La mayor de todas las responsabilidades para un mamífero es cuidar y sacar adelante el frágil proyecto de una vida nueva. Dicha responsabilidad recae principalmente sobre las hembras, tanto durante el embarazo, en el que cargan con los costes energéticos y el peso del futuro ser, como después de él, al proporcionarle protección y leche materna. Cuanto más largo es el desarrollo del retoño, mayor es el precio que ha de pagarse por la maternidad, y mayor la ayuda necesitada. Que la niñez prolongada sea algo propio de mamíferos sociales no sorprende, puesto que lo dilatado del período de crecimiento del cerebro está en relación con las demandas de un entorno socialmente más complejo, por un lado, y por otro es preciso un entorno socialmente complejo, en el que existan ayuda y apoyos, para que dicho desarrollo sea viable. En dicho entorno social más complejo los machos desempeñan un papel cada vez más activo en relación con las crías. Sea proporcionando protección, alimento o ayuda, a hembra y crías, sea directamente cuidando a la prole. Pero ni entre nosotros ni en la naturaleza salvaje las cosas son idílicas. El conflicto nace de la perpetuación de los propios genes egoístas. Los machos no se hacen cargo de cualquier criatura indefensa. De hecho, si la criatura no es suya, pero sí lo es de la hembra con la que desean aparearse, no les agradará en absoluto. En los años 70 se observó (Yukimaru Sugiyama) como en una especie primate oriunda de la India, los langures, los machos mataban a las crías de las hembras con las que deseaban aparearse. Lo que parecía deberse a un problema demográfico tenía raíces más profundas en la historia evolutiva.
Sarah Blaffer Hrdy, una antropóloga americana, se lanzó a la aventura de observar detenidamente el comportamiento de estos animales en su hábitat natural, y comprobó en reiteradas ocasiones cómo los machos mataban a las crías de las hembras a las que querían seducir. No es precisamente un gesto romántico, para empezar una relación, asesinar al vástago de tu pretendida, así que había que buscar una explicación satisfactoria a una agresión aparentemente gratuita. Como en la naturaleza nada es gratis, ya que se juega dentro de estrechos márgenes energéticos y vitales, lidiando permanentemente con la escasez y el peligro, cabía imaginar que algún beneficio indudable proporcionaría a los machos tamaña violencia. Y Sarah B. Hrdy dio con la respuesta: las hembras abandonarían la lactancia y volverían a su ciclo sexual, estando con ello más receptivas para los genes de los nuevos machos, así como para los propios machos, no teniendo crías que cuidar. Los machos así pasarían sus genes a la siguiente generación (fin último) y disfrutarían del sexo (fin inmediato).
Sarah B.Hrdy, además de experimentar en sus propias carnes la experiencia de la maternidad (experiencia única que, sin embargo, tienen al menos una vez en la vida aproximadamente la mitad de nosotros) ha reflexionado profundamente sobre ella. Sus numerosos artículos y ensayos avalan su empeño por interpretar y comprender el fenómeno de la crianza con un enfoque comparativo, desde una perspectiva evolucionista.
En la actualidad vive volcada en su familia, en su negocio (Citrona Farms), en sus estudios y en sus escritos, para deleite de todos los que intentan entender mejor porqué somos como somos. Y ha tenido la amabilidad de dedicar una parte de su precioso tiempo a respondernos unas preguntas, por lo que le estamos profundamente agradecidos. Asimismo agradezco a Marzo que haya revisado mi traducción de sus respuestas, que contenía numerosas imprecisiones y errores de bulto, y a Sophie Bassouls la magnífica foto que hizo de Sarah, que encabeza este post.
Sarah B.Hrdy, además de experimentar en sus propias carnes la experiencia de la maternidad (experiencia única que, sin embargo, tienen al menos una vez en la vida aproximadamente la mitad de nosotros) ha reflexionado profundamente sobre ella. Sus numerosos artículos y ensayos avalan su empeño por interpretar y comprender el fenómeno de la crianza con un enfoque comparativo, desde una perspectiva evolucionista.
En la actualidad vive volcada en su familia, en su negocio (Citrona Farms), en sus estudios y en sus escritos, para deleite de todos los que intentan entender mejor porqué somos como somos. Y ha tenido la amabilidad de dedicar una parte de su precioso tiempo a respondernos unas preguntas, por lo que le estamos profundamente agradecidos. Asimismo agradezco a Marzo que haya revisado mi traducción de sus respuestas, que contenía numerosas imprecisiones y errores de bulto, y a Sophie Bassouls la magnífica foto que hizo de Sarah, que encabeza este post.
En inglés:
1.- What ecological and social pressures are at the base of the spectacular growth of the human brain? What are the milestones of human evolution?
Bigger brains are going to be useful for most highly social animals -- this is the logic underlying the Machiavellian Intelligence hypothesis that Byrne and Whitten talk about and the Social Intelligence hypothesis proposed by Robin Dunbar and others. The trouble is, brains are energetically greedy, incredibly costly organs, so even given that a bigger brain would be helpful, how to finance them? What happened so that Homo erectus could afford to grow a 1,000 cubic centimeter brain, more than twice as large as that of either chimpanzees or autralopithecines, and Homo sapiens could grow one 1,000-1,300 ccs.? Most anthropologists assume that the possessors of these big brains were somehow better at harvesting and processing food, but as I stress in my forthcoming book Mothers and Others, alloparental in addition to parental care and provisioning of young (cooperative breeding) played a big role. We know from other animals (the bird evidence on this is particularly strong) that creatures with cooperative breeding have longer periods of post-fledging (or in the mammal case, post-weaning) dependence. That is, youngsters can take longer to grow up without starving because they are being provisioned by others. In humans we refer to this prolonged dependence as childhood, and my hunch is it is cooperative breeding initially launched members of the genus Homo on the path to bigger brains, after which all the usual suspects (e.g. learning new subsistence skills, language and culture, etc.) also came into play in the co-evolution of bigger brains, longer lifespans etc. etc. Plenty of other animals also evolved cooperative breeding, but no other ape besides humans rears young that way, and the consequences have been spectacular.
2 .- How do you think we calculate the costs and benefits in our complex social interactions?
In our guts as well as minds, or as Aldous Huxley put it years ago "Ends are ape-chosen, only the means are man's".
3.-Is social reality essentially conflictive?
Often, yes, but not always.
4.-Do we have a machiavellian intelligence?
Of course.
5.-Why are the brains and behaviour of men and women so different?
I don't know much about brains, but if I had a question about innate cognitive capacities of boys and girls, I would consult the writing of Liz Spelke, for whom I have the utmost respect. Some of her work on this topic is readily available on line. The problem is, so many observed sex differences in humans can not be understood apart from socialization. That said, many of the sex differences seen in humans probably do have the same source as those observed among nonhuman primates.
That is, through evolutionary time, males and females were selected to have different priorities. But since priorities of the two sexes can differ between species, it is important to keep in mind that we are not so much talking about essential differences between females who produce large ova and males who produce smaller gametes, as we are talking about animals who through the deep history of a particular species have been subjected to different selection pressures. Among the Hanuman langur monkeys that I used to study in India, females were far more interested in taking and holding another female's infant than males (who were responsible for less than 1%) of all attempts to hold infants. This was presumably because immature females benefit from practice caretaking later on, when they become mothers, and adult females, especially pregnant females near term (who are especially eager to hold babies) are hormonally primed for their pending role. But if we turn to some other species, such as titi monkeys among whom fathers carry the infant most of each day, except when the baby is suckling, being near infants is as high or higher a priority for males as it is for females. This is a species with a very different history.
But to return to your initial question, as with most primates, ancestral men were probably more focused on achieving status both in the eyes of other men and of women, more focused on linear hierarchies. But this is not to say women were uninterested in competition. As I stressed in The Woman that Never Evolved, female primates can be fiercely competitive and be just as interested as males are in striving for status in the spheres that matter to them. Typically these spheres have to do with access to resources, both food resources and the social support (e.g. allomaternal help) that mothers need to rear their offspring. In the sexual realm, male libido is a powerful motivator, but so is the libido of females even though female sexual proceptivity tends to be more cyclical. In Mother Nature pp. 219-225 I joke about the comparison between Mr. Ever-Ready and Ms. Intermittently Fertile, and I still think this is a good way to explain frequently observed differences in the sexuality of men and women.
6.- What do primates teach us about ourselves?
Well, since we are primates, through studying them we learn our own family history, and behavioural observations across species helps put topics like sex differences, sexuality, cooperation, competition and infant care in broad comparative perspective.
7 .- Could you tell us something about your field work with langurs?
I initially went to Rajasthan to study Hanuman langurs because I had learned from the Japanese primatologist Yukimaru Sugiyama that males in this species were attacking and killing infants at a site in South India called Dharwar. It was widely asumed then that this was pathological behaviour produced by the unusually high population densities at Dharwar. By the end of my first field season, I realized that my starting hypothesis was wrong, and that infanticidal behaviour in langur males was probably adaptive. I developed what I called "the sexual selection hypothesis" (from Darwin's hypothesis about members of one sex competing for the other). I argued that males who entered the breeding system from outside were eliminating the unweaned infants of their predecessors so as to cancel the female's last mate choice, and compress her reproductive career into the limited time that the infanticidal male was likely to have access to her. This was in 1974. By 1977 when I wrote an article entitled "Infanticide as a primate reproductive strategy" I had become convinced that this particular reproductive strategy is widespread among primates generally. (Infanticide by males has now been reported for several dozen species). This raised questions about how females respond to the threat to them posed by infanticidal males. Then, the more time I spent studying these beautiful black-faced silver monkeys, the more entranced I became, fascinated with many other facets of their lives. Much of what I learned is summarized in The Langurs of Abu: Female and male strategies of reproduction.
8.- Why is human ovulation concealed?
There is tremendous variation in primates in the degree to which females advertise ovulation, ranging from the enormous pink sexual swellings at mid-cycle in chimpanzees and baboons, to the much more difficult to detect morphological changes in gorillas, orangutans, or langur monkeys. The two dozen or so species of primates with conspicuously advertised ovulation are mostly found in breeding systems where a female at midcycle solicits and copulates with a number of males who are right there, in her group, when she ovulates. Through conspicuous advertisement of ovulation, the female ensures that she mates with many or most of them.
As to why it would be advantageous for females to mate polyandrously with multiple males, there is no single explanation. Since I first started to write about the puzzle of polyandrous mating back in the 1970s, it has become increasingly apparent just how widespread the pattern is, and how variable the explanations are for females seeking to mate with multiple males. A female could be seeking better genes, confusing paternity so as to forestall infanticide, or soliciting support for her offspring from a wider network of "possible" fathers. Darwinians have come a long way from the days when it was assumed that males were ardent to mate but females would necessarily be "reluctant" to do so, but there is still a great deal to be learned.
As for humans, we fall among the species that live in pairs, or else live in groups where encounters with extra-pair or extra-troop males are less predictable. Relying primarily on behaviour rather than morphology to solicit males, is one way females in such breeding systems broaden their options.
9.-Why do you think human females have a menopause?
The dictionary definition of menopause is cessation of menses, and we know for a number of primates that as they age some females who live long enough cease to menstruate before they die. I also know from the langurs of Abu that old and post-menopausal can be especially bold and altruistic in defense of kin. What is unusual about humans then, is not so much menopause per se as it is that women go on living for decades rather than just a few years afterwards. In my opinion, the most plausible explanation for longer post-menopausal lifespans is the hypothesis proposed by Kristen Hawkes, that these post-reproductive old females can continue to help provision their younger female kin.
10.-How can infanticide be explained from an evolutionary standpoint?
In 1979 I wrote a paper classifying infanticide according to five explanatory hypotheses -- 1) exploitation of the infant as a resource; 2) elimination of competition for resources; 3) "sexually selected" infanticide (described above); 4) "parentally manipulated" infanticide that increases inclusive fitness of perpetrator; 5) nonadaptive or pathological infanticide where there is no gain to the killer. In Infanticide: Comparative and Evolutionary Perspectives I spelled out the predictions generated by each of these classes of infanticide (that volume edited by Glenn Hausfater and myself first appeared in 1984, and was reprinted in 2008). So far as nonhuman primates go, sexually selected infanticide by males is the most widespread type, and usually conforms to predictions of the sexual selection hypothesis (i.e. the infant is not yet weaned, and the killer is a male who has not previously mated with the mother). In humans however, the pattern is very different insofar as infanticide or abandonment usually occurs within hours of birth and the mother herself is implicated. I devote a large part of Mother Nature to trying to explain maternal love and ambivalence in such cases
11.-What is the importance of culture in human beings?
If demography is almost everything, culture (which of course influences demography) is nearly everything else! That said, I find it impossible to think about culture any more without taking into account both deep evolutionary history, more recent, "traditional" history, and the weird ways in which cultural traditions (specifically in spheres like mythology) can take on lives of their own. Your question is too difficult.
12.- What is your current focus of interest?
The origin of our "other-regarding impulses" and what psychiatrists call "inter-subjectivity"-- why we humans are so much more interested in what others are thinking, feeling and intending than other apes are. My forthcoming book Mothers and Others: The evolutionary origins of mutual understanding marks my tentative first efforts at trying to solve this puzzle. These other-regarding impulses provide the underpinnings for our remarkable abilities to cooperate with each other -- a degree of cooperation not found in other apes which has had spectacular repercussions for our demographic success.
13.-What mystery would you like to uncover?
I want to understand the origins of these quests for inter-subjective engagement, how they first got started.
1.- What ecological and social pressures are at the base of the spectacular growth of the human brain? What are the milestones of human evolution?
Bigger brains are going to be useful for most highly social animals -- this is the logic underlying the Machiavellian Intelligence hypothesis that Byrne and Whitten talk about and the Social Intelligence hypothesis proposed by Robin Dunbar and others. The trouble is, brains are energetically greedy, incredibly costly organs, so even given that a bigger brain would be helpful, how to finance them? What happened so that Homo erectus could afford to grow a 1,000 cubic centimeter brain, more than twice as large as that of either chimpanzees or autralopithecines, and Homo sapiens could grow one 1,000-1,300 ccs.? Most anthropologists assume that the possessors of these big brains were somehow better at harvesting and processing food, but as I stress in my forthcoming book Mothers and Others, alloparental in addition to parental care and provisioning of young (cooperative breeding) played a big role. We know from other animals (the bird evidence on this is particularly strong) that creatures with cooperative breeding have longer periods of post-fledging (or in the mammal case, post-weaning) dependence. That is, youngsters can take longer to grow up without starving because they are being provisioned by others. In humans we refer to this prolonged dependence as childhood, and my hunch is it is cooperative breeding initially launched members of the genus Homo on the path to bigger brains, after which all the usual suspects (e.g. learning new subsistence skills, language and culture, etc.) also came into play in the co-evolution of bigger brains, longer lifespans etc. etc. Plenty of other animals also evolved cooperative breeding, but no other ape besides humans rears young that way, and the consequences have been spectacular.
2 .- How do you think we calculate the costs and benefits in our complex social interactions?
In our guts as well as minds, or as Aldous Huxley put it years ago "Ends are ape-chosen, only the means are man's".
3.-Is social reality essentially conflictive?
Often, yes, but not always.
4.-Do we have a machiavellian intelligence?
Of course.
5.-Why are the brains and behaviour of men and women so different?
I don't know much about brains, but if I had a question about innate cognitive capacities of boys and girls, I would consult the writing of Liz Spelke, for whom I have the utmost respect. Some of her work on this topic is readily available on line. The problem is, so many observed sex differences in humans can not be understood apart from socialization. That said, many of the sex differences seen in humans probably do have the same source as those observed among nonhuman primates.
That is, through evolutionary time, males and females were selected to have different priorities. But since priorities of the two sexes can differ between species, it is important to keep in mind that we are not so much talking about essential differences between females who produce large ova and males who produce smaller gametes, as we are talking about animals who through the deep history of a particular species have been subjected to different selection pressures. Among the Hanuman langur monkeys that I used to study in India, females were far more interested in taking and holding another female's infant than males (who were responsible for less than 1%) of all attempts to hold infants. This was presumably because immature females benefit from practice caretaking later on, when they become mothers, and adult females, especially pregnant females near term (who are especially eager to hold babies) are hormonally primed for their pending role. But if we turn to some other species, such as titi monkeys among whom fathers carry the infant most of each day, except when the baby is suckling, being near infants is as high or higher a priority for males as it is for females. This is a species with a very different history.
But to return to your initial question, as with most primates, ancestral men were probably more focused on achieving status both in the eyes of other men and of women, more focused on linear hierarchies. But this is not to say women were uninterested in competition. As I stressed in The Woman that Never Evolved, female primates can be fiercely competitive and be just as interested as males are in striving for status in the spheres that matter to them. Typically these spheres have to do with access to resources, both food resources and the social support (e.g. allomaternal help) that mothers need to rear their offspring. In the sexual realm, male libido is a powerful motivator, but so is the libido of females even though female sexual proceptivity tends to be more cyclical. In Mother Nature pp. 219-225 I joke about the comparison between Mr. Ever-Ready and Ms. Intermittently Fertile, and I still think this is a good way to explain frequently observed differences in the sexuality of men and women.
6.- What do primates teach us about ourselves?
Well, since we are primates, through studying them we learn our own family history, and behavioural observations across species helps put topics like sex differences, sexuality, cooperation, competition and infant care in broad comparative perspective.
7 .- Could you tell us something about your field work with langurs?
I initially went to Rajasthan to study Hanuman langurs because I had learned from the Japanese primatologist Yukimaru Sugiyama that males in this species were attacking and killing infants at a site in South India called Dharwar. It was widely asumed then that this was pathological behaviour produced by the unusually high population densities at Dharwar. By the end of my first field season, I realized that my starting hypothesis was wrong, and that infanticidal behaviour in langur males was probably adaptive. I developed what I called "the sexual selection hypothesis" (from Darwin's hypothesis about members of one sex competing for the other). I argued that males who entered the breeding system from outside were eliminating the unweaned infants of their predecessors so as to cancel the female's last mate choice, and compress her reproductive career into the limited time that the infanticidal male was likely to have access to her. This was in 1974. By 1977 when I wrote an article entitled "Infanticide as a primate reproductive strategy" I had become convinced that this particular reproductive strategy is widespread among primates generally. (Infanticide by males has now been reported for several dozen species). This raised questions about how females respond to the threat to them posed by infanticidal males. Then, the more time I spent studying these beautiful black-faced silver monkeys, the more entranced I became, fascinated with many other facets of their lives. Much of what I learned is summarized in The Langurs of Abu: Female and male strategies of reproduction.
8.- Why is human ovulation concealed?
There is tremendous variation in primates in the degree to which females advertise ovulation, ranging from the enormous pink sexual swellings at mid-cycle in chimpanzees and baboons, to the much more difficult to detect morphological changes in gorillas, orangutans, or langur monkeys. The two dozen or so species of primates with conspicuously advertised ovulation are mostly found in breeding systems where a female at midcycle solicits and copulates with a number of males who are right there, in her group, when she ovulates. Through conspicuous advertisement of ovulation, the female ensures that she mates with many or most of them.
As to why it would be advantageous for females to mate polyandrously with multiple males, there is no single explanation. Since I first started to write about the puzzle of polyandrous mating back in the 1970s, it has become increasingly apparent just how widespread the pattern is, and how variable the explanations are for females seeking to mate with multiple males. A female could be seeking better genes, confusing paternity so as to forestall infanticide, or soliciting support for her offspring from a wider network of "possible" fathers. Darwinians have come a long way from the days when it was assumed that males were ardent to mate but females would necessarily be "reluctant" to do so, but there is still a great deal to be learned.
As for humans, we fall among the species that live in pairs, or else live in groups where encounters with extra-pair or extra-troop males are less predictable. Relying primarily on behaviour rather than morphology to solicit males, is one way females in such breeding systems broaden their options.
9.-Why do you think human females have a menopause?
The dictionary definition of menopause is cessation of menses, and we know for a number of primates that as they age some females who live long enough cease to menstruate before they die. I also know from the langurs of Abu that old and post-menopausal can be especially bold and altruistic in defense of kin. What is unusual about humans then, is not so much menopause per se as it is that women go on living for decades rather than just a few years afterwards. In my opinion, the most plausible explanation for longer post-menopausal lifespans is the hypothesis proposed by Kristen Hawkes, that these post-reproductive old females can continue to help provision their younger female kin.
10.-How can infanticide be explained from an evolutionary standpoint?
In 1979 I wrote a paper classifying infanticide according to five explanatory hypotheses -- 1) exploitation of the infant as a resource; 2) elimination of competition for resources; 3) "sexually selected" infanticide (described above); 4) "parentally manipulated" infanticide that increases inclusive fitness of perpetrator; 5) nonadaptive or pathological infanticide where there is no gain to the killer. In Infanticide: Comparative and Evolutionary Perspectives I spelled out the predictions generated by each of these classes of infanticide (that volume edited by Glenn Hausfater and myself first appeared in 1984, and was reprinted in 2008). So far as nonhuman primates go, sexually selected infanticide by males is the most widespread type, and usually conforms to predictions of the sexual selection hypothesis (i.e. the infant is not yet weaned, and the killer is a male who has not previously mated with the mother). In humans however, the pattern is very different insofar as infanticide or abandonment usually occurs within hours of birth and the mother herself is implicated. I devote a large part of Mother Nature to trying to explain maternal love and ambivalence in such cases
11.-What is the importance of culture in human beings?
If demography is almost everything, culture (which of course influences demography) is nearly everything else! That said, I find it impossible to think about culture any more without taking into account both deep evolutionary history, more recent, "traditional" history, and the weird ways in which cultural traditions (specifically in spheres like mythology) can take on lives of their own. Your question is too difficult.
12.- What is your current focus of interest?
The origin of our "other-regarding impulses" and what psychiatrists call "inter-subjectivity"-- why we humans are so much more interested in what others are thinking, feeling and intending than other apes are. My forthcoming book Mothers and Others: The evolutionary origins of mutual understanding marks my tentative first efforts at trying to solve this puzzle. These other-regarding impulses provide the underpinnings for our remarkable abilities to cooperate with each other -- a degree of cooperation not found in other apes which has had spectacular repercussions for our demographic success.
13.-What mystery would you like to uncover?
I want to understand the origins of these quests for inter-subjective engagement, how they first got started.
En castellano:
1 .- ¿Qué presiones ecológicas y sociales están en la base del espectacular crecimiento del cerebro humano? ¿Cuáles son los hitos de la evolución humana?
Cerebros mayores serán útiles para la mayoría de los animales altamente sociales —esta es la lógica subyacente a la hipótesis de la inteligencia maquiavélica de la que hablan Byrne y Whitten y a la hipótesis de la Inteligencia Social propuesta por Robin Dunbar y otros. El problema es que los cerebros son órganos ávidos de energía e increíblemente costosos, por lo que incluso partiendo de que los cerebros más grandes son útiles, ¿cómo financiarlos? ¿Qué sucedió para que el Homo erectus pudiera permitirse desarrollar un cerebro de 1000 centímetros cúbicos, más de dos veces el de los chimpancés o el de los autralopitecinos, y para que el Homo sapiens pudiera desarrollar un cerebro de entre 1000 y 1300 centímetros cúbicos? La mayoría de los antropólogos suponen que los poseedores de estos grandes cerebros de alguna manera eran mejores recolectando y procesando los alimentos, pero como subrayo en mi próximo libro Mothers and Others (Madres y Otros), el cuidado, y aprovisionamiento de los jóvenes, aloparental sumado al parental (cría cooperativa) desempeñó un muy importante papel. Sabemos por otros animales (las pruebas a este respecto son especialmente fuertes en aves) que las criaturas con cría cooperativa tienen asimismo períodos más largos de dependencia después del desarrollo de las plumas (o, en el caso de los mamíferos, después del destete). Es decir, los jóvenes pueden tardar más en crecer sin pasar hambre porque están siendo proveídos por otros. En los seres humanos nos referimos a esta prolongada dependencia como infancia, y mi corazonada es que es la cría cooperativa colocó inicialmente a los miembros del género Homo en el camino hacia unos cerebros más grandes, después de lo cual todos los sospechosos habituales (por ejemplo, el aprendizaje de nuevas habilidades de subsistencia, el lenguaje y la cultura, etc) también entraron en juego en la co-evolución de cerebros más grandes, vidas más largas, etc., etc. Muchos otros animales también desarrollaron la cría cooperativa, pero ningún otro antropoide aparte de los humanos cría a sus jóvenes de esa manera, y las consecuencias han sido espectaculares.
2 .- ¿Cómo cree que calculamos los costes y beneficios en nuestras complejas interacciones sociales?
Con las tripas además de con la mente, o como Aldous Huxley lo dijo hace años: "Los fines los eligieron los antropoides, sólo los medios son humanos”.
3.-¿Es la realidad social esencialmente conflictiva?
A menudo, sí, pero no siempre.
4.-¿Tenemos una inteligencia maquiavélica?
Por supuesto.
5.-¿Por qué son tan diferentes los cerebros de hombres y mujeres?
No sé mucho sobre cerebros, pero si tuviera una pregunta acerca de las capacidades cognitivas innatas de chicos y chicas, consultaría los escritos de Liz Spelke, a quien tengo el máximo respeto. Algunos de sus trabajos sobre este tema son de fácil acceso on line. El problema es que muchas de las diferencias entre sexos observadas en humanos no pueden entenderse al margen de la socialización. Dicho esto, muchas de las diferencias entre sexos en los seres humanos probablemente sí que tienen la misma fuente que las observadas entre primates no humanos. Es decir, a través de tiempo evolutivo, hombres y mujeres fueron seleccionados para tener diferentes prioridades. Sin embargo, dado que las prioridades de los dos sexos pueden diferir entre especies, es importante tener en cuenta que no estamos hablando tanto de diferencias esenciales entre mujeres que producen grandes óvulos y varones que producen gametos más pequeños, como de animales que a través de la historia profunda de una especie en particular han sido sometidos a diferentes presiones de selección. Entre los monos langures Hanuman que yo estudiaba en la India, las hembras estaban mucho más interesadas en tomar y abrazar la cría de otra hembra que los machos (que eran responsables de menos del 1% de todos los intentos de abrazar a crías). Esto era presumiblemente porque las hembras inmaduras se benefician de la práctica del cuidado más tarde, cuando se convierten en madres, y las hembras adultas, especialmente las hembras gestantes próximas al parto (que estaban especialmente dispuestas a tomar bebés) están hormonalmente preparadas para su papel inminente. Pero si pasamos a algunas otras especies, como los monos tití, entre los cuales los padres llevan al niño la mayor parte del día, excepto cuando el bebé está mamando, estar cerca de los niños es una prioridad tan alta para los machos como para las hembras, o más. Esta es una especie con una historia muy diferente.
1 .- ¿Qué presiones ecológicas y sociales están en la base del espectacular crecimiento del cerebro humano? ¿Cuáles son los hitos de la evolución humana?
Cerebros mayores serán útiles para la mayoría de los animales altamente sociales —esta es la lógica subyacente a la hipótesis de la inteligencia maquiavélica de la que hablan Byrne y Whitten y a la hipótesis de la Inteligencia Social propuesta por Robin Dunbar y otros. El problema es que los cerebros son órganos ávidos de energía e increíblemente costosos, por lo que incluso partiendo de que los cerebros más grandes son útiles, ¿cómo financiarlos? ¿Qué sucedió para que el Homo erectus pudiera permitirse desarrollar un cerebro de 1000 centímetros cúbicos, más de dos veces el de los chimpancés o el de los autralopitecinos, y para que el Homo sapiens pudiera desarrollar un cerebro de entre 1000 y 1300 centímetros cúbicos? La mayoría de los antropólogos suponen que los poseedores de estos grandes cerebros de alguna manera eran mejores recolectando y procesando los alimentos, pero como subrayo en mi próximo libro Mothers and Others (Madres y Otros), el cuidado, y aprovisionamiento de los jóvenes, aloparental sumado al parental (cría cooperativa) desempeñó un muy importante papel. Sabemos por otros animales (las pruebas a este respecto son especialmente fuertes en aves) que las criaturas con cría cooperativa tienen asimismo períodos más largos de dependencia después del desarrollo de las plumas (o, en el caso de los mamíferos, después del destete). Es decir, los jóvenes pueden tardar más en crecer sin pasar hambre porque están siendo proveídos por otros. En los seres humanos nos referimos a esta prolongada dependencia como infancia, y mi corazonada es que es la cría cooperativa colocó inicialmente a los miembros del género Homo en el camino hacia unos cerebros más grandes, después de lo cual todos los sospechosos habituales (por ejemplo, el aprendizaje de nuevas habilidades de subsistencia, el lenguaje y la cultura, etc) también entraron en juego en la co-evolución de cerebros más grandes, vidas más largas, etc., etc. Muchos otros animales también desarrollaron la cría cooperativa, pero ningún otro antropoide aparte de los humanos cría a sus jóvenes de esa manera, y las consecuencias han sido espectaculares.
2 .- ¿Cómo cree que calculamos los costes y beneficios en nuestras complejas interacciones sociales?
Con las tripas además de con la mente, o como Aldous Huxley lo dijo hace años: "Los fines los eligieron los antropoides, sólo los medios son humanos”.
3.-¿Es la realidad social esencialmente conflictiva?
A menudo, sí, pero no siempre.
4.-¿Tenemos una inteligencia maquiavélica?
Por supuesto.
5.-¿Por qué son tan diferentes los cerebros de hombres y mujeres?
No sé mucho sobre cerebros, pero si tuviera una pregunta acerca de las capacidades cognitivas innatas de chicos y chicas, consultaría los escritos de Liz Spelke, a quien tengo el máximo respeto. Algunos de sus trabajos sobre este tema son de fácil acceso on line. El problema es que muchas de las diferencias entre sexos observadas en humanos no pueden entenderse al margen de la socialización. Dicho esto, muchas de las diferencias entre sexos en los seres humanos probablemente sí que tienen la misma fuente que las observadas entre primates no humanos. Es decir, a través de tiempo evolutivo, hombres y mujeres fueron seleccionados para tener diferentes prioridades. Sin embargo, dado que las prioridades de los dos sexos pueden diferir entre especies, es importante tener en cuenta que no estamos hablando tanto de diferencias esenciales entre mujeres que producen grandes óvulos y varones que producen gametos más pequeños, como de animales que a través de la historia profunda de una especie en particular han sido sometidos a diferentes presiones de selección. Entre los monos langures Hanuman que yo estudiaba en la India, las hembras estaban mucho más interesadas en tomar y abrazar la cría de otra hembra que los machos (que eran responsables de menos del 1% de todos los intentos de abrazar a crías). Esto era presumiblemente porque las hembras inmaduras se benefician de la práctica del cuidado más tarde, cuando se convierten en madres, y las hembras adultas, especialmente las hembras gestantes próximas al parto (que estaban especialmente dispuestas a tomar bebés) están hormonalmente preparadas para su papel inminente. Pero si pasamos a algunas otras especies, como los monos tití, entre los cuales los padres llevan al niño la mayor parte del día, excepto cuando el bebé está mamando, estar cerca de los niños es una prioridad tan alta para los machos como para las hembras, o más. Esta es una especie con una historia muy diferente.
Pero, volviendo a su pregunta inicial, como la mayoría de los primates, los varones ancestrales estaban probablemente más centrados en el logro de estatus, tanto a los ojos de otros varones como de las mujeres, que estaban más centradas en las jerarquías lineales. Pero esto no quiere decir las mujeres carecieran de interés por competir. Como he subrayado en The Woman that Never Evolved (La mujer que no evolucionó). las hembras primates pueden ser fieramente competitivas y estar tan interesadas como los machos por el estatus en los ámbitos que a ellas les importan. Típicamente estos ámbitos tienen que ver con el acceso a los recursos, tanto los recursos alimentarios como el apoyo social (por ejemplo, la ayuda alomaternal) que las madres necesitan para criar a su descendencia). En el ámbito sexual, la libido masculina es un potente motivador, pero también lo es la de las mujeres a pesar de que la proceptividad sexual femenina tiende a ser más cíclica. En Mother Nature (La Madre Naturaleza) págs. 219-225 bromeo acerca de la comparación entre el Sr. Siempre-Dispuesto y la Sra. Intermitentemente Fértil, y todavía creo que ese es un buen modo de explicar las diferencias observadas con frecuencia en la sexualidad de varones y mujeres.
6.- ¿Qué nos enseñan los primates sobre nosotros mismos?
Bueno, ya que somos primates, al estudiarlos aprendemos nuestra propia historia familiar, y observaciones conductuales en varias especies ayudan a poner en amplia perspectiva comparativa asuntos como las diferencias de sexo, la sexualidad, la cooperación, la competencia y el cuidado infantil.
7 .- ¿Podría contarnos algo de su trabajo de campo con langures?
Inicialmente fui a Rajasthan a estudiar los langures Hanuman porque había aprendido del primatólogo japonés Yukimaru Sugiyama que los machos de esta especie estaban atacando y matando crías en un lugar en el sur de la India llamado Dharwar. Entonces se aceptaba ampliamente que era un comportamiento patológico provocado por la inusualmente elevada densidad de población en Dharwar. Hacia el final de mi primera temporada de campo, me di cuenta de que mi hipótesis inicial era errónea, y que el que el comportamiento infanticida de los machos langures era probablemente adaptativo. Desarrollé lo que llamaba "la hipótesis de la selección sexual" (por la hipótesis de Darwin sobre los miembros de un sexo que compiten por el otro). Sostuve que los machos que entraban desde fuera en el sistema de cría estaban eliminando a los lactantes de sus predecesores, a fin de cancelar la última elección de pareja de la hembra, y comprimir el período reproductivo de ésta en el tiempo, probablemente limitado, durante el que el macho infanticida tendría acceso a ella. Esto fue en 1974. Para 1977, cuando escribí un artículo titulado "El infanticidio como estrategia reproductiva en los primates", me había llegado a convencer de que esta estrategia reproductiva particular estaba muy extendida entre los primates en general (el infanticidio por parte de machos ha sido ya documentado en varias docenas de especies). Esto suscitaba preguntas sobre cómo responden las hembras a la amenaza que representan para ellas los machos infanticidas. Desde entonces, cuanto más tiempo pasaba estudiando estos hermosos monos plateados de rostro oscuro, más en trance me quedaba, fascinada con muchos otros aspectos de sus vidas. Gran parte de lo que aprendí se resume en The Langurs of Abu: Female and male strategies of reproduction (Los langures de Abu: estrategias femeninas y masculinas de reproducción).
8.-¿Por qué la ovulación humana es oculta?
Hay una tremenda variación entre los primates en el grado en el que las hembras anuncian la ovulación, que van desde las enormes hinchazones sexuales rosadas a mitad del ciclo en chimpancés y babuinos, a los cambios morfológicos mucho más difíciles de detectar en los gorilas, orangutanes, o monos langures. Las dos docenas de especies primates con una ovulación conspicuamente anunciada se encuentran principalmente en sistemas de cría en los que la hembra en mitad del ciclo es receptiva y copula con cierto número de machos que estén allí, en su grupo, en ese momento. Al anunciar conspicuamente la ovulación, la hembra se asegura de aparearse con muchos o la mayoría de ellos.
En cuanto a por qué sería ventajoso para las hembras copular poliándricamente con múltiples machos, no hay una única explicación. Desde que empecé a escribir sobre el puzzle del apareamiento poliándrico en el decenio de 1970, se ha ido haciendo cada vez más evidente cuán generalizado está el patrón, y cuán variables son las explicaciones de que las hembras busquen aparearse con múltiples machos. La hembra podría estar buscando mejores genes, confundir sobre la paternidad a fin de prevenir el infanticidio, o recabar apoyo para criar a su descendencia de una red más amplia de "posibles" padres. Los darvinistas han recorrido un largo camino desde los días en los que se creía que los machos sentían ardor por aparearse pero las hembras serían necesariamente "reluctantes" a hacerlo, pero aún queda mucho por aprender.
En cuanto a los humanos, estamos entre las especies que viven en parejas, o al menos vivimos en grupos en los que los encuentros con machos de fuera de la pareja o la tropa son menos predecibles. Confiar principalmente en el comportamiento más que en la morfología para solicitar machos, es una forma en que las hembras amplían sus opciones en esta clase de sistemas de cría.
9.-¿Por qué cree que las hembras humanas tienen menopausia?
La definición de menopausia en el diccionario es el cese de la menstruación, y sabemos por varios primates que, según envejecen sus hembras, si viven el tiempo suficiente, dejan de menstruar antes de morir. Sé también de los langures de Abu que las viejas y postmenopáusicas pueden ser especialmente audaces y altruistas en la defensa de sus parientes. Lo que resulta inusual en los humanos, entonces, no es tanto la menopausia en sí misma, sino que las mujeres siguen viviendo durante décadas y no sólo unos pocos años más. En mi opinión, la explicación más plausible para una vida postmenopáusica más larga es la hipótesis propuesta por Kristen Hawkes, que estas hembras viejas postreproductivas pueden seguir ayudando a aprovisionar a sus parientes hembras más jóvenes.
10. ¿Cómo puede explicarse el infanticidio desde una perspectiva evolucionista?
En 1979 escribí un artículo clasificando el infanticidio de acuerdo con cinco hipótesis explicativas: 1) la explotación del infante como un recurso, 2) la eliminación de competencia por los recursos; 3) infanticidio "sexualmente seleccionado" (descrito arriba), 4) infanticidio "parentalmente manipulado”, que aumenta la aptitud inclusiva del perpetrador; 5) infanticidio no adaptativo o patológico, donde no hay ganancia para el matador. En “Infanticide: Comparative and Evolutionary Perspectives” (El Infanticidio: perspectivas comparativas y evolutivas) detallé las predicciones generadas por cada una de estas clases de infanticidio (aquel volumen que editamos Glenn Hausfater y yo apareció por primera vez en 1984, y fue reimpreso en 2008). Por lo que respecta a los primates no humanos, el infanticidio, seleccionado sexualmente perpetrado por machos es el tipo más extendido, y por lo general se ajusta a las predicciones de la hipótesis de selección sexual (es decir, el bebé aún no se ha destetado, y el matador es un macho que aún no ha copulado con la madre). En los seres humanos, sin embargo, el patrón es muy diferente en la medida en que el infanticidio o el abandono se producen normalmente dentro de las primeras horas tras el nacimiento, y la misma madre está implicada. Dediqué una gran parte de Mother Nature (La madre Naturaleza) a tratar de explicar el amor y ambivalencia maternos en estos casos.
11.-¿Cuál es la importancia de la cultura en los seres humanos?
Si la demografía lo es casi todo, la cultura (que, por supuesto, influye en la demografía) ¡es casi todo lo demás! Dicho esto, encuentro imposible pensar ya en la cultura sin tener en cuenta la historia evolutiva profunda, la historia "tradicional", más reciente, y las extrañas formas en que las tradiciones culturales (específicamente en esferas como la mitología) pueden tomar vida propia. Su pregunta es demasiado difícil.
12.- ¿Cuál es su actual foco de interés?
El origen de nuestros “impulsos de consideración para con los demás”, y lo que los psiquiatras llaman "inter-subjetividad" - la razón por la que los seres humanos estamos mucho más interesados que los demás simios en lo que otros piensan, sienten e intentan hacer. Mi próximo libro Mothers and Others: The evolutionary origins of mutual understanding (Madres y Otros: el origen evolutivo de la comprensión mutua) señala mis primeros esfuerzos tentativos de tratar de resolver este rompecabezas. Estos “impulsos de consideración para con los demás” proporcionan las bases para nuestra notable capacidad de cooperar unos con otros -un grado de cooperación que no se encuentra en otros simios y que ha tenido espectaculares repercusiones para nuestro éxito demográfico.
13. ¿Qué misterio le gustaría desvelar?
Quiero entender los orígenes de estas búsquedas del contacto inter-subjetivo, cómo empezó por primera vez.
6.- ¿Qué nos enseñan los primates sobre nosotros mismos?
Bueno, ya que somos primates, al estudiarlos aprendemos nuestra propia historia familiar, y observaciones conductuales en varias especies ayudan a poner en amplia perspectiva comparativa asuntos como las diferencias de sexo, la sexualidad, la cooperación, la competencia y el cuidado infantil.
7 .- ¿Podría contarnos algo de su trabajo de campo con langures?
Inicialmente fui a Rajasthan a estudiar los langures Hanuman porque había aprendido del primatólogo japonés Yukimaru Sugiyama que los machos de esta especie estaban atacando y matando crías en un lugar en el sur de la India llamado Dharwar. Entonces se aceptaba ampliamente que era un comportamiento patológico provocado por la inusualmente elevada densidad de población en Dharwar. Hacia el final de mi primera temporada de campo, me di cuenta de que mi hipótesis inicial era errónea, y que el que el comportamiento infanticida de los machos langures era probablemente adaptativo. Desarrollé lo que llamaba "la hipótesis de la selección sexual" (por la hipótesis de Darwin sobre los miembros de un sexo que compiten por el otro). Sostuve que los machos que entraban desde fuera en el sistema de cría estaban eliminando a los lactantes de sus predecesores, a fin de cancelar la última elección de pareja de la hembra, y comprimir el período reproductivo de ésta en el tiempo, probablemente limitado, durante el que el macho infanticida tendría acceso a ella. Esto fue en 1974. Para 1977, cuando escribí un artículo titulado "El infanticidio como estrategia reproductiva en los primates", me había llegado a convencer de que esta estrategia reproductiva particular estaba muy extendida entre los primates en general (el infanticidio por parte de machos ha sido ya documentado en varias docenas de especies). Esto suscitaba preguntas sobre cómo responden las hembras a la amenaza que representan para ellas los machos infanticidas. Desde entonces, cuanto más tiempo pasaba estudiando estos hermosos monos plateados de rostro oscuro, más en trance me quedaba, fascinada con muchos otros aspectos de sus vidas. Gran parte de lo que aprendí se resume en The Langurs of Abu: Female and male strategies of reproduction (Los langures de Abu: estrategias femeninas y masculinas de reproducción).
8.-¿Por qué la ovulación humana es oculta?
Hay una tremenda variación entre los primates en el grado en el que las hembras anuncian la ovulación, que van desde las enormes hinchazones sexuales rosadas a mitad del ciclo en chimpancés y babuinos, a los cambios morfológicos mucho más difíciles de detectar en los gorilas, orangutanes, o monos langures. Las dos docenas de especies primates con una ovulación conspicuamente anunciada se encuentran principalmente en sistemas de cría en los que la hembra en mitad del ciclo es receptiva y copula con cierto número de machos que estén allí, en su grupo, en ese momento. Al anunciar conspicuamente la ovulación, la hembra se asegura de aparearse con muchos o la mayoría de ellos.
En cuanto a por qué sería ventajoso para las hembras copular poliándricamente con múltiples machos, no hay una única explicación. Desde que empecé a escribir sobre el puzzle del apareamiento poliándrico en el decenio de 1970, se ha ido haciendo cada vez más evidente cuán generalizado está el patrón, y cuán variables son las explicaciones de que las hembras busquen aparearse con múltiples machos. La hembra podría estar buscando mejores genes, confundir sobre la paternidad a fin de prevenir el infanticidio, o recabar apoyo para criar a su descendencia de una red más amplia de "posibles" padres. Los darvinistas han recorrido un largo camino desde los días en los que se creía que los machos sentían ardor por aparearse pero las hembras serían necesariamente "reluctantes" a hacerlo, pero aún queda mucho por aprender.
En cuanto a los humanos, estamos entre las especies que viven en parejas, o al menos vivimos en grupos en los que los encuentros con machos de fuera de la pareja o la tropa son menos predecibles. Confiar principalmente en el comportamiento más que en la morfología para solicitar machos, es una forma en que las hembras amplían sus opciones en esta clase de sistemas de cría.
9.-¿Por qué cree que las hembras humanas tienen menopausia?
La definición de menopausia en el diccionario es el cese de la menstruación, y sabemos por varios primates que, según envejecen sus hembras, si viven el tiempo suficiente, dejan de menstruar antes de morir. Sé también de los langures de Abu que las viejas y postmenopáusicas pueden ser especialmente audaces y altruistas en la defensa de sus parientes. Lo que resulta inusual en los humanos, entonces, no es tanto la menopausia en sí misma, sino que las mujeres siguen viviendo durante décadas y no sólo unos pocos años más. En mi opinión, la explicación más plausible para una vida postmenopáusica más larga es la hipótesis propuesta por Kristen Hawkes, que estas hembras viejas postreproductivas pueden seguir ayudando a aprovisionar a sus parientes hembras más jóvenes.
10. ¿Cómo puede explicarse el infanticidio desde una perspectiva evolucionista?
En 1979 escribí un artículo clasificando el infanticidio de acuerdo con cinco hipótesis explicativas: 1) la explotación del infante como un recurso, 2) la eliminación de competencia por los recursos; 3) infanticidio "sexualmente seleccionado" (descrito arriba), 4) infanticidio "parentalmente manipulado”, que aumenta la aptitud inclusiva del perpetrador; 5) infanticidio no adaptativo o patológico, donde no hay ganancia para el matador. En “Infanticide: Comparative and Evolutionary Perspectives” (El Infanticidio: perspectivas comparativas y evolutivas) detallé las predicciones generadas por cada una de estas clases de infanticidio (aquel volumen que editamos Glenn Hausfater y yo apareció por primera vez en 1984, y fue reimpreso en 2008). Por lo que respecta a los primates no humanos, el infanticidio, seleccionado sexualmente perpetrado por machos es el tipo más extendido, y por lo general se ajusta a las predicciones de la hipótesis de selección sexual (es decir, el bebé aún no se ha destetado, y el matador es un macho que aún no ha copulado con la madre). En los seres humanos, sin embargo, el patrón es muy diferente en la medida en que el infanticidio o el abandono se producen normalmente dentro de las primeras horas tras el nacimiento, y la misma madre está implicada. Dediqué una gran parte de Mother Nature (La madre Naturaleza) a tratar de explicar el amor y ambivalencia maternos en estos casos.
11.-¿Cuál es la importancia de la cultura en los seres humanos?
Si la demografía lo es casi todo, la cultura (que, por supuesto, influye en la demografía) ¡es casi todo lo demás! Dicho esto, encuentro imposible pensar ya en la cultura sin tener en cuenta la historia evolutiva profunda, la historia "tradicional", más reciente, y las extrañas formas en que las tradiciones culturales (específicamente en esferas como la mitología) pueden tomar vida propia. Su pregunta es demasiado difícil.
12.- ¿Cuál es su actual foco de interés?
El origen de nuestros “impulsos de consideración para con los demás”, y lo que los psiquiatras llaman "inter-subjetividad" - la razón por la que los seres humanos estamos mucho más interesados que los demás simios en lo que otros piensan, sienten e intentan hacer. Mi próximo libro Mothers and Others: The evolutionary origins of mutual understanding (Madres y Otros: el origen evolutivo de la comprensión mutua) señala mis primeros esfuerzos tentativos de tratar de resolver este rompecabezas. Estos “impulsos de consideración para con los demás” proporcionan las bases para nuestra notable capacidad de cooperar unos con otros -un grado de cooperación que no se encuentra en otros simios y que ha tenido espectaculares repercusiones para nuestro éxito demográfico.
13. ¿Qué misterio le gustaría desvelar?
Quiero entender los orígenes de estas búsquedas del contacto inter-subjetivo, cómo empezó por primera vez.
Impresionante el trabajo de Sarah B. Hrdy; además de su trayectoria; su CV, como madre, esposa, la farm y su trabajo de autora.
ResponderEliminarMe impresiona pues desde hace unos 8 años he estado investigando sobre lo parental: Evolución y Crianza.
Mi hipótesis (que se ha ido tambaleando con el tiempo)es que el papel de la madre criadora se ha ido difuminando, confundiendo y trastocando en estos tiempos de alta competitividad en todos los aspectos; especialmente para los vástagos varones. Hipótesis que se vió ilusamente refrendada luego de leer y releer en el 2002 a Judith Rich Harris en su libro "The Nurture Assumption" o "El Mito de la Crianza"; hoy estoy más cerca de la idea de que ambas fuerzas son indesligables: Genes y crianza son complementarios. Al asunto:
La Dra. Hrdy me jala de las orejas y sugiere que busquemos más allá; en las profundidades del instinto femenino; aquél que nos hizo humanos (para bien o para mal), el que dió origen a la empatía, el altruísmo, la colaboración, la cercanía, y tal vez el amor (ese concepto que solo Platón imaginó); el misterio que la Dra. Hrdy denomina "contacto inter-subjetivo"
Felicitaciones otra vez a a Germánico y al equipo de LNIE por esta ilustrativa entrevista. JC.
Me alegro que te haya gustado, José Carlos. Por lo que vi en tu blog tu principal interés es precisamente el de la crianza, tanto en su faceta teórica como en la práctica, con tu propia prole.
ResponderEliminarEs sin duda un campo apasionante de estudio, del desarrollo neurológico al social pasando por el psicológico, y sus raíces evolutivas.
Gracias a ti. Un saludo.
Exacto Germánico; en la teoría y la práctica; en ello sigo (hasta que sea abuelo)
ResponderEliminarSe me quedó un requerimiento: ¿Alguien ha leído las obras de la Dra. Spelke? hasta donde sé trabajó con el Dr. Marc Hauser en Harvard. Agradecería referencias. Gracias.
No he leído nada de esa autora, pero por esta y otras referencias creo que terminaré por hacerlo.
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