miércoles, enero 13, 2016

La vida salvaje de Robert Trivers


Nunca asumas que el animal que estás estudiando es tan estúpido como el que lo estudia
-William Drury
Una vez que has aprendido a  pensar en la gaviota argéntea como un igual el resto es fácil.
-William Drury
La verdad es que todo el mundo te va a hacer daño. Sólo tienes que encontrar a aquellos por los que merece la pena sufrir.
-Bob Marley

Robert Trivers es uno de los teóricos evolucionistas más importantes del siglo XX, junto con figuras como Ronald Fisher, George Williams o William Hamilton (no, no me he olvidado de S.J. Gould, simplemente Gould no está en esa liga :) ). Entre sus aportaciones figuran teorías tan importantes como la del Altruismo Recíproco, la Inversión Parental o el Conflicto Padres-Hijos, cuya influencia es imposible sobreestimar. A sus 72 años acaba de publicar un libro autobiográfico, Wild Life, y es ese libro el que voy a comentar brevemente.

Lo primero que tengo que decir, con gran dolor porque es uno de mis héroes, es que es un libro decepcionante y que francamente no lo recomiendo a las personas que estén interesadas en la evolución, porque no se habla mucho de evolución. La mayor parte del libro está dedicada a las peleas, atracos, juicios y asesinatos en los que Trivers se ha visto implicado de una u otra manera a lo largo de su vida en Jamaica. Jamaica es el segundo hogar de Trivers, allí ha vivido más de 18 años, allí se casó con dos mujeres jamaicanas y allí tiene todavía una casa en el campo. Trivers tiene cinco hijos (entre ellos dos chicas gemelas) y ocho nietos que viven ahora en EEUU. Cuando Trivers acudió a Jamaica a estudiar los lagartos se quedo enamorado de las mujeres de la isla y de la marihuana así que se las fue arreglando para conseguir fondos con los que poder viajar a la isla y llevar una vida ciertamente poco habitual en un académico o investigador. Trivers llegó a ser  miembro de los Panteras Negras gracias a su relación directa con el líder del movimiento, Huey Newton, una de las personas más inteligentes que ha conocido según sus propias palabras. Llegó hasta a publicar un artículo con él acerca del autoengaño de los pilotos en el caso del accidente de aviación del Flight 90 de Air Florida. La muerte de Newton es una de las que nos cuenta en el libro.

Con respecto a la evolución lo más importante del libro son los capítulos 1 y 2 donde glosa las figuras de Bill Drury, el hombre que le enseñó a pensar, y de Ernst Mayr. Cuando dice que Drury le enseño a pensar se refiere a pensar evolucionistamente, al quitar de su cabeza las ideas predominantes en la época de que los animales hacían las cosas por el bien del grupo y de la especie. También es interesante el capitulo 13 donde nos ofrece unas pequeñas viñetas de algunas figuras de la biología evolucionista con las que tuvo relación. Nos habla ahí de Richard Dawkins (bien), de W.D. Hamilton (muy bien), de S.J. Gould (muy mal) y de George Williams (muy bien). Hay que decir que el texto de este capitulo es un copia-pega de un libro anterior de Trivers, Natural selection and Social Theory: selected papers of Robert Trivers, éste sí un libro muy recomendable. 

Es difícil saber cuál es el mecanismo mental por el que Trivers ha pensado que a los lectores nos importaba más saber los detalles de las peleas entre ciertos personajes jamaicanos, desconocidos para nosotros, o de algunos más conocidos como el cantante de reggae Peter Tosh, que hablarnos de evolución, pero sospecho que el asunto tiene que ver con la enfermedad mental que padece. Robert Trivers padece Trastorno Bipolar y a lo largo del libro nos habla de algunas de sus crisis nerviosas, aunque tampoco con mucho detalle ya que dice de pasada que ese tema merecería un libro aparte.

En 1964 sufrió su primera fase maníaca y estuvo hospitalizado dos meses y medio en total. Luego habla de otra fase menos grave en 1972 y otra en 1988, cuando se encontraban en Alemania y fue hospitalizado en Gottingen y Hamburgo. Pero también habla de pasada de otros episodios en los que ha sido detenido por la policía por conductas de riesgo (conducir a alta velocidad, peleas, etc.) y que luego ha sido trasladado a hospitales pero no da muchos detalles. En el último capítulo del libro hace una valoración de su conducta y dice que  su vida se ha caracterizado por una falta de reflexión y es verdad que el libro nos dibuja a una persona con una gran impulsividad. No podemos saber si ese rasgo habrá estado relacionado con su T. Bipolar y trasluce un estado hipomaníaco de base o si se trata más bien de un rasgo de personalidad (o ambas cosas), pero decisiones trascendentales en su vida, como dejar Harvard en 1978, o irse a Santa Cruz las hacía movido por impulsos, porque había pasado un buen fin de semana en Santa Cruz, o por estar con Huey Newton.

El caso de Trivers es uno más que plantea la relación entre el genio y la enfermedad mental. La obra principal de Trivers es de los años 70 y luego no ha mostrado el mismo nivel de creatividad. Su creatividad, también, es de un tipo especial. Trivers se basó en datos y en trabajos de otros autores -más que en investigaciones propias- y supo encontrar patrones que otros no veían; o tal vez otros habían visto esos mismos patrones pero no supieron ver la importancia que encerraban. En algún sentido, su creatividad es similar a la de Watson y Crick que tampoco hicieron un trabajo directo sino un trabajo de reflexión y de estructuración de datos ya existentes. En definitiva nos encontramos ante una gran figura de la ciencia y de la biología evolucionista pero ante un mal libro.

@pitiklinov

Referencia:









3 comentarios:

Tay dijo...

¿La película sigue en pie? quizás en ese formato quede mejor que en el libro.

Pitiklinov dijo...

Sí y esperemos que sea mejor que el libro.

idea21 dijo...

Sobre Robert Trivers, desde luego, sin saber nada de su extraña biografía, tanta creatividad ya resultaba sospechosa...

http://unpocodesabiduria21.blogspot.com.es/2014/10/seleccion-natural-y-teoria-social-2002.html