miércoles, julio 18, 2007

Catalunya, tierra de oportunidades


Cataluña es una tierra de oportunidades no sólo para los políticos, enredados en su propia red de extorsión "pública" y corrupción.
Otro tipo de delincuentes menos responsables de sus actos y bastante peor vistos tienen segundas y terceras oportunidades en este paraíso en la tierra.
Los violadores, psicópatas sin solución y probablemente uno de los fenómenos humanos más interesantes desde el punto de vista psicológico pero más nefastos desde el social, gozan en Cataluña de un programa de reinserción denominado SAC. Dicho programa, visto su gran éxito, se iba a establecer en todo el sistema penal español (supongo que a estas alturas el cáncer se habrá expandido desde su foco catalán).
Ayer, en Documentos TV, nos presentaban un Documento de producción propia (cómo no) en el que un psicólogo-profesor en este proyecto exponía sus bondades con un característico acento catalán. El Programa SAC había logrado que se pasase de 1 de cada 5 violadores reincidentes a tan solo un 4%: es decir, de un 20 a un 4%. Por supuesto que estos datos estadísticos deberían ser revisados. Pero al margen de estas revisiones podemos destacar que ese 4% está excelentemente representado: el salvaje que, en un permiso, violó y mató a dos jóvenes policías salía de este programa "cognitivo-conductual". Para el psicólogo-profesor del mismo la conclusión es clara: un único caso mediáticamente exacerbado podía dar al traste con un exitoso proyecto. La gente no debía fijarse en el sufrimiento, la sangre y la muerte de estas víctimas, o no debía cegarse por ellas, pues su violación y asesinato era un caso aislado, excepcional, sino atender a que se había bajado de un 20 a un 4% en la reincidencia. Los pobres violadores no podrían padecer que no se les diese otra oportunidad, o una tercera, pero las víctimas debía ser ocultadas a la mirada pública, no fueran a endurecerse las penas y a tratarse a los violadores con excesivo rigor (¿recuerda esto a alguna otra cosa, quizá al terrorismo?). En otro momento del programa el psicólogo celebra que algunos de los que habían gozado de permisos habían reincidido con levedad: en lugar de consumar la violación se habían limitado a tocamientos. Nada que objetar, salvo el pavor y el trauma (menor, supuestamente) para la víctima.
Parece que los violadores cuentan con dinero del presupuesto público para ser reinsertados. No, en cambio, las víctimas, que reciben apoyo psicológico de ONGs y asociaciones privadas. Una funcionaria de la Generalitat se congratulaba de lo positivo de esta iniciativa, y lamentaba que en la sociedad hubiese tanto violador, atribuyendo esto último a la falta de redes sociales (concretamente a esas que tejen las arañas políticas para "violar" los derechos de todos los ciudadanos, si bien de forma menos cruda y más disimulada).
En este ambiente enrarecido de corrección política y descarado insulto a las mujeres violadas, con esputo público en la cara incluido, una pobre muchacha, víctima de un reincidente, entrevistada para el documental, declaraba que le parecía bien que los violadores gozasen de segundas oportunidades, pero no de terceras. Supongo que habrían elegido a la violada más comprensiva.
Los violadores son psicópatas peligrosos que, como decía antes, no tienen arreglo. Sus disfunciones en el lóbulo frontal, su ausencia total de empatía y su misoginia nada disimulada, les incapacitan para la vida en sociedad. La solución no pasa por terapias cognitivo-conductuales. Mientras no se encuentre la forma de cambiar sus cerebros con químicos efectivos o manipulación directa la reinserción no será viable.
No había más que ver las sesiones, las clases impartidas por este psicólogo pretencioso, que se ponía los dedos en la barbilla con gesto reflexivo al escuchar a los monstruos contar sus hazañas con fingido arrepentimiento, para darse cuenta de que esa basura de programa no puede funcionar. Los violadores se apuntan en tropel porque esperan obtener a través de ellos beneficios penitenciarios, pero muy pocos, por no decir ninguno, cambian su mente.
El profe decía ser consciente de su responsabilidad, así como la de todos los funcionarios en el sistema penal, cada vez que un violador gozaba de un permiso. Yo votaría que cada vez que uno reincidiese se le regalase una sesión extra con la hermana, la madre o la hija del psicólogo y de todos aquellos que apuestan por esta locura. Eso sí sería una responsabilidad sentida, y no un abstracto y seguramente falso 4%.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Germánico, tengo el estómago revuelto desde que leí el pot, que me parece necesario, por lo bien que lo explicas y por lo que denuncias. pero tengo una pregunta que es eso, una pregunta, no es una crítica. Defines al violador como un tipo con un problema cerebral serio ("Los violadores son psicópatas peligrosos que, como decía antes, no tienen arreglo. Sus disfunciones en el lóbulo frontal, su ausencia total de empatía y su misoginia nada disimulada, les incapacitan para la vida en sociedad"). ¿Qué pasa con las "date-rape"? ¿consideras al tipo que fuerza a la desconocida (me da igual que ella sea frivolona, un no es un no en muchas ocasiones, no vayamos al noperosí, centrémonos en el no-no) como uno de esos psicópatas?¿es un grado menor?
Gracias.

Germánico dijo...

Hola Mary,

Para violar a alguien aunque sea una sola vez hay que tener una absoluta falta de respeto por la otra persona, nacida de una falta de sensibilidad hacia sus sentimientos. Y además hay que haber eliminado el temor al castigo, o estar tan absorto en el corto plazo que el futuro ni existe.

La psicopatía no es una categoría única ni siempre igual, tiene muchos grados y matices, tantos como cerebros distintos hay. En el caso de los violadores cuyos casos se expusieron en el documental de ayer se puede hablar de auténticos psicópatas, de personas absolutamente incapaces de ponerse en la mente de la mujer violada. Su mente ha cruzado cierta frontera. Ni uno solo de ellos debería disfrutar de permiso. Al final del programa el más colgado de todos sale a la calle. Si no vuelve a violar, lo cual se podría calificar de milagro, será porque canaliza su violencia y su lascivia por otros derroteros, al borde de la legalidad y de la moral.

Otro tipo de psicopatía es la que invade la mente masculina (y a veces, pero menos, la femenina) adolescente. En la tormenta hormonal, vital y de desarrollo del lóbulo frontal y la personalidad que se experimentan en esas edades se hacen muchas locuras y se tiene muy poco respeto por las convenciones sociales y por las personas que no formen parte del propio grupo. Para obtener el respeto y la aprobación del grupo se pueden hacer locuras. Seguramente haya muchos violadores del estilo que dices en esas edades. Algunos quizás pudieran rehabilitarse. Pero quien viola (sea una vez o varias) es, por defecto, una persona violenta y egocéntrica.

O eso me parece a mi.

Un saludo.

Germánico dijo...

El contexto social de la violación puede revelar aspectos de la mente del violador. Un violador solitario no es igual que uno que participa en una violación en grupo, y en este caso no es lo mismo que lo haga de buen grado o a regañadientes. No es igual quien viola a perfectas desconocidas que quien viola a alguien con quien ha habido ya ciertos previos y cierto trato. No es lo mismo quien viola una vez y se hunde en la miseria que quien le coge gustillo al asunto.

Pero en fin, los del documental de ayer eran todos carne de presidio perpetuo. Aconsejo su visionado y una reflexión posterior.

Ijon Tichy dijo...

"Para violar a alguien aunque sea una sola vez hay que tener una absoluta falta de respeto por la otra persona, nacida de una falta de sensibilidad hacia sus sentimientos. Y además hay que haber eliminado el temor al castigo, o estar tan absorto en el corto plazo que el futuro ni existe."

Para mí, la clave está en el "Y además....". Si algo puede frenar al psicópata (y es difícil), es el miedo al castigo.

Y, por supuesto, habría que ver de donde y como salen los porcentajes esos del 4% y el 20%

Germánico dijo...

El miedo al castigo, sobre todo al de dentro del presidio, probablemente sea la causa de que muchos violadores no vuelvan a violar....¡temen ser violados!

¡Que poderosa herramienta contra la reincidencia!.

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo.

Germánico dijo...

Así da gusto....

Jorge Castrillejo dijo...

Me gustaría intercambiar enlace con tu blog. Si estás de acuerdo mándame un comentario. Un saludo.

Persio dijo...

Cuánto experimento social... para conseguir el hundimiento de Cataluña.