lunes, enero 27, 2014

La genialidad de los perros

¿Estamos solos en el Universo? No, por supuesto que no. Los seres humanos no estamos solos ni biológica, ni social, ni culturalmente.

 No me estoy refiriendo a alienigenas reptilianos ni cosas similares sino a otras especies con las que convivimos. Compartimos el planeta con otros organismos en las "tres dimensiones" descritas, y si hoy se nos olvida es por lo artificial de nuestro entorno reciente y las carencias culturales que conlleva. Nuestra biología depende enteramente de la existencia de otros organismos, compartimos nuestra sociedad con otras especies, e incluso nuestra cultura ha llegado a chocar (e interactuar) con culturas de otras especies animales.

 De entre todas las especies, sin duda son los perros los que mejor integrados están en nuestra sociedad. El “mejor amigo del hombre” tiene grandes motivos para ser llamado así, llevan muchísimo tiempo con nosotros y se comportan con nosotros como casi ningún otro ser vivo sería capaz, literalmente están más interesados en nosotros que en sí mismos.

 En Israel encontraron un esqueleto humano de 12.000 años, se encontraba bajo un bloque de caliza, una mano estaba colocada bajo su cabeza, la otra agarrando otro esqueleto, el de un cachorro de perro. El ser humano era un natufiense, una sociedad de cazadores recolectores afincados en la zona. En su cultura los cadáveres se enterraban con mucho cuidado, adornados con collares, pulseras, cuentas de colores, y por primera vez acompañados de perros. En algún momento desde el desarrollo del ser humano moderno (43.000 años) y ese enterramiento los lobos cambiaron y algunos se convirtieron en perros. ¿Cómo ocurrió esto? Nadie lo sabe a ciencia cierta, pero todo apunta a que no lo hicimos nosotros, o no directamente. Algunos lobos se acostumbraron a comer carroña de nuestras basuras, siendo solo los menos asustadizos aquellos capaces de resistir la presión. Con el paso de unas pocas generaciones los lobos se habían convertido en perros, y los perros (inmediatamente) ya eran capaces de comunicarse con nosotros de esa forma tan única que les caracteriza.

 Hoy en día continuamos descubriendo cuan alucinantes pueden llegar a ser los perros. Si ya sabíamos que el movimiento de la cola está asociado a los estados de ánimo del animal, desde noviembre de 2013 sabemos que gracias a esto los perros pueden predecir el estado de ánimo de otros perros (lo hacen observando si mueven la cola con tendencia zurda o diestra). Por si esto fuera poco sorprendente, en diciembre de 2013, investigadores de la República Checa descubrían que los perros al hacer sus deposiciones se orientan con respecto al campo geomagnético. El origen y la finalidad de este comportamiento es un absoluto misterio, así como la forma en la que los perros puedan detectarlo. Somos probablemente los primeros responsables de la existencia de los perros, llevamos al menos 12.000 años (quizás mucho más) conviviendo con ellos, y solo hemos comenzado a descubrir sus misterios.
Dmitri Belyaev

 Acabo de terminar “Genios, los perros son más inteligentes de lo que pensamos” de Brian Hare y Vanessa Woods, y puedo decir alegremente (y sin que nadie me pague nada por ello) que me ha encantado. El libro hace un repaso exhaustivo por el conocimiento que tenemos de la cognición canina, referenciando en todo momento hasta el más mínimo comentario de los autores. Es probable que muchos de los experimentos y descubrimientos relatados en el libro sean de sobra conocidos por los interesados en el tema (como por ejemplo los zorros de Belyaev), pero están fantásticamente expuestos, y se hace realmente fácil de seguir. La tradición cultural nos dice que los animales domesticados son estúpidos, de hecho sus cerebros son más pequeños que los de sus “versiones salvajes”. Esto, junto con el éxito (ya casi extinto) del conductismo, puede ser el motivo por el cual se ha retrasado tanto el estudio de la cognición canina. ¡Entre 1950 y 1995 solo se llevaron a cabo dos experimentos para evaluar la inteligencia de los perros! Eso ha cambiado y ahora comenzamos a desvelar tanto aquello de lo que son capaces, como aquello de lo que no, cosa que el libro expone muy bien.

 “Preguntar si un delfín es más inteligente que un cuervo es como preguntar si un martillo es mejor que una sierra
Genios. Brian Hare y Vanessa Woods

 Los perros han demostrado ser capaces de “leer” nuestras intenciones en los gestos que realizamos, ser conscientes de la posición nuestros ojos o incluso de lo que somos capaces de oír. También nos han asombrado con su capacidad para aprender mediante “fast mapping” (realizando inferencias entre objetos), y con su habilidad para aprender palabras extrayéndolas de nuestras conversaciones. También conocemos algunas de sus debilidades cognitivas, como son los enormes problemas que poseen a la hora de entender la física de los objetos (motivo por el cual, al sacarlos de paseo, la correa se enrolla en todas partes). 

Izquierda y centro, los zorros del experimento de Belyaev con su característico pelaje manchado. A la derecha una ilustración de un border collie

Conocemos las diferencias cognitivas (debidas a la domesticación) entre perros y lobos, y hemos visto como los zorros pueden adquirir esas diferencias en el paso de unas pocas generaciones. Partiendo de esta premisa el libro plantea algunas preguntas inquietantes ¿Qué otros ejemplos hay en la naturaleza? Los bonobos cumplen con estas características, pero no solo ellos, ¿y si nosotros también fuésemos animales domesticados? (Hay incluso quien cree que fueron los perros quienes nos domesticaron a nosotros).

 En definitiva, un tema interesantísimo y un libro que lo recoge perfectamente, que recomiendo abiertamente, y del que extraigo algunas ideas muy interesantes.


Para ver como un border collie aprende mediante fast mapping, este vídeo del famoso perro Chaser, o este otro grabado para NewScientist.
Sobre nuestro posible origen domesticado este enlace. Acerca de nuestra domesticación a manos (o patas) de los perros, Colin Graves.
Aprovecho para recomendar el documental de la serie Brilliant Beasts de National Geographic, Dogs Genius, disponible en este enlace.

7 comentarios:

Pitiklinov dijo...

Muy interesante el libro, habrá que ponerlo en la lista de lectura, Tay, pero ¿podrías comentar en líneas generales cuáles son las diferencias cognitivas principales entre lobos y perros, en que se diferencia su "forma de pensar"?

Tay dijo...

Claro! No lo he hecho por no destripar mucho el libro ni rellenar la entrada demasiado.

Las diferencias son muy interesantes, los lobos son mucho más jerárquicos en sus relaciones sociales, más violentos y estrictos. También disfrutan de las ventajas de una manada llena de miembros de la familia, como la crianza cooperativa, o la caza coordinada. Ser capaces de coordinarse en grupo dice mucho de su cognición. Además son mejores orientándose en el espacio (superan diversas pruebas en un tiempo mucho menor que los chuchos).

Los perros que viven en grupo (asilvestrados) no son capaces de coordinarse, ni para cazar ni para defenderse. De hecho los perros usados por cazadores suelen detectar presas y atacar independientemente, poco más. No se ayudan entre sí de la misma forma, pero no se matan nunca entre sí, y no hay control jerárquico del sexo o la comida.

En lo que son espectaculares los perros es en cuanto a la atención que nos prestan a nosotros. Son mejores observándonos a nosotros que a sí mismos, y algo muy sorprendente es que son capaces de hacerlo desde que son pequeños. Sus habilidades no son aprendidas.

En la entrada comento el hecho de que sean conscientes de si nuestros ojos están cerrados o no, esto es alucinante. Implica conocer el funcionamiento de los ojos de otro ser vivo, y del estado mental que esto supone. Igualmente con respecto al sonido. Experimentos en los que los perros pueden ir por un camino u otro a "robarnos" comida, un camino provocando ruido y otro sin ruido. Eligen aquel que no levanta la atención del humano, y lo hacen inmediatamente.

Esta inteligencia especial los distingue de animales salvajes como los lobos, mucho menos interesados en nuestra cara o nuestra actitud. Pero también les lleva a cometer errores, suelen fiarse más de nosotros que de sus sentidos, y suelen fallar en los test que ponen a prueba esto, a diferencia de los lobos.

Yo a los dos que tengo aquí los suelo llamar "yonkis del amor". Les sale la serotonina por las orejas perrunas y eso hace que sean más inteligentes para unas cosas y más tontos para otras.

Pitiklinov dijo...

Ostras, qué curioso!, muchas gracias

Clara Peregrín Pedrique dijo...

¡Interesantísimo!

Una pregunta: dado que los perros y los lobos se pueden cruzar y tienen descendencia fértil... ¿se les considera pertenecientes a la misma especie?

Un saludo
Clara

Lansky dijo...

‘Yonkis del amor’, me gusta y estoy de acuerdo. Yo creo que los perros socializan no tanto con otros perros, salvo que se críen juntos, como con la familia humana de adopción; de alguna forma su domesticidad va un paso más allá que la de soportar nuestra presencia (como el simple ‘amansamiento’ del ganado), va hasta incorporarse a nuestra sociedad. El libro parece muy recomendable

Tay dijo...

Unknown

Perdona la tardanza en contestar se me pasó.

Sí, son la misma especie. Pero pertenecen a una subespecie.

Los lobos son Canis lupus, y los perros Canis lupus familiaris.

De todos modos el hecho de que dos individuos se puedan reproducir o no, no siempre es indicativo de que pertenezcan a una misma especie. Hay excepciones. Incluso durante un tiempo hubo gente (creo que aun la hay) que defendía que los humanos y los chimpancés pueden hibridarse.

Lansky

Sí que lo es :)
Tienes razón, no todo lo que hacen se explica de esa forma tan sencilla. Solo hay que ver la enorme diversidad que hay de perros, especializados en nuestra sociedad (gracias al cambio en unos pocos genes).

Saludos!

Clara dijo...

Sí, por eso preguntaba...
El caso de las salamandras ensatinas y otras especies en anillo son prueba de lo difícil que es definir una especie por su interfecundidad...
Un saludo y gracias!