Los hombres tenemos cierta propensión a actuar agresivamente ante nuestras parejas. La razón se entiende fácilemente una vez se conoce la teoría de la evolución y se admite que la selección no sólo afecta a la estructura corporal sino a las conductas y a las estructuras cerebrales correspondientes que las hacen posibles. Esto está admitido oficialmente para todos los animales excepto, Milagro!. El Hombre.
Los psicólogos cognitivos, los etólogos etc estudian rutinariamente conductas animanes que se transmiten genéticamente. Pero cuando ese tipo de estudios se intenta extender la ser Humano, la rama científica de la Iglesia de la Anunciación de lo Políticamente Correcto lanza a la calle estudiantes con pancarta y a científicos a los medios de comunicación para anatemizar y combatir a los sacrílegos que se atreven a defender el Hitlerianismo mas despiadado y el supermegaimperialismo mas atroz. Una vez abierta una brecha entre el entramado de furibundos moralistas e inquisidores y su masa de creyentes practicantes y no practicantes, pasemos a descubrir los mecanismos que explican, pero , en ningún caso justifican, la agresión doméstica. Una vez descubiertos los mecanismos, quizá nos den pistas para evitarlos. Pistas que pueden o pueden no agradar a los Policorrectos.
El bebé, la cría del ser humano recien nacido, es un ser indefenso. Hace 2 millones de añós el cerebro humano empezó a crecer. Su tamaño se hizo enorme de manera que dificultaba su nacimiento. Como resultado, los bebés no completan todo su desarrollo corporal y cerebral en el cuerpo de la madre, sino que el bebe humano tiene un largo periodo de crecimiento y aprendizaje durante el cual está indefenso. Criar un ser así es imposible para una madre en la Sabana Africana, llena de depredadores y recursos no muy abundantes. Por esta y varias razones, los machos de la especie humana empezaron a ayudar a las hembras a criar a sus hijos, aportándoles carne cuidados ropa etc.
Ocurrió que los que tenían una conducta más tendente a vigilar a las hembras ya apartar a otros machos de ellas tenían más descendencia que cuidaban ellos mismos, mientras que los que no vigilaban a las hembras, acababan criando los hijos de otros. Los hijos de los primeros, que eran más, heredaron esas conductas de sus padres celosos, los segundos eran menos y no tenian esa conducta. Así de generación en generación desde hace 2 millones de años mientras el cerebro crecia, la niñez tambien y eran necesarios cada vez mas inversión del padre para con sus hijos y por tanto menos posibilidades de descendencia en caso de criar a los hijos de otros y por tanto más celos etc. Las hembras a su vez, dado este esfuerzo creciente del padre, empezaron , por el mismo mecanismo, a desarrollar conductas hereditarias tendentes a vigilar al macho para que no invirtiera sus recursos en una segunda pareja. Este es el origen de los celos, que tiene distintas motivaciones y distinta intensidad en cada uno de los dos sexos.
Bien. De acuerdo con esto, el mecanismo de los celos en el hombre se puede disparar al descubrir una infidelidad pasada o presente o bien un indicio de ella. Puede también dispararse cuando descubre, consciente o inconscientemente, que un hijo no es suyo, o bien que es posible que no lo sea. En ciertas condiciones extremas de personalidad o de circunstancias ambientales: daño grave a la inversión paternal debido a un engaño continuado o indicios fundados o infundados de conducta que lleve a la sospecha de haber criado hijos ajenos o bien a circunstancias sociales como la justificación de la conducta agresiva en su grupo, imposibilidad de ser visto, bajos castigos en el sistema judicial.. En esos casos la conducta agresiva se produce, siguiendo la lógica evolutiva, para “aumentar el coste de la conducta no deseada por el macho” y por tanto, evitar que eso se pueda repetir. En el entorno primitivo, incluso puede haber servido de advertencia a otras posibles presentes o futuras parejas.
En caso de que la opción de agresión no sea la mas óptima dadas las circunstancias, la conducta masculina tiene la opción, más corriente en el mundo moderno, de desapegarse emocionalmente, reducir sus recursos invertidos en esta pareja e invertirlos en otra, o incluso dejar a su pareja causante de los celos. En el caso de que los celos sean por parte de la mujer la reacción es similar, aunque la opción violenta es menos típica dada la diferencia de constitución. Por eso la conducta femenina no se ve tan afectada por la represión de la violencia física en la civilización occidental. De todas formas, la inversión del hombre y de la mujer así como sus distintos intereses hacen que los celos sean de distinta naturaleza e intensidad en ambos sexos.
Todas estas conductas son típicas de las especies animales en las que el macho cuida de las crías, lo cual ocurre en algunos mamíferos como el hombre y especialmente, en los pájaros, algunos de los cuales tienen crías demasiado indefensas como para ser criadas por la hembra sola. Solo es necesario ver a un palomo vigilando de cerca a su paloma durante el periodo fértil para darse cuenta de que los celos son un mecanismo que transciende a la especie humana y obedece a los mismos mecanismos.
Esto puede ser terriblemente salvaje y descarnado, pero realmente así es en la mayoría de las culturas ancestrales. De hecho hay cosas peores: Está comprobado que la violencia contra los niños es mucho mayor cuando el padre no es el padre legítimo, o bien por infidelidad materna o bien en la situación más normal en la que el niño es el resultado de una relación anterior de la mujer. Eso existe desde siempre: En las guerras entre tribus, es normal el matar a los hijos de los vencidos y violar o raptar a las madres. También es un mecanismo adaptativo: los machos de muchas especies, cuando vencen a otro macho, además de quedarse con sus hembras, matan a las crías de éstas de manera que los esfuerzos de las hembras se dirijan hacia los nuevos hijos del nuevo macho.
El es no justifica el debe ser. Que yo tenga conductas potencialmente agresivas no justifica en ningun caso que yo inicie la agresión hacia nadie. La penalización de la agresión es necesaria. La razón es que , admitiendo lo anterior, aunque seamos robots creados por evolución natural, aunque no tengamos realmente libre albedrío en el sentido puro de la palabra, si tenemos en cambio capacidad de valorar el coste/beneficio de nuestras acciones. Y por ello las penas sirven para detener los actos violentos futuros. Pero no todos los actos se pueden detener con penas. Nuestras conductas están adaptadas para optimizar el coste/beneficio genético (optimizar el numero de descendientes) en el ambiente original del ser humano. El ambiente actual es muy distinto. Seguirá habiendo hombres que maten a sus parejas en un ataque de celos porque, observando las tribus primitivas, en el ambiente ancestral no es de esperar que el infringir daño a una mujer que se muestra infiel no suponía un castigo por parte de los demás sino que probablemente era un deber cuya omisión probablemente acarreaba consecuencias graves para el ofendido en terminos de valoración social, estatus (otra tendencia instintiva) y por tanto posibilidades de reproducción futura con otras hembras. Ya que la infidelidad manifiesta es uno de los actos que más puede atacar a las posibilidades de éxito reproductivo presente y futuro de una pareja, es de esperar que el sentimiento de venganza que desencadena sea de los más fuertes e irresistibles que la evolución haya podido diseñar. Aunque de todas maneras unas penas más severan disminuirían el numero de maltratos, hay fuerzas mucho más poderosas que tienden a aumentar al violencia doméstica:
El estilo de vida actual, con amplia libertad sexual no solo amplía las posibilidades de infidelidad, sino que envía constantes signos de alarma al mecanismo inconsciente de la detección de conductas desleales en hombres y mujeres. No olvidemos que los mecanismos evolutivos funcionan de forma inconsciente. Sus causas pueden ser descubiertas conscientemente en algunos casos, pero normalmente afloran a la consciencia en forma de sentimientos. Sentimientos que a veces no sabemos de donde vienen. Pueden ser violentos u producir daños irreparables o pueden desencadenar conductas a medio o largo plazo.
Los psicólogos cognitivos, los etólogos etc estudian rutinariamente conductas animanes que se transmiten genéticamente. Pero cuando ese tipo de estudios se intenta extender la ser Humano, la rama científica de la Iglesia de la Anunciación de lo Políticamente Correcto lanza a la calle estudiantes con pancarta y a científicos a los medios de comunicación para anatemizar y combatir a los sacrílegos que se atreven a defender el Hitlerianismo mas despiadado y el supermegaimperialismo mas atroz. Una vez abierta una brecha entre el entramado de furibundos moralistas e inquisidores y su masa de creyentes practicantes y no practicantes, pasemos a descubrir los mecanismos que explican, pero , en ningún caso justifican, la agresión doméstica. Una vez descubiertos los mecanismos, quizá nos den pistas para evitarlos. Pistas que pueden o pueden no agradar a los Policorrectos.
El bebé, la cría del ser humano recien nacido, es un ser indefenso. Hace 2 millones de añós el cerebro humano empezó a crecer. Su tamaño se hizo enorme de manera que dificultaba su nacimiento. Como resultado, los bebés no completan todo su desarrollo corporal y cerebral en el cuerpo de la madre, sino que el bebe humano tiene un largo periodo de crecimiento y aprendizaje durante el cual está indefenso. Criar un ser así es imposible para una madre en la Sabana Africana, llena de depredadores y recursos no muy abundantes. Por esta y varias razones, los machos de la especie humana empezaron a ayudar a las hembras a criar a sus hijos, aportándoles carne cuidados ropa etc.
Ocurrió que los que tenían una conducta más tendente a vigilar a las hembras ya apartar a otros machos de ellas tenían más descendencia que cuidaban ellos mismos, mientras que los que no vigilaban a las hembras, acababan criando los hijos de otros. Los hijos de los primeros, que eran más, heredaron esas conductas de sus padres celosos, los segundos eran menos y no tenian esa conducta. Así de generación en generación desde hace 2 millones de años mientras el cerebro crecia, la niñez tambien y eran necesarios cada vez mas inversión del padre para con sus hijos y por tanto menos posibilidades de descendencia en caso de criar a los hijos de otros y por tanto más celos etc. Las hembras a su vez, dado este esfuerzo creciente del padre, empezaron , por el mismo mecanismo, a desarrollar conductas hereditarias tendentes a vigilar al macho para que no invirtiera sus recursos en una segunda pareja. Este es el origen de los celos, que tiene distintas motivaciones y distinta intensidad en cada uno de los dos sexos.
Bien. De acuerdo con esto, el mecanismo de los celos en el hombre se puede disparar al descubrir una infidelidad pasada o presente o bien un indicio de ella. Puede también dispararse cuando descubre, consciente o inconscientemente, que un hijo no es suyo, o bien que es posible que no lo sea. En ciertas condiciones extremas de personalidad o de circunstancias ambientales: daño grave a la inversión paternal debido a un engaño continuado o indicios fundados o infundados de conducta que lleve a la sospecha de haber criado hijos ajenos o bien a circunstancias sociales como la justificación de la conducta agresiva en su grupo, imposibilidad de ser visto, bajos castigos en el sistema judicial.. En esos casos la conducta agresiva se produce, siguiendo la lógica evolutiva, para “aumentar el coste de la conducta no deseada por el macho” y por tanto, evitar que eso se pueda repetir. En el entorno primitivo, incluso puede haber servido de advertencia a otras posibles presentes o futuras parejas.
En caso de que la opción de agresión no sea la mas óptima dadas las circunstancias, la conducta masculina tiene la opción, más corriente en el mundo moderno, de desapegarse emocionalmente, reducir sus recursos invertidos en esta pareja e invertirlos en otra, o incluso dejar a su pareja causante de los celos. En el caso de que los celos sean por parte de la mujer la reacción es similar, aunque la opción violenta es menos típica dada la diferencia de constitución. Por eso la conducta femenina no se ve tan afectada por la represión de la violencia física en la civilización occidental. De todas formas, la inversión del hombre y de la mujer así como sus distintos intereses hacen que los celos sean de distinta naturaleza e intensidad en ambos sexos.
Todas estas conductas son típicas de las especies animales en las que el macho cuida de las crías, lo cual ocurre en algunos mamíferos como el hombre y especialmente, en los pájaros, algunos de los cuales tienen crías demasiado indefensas como para ser criadas por la hembra sola. Solo es necesario ver a un palomo vigilando de cerca a su paloma durante el periodo fértil para darse cuenta de que los celos son un mecanismo que transciende a la especie humana y obedece a los mismos mecanismos.
Esto puede ser terriblemente salvaje y descarnado, pero realmente así es en la mayoría de las culturas ancestrales. De hecho hay cosas peores: Está comprobado que la violencia contra los niños es mucho mayor cuando el padre no es el padre legítimo, o bien por infidelidad materna o bien en la situación más normal en la que el niño es el resultado de una relación anterior de la mujer. Eso existe desde siempre: En las guerras entre tribus, es normal el matar a los hijos de los vencidos y violar o raptar a las madres. También es un mecanismo adaptativo: los machos de muchas especies, cuando vencen a otro macho, además de quedarse con sus hembras, matan a las crías de éstas de manera que los esfuerzos de las hembras se dirijan hacia los nuevos hijos del nuevo macho.
El es no justifica el debe ser. Que yo tenga conductas potencialmente agresivas no justifica en ningun caso que yo inicie la agresión hacia nadie. La penalización de la agresión es necesaria. La razón es que , admitiendo lo anterior, aunque seamos robots creados por evolución natural, aunque no tengamos realmente libre albedrío en el sentido puro de la palabra, si tenemos en cambio capacidad de valorar el coste/beneficio de nuestras acciones. Y por ello las penas sirven para detener los actos violentos futuros. Pero no todos los actos se pueden detener con penas. Nuestras conductas están adaptadas para optimizar el coste/beneficio genético (optimizar el numero de descendientes) en el ambiente original del ser humano. El ambiente actual es muy distinto. Seguirá habiendo hombres que maten a sus parejas en un ataque de celos porque, observando las tribus primitivas, en el ambiente ancestral no es de esperar que el infringir daño a una mujer que se muestra infiel no suponía un castigo por parte de los demás sino que probablemente era un deber cuya omisión probablemente acarreaba consecuencias graves para el ofendido en terminos de valoración social, estatus (otra tendencia instintiva) y por tanto posibilidades de reproducción futura con otras hembras. Ya que la infidelidad manifiesta es uno de los actos que más puede atacar a las posibilidades de éxito reproductivo presente y futuro de una pareja, es de esperar que el sentimiento de venganza que desencadena sea de los más fuertes e irresistibles que la evolución haya podido diseñar. Aunque de todas maneras unas penas más severan disminuirían el numero de maltratos, hay fuerzas mucho más poderosas que tienden a aumentar al violencia doméstica:
El estilo de vida actual, con amplia libertad sexual no solo amplía las posibilidades de infidelidad, sino que envía constantes signos de alarma al mecanismo inconsciente de la detección de conductas desleales en hombres y mujeres. No olvidemos que los mecanismos evolutivos funcionan de forma inconsciente. Sus causas pueden ser descubiertas conscientemente en algunos casos, pero normalmente afloran a la consciencia en forma de sentimientos. Sentimientos que a veces no sabemos de donde vienen. Pueden ser violentos u producir daños irreparables o pueden desencadenar conductas a medio o largo plazo.
Por tanto, se desencadenan las conductas típicas descritas anteriormente: o bien violencia contra la mujer o bien desapego sentimental y abandonos de pareja. Las consecuencias a su vez desencadenan más violencia: más convivencia de los hijos con padres que no son los biológicos, más violencia contra los hijos. Finalmente, hay más hombres solos y mujeres solas con niños que en el ambiente moral actual están desorientados y culpabilizados desde la Escuela, donde tambien hay más niñas confundidas y en conflicto con una pedagogía políticamente correcta llena de soberbia e ignorancia y tendente al arrasamiento de cualquier tradición que el sentido común haya creado a través de generaciones y generaciones.
Si leyera esto el Cardenal Rouco, no sé si sonreiría por las conclusiones o se preocuparía por el ateismo manifiesto de la teoría científica que las justifica. En cualquier caso, la Iglesia y la tradición tienen razón una vez más.. La moral actual produce más violencia por los aspectos apuntados arriba y por otros, ver mi justificación de la monogamia en un artículo anterior.
Todo esto reafirma la superioridad del orden espontáneo del liberalismo sobre el despotismo uniformizador de la izquierda.
Si leyera esto el Cardenal Rouco, no sé si sonreiría por las conclusiones o se preocuparía por el ateismo manifiesto de la teoría científica que las justifica. En cualquier caso, la Iglesia y la tradición tienen razón una vez más.. La moral actual produce más violencia por los aspectos apuntados arriba y por otros, ver mi justificación de la monogamia en un artículo anterior.
Todo esto reafirma la superioridad del orden espontáneo del liberalismo sobre el despotismo uniformizador de la izquierda.
Es un hecho que se da más "violencia doméstica" en las parejas de hecho que en los matrimonios. Según mis cálculos, en España, el riesgo relativo de sufrir malos tratos de una mujer en una pareja de hecho frente a una mujer en un matrimonio es seis o siete veces superior. Ahora bien, me da la impresión de que hay que distinguir entre parejas de hecho en las que ambos son solteros (y se mantendrán así muchísimo tiempo o se casarán) de aquéllas en las que uno de los miembros o ambos proceden de matrimonios anteriores. En éstas las diferencias de edad entre hombre y mujer (a favor del uno o de la otra) son mucho mayores que en los matrimonios--y en las uniones de hecho de "solteros". No sé por qué pero me da que son uniones menos "equilibradas". Seguro que hay una buena explicación de psicología evolucionista para ello.
ResponderEliminarSe me ha olvidado decir que yo creo que el riesgo extra de las mujeres en parejas de hecho viene de ese segundo tipo de parejas de hecho, las menos "equilibradas"; no tanto de las de "solteros". Pero para esta afirmación no tengo datos, pues las estadísticas de violencia doméstica en España no recogen informaciones tan detalladas.
ResponderEliminarEs un tema escabroso y no exento de comnotaciones ideologicas , la reduccion a solo motivaciones biologico-sociales de beneficio en la crianza y la funcion reproductiva , es acertada, pero solo en una medida no determinate , entiendo , que la existencia de cerebros reptilineos que se motivan por egoismos celosos , es en gran medida patologica social , yo diria una falta de adaptacion al nuevo sistema , ya no se necesita "el macho porveedor" , al menos en el sentido ancestral de defensa de la prole , cualquier hembra puede con capacidad economica suficiente criar , y viceversa el macho puede sin necesidad de pareja , si sabe maximizar sus recursos , mantener y criar unos hijos , de ahi las nuevas formas sociales de familias nonoparentales .Todo cambia , tenemos la ayuda de la tecnica , de las guarderias , de trabajadores en casa ...etc .Se necesita una nueva adaptacion de los comportamientos de pareja , sobretodo del hombre , el consabido cambio de mentalidad , que por parte de algunos cerebros no es asimilado y consecuentemente genera tambien violencia , que conste que tampoco excluyo el cambio de mentalidad en las mujeres , estas deben tener necesita una educacion preventiva que genere comportamientos de suficiencia y de no dependencia de las parejas masculinas , asi sabran ser asertivas , con autoestima e independencia que las defienda de futuros maltratos.He hecho enfasis en un aspecto actual , tus argumentos creo son validos en una sociedad paleolitica , su eco de comportamiento subsiste en nosotros , pero solo es eso , el fundamento de la evolucion es el cambio adaptacion , en eso estamos .
ResponderEliminarVirginia .V
Virginia, todo ese largo post mio es para intentarte hacer ver que esos comportamientos no son culturales, que han tardado 2 millones de años en formarse y que aún si la socieda actual siguiera,tardaria otros 2 millones de años en desaparecer. Creo que mi punto de vista está claro. Y el precio de aceptarlo es la infelididad. la separación, el desapego al constatar la imposibilidad, para muchos, mas bien todos los que sigamos ese estilo de vida, para sentirse bien con las relaciones de pareja. Y empezando por ahí, todo lo demás que es importante.
ResponderEliminarWonka, es interesante lo que dices, no sabia esos detalles. habrá que estudiarlo.
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