculina en una sociedad que permite la poligamia es el confinamiento de sus mujeres.

Sin embargo, una cultura agresiva hacia fuera puede permitirse la poligamia sin problemas internos. Las culturas polígamas que han tenido cierto éxito, a menudo han desarrollado una moral, unas mitologías, religiones y costumbres que favorecen las guerras de conquista y anexión, ya que las guerras restablecen el equilibrio por medio de la muerte de hombres y la captura de mujeres para los vencedores. Es muy clarificador el contrastar cómo, en las culturas polígamas, la mitología y la religión suelen ofrecer a los muertos en combate como premio muchas mujeres en el más allá (vikingos e islamistas por ejemplo), lo cual indica la obsesión simultánea por conseguir mujeres y la guerra. Se podría decir que de esta manera, estas culturas restablecen una naturaleza de suma positiva en la poligamia de manera que dicho de una forma un poco irónica, los hombres sobrantes desaparecen y son acompañados por un número mayor de mujeres que se crean en el mas allá, mientras que los que no mueren, acaparan el exceso de mujeres resultante.

Por otra parte, casi todas las culturas, excepto las más primitivas, tratan de equilibrar las uniones a las circunstancias. Es muy posible que la poligamia sea permitida en las sociedades en las que se da una escasez de hombres por distintos motivos, como la guerra o el aislamiento en pequeños grupos en los que la menor esperanza de vida de los hombres desequilibra el número relativo de estos en relación al número de mujeres.

En el antiguo testamento, entre los clanes familiares más o menos aislados en el desierto, era no solo lícito sino una obligación moral el sumar, la esposa de un hermano muerto al número de esposas propias.

En grupos humanos en condiciones extremas, como en tierras altas o en el círculo polar donde es muy difícil tener recursos para tener una familia propia, era común el que dos hombres compartieran una mujer, pero esta situación desaparece en cuanto hay recursos.

Los pueblos donde los hombres emigran o trabajan lejos de casa, como los navegantes, pescadores etc. suelen tener matriarcados que se nuclean alrededor de las hermanas, mientras que los hermanos suelen mantener a los hijos de éstas, sus sobrinos, en lugar de a sus supuestos hijos, ya que están mas seguros de que sus sobrinos son de su misma sangre (mas emparentados genéticamente) que sus supuestos hijos. En este caso, la escasez de hombres y sus visitas esporádicas provoca una conducta de las mujeres a lo que los hombres reaccionan, todo lo cual genera sus correspondientes instituciones. Aún hoy algunos restos de tradición matriarcal existen el la costa cantábrica.

Otro aspecto relacionado con esto es la correlación histórica entre la llamada liberación de la Mujer con épocas donde la posibilidad de encontrar una relación estable con un varón se hace difícil, ya sea por escasez de hombres debido a guerras, emigraciones, deportaciones etc. En Occidente, la vida urbana y los medios de comunicación parece que juegan el mismo papel en la dificultar de compromiso duradero del varón.

Este complicado juego de la poligamia muestra la complejidad de la conducta humana, ya que unos tipos de relación intervienen en otros. Por tanto, llegar a un nivel de simplificación como la teoría de juegos es peligrosa si se consideran cada una de las relaciones aisladamente sin tener en cuenta la compleja psicología de la naturaleza humana, que reajusta su conducta en cada situación dependiendo de lo que ocurre en otras situaciones relacionadas, de cara a maximizar sus supervivencia y reproducción siempre que esa situación se haya dado en el pasado evolutivo; En los ejemplos anteriores se ve como el ser humano es capaz de reajustar sus afectos y percepciones morales para diversas situaciones que es probable que se dieron en el pasado evolutivo: abundancia, escasez, abundancia de mujeres, de hombres, guerra, paz etc. Pero en cambio, la psicología humana inconsciente que dirige nuestra moralidad, nuestra afectividad y la búsqueda de placer no es capaz de optimizar su conducta en la reproducción evitando o rechazando de forma significativa por ejemplo el uso de los anticonceptivos (aunque si los preservativos), ya que estos no existían en el largo periodo en el que ha transcurrido la evolución humana. Aunque, como intentaré explicar mas adelante, es la religión la que intenta preservar ese fin reproductivo y no por casualidad.

En cualquier caso, en una civilización pacífica próspera, conexa y con gran esperanza de vida, la monogamia es la situación de equilibrio que proporciona estabilidad. Las monogamias sucesivas y la infidelidad, tan corrientes desde hace varias décadas en Occidente son otra situación a estudiar con mas detalle.

Por último, si como en un post anterior dije, es inevitable que en una sociedad de seres vivos de la misma especie creados por selección natural, el objetivo primordial es la colaboración para la supervivencia y la reproducción de todos sus miembros, entonces ciertas reglas morales tienen que servir para disuadir del abuso reproductivo de unos sobre otros. Entonces se entiende perfectamente el ánimo de la reglas morales que afectan a la reproducción para una sociedad pacífica tradicional: castigar de una manera u otra la poligamia y estimular la reproducción dentro de la monogamia. Teniendo en cuenta esto tienen sentido normas morales de comportamiento individual como el desincentivar las prácticas que no llevan a la reproducción, que es común a muchas religiones. En el caso del Judaísmo, la circuncisión, como sugiere Susan Blackmore (La máquina de memes), puede ser una forma de disuadir de esas prácticas.

Esta misma pionera de la Memética sugiere algo que explica la brusca separación moral entre la sociedad tradicional y las sociedades urbanas modernas. Según Susan se produjo un cambio brusco en los flujos de información a partir de la vida urbana y sobretodo desde que aparecieron los medios de comunicación de masas. En las sociedades tradicionales hay un flujo vertical de información entre generaciones, de padres a hijos, llevando un contenido de memes que expresan valores orientados a maximizar la generación de descendencia, como sería de esperar de la lógica evolutiva, ya que las sociedades y tradiciones morales exitosas que han llegado hasta nosotros son las que han superado en numero a las otras. En cambio, en la sociedad moderna hay un flujo horizontal de información donde la actividad comunicadora está filtrada, y favorece los valores contrarios a la reproducción, ya que comunican mas información aquellos que no dedican su tiempo a la tarea de tener mas hijos, criarlos, atender a su familia etc, ya que éstos tienen mas tiempo para dedicarse a difundir sus contra-valores, que, lógicamente van en contra de los valores tradicionales.

Quizá el conflicto en el uso de tiempo entre la reproducción y la difusión de ideas sea la causa profunda de que los sacerdotes catolicos y de otras religiones deben no solo ser solteros sino célibes. La explicación oficial: "para que dediquen todo su tiempo a Dios", no es muy distinta. Y quizá sea por ello por lo que los que desprecian la vida en familia y se entregan a la difusión de contravalores modernos se comportan igualmente como abnegados predicadores de la fe hedonista.

Los Intercambios voluntarios de bienes y servicios

Si la poligamia en una sociedad pacífica y desarrollada es una norma social que genera situaciones de suma 0, en cambio, los intercambios voluntarios son juegos de suma positiva siempre: Veamos un ejemplo de un intercambio entre dos personas: Antonio le da voluntariamente a Bienvenido una cantidad del bienes (o servicios) que llamaremos C . A cambio, B da a A voluntariamente una cantidad de bienes (o servicios) que llamaremos D.

Ahora Antonio, tiene D, que es mas valorado por éste que lo que tenía antes. Por otro lado, Bienvenido tiene ahora C, que es valorado por éste más que lo que tenía antes. Si esas valoraciones no fueran así no se hubiera producido el intercambio. Por lo tanto, los dos han ganado en satisfacción. El valor de los bienes es relativo a la necesidad que tiene de ellos cada individuo. Por eso los bienes han ido a aquel que mas los apreciaba y los dos han ganado. Si uno de los dos bienes es un comodín que todos aceptan en un cantidad u otra, ese es el dinero. El dinero simplemente hace el intercambio más flexible.

Además, mientras que en la poligamia las mujeres no se pueden crear y por tanto en cada generación las mujeres, visto desde el punto de vista del juego formal de la poligamia, son un recurso finito que genera un juego de suma 0 entre los hombres, sin embargo, en el caso del intercambio de bienes, estos bienes se pueden crear a partir de bienes mas básicos por medio del trabajo. El intercambio voluntario permite una circulación de bienes hacia aquellos que los aprecian mas, ya sea para si mismos o para fabricar otros bienes mas valiosos, con lo que se genera un aumento continuo de riqueza, ya que los bienes circulan hacia donde es mas óptimo para satisfacer necesidades y para crear mas y mejores bienes aún que permiten ahorrar tiempo y vivir en mejores condiciones, con lo que la sociedad crece en riqueza y bienestar.

En todas las culturas se permiten más o menos los intercambios voluntarios dado que produce bienestar general. Sin embargo, el poder suele sustraer o poner peajes excesivos de y a estos intercambios en nombre de servicios de seguridad. En los países mas desarrollados esto se hace además en nombre de la solidaridad y últimamente la conservación del planeta. Mientras que la sustracción y los peajes son un juego de suma 0, la seguridad y la solidaridad son juegos de suma positiva (pero no siempre: en otras condiciones, esos valores corresponden a juegos de suma negativa).

El utilizar excusas que implican un interés social para realizar actos que de otra forma serían considerados como robo o agresión es algo muy común: Siempre que pueden, los individuos justifican el forzar a los demás en juegos de suma 0 con la excusa de utilizar los recursos extraídos para invertir en juegos de suma positiva, lo que no tiene más contenido que si decimos que la gente tiende a aprovecharse de los demás por medio de la manipulación.

Normalmente, el poder político limita el intercambio y la fabricación de bienes, y establece quien puede y quien no puede hacerlo con diversas excusas. En monopolio es la institución preferida de fabricación de bienes y de comercio para el poder, sea este democrático o autocrático, ya que un monopolio es mas fácil de controlar a la hora de extraer impuestos, mientras que por el contrario, en un mercado libre, es mucho mas difícil extraer impuestos cuando hay miles de compañías de todos los tamaños que intentan evadir el control.

Con respecto a esto, es ilustrativo el darse cuenta de cómo, en el pasado, el tráfico de bienes y los intercambios voluntarios y con ello la riqueza material, artística e intelectual ha florecido allí donde se ha dado la circunstancia de que pueda existir un buen número de centros de fabricación y transformación alternativos con muchas rutas de comunicación y un buen número de centro de intercambio alternativos de manera que un poder político único no ha tenido poder para extenderse sobre todos los centros y vías a la vez, o si lo ha tenido ese control, no ha tenido recursos para vigilar e impedir el comercio y la fabricación de forma que pueda establecer monopolios. El entorno ideal son las islas próximas en un mar en calma o las llanuras fértiles que dan al mar. Cuando el mar no sea tan pacífico, que la costa sea recortada y haya posibilidad de muchos puertos. O bien que los ríos sean navegables. Esto ha ocurrido históricamente en el mar egeo, que dio lugar a varias civilizaciones, como la griega. También, en las ciudades estado italianas del mediterráneo y el adriático que rodean la llanura del río Po, en el norte de Italia durante el Renacimiento. Un siglo después, ocurrió en las llanuras de los países bajos llenas de ríos y canales que van a dar al Mar del Norte. Poco después, antes de la revolución industrial, también el comiercio y la riqueza floreció en las tierras pantanosas y llanas de Inglaterra con su consta muy recortada abierta al océano y llena de ensenadas difíciles de controlar por parte de los reyes de Inglaterra.

Los intercambios voluntarios generan riqueza y no hay otro medio de crearla ya que todo otro juego es de suma 0 o negativa y por tanto destruye bienestar. Sin embargo, la exhibición de bienes para la ostentación de estatus juega el mismo papel, consciente o inconscientemente, que en los animales tienen las plumas de colores, las melenas de los leones y otras características para atraer hembras, que es la actividad biológica de mas alta prioridad en la mayoría de los animales y que fomenta la agresión, como he explicado arriba . Esta acumulación y ostentación de bienes de status es inmoral en los términos en que lo he definido, ya que incide en la actividad del juego de suma 0 de la poligamia y destruye las condiciones para la colaboración. Y las religiones tradicionales lo estiman de la misma manera.

La venganza y la justicia

La venganza

El objetivo de la venganza es el de disuadir a éste y otros posibles ofensores de hacernos nuevas ofensas. Si alguien me roba y yo me vengo por ello, el ofensor habrá perdido y yo habré perdido gran cantidad de tiempo y esfuerzo aunque no tuviera éxito en la venganza. Por tanto, si el robo es un juego de suma 0, la venganza es un juego de suma menor que cero (el ladrón y yo perdemos). Pero si no castigo el robo, habrá incentivos claros para seguir siendo objeto de robo en el futuro, mientras que el castigo de la venganza disuade de robarme en el futuro. Por eso, aunque el efecto de la venganza es negativo, a medio y largo plazo, la opción de no hacer nada puede ser más negativa aún.

La venganza es un juego de suma negativa: Es precisamente por el hecho de que hace al agresor recibir mayor o igual daño que el beneficio que espera, aunque el agredido salga malparado de la venganza. En cambio este último espera obtener posteriormente un menor perjuicio futuro al disuadir de futuras agresiones que se hubieran producido de no haberse vengado.

La justicia

Sin embargo, aunque la justicia sigue produciendo los mismos efectos para el agresor, el balance es mucho mas positivo para el agredido que en el caso anterior, ya que logra el efecto disuasorio y no compromete un gasto ingente de recursos en ello.. La justicia tiene tres jugadores y es de suma negativa, pero no suele ser de suma tan negativa como la venganza. El coste del juicio se supone pequeño y pagado por el agresor o por parte de la comunidad. Si no es así y los costes son excesivos, o si la institución que imparte la justicia no es fiable o es arbitraria, entonces para el agredido quizá es preferible la venganza o, si se dan ciertas condiciones civilizadas, el arbitraje de terceros. En el primer caso, se forman mafias, grupos o tribus que pelean entre si. En el segundo caso se necesitan ciertos valores morales para que sea posible, como el amor por la verdad, la razón y un cierto perdón.

Sin esos valores no puede haber justicia. Si los hechos y la razón no son algo que esté por encima de los intereses de las partes y estas partes no aceptan este hecho, no puede haber siquiera el concepto de juicio justo, y sin el valor del perdón, no puede haber renuncia a la venganza. Sin eso no hay arbitraje ni justicia de ningún tipo, sea esta “estatal” o “privada”, y el único recurso disponible en ese momento es la violencia entre partes y la venganza. Por tanto, o bien prevalece la razón, la verdad y la justicia o bien prevalecen los intereses de cada uno, la mentira, la venganza y la violencia. Es una cuestión de valores morales.

El respeto a la vida, a la libertad y a la propiedad

Por supuesto, la mejor alternativa social es no robar, no agredir, no mentir y en definitiva, no atentar contra la vida, la libertad o la propiedad de los demás, ya que inevitablemente estas conductas desencadenan juegos de suma 0 más o menos costosos socialmente. Son precisamente las normas morales sociales mas aceptadas universalmente. Lo que ocurre es que su aplicación se entiende como aplicable a un grupo determinado. Cuanto mas amplio, mas grandes son las ventajas, ya que a un mayor número de personas se extiende la colaboración. Ciertas culturas lo entienden como aplicable únicamente a su clan familiar, otras lo extienden a los miembros de su propia religión, etnia etc. En occidente esto normalmente se extiende a todo el mundo.

Podemos aprovecharnos de los demás por medio del robo, la agresión, la mentira etc. pero violentamos a los demás forzándoles a un intercambio de suma negativa, que desencadena otros procesos de suma negativa, como la venganza o la justicia y la desconfianza, que si se hace práctica generalizada destruye la sociedad. En cambio, el intercambio voluntario es el medio con el cual nos aprovechamos de la vida, la libertad y la propiedad de los demás para beneficio mutuo.

La solidaridad

La solidaridad es el caso mas complicado. La solidaridad entendida como un acto de donación voluntario es un juego de suma positiva: veamos por qué: Antonio dona voluntariamente una cantidad C a Bienvenido en estado de necesidad. Éste recibe con ello una satisfacción S mucho mayor que el prejuicio de Antonio, ya que éste no lo necesita tanto.

Por tanto, Antonio ha perdido un poco, y Bienvenido ha ganado mucho, por lo tanto la suma de satisfacciones es positiva. Esto no es todo, ya que hay que añadir que, al ser un acto voluntario de Antonio, este ha tenido que recibir a cambio una satisfacción que compensa con creces la pérdida de C. Si no fuera así, Antonio se quedaría con C y no donaría nada. Por tanto en realidad, sumando esta satisfacción de A al cómputo total, ambos se benefician.

Puede que esa satisfacción de Antonio se derive de una mezcla de sentimientos: de alivio al acallar su conciencia, puede ser debido a su satisfacción altruista o también puede sentir un sentimiento de confort al pensar que el mismo se podía encontrar en esa misma situación y otro podría ayudarle. También puede sentirse compensado por la valoración social que ha obtenido haciendo esa donación públicamente, a la vista de los demás.

Si en el futuro Antonio cae en un estado de necesidad y recibe la misma cantidad C de otra persona en mejor situación, ese C será mucho más valorado para Antonio que el C que donó en el pasado, cuando no estaba en estado de necesidad.

Por tanto, considerado como intercambio voluntario indirecto a plazo indefinido, la solidaridad es aún mucho mas de suma positiva.

En todo caso, hay importantes restricciones para que la Solidaridad sea un juego de suma positiva, y, por tanto, sea positiva socialmente. Por ejemplo, hay que estar seguro de que Bienvenido está en una situación peor que Antonio y ese estado peor de Bienvenido tiene que ser debido al azar. Además, debe ocurrir que Bienvenido no pueda remediar la situación por si mismo. En caso contrario, los Bienvenidos podrían provocar artificialmente para si mismos situaciones de necesidad y publicitarlo con el fin de vivir eternamente de los Antonios ingenuos en una suerte de juego de suma negativa en el que ambos se empobrecen.

También puede suceder que la ayuda prematura, excesiva o mal enfocada de Antonio aborte la posibilidad de que Bienvenido salga de su situación por si mismo dotándose de conocimiento y medios para crear bienes y servicios para intercambiar con los demás y quedar libre de dependencias. La ayuda prematura o excesiva de Antonio hace que Bienvenido no pueda tener esa posibilidad ni esa necesidad de salir por si mismo, su autoestima no pueda resurgir y quede cada vez más dependiente psicológicamente de nuevas ayudas.

Otra posibilidad es que Antonio exija la obediencia o el voto de Bienvenido a cambio de una ayuda que solo sirva para mantenerlo en ese mismo estado de necesidad y dependencia. La democracia ha creado un bien inalienable, el voto, que Bienvenido puede intercambiar por dinero y dependencia del caciquismo estatal. Las personas tienen un deseo instintivo de ser independientes evitado su dependencia de otros para su subsistencia. El anular ese deseo de independencia exige una anulación de la autoestima de la víctima que ciertos manipuladores pseudos-solidarios “preocupados” por la pobreza conocen bien. Otro aspecto muy diferente es el contrario: Como dice Rodríguez Braum, Incluso grupos organizados de votantes sin estado de necesidad pueden obtener fondos a costa de otros grupos menos organizados y puede que mas necesitados.

El beneficio de la solidaridad es potencialmente muy positivo, pero se presta a engaño, ya que la evaluación del estado de cada uno y sus circunstancias es muy complicado, excepto en casos extremos: niños abandonados, víctimas directas de catástrofes etc. Por eso es necesario estar muy cerca de los que se presta ayuda. Es por eso por lo que, como ya dije en el post anterior, la burocratización de la solidaridad es tremendamente negativa: Por un lado los burócratas son engañados por los que no tienen necesidad y la solidaridad es utilizada como arma demagógica por los políticos inmorales. Por otro lado, la burocratización de la solidaridad disuade de la solidaridad voluntaria, la auténticamente útil. El efecto final de todo esto es un descrédito de la solidaridad, que explica en parte la mala fama de este concepto, que se refleja en los muchos nombres que ha tenido y que han tenido que ser reemplazados por otros nuevos: caridad, fraternidad, últimamente, solidaridad… Cual será el próximo? No puede tardar mucho.

Quizá en muchos casos, la mejor ayuda de Antonio hacia bienvenido sea el agilizar y hacer mas transparente, libre y fiable el mercado de intercambios voluntarios, ya que éste mercado no tiene los problemas de legitimidad e información, propaganda y demagogia inherentes al mercado de la solidaridad, incluyendo en él los servicios de educación, de manera que Bienvenido pueda satisfacer él mismo sus necesidades a cambio de su trabajo, de manera que solo dependa de si mismo y sea libre.

Como el resultado de un acto altruista como la solidaridad es la satisfacción personal, los individuos conforme tienen más dinero, puede llegar un momento en que la mayor utilidad que logren encontrar a su dinero sea la satisfacción que viene de actos altruistas como la solidaridad y el mecenazgo, como así ocurre en muchos casos. El grado en que esto ocurra en una sociedad depende del balance entre el aprecio por los bienes materiales y la consideración social que tienen las personas que realizan actos altruistas. Además, depende de que el nivel de impuestos sea bajo.


La honestidad, el amor a la verdad

La verdad nos permite tomar decisiones más acertadas y eficaces. Por tanto, todos estamos buscando la verdad sobre hechos y fenómenos que nos interesan. Por otro lado, el decir mentiras también nos puede interesar en ciertas ocasiones para que otros tomen decisiones que nos benefician mucho. Pero, dado que los demás están constantemente buscando la verdad sobre esos mismos hechos, al decir una mentira nos exponemos a ser descubiertos flagrantemente. Si ese alguien ha tomado una decisión en base a nuestras mentiras que le perjudica granvemente, nos exponemos a represalias y, en cualquier caso, nuestra reputación queda gravemente comprometida para el futuro, por lo que los demás se abstendrán de tenernos en cuenta para futuras relaciones que podrían beneficiarnos. Por ello, muchas veces decimos la verdad aunque eso nos perjudique a corto plazo.

Además de ser el resultado de un proceso racional, que acabo de explicar, el sentido moral que nos impulsa a decir la verdad es el resultado de la evolución, porque las personas que han tenido ese impulso para decir la verdad a las personas que esta comprometido en hacerlo han tenido mas éxito evolutivo y nosotros somos sus descendientes. Incluso el hecho de que a veces somos incapaces de mentir porque nuestros gestos y nuestra voz nos delatan es algo seleccionado por la evolución, ya que las personas incapaces de mentir son mas fiables y son elegidos preferentemente para colaborar con otros. Sin embargo, hay una significativa proporción de psicópatas, caraduras y mentirosos compulsivos, lo cual habla de la variedad de estrategias vitales de nuestros antepasados.


El dilema del prisionero

El conflicto entre decir la verdad o mentir tiene muchos parecidos con el juego del prisionero. Consiste en una situación ficticia, una de cuyas versiones consiste en la que a dos prisioneros en dos celdas distintas se les pregunta por separado acerca de quien cometió un crimen. Si uno de los dos delata al otro, ese sale de la carcel y recibe una recompensa y el otro se queda por muchos años. Si ambos se delatan, ambos quedan en la cárcel. En cambio si no se delatan, ambos quedan en libertad sin recompensa. El beneficio mayor se obtiene delatando, siempre que el otro no nos delate. Pero el otro sabe esto mismo, por lo que ambos pensarán en delatar, pero si ambos se delatan, se quedan en la cárcel, por lo tanto, lo mejor es no delatar. Pero, al llegar a este paso del razonamiento, cada uno pensará en delatar para salir de la cárcel y llevarse la recompensa gracias a la no delación que piensa hacer el otro, pero el otro razona de forma igual por tanto…

Y así una regresión infinita de razonamientos que se conoce como el dilema del prisionero. Lo que nos interesa para este caso es que este es un juego con dos conductas posibles la primera es no delatar, que cuando es cumplida también por el otro deriva en una situación mejor (salir los dos de la cárcel) que el punto de partida (estar en la cárcel los dos). Por tanto, no delatar es aquí una conducta que genera un resultado de suma positiva. La otra conducta es delatar, muy arriesgada, porque da dos resultados según que el otro delate o no: en el primer caso, ambos siguen en la cárcel, puede que más años, por lo que el resultado es de suma 0 o negativa. En el otro caso, salimos de la cárcel con una recompensa mientras que el otro es sentenciado a muchos mas años, otro resultado de suma 0, porque uno es beneficiado y otro perjudicado en la misma medida.

El dilema del prisionero es uno de los juegos-prototipo mas famosos estudiados por la teoría de juegos, y en realidad describe casi todos los juegos implicados en las normas morales: Yo puedo elegir colaborar (decir la verdad, realizar un intercambio voluntario, atenerme a lo que diga un juez imparcial etc ) o no colaborar (decir una mentira, robar, vengarme etc). Si hago lo primero, no obtengo la máxima satisfacción posible, pero me veo beneficiado a largo plazo, ya que adquirimos una reputación que sirve para que otros nos beneficien de la misma manera en otros juegos futuros. Si delato y tengo suerte, yo me beneficio aún más que en el caso anterior o bien puedo perder mas, implica un mayor riesgo. Además a largo plazo quedo perjudicado. La tentación es hacer lo segundo, ya que es lo que mas satisfacción nos da inmediatamente a pesar del riesgo. Pero como los demás toman medidas para excluirnos o castigarnos por ese comportamiento, nuestros padres, los moralistas y nuestra propia experiencia nos dicen que es mejor colaborar si tenemos expectativas de estar en el juego mucho tiempo con las mismas personas. Es por esto por lo que la libertad para obrar en sociedad lleva racionalmente a aceptar normas morales para nuestra propia conveniencia y en una sociedad libre las normas morales se refuerzan por un proceso de orden espontáneo.

Este es un punto importante: los juegos de suma positiva tienen sentido solo si sabemos que vamos a jugar mucho tiempo. La civilización en el fondo se basa en la certeza de que nos queda una larga vida por vivir y mas vale no pisar el acelerador a fondo. Por eso no puede haber una sociedad rica donde lo mas básico: el respeto por la vida, la libertad y la propiedad están sometidas a incertidumbre. Cuando todos colaboramos, es decir, elegimos comprometernos en un juego de suma positiva en lugar de uno de suma negativa en cada situación, conseguimos crear el incremento del grado de satisfacción general al que llamamos riqueza.    

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola

No tengo mucho tiempo para escribir... pero quiero decirte que cuando te leo .. es como si prendieran la luz... ´

Casi que no termino de leerlo todo ...

Muy muy aclarador el dilema del prisionero...

Saludos

Ps: Por que decidiste colocar tu nombre??

Memetic Warrior dijo...

Muchas gracias.

He correjido el texto que tenia algunas partes inninteligibles, soy muy vago para corregir.

He puesto mi nombre porque para una vez que escribo cosas serias, ya es hora de salir del armario.

Por cierto , esto es solo una parte de un mamotreto que he ido escribiendo estos dias que no he tenido Internet.

Anónimo dijo...

Que conste que tengo ni idea sobre la teoría de juegos, pero imaginemos estas tres situaciones:
1) A gana +600 y B gana +0, la media es +300
2) A gana +300 y B gana +300, la media es +300.
3) A gana +700 y B pierde -100, la media es +300
Sin embargo aunque la media sea +300, la tercera situación no es aceptable, y la segunda situación parece más equilibrada que la primera, ¿no?,
Por lo tanto podemos introducir una cuarta situación
4) A gana X, B gana Y, y el nuevo agente PE (papá Estado) le quita a A la cantidad (X-Y/2) y se lo da a Y, también se queda con un pequeño tanto por ciento de esa cantidad, conocido como gasto "burocrático".
¿Que hay de malo en esta última situación?

Memetic Warrior dijo...

"A gana.,,". Que significa que gana ? . Te refieres a que alguien gana X en un juego anterior que no mencionas. Como ha sido ese juego? ha sido un juego de suma positiva en el que ese señor ha ganado ese dinero porque los demás se lo han dado voluntariamente o por el contrario lo ha ganado en un juego de suma 0, es decir, violentando la voluntad de los demás por medio del robo?. Si es lo primero, nada justifica que se le quite el dinero.

Otra cuestion es como ese señor usa su dinero ganado pacificamente. El dinero que utilice para ostentar interfiere en el juego de suma 0 de la poligamia y por tanto es inmoral segun el razonamiento que hice en el post. Es inmoral que A exhiba su dinero y poder, nada mas. siendo inmoral, A se arriesga a que le marginen y procurará utilizar su dinero en objetivos mas morales. Aun asi, esto no justificaría que se le quite ese dinero, ya que quitar el dinero seria inmoral tambien , porque es otro juego de suma 0, un robo al fin y al cabo.

Por lo tanto, el re-equilibrio de rentas no puede conseguirse moralmente ni es moral en si mismo, aunque sea a través del papa estado democrático, ya que el quitar dinero es un juego de suma 0, independientemente de que el ladron sea el estado o quien sea. Al ser un juego de suma 0, la redistribución destruye riqueza social en lugar de crearla.

Esto se puede entender facilmente si al resultado de quitar dinero de A por partedel estado para darselo a B, restas además en el haber de A la falta de libertad y el atentado a su propiedad, lo que hace que los intercambios voluntarios que son de suma positiva pierdan su atractivo para A, ya que parte de lo que gana con ellos se lo quitan. Como los intercambios voluntarios por definicion son los que crean riqueza, el robo del estado en forma de impuestos solidarios daña la creación de riqueza.

Además de perjudicar a A y a la creación de riqueza social en general, por otro lado si lees el apartado de Solidaridad, te podrás dar cuenta del daño que causa la burocracia tambien a B.


La razon de todo esto, como ya dije en el post, es que unos juegos influyen en otros.