sábado, febrero 21, 2015

Amor romántico y Evolución

La fecundación de un primer óvulo es el problema cuya solución, por selección natural, es el enamoramiento.-Jorge Wagensberg

Voy a comentar en esta entrada un artículo de Fletcher y cols. que plantea que el amor romántico es una adaptación, un “dispositivo de compromiso”, para motivar el vínculo de pareja. Este vínculo facilitó la historia vital diferente de los homininos y ayudó a que se produjera la inversión masiva que se requiere para criar a los hijos. Por último, plantean que el manejo de estos vínculos de pareja (junto con las relaciones familiares) facilitó la evolución de la inteligencia social y de la capacidad de cooperación. La revisión de Fletcher y cols. sugiere que el amor romántico es universal, suprime mecanismos de búsqueda de pareja, tiene unas firmas hormonales, conductuales y neuropsicológicas propias y está unido a una mejor salud y supervivencia. Su conclusión es que el amor romántico y el vínculo de pareja, junto con la crianza cooperativa, jugaron un papel crítico en la evolución del Homo sapiens. 

Vínculo de pareja se refiere a un patrón de emparejamiento en el que los machos y las hembras viven juntos de una manera relativamente permanente. Este vínculo puede ocurrir en el contexto de una poliginia (un macho, varias hembras) o poliandria (una hembra, varios machos). En la monogamia, sin embargo, este vinculo se asocia a una mantenida, y más o menos exclusiva, relación de emparejamiento. Distintos autores han propuesto  que el amor romántico se compone de tres componentes: pasión (atracción sexual), vínculo emocional (intimidad, apego) y compromiso (cuidados). Este modelo tripartito está de acuerdo con los datos de la Psicología y de la neurociencia.

Con respecto a la realidad de la existencia de este vínculo, está demostrado que la frecuencia de relaciones sexuales declina a lo largo de la relación de pareja y hay evidencia de que la excitación sexual disminuye con el tiempo. Pero esto no significa, según los autores, que el amor romántico se acabe en los primeros años de la relación. El 50% de las parejas casadas con edades entre 65 y 74 años todavía mantienen relaciones sexuales en los Estados Unidos, aunque con una baja frecuencia; y según una encuesta reciente, el 40% de las mujeres y el 35% de los hombres casados por más de 30 años decían seguir “intensamente enamorados”. 

Con respecto a la  universalidad del amor tenemos poemas de civilizaciones antiguas como China, Grecia, Roma y Egipto, de hace 5.000 a 2.000 años, donde se aprecia sin ninguna duda y también hay estudios transculturales en los cinco continentes donde se evidencia el amor y el dolor del rechazo por la persona amada. En resumen, que hay pruebas de que encontrar una pareja y establecer una relación amorosa es central en la vida de las personas de todas las culturas y que el fenómeno es universal.

La presencia de otras potenciales parejas supone una amenaza para el vínculo amoroso, pero aquí aparece una de las características del amor: que nos focaliza en una persona. En diversos estudios se ha visto que la persona enamorada encuentra menos atractivas a otras personas y atiende menos a otras personas atractivas. Será un engaño y una ilusión pero la persona enamorada ve a su amado/a más atractivo de lo que realmente es y, además, cree que su relación es diferente y mejor a la de los demás. Cuando a una persona enamorada se le dice que las parejas se separan siempre piensa que eso les pasa a otros.

Como he mencionado, el amor romántico tiene unas características hormonales, conductuales y neuropsicológicas típicas. Curiosamente, los componentes del amor romántico son muy similares a los del amor materno-filial y, en general, a los del amor entre padres e hijos. Seaver, Hazan y Bradshaw han identificado 17 semejanzas entre ambos tipos de amor. Por ejemplo, los amantes utilizan el “habla de niño” entre ellos, usan apodos cariñosos, adoptan cadencias musicales al hablar y tienen un fuerte deseo de estar juntos y cuidar y besar al otro. También están fascinados con la apariencia física del otro y se pasan el día mirándose y también juegan juntos. Finalmente, en ambos tipos de amor, si hay una separación prolongada se produce un sufrimiento, y también son muy sensibles los amantes a los motivos y necesidades del otro. 

Esta asombrosa semejanza entre las manifestaciones conductuales del amor romántico y el materno-filial sugiere que la evolución tomó prestados los mecanismos más antiguos existentes para el vínculo materno-filial (que evolucionó originalmente en mamíferos para unir el niño a la madre y viceversa) y los aplicó a los hombres y mujeres en el contexto de la relación romántica. Así que podemos decir que el amor romántico es amor materno-filial tuneado por la evolución.

La neurobiología del amor confirma lo que estamos diciendo porque la implicación de las hormonas (oxitocina, prolactina…) y las áreas cerebrales implicadas, según estudios de neuroimagen, son muy similares, con algunas diferencias. Por ejemplo, en el amor materno no hay activación del hipotálamo, pero el resto de estructuras son prácticamente las mismas, en especial el Area ventral tegmental (circuito de recompensa). También en ambos tipos de amor hay una desconexión de la corteza prefrontal, es decir que el área del juicio y el razonamiento se va de vacaciones cuando estamos enamorados, con lo que no se pueda decir que veamos la realidad como es (la realidad que afecta al amado/a, porque en otras esferas el razonamiento lógico no se altera). 

Bien, hemos comentado que el amor romántico es universal, tiene una biología determinada, nos centra en la persona amada y también hay datos de que las personas en una relación estable tienen mejor salud. Pero le podemos poner algunas pegas a esta idea de que el amor es una adaptación, hay cuatro desafíos que sugieren que el amor no es tan fuerte como para promover una relación monógama a largo plazo. Estos desafíos son los siguientes: 1) los matrimonios concertados 2) la prevalencia de la poliginia, 3) Divorcio 4) Infidelidad. Pero Fletcher y cols. tratan cada uno de estos problemas:

Matrimonios concertados. Los matrimonios concertados son comunes en muchas culturas actuales y lo son también en sociedades de cazadores-recolectores. Pero, ¿hasta qué punto los novios tienen algo que decir en ellos? ¿las personas infelices casadas por sus padres buscan otros compañeros? ¿hasta qué punto coinciden los criterios de los padres con los de los hijos? Para empezar, los novios tienen bastante que decir en muchas culturas. Por ejemplo en Sri Lanka cuando dos novios se gustan informan a sus padres por vías indirectas. También ocurre que si la persona es infeliz se separa. En cazadores recolectores la mayoría de los divorcios ocurren en los 5 primeros años de matrimonio y el segundo matrimonio lo escoge la mujer la mayoría de las veces. Pero lo más llamativo es que la concordancia entre los criterios de los padres y los de los novios es muy alta, de 0.82 y 0.83 en algunos estudios. Así que este primer obstáculo al amor romántico no parece muy firme.

Poligamia. El 84% de las culturas permiten la poligamia. Sin embargo, sólo el 5-10% de los hombres de las culturas que permiten la poligamia tienen más de una mujer. Además, el amor es una fuente de problemas en los regímenes poligámicos. Las mujeres suelen sufrir por celos y hay más conflictos y violencia que en las parejas monogámicas. Las primeras esposas sienten “miedo, ira, tristeza y sentimiento de pérdida” cuando una segunda mujer entra en la familia y la más potente causa de conflicto es la restricción al sexo y a la intimidad emocional con el marido. También en el caso de la poliandria de los pueblos del Himalaya es frecuente que los hombres tengan relaciones fuera de esa unión y que , si pueden, establezcan una relación de monogamia. Según Fletcher y cols., el arreglo más frecuente es la monogamia lo que apoya su punto de vista de que el amor evolucionó para facilitar el vínculo de pareja y que, cuando las uniones se arreglan de otra manera, el amor está por medio creando problemas.

Divorcio. Es famoso el argumento de Helen Fisher de que el amor dura hasta que el niño tiene 4 años de edad, momento en que se produce el pico de divorcios en todos los lugares del mundo. Según Fisher, el amor serviría para mantener unida a la pareja por lo menos el tiempo suficiente para que el niño pueda ser lo bastante mayor para ser atendido por la madre y el resto de familiares y la tribu. Pero Fletcher y cols. argumentan que esta hipótesis tiene el problema de que muchos matrimonios duran más de esos 4 años, incluso toda la vida. Aunque se dice que la probabilidad de que un matrimonio acabe en divorcio, en Occidente, es del 50%, la verdad es que el dato más fiable es que el 35% de los primeros matrimonios acaban en divorcio en los países occidentales. En sociedades de cazadores-recolectores las tasas de divorcio para los !Kung son del 37% en los primeros 5 años de matrimonio, y del 39% entre los Hazda. En USA esas tasas a los 5 años actualmente son del 17%. En países occidentales es muy común ahora que la pareja conviva antes de casarse (66% en USA y 90% en Suecia). Las tasas de separación al de 5 años de estas parejas son 46% en USA y 37% en el Reino Unido. De todos estos datos Fletcher y cols. concluyen que aunque hay una tasa de disolución de matrimonios y parejas, esta tasa disminuye con el tiempo y en general apoya su hipótesis de que el amor es un mecanismo para formar vínculos estables (personalmente creo que en este punto Fletcher y cols deciden ver la botella medio llena en vez de medio vacía, pero bueno).

Infidelidad. En USA entre el 20-25% de los hombres y el 10-15% de la mujeres reconoce relaciones extramatrimoniales, aunque las cifras de infidelidad varían mucho según el lugar (y no son del todo fiables). En Guinea Bissau son de 38% en hombres y 19% en mujeres y en Hong Kong del 8% en hombres y 1% en mujeres. En estudios de ADN la media del porcentaje de hijos que no son hijos de su padre biológico es del 3,3%. Realmente es una media baja, en pájaros monógamos este mismo porcentaje de hijos que no lo son del compañero de nido es del 11,1%. Pero no hay que olvidar que los pájaros no usan anticonceptivos así que en humanos el porcentaje de infidelidad tiene que ser mucho más alto que ese porcentaje de embarazos por un hombre que no es la pareja habitual. Por cierto, que Fletcher y cols. dan el dato de que la probabilidad de embarazo de cualquier acto de relación sexual es del 3%, como curiosidad. En resumen, Fletcher y cols, vuelven a ver la botella medio llena y concluyen que la tasa de infidelidad no  pone en peligro su hipótesis de que los humanos son primordialmente monógamos.

Como decía más arriba, los autores plantean una relación entre monogamia y desarrollo de una mayor inteligencia social, de capacidad de leer la mente de los demás, etc. y citan estudios donde se ve una relación entre monogamia y mayor tamaño cerebral en diferentes especies. Pero voy a concluir con las fechas hipotéticas de aparición de la monogamia, según estos autores. Fletcher y cols. plantean que los humanos modernos (hace 150.000 años) ya eran monógamos pero van incluso más atrás. La monogamia está muy relacionada con el cuidado parental pero el cuidado parental, según Opie y otros, sigue a la monogamia, y no al revés. El caso es que estos autores dicen que ya Homo erectus (hace unos 2 millones de años ) era monógamo puesto que habría sido muy difícil que sobreviviera en su ambiente sin un sistema de vida sustentado en bandas basadas en la familia. Los australopitecos anteriores al Homo erectus habrían vivido en un régimen poligínico.

En resumen, el amor romántico es una adaptación, un dispositivo para el compromiso, que facilita la existencia de vínculos de pareja a largo plazo y , junto con la crianza cooperativa, ayudó al avance de nuestra inteligencia social. Ambas cosas, monogamia y crianza cooperativa existieron antes de la evolución de los humanos modernos en Africa. También, el intercambio de parejas entre bandas promovió la cooperación entre comunidades más amplias (Chapais).

@pitiklinov

Referencia:






4 comentarios:

Miquel dijo...

Permítanme incluir un pequeño fragmento de una vieja entrada de mi blog memoriasdesoledad:
"Los primeros homínidos se atraían el tiempo suficiente para copular y reproducirse, pero era ventajoso permanecer unidos ayudándose a la hora de proporcionar alimentos y seguridad frente a los intrusos. Además, enseñar habilidades durante la larga infancia en que el vástago está desprotegido era una adaptación que siguieron los homínidos de los últimos cuatro millones de años para resguardar su ADN. Por eso tener un fuerte vínculo de apego y cariño entre la pareja de humanos fue esencial en nuestros antepasados de las praderas africanas; y ellos nos transmitieron esa química cerebral que nos apasiona y nos anima a crear parejas estables. Anticipar futuros estados de complicidad y de placer con una pareja fue un imperativo hormonal de los adolescentes durante miles de generaciones. En ellos se encuentran las raíces del amor

También es verdad que la tendencia a desparramar los genes y a aumentar la variabilidad genética impulsa a la infidelidad o a crear nuevas parejas que explican la alta tasa de separaciones y la erosión del amor con los años. Pero esta es otra cuestión."

Miquel dijo...

La entrada, de septiembre de 2011, la pueden encontrar aquí:
http://memoriasdesoledad.blogspot.com.es/2011/09/el-amor-una-mirada-evolutiva.html

Por cierto, ya utilizé la misma foto que aquí para encabezar la entrada.
Un saludo

Pitiklinov dijo...

Estoy de acuerdo, Miquel, y en cuanto a lo que comentas de la infidelidad estoy en desacuerdo con los autores del artículo. Creo que la duración del amor está programada también por la evolución para que no dure toda la vida, probablemente por lo que tú dices de que la vida fomenta la variabilidad genética. Si una mujer tiene todos sus hijos con un mismo hombre y ese hombre padece por ejemplo una enfermedad todos sus hijos la heredarán. Mientras que si no pone "todos sus huevos en la misma cesta", como se suele decir, las probabilidades de supervivencia de su descendencia serán mayores.
A la evolución no le interesó crear un amor "eterno" :)

idea21 dijo...

Buen artículo que supone un resumen de las teorías más aceptadas actualmente.

El punto que me despierta más dudas es éste:

"tenemos poemas de civilizaciones antiguas como China, Grecia, Roma y Egipto, de hace 5.000 a 2.000 años, donde se aprecia sin ninguna duda y también hay estudios transculturales en los cinco continentes donde se evidencia el amor y el dolor del rechazo por la persona amada."

Si partimos de la idea de que el "amor romántico" evoluciona a partir del modelo materno-filial, me cuesta encontrar en la literatura de la Antigüedad mucho más que meros indicios del "amor romántico". Ni en la "Iliada" ni en la "Odisea" encuentro amor romántico, ni tampoco en las comedias de Plauto y Terencio. Encuentro atracción pasional (Paris y Helena), encuentro un germen de la unidad familiar (Héctor y Andrómaca) y una alabanza a la fidelidad conyugal (Penélope y Ulises), pero el auténtico "amor romántico" solo lo veo en Aquiles y Patroclo, y eso es otra cosa...

De todo lo que he leído, solo el mito de Orfeo (que baja a los infiernos por amor a su esposa) me parece que es amor romántico... y es curioso que el personaje de Orfeo diera lugar a todo un movimiento religioso peculiar, los cultos órficos, caracterizados por el pacifismo y el vegetarianismo.

Por lo demás, el artículo no trata la desigualdad entre hombres y mujeres, y sus roles tan diferenciados.