domingo, septiembre 25, 2016

El origen de la fe

Decía en el comentario del libro de Joseph Henrich The Secret of Our Success que no había encontrado muchas ideas nuevas sobre la evolución cultural en él. Aquí voy a compartir la esencia  del capítulo 7 porque sí que es algo que no había visto expresado así en ningún sitio y creo que es interesante y con muchas potenciales implicaciones. El capitulo se titula: “Sobre el origen de la fe”. Vamos a verlo con uno de sus ejemplos.

La mandioca (yuca, casava…) es un tubérculo rico en hidratos de carbono que forma parte de la alimentación tradicional en muchos lugares del mundo (Henrich se alimentó principalmente de ella tanto en Amazonas como en el Pacífico sur). El problema es que es tóxica, contiene glucósidos cianogénicos, y para poder ser consumida hay que realizar un proceso que evita que se presenten problemas neurológicos, parálisis, problemas tiroideos, etc. Puedes consumir mandioca sin procesar durante años pero luego van apareciendo estos problemas progresivamente. En las sociedades tradicionales este proceso tiene varios pasos y no lo vamos a describir en detalle pero lo importante es señalar que este procesamiento de la mandioca es crucial porque en muchos lugares del mundo no hay cosecha o alimento alternativo. También este proceso de desintoxicación de la mandioca es un proceso largo y costoso que les lleva a las mujeres de estas sociedades tradicionales la cuarta parte del día.

Henrich nos plantea que si viviéramos en una de esas sociedades y somos un niño o adolescente que está aprendiendo la técnica, nosotros no sabríamos nada de la intoxicación por cianuro porque las técnicas de desintoxicación funcionan y no se ve la enfermedad. Incluso aunque se viera la enfermedad, no la relacionaríamos con la mandioca porque ocurre al de años. Es decir, los pasos del procedimiento son causalmente opacos para los individuos, los individuos no pueden deducir las funciones que cumplen las técnicas que realizan. Una madre podría pensar que todo el tratamiento de la mandioca se hace para quitarle el sabor amargo y podría acortar el proceso y quitarle algunos pasos. Ganaría tiempo para otras cosas y al principio no pasaría nada, pero al de unos años su familia sufriría una intoxicación por cianuro (que haría que tuvieran menos probabilidades de pasar sus genes a la próxima generación por lo que el procedimiento tradicional que realizan las otras familias sería el que se mantuviera: las culturas que hacen que la gente tenga más hijos desplazan a las que hacen que la gente tenga menos hijos). Dejarse guiar por la intuición o la opinión personal sería un error.

A principios del siglo XVII los portugueses llevaron la mandioca de Sudamérica a África Occidental  pero no transportaron los protocolos indígenas de procesamiento. Después de cientos de años, la intoxicación por cianuro todavía es un problema en África. El punto que nos quiere transmitir Henrich es que la evolución cultural es muchas veces más inteligente que nosotros. Operando a lo largo de generaciones los individuos van aprendiendo de los sujetos más prestigiosos o sanos del grupo y este proceso evolucionista genera adaptaciones culturales. Aunque estos complejos repertorios parecen bien diseñados para resolver los desafíos locales, no son primariamente resultado de que los individuos apliquen modelos causales, pensamiento racional o un análisis coste-beneficio. La mayoría de las veces la gente que realiza estas prácticas no entiende cómo funcionan ni siquiera sabe que están “haciendo algo”. Estas complejas adaptaciones  emergen precisamente porque la selección natural ha favorecido a los individuos que tienen fe en la herencia cultural por encima de sus intuiciones y experiencias personales. En muchas situaciones cruciales las intuiciones y la experiencia personal nos pueden llevar al desastre.

Henrich pone algunos otros ejemplos como los tabúes que siguen las embarazadas de no comer ciertos alimentos que son tóxicos para el feto (Fiji) o la costumbre de echar ceniza al maíz. Una dieta basada sólo en el maíz puede dar lugar a la pelagra por déficit de niacina (vitamina B3). Sin embargo hay niacina en el maíz pero no se libera al cocinarla normalmente. Son embargo, si se añade un álcali o brasas de madera o se queman conchas marinas y se mezcla con la comida entonces sí se libera la niacina.

La cuestión es: ¿cómo se le ocurre a la gente estos procedimientos? ¿De donde salen esas técnicas que desde luego no tienen nada de intuitivo? ¿De donde proceden estas “mutaciones culturales” por así llamarlas? Henrich no lo deja muy claro y parece dar a entender que son producto del azar…pero es que todavía le da una vuelta de tuerca más al asunto. Veamos.

Los humanos somos muy buenos identificando patrones, tan buenos que no podemos dejar de verlos aunque no existan. Cuando cazan renos los Naskapi de el Labrador, Canadá, tienen que decidir a dónde ir. El sentido común podría decir que lo lógico es ir al sitio donde uno mismo o los amigos tuvieron éxito la vez anterior. Pero si el cazador tiene tendencia a ir a un sitio la presa aprenderá a ir a otro distinto. Por ello, la mejor estrategia de caza sería un procedimiento aleatorio. El problema, como decíamos, es que los humanos somos muy malos generando procesos aleatorios, siempre tendemos a acabar realizando un patrón: dos veces al oeste y dos al este, 4 al norte y 4 al sur, etc.(recordad lo que pasa por ejemplo en la falacia del jugador

Así que lo que hacen los Naskapi es decidir dónde van a ir a cazar por un proceso de adivinación por el que ciertos huesos de reno se ponen al fuego e indican la dirección a seguir. De manera que básicamente lo que  estamos haciendo es generar un dispositivo de randomización que ayuda a los cazadores a evitar sus propios sesgos en la toma de decisiones (hoy en día una aplicación de smartphone nos podría generar direcciones aleatorias a seguir). Hay ejemplos en muchos otros lugares del mundo. Así que la idea a la que llegaríamos sería: no sólo es que la gente no entienda lo que las prácticas culturales que realizan hacen en realidad sino que, menudo, puede ser incluso importante que no entiendan estas prácticas y cómo funcionan. Si la gente entendiera que el augurio de los pájaros, o el que sea, no predice realmente el futuro se abandonaría esa práctica y seguiría sus propias intuiciones con peor resultado.

Henrich ha observado que cuando pregunta a los indígenas de las tribus donde ha estado por qué hacen una cosa muchos de ellos le dan alguna explicación. Al preguntarles. “¿por qué hacéis esto siempre así?” el nativo parece pensar “si me pregunta es que tiene que haber alguna razón…” y entonces da una respuesta. Pero eso no quería decir que la razón que el nativo puede dar para que él o su grupo haga una cosa sea realmente la razón por la que lo hacen. Muchas veces, la existencia de ciertas tecnologías o procesos es lo que ha hecho avanzar nuestro conocimiento y no al revés, que las tecnología fueran fruto de ese conocimiento. Como decía L. H. Henderson, la ciencia debe más a la máquina de vapor que la máquina de vapor a la ciencia. 

De manera que la selección natural no es el único proceso ciego o “tonto” capaz de crear adaptaciones complejas; la evolución cultural es perfectamente capaz de generar también complejas adaptaciones que nadie diseñó, es decir, sin que nadie tuviera un modelo mental causal antes de que aparecieran. En conjunto, la evolución cultural es más inteligente de lo que lo somos nosotros. Desde época temprana en nuestro linaje sobrevivir implicó tener fe en el conocimiento heredado de generaciones anteriores porque era más eficaz que confiar en lo que cada uno podía aprender a lo largo de una vida.  


Pero seguro que algunos ya os estáis dando cuenta de que esto de guiarnos por la fe tiene también su lado negativo. Lo de hacer las cosas “como se han hecho siempre” puede llevar a grandes éxitos pero también a mantener procesos y tradiciones que son absolutamente inútiles o contraproductivas. Lo ilustra muy bien esta historia con monos sobre cómo nace un paradigma


@pitiklinov

Referencia:



13 comentarios:

Memecio dijo...

Enhorabuena. Me ha encantado.
Supongo que hay algo que lleva al primer mono que no recibe los chorros de agua a imitar al resto y golpear al segundo recién llegado. ¿por qué imita ciegamente?

Santiago Sánchez-Migallón dijo...

Muy sugerente y evocador. Excelente. Pitiklinov es, sin duda, mi psiquiatra de cabecera.

Pitiklinov dijo...

Gracias a los dos
buena pregunta Memecio, no me había dado cuneta de la importancia de ese momento...supongo que es la tendencia al conformismo, a ir con la mayoría, un poco lo del experimento de Ash, de que si todos ven la raya más larga como la más corta es mejor no enfrentarse al grupo...
Saludos

Memecio dijo...

Es posible que sea eso.
Otra cuestión: me gustaría saber qué pensáis acerca de cómo se seleccionó la tradición de machacar la mandioca. Lo que se me ocurre es que aquellas sociedades que no la machacaban, o bien prescindían de la mandioca por deducción al cabo de los años, o desaparecían cuando les afectaba el componente tóxico. Y aquellas que la machacan, solo se me ocurre que sea por azar.
Pero ¿no es mucho azar?
Respecto al origen de las supersticiones, publiqué un artículo hace tiempo en la misma línea: http://memecio.blogspot.com.es/2006/05/la-caja-de-skinner-y-el-origen-de-las.html

Pitiklinov dijo...

No lo sé y es algo que me intriga mucho. Que surjan por azar ciertas conductas me parece muy poco probable pero que surjan por deducción lógica y racional también me lo parece porque hacer la asociación entre una causa y un efecto que están muy distantes me parece que no estaba al alcance de esas sociedades...
No tengo ni idea del origen de las mutaciones culturales...

Memecio dijo...

Voy a exponer la hipótesis que me parece más viable:
Supongamos que una mujer del poblado empieza a machacar la mandioca (por el motivo que sea: mejor sabor, mejor textura, mayor facilidad de masticación, nueva superstición, o simple capricho...). Los descendientes de la mujer tenderán a aprender ese hábito, mientras que las familias que no la machacan van enfermando a lo largo de las décadas.
La simple selección natural operará entonces a favor de las familias machacadoras, filtrando y eliminando las familias no machacadoras. Tras unas cuantas generaciones, todo el poblado será machacador. Y las dispersiones de su población a otras regiones.
Aunque no se conozca conscientemente el motivo del hábito, la costumbre habrá sido fijada.

idea21 dijo...

Según creo recordar esta "selección natural por azar" equivale más o menos al concepto de "deriva"

https://es.wikipedia.org/wiki/Deriva_gen%C3%A9tica

En cuanto al peligro de las tradiciones, el problema está en que mientras consumir mandioca correctamente siempre puede ser beneficioso puede suceder que otros procesos de deriva parecido obedezcan a necesidades que hoy ya no existen y cuyo origen ignoramos. Pongamos por caso las castas de la India. Recuerdo el relato acerca de que en muchos poblados indios había niñas y muchachas de la casta intocable que pasaban horas con un cántaro vacío junto a un pozo o fuente, esperando que alguien generoso de casta superior se lo llenara, porque se consideraba que si un intocable entraba en contacto con el manantial contaminaría el agua. De ese modo, apenas si tenían agua para lavarse y siempre estaban más sucios. Puesto que estaban sucios, los pobladores encontraban justificado que se les considerara contaminantes. Y puesto que se les consideraba contaminantes no se les ponía fácil acceder al agua, etc.

Nadie sabe en la India porqué esas familias son intocables, cuál es el origen de su marginación. Y a nadie le importa.

Pitiklinov dijo...

Memecio,
el ejemplo de machacar la mandioca o incluso alentarla es entendible porque es un proceso que viene de forma natural, pero lo de echar conchas marinas al maíz u otros es difícil que surja aleatoriamente y aunque surja, que se pueda hacer la relación porque los efectos son posteriores, fíjate lo que costó descubrir el escorbuto...Me sigue resultando misterioso

idea21,
muy interesante el ejemplo de las castas indias

viejecita dijo...

Don Germánico:
Sólo decir que espero que su amenaza de no volver a DEE sea eso, una amenaza producida por el enfado, pero que no la cumpla.
Que se le echa demasiado de menos en las largas temporadas n que se ausenta.
¡ Por Favor !

curso ilustracion dijo...

Ante todo enhorabuena por el blog porque he visto muchos artículos y las reflexiones que haces son geniales, a seguir de esta forma porque tienes un nuevo seguidor, sigue así!

Germánico dijo...

Viejecita, gracias por pasarte por aquí. No es este el post pero valga.

No estoy enfadado. No amenazo. En realidad quería irme. No quiero escribir en un blog con tanto contenido político. De hecho he cambiado en estos años en muchas cosas, y me resultaría difícil reconocer, clasificar y clarificar las razones por las cuales me siento cada vez más distanciado de ciertas ideas que en otro tiempo me parecieron ciertas (y cierro el círculo).

Sobre el asunto del post, no sé, no sé si me he perdido algo esencial, pero tengo la sensación que habla de costumbres y hábitos que la gente desarrolla y aprende a lo largo de las generaciones en una cultura dada y cuyos mecanismos básicos y razones de ser desconocen por completo. Todo eso ya lo dijo Friedrich Hayek, el más seductor y clarividente de los liberales, dado que a mi juicio era más un evolucionista que un liberal. Pero Hayek tiene mala prensa en la ciencia por haberse metido en los fangos políticos.

Los mecanismos cognitivos (de cognición social y general) y afectivos que subyacen a estos comportamientos, que dan origen a muchos "survivals" antropológicos, pueden estar también en la base de la fe, más o menos trascendente. Si bien dudo que estos comportamientos sean previos a (y den forma también a) la fe (cosa que no sé si alguien sostiene aquí), y más bien creo que es al contrario. Comportamientos de conformidad, prosociales, jerárquicos etc, hacen posible que en una sociedad dada se realicen todo tipo de rituales sin cuestionarse el origen o dando alguna respuesta a los mismos que satisfagan nuestras necesidades más íntimas (supervivencia, sublimada en trascendencia).

viejecita dijo...

Pues, Don Germánico, aunque el contenido de este blog me rebase, que soy bastante brutísima, seguiré viniendo con tal de leerle.
Aunque probablemente no me atreva a escribir.

Germánico dijo...

¿Y por qué no?

¡Los más brutos no se dan cuenta de que lo son!