sábado, abril 02, 2016

La Ética del Sufrimiento de los Animales Salvajes



Comentaba Germánico en la entrada anterior entre otras cosas interesantes lo siguiente: “Porque no se puede concebir siquiera una vida sin vida, un organismo que se solace en la limpieza de la nada. Todos nuestros impulsos, y todas nuestras células, están diseñados para que perseveremos en un medio lleno de otra vida.” Creo que este es un hecho al que no se le suele dar la importancia que tiene, o sobre el que no se suele comentar mucho aunque tiene unas ramificaciones  muy amplias. Tal vez sea porque es algo obvio y archiconocido.

Nuestro medio y el de la mayoría de seres vivos -exceptuando probablemente las bacterias y las plantas- no es sólo el de la materia inorgánica, sino el de la materia orgánica, organizada precisamente en forma de otros organismos vivos. Esto tiene muchas consecuencias, incluso morales. Una de ellas es que, en cierto sentido, vivir es matar, vivir es vivir a costa de alguien, de otro ser vivo. La vida se canibaliza continuamente, unas criaturas se comen a otras. ¿Podría haber sido de otro modo? ¿Y si los seres vivos no fueran comestibles? Imaginemos que fueran de titanio, imaginemos que no fueran materia orgánica (vale, ¿cómo no va a ser materia orgánica la vida?, pero se trata de un experimento mental). ¿La vida habría sido totalmente diferente?

Pues tal vez no habría habido vida, vida compleja. Una de las cosas más difíciles de explicar en biología es la aparición de la célula eucariota. Ese paso, ese salto en la evolución de la complejidad es, según algunos, más difícil de explicar que la propia aparición de la vida. Y parece aceptado que las células eucariotas aparecen cuando unas células empiezan a comerse a otras. Las mitocondrias de las células eucariotas proceden de otras bacterias incorporadas dentro de la célula. Así que tal vez sin canibalismo la vida no habría pasado del estadio bacteriano o procariota, el de organismos alimentándose exclusivamente de materia inorgánica.

Decía que esto tiene repercusiones morales porque estamos viviendo actualmente la continua expansión de nuestro círculo moral. Hemos moralizado la carne y la caza y las condenamos (cosas que han sido esenciales para nuestra supervivencia hasta tiempos recientes) y estamos empezando a moralizar todo el sufrimiento en la naturaleza, incluso el que no causamos nosotros mismos, como el sufrimiento de los animales salvajes, tema del que trata este artículo de Ole Martin Moen, The ethics of wild animal suffering. Nos estamos rebelando contra este hecho del que estamos hablando, el hecho de que unos organismos viven a costa de otros, el hecho de que , en cierta forma, toda la vida es parásita, todos somos unos parásitos para alguien.

Moen recuerda que cada minuto millones de animales son comidos vivos, algunos de forma rápida, pero otros mueren lentamente por perdida de sangre, efecto de venenos y otro tipo de muertes escalofriantes. Richard Dawkins señala muy bien este hecho:

“La cantidad total de sufrimiento por año en el mundo natural está más allá de toda contemplación decente. Durante el minuto que me lleva componer esta frase miles de animales son comidos vivos, otros corren para salvar la vida, gimiendo de miedo, otros son devorados lentamente desde dentro por ásperos parásitos, miles de todo tipo mueren de hambre, sed y enfermedad”

Moen plantea incluso que la vida salvaje es más dolorosa que la vida de los animales cautivos y que tenemos una obligación moral de impedir los ataques de los depredadores, la obligación de intervenir para detener todo ese sufrimiento y dolor. Las propuestas sobre como podríamos intervenir son realmente sorprendentes. Jeff Mcmahan propone  transformar por medio de la ingeniería genética a los carnívoros en herbívoros acabando así con la depredación, que es sólo una parte de todo ese sufrimiento que estamos comentando, aunque una parte importante. 

David Pearce tiene una propuesta todavía más radical. Pearce propone intervenir en el sistema nervioso de los animales, en concreto en el sistema dolor/placer y cambiarlo por un sistema en el que sólo hubiera grados de placer. El mecanismo de gradiente de placer cumpliría la misma función que el de dolor/placer de manera que grados bajos de placer moverían a las criaturas a evitar esas actividades y buscar las más placenteras , de manera similar a cómo lo consigue el dolor. Y así no habría sufrimiento. Pearce se llega a preguntar si sería ético apretar un botón que destruyera toda la vida “sintiente”, la vida que siente, de manera que desapareciera el sufrimiento del mundo. Aunque esta idea puede parecer repulsiva, Pearce cree que acabar con la vida de millones de animales es un precio que merece la pena pagar para acabar con el sufrimiento en el mundo. La propuesta del propio Moen es lo que podríamos llamar la propuesta del Arca de Noé: reducir drásticamente el número de animales salvajes sintientes (tal vez por algún tipo de esterilización a gran escala) pero preservar algunos en unos parques naturales donde se les evitaría todo tipo de sufrimiento. 

Algunos de vosotros igual estáis pensando que estos filósofos fuman algo muy fuerte y que están ampliando nuestro circulo moral humano hasta lugares a los que no debería llegar. El tiempo dirá. El tiempo dirá si imágenes como la espectacular fotografía de Don Gutoski que ganó el premio Wildlife Photographer of the Year de 2015, que ilustra esta entrada, dejarán de existir algún día en la naturaleza, el día en que los humanos decidamos recrear la vida de este planeta. Es una imagen dura que ilustra lo que ha sido la vida por lo menos hasta ahora: una forma de vida viviendo a costa de otra. Dos formas de vida además muy cercanas, dos especies de zorros que se han separado entre sí hace poco tiempo en términos evolutivos. La vida canibalizándose a sí misma para seguir.

@pitiklinov


Referencia:




9 comentarios:

  1. Me parece que la ética del sufrimiento planteada por estos autores es la ética del sufrimiento sesgada por la necesidad del yo individual. Anular la sensación de sufrimiento quizá aliviaría la experiencia subjetiva del ser sintiente individual pero me temo que supondría la pérdida de una herramienta evolucionista esencial para la máxima propagación de vida. Emitimos un juicio del placer y del sufrimiento que proviene de nuestra propia experiencia al relacionarnos con el placer y el sufrimiento. En nuestra relación obviamente preferimos el placer que es egosintónico al sufrimiento que es egodistónico, pero para la vida ambas estrategias hacen lo más necesario en cada contexto.
    Porque no nos proponemos eliminar el placer de nuestra naturaleza? También a menudo nos conduce a excesos que son contraproducentes para nuestra naturaleza: las adicciones a sustancias, las ansias de poder, las atracones compulsivos, la acumulación de riquezas. Ante el placer no parecen existir críticos a pesar de sus consecuencias negativas en ciertos momentos.

    Ampliar el círculo moral nunca debe consistir en ampliar NUESTRA MORALIDAD a todas las esferas de la naturaleza sino en comprender con más profundidad todos los mecanismos que contribuyen a su máximo equilibrio y prosperidad y otorgar a esos mecanismos la máxima de MORALIDAD. De ese modo no haremos de nuestra moral la máxima de la naturaleza sino los principios que gobiernan la naturaleza la máxima de nuestra moral.

    ResponderEliminar
  2. "De ese modo no haremos de nuestra moral la máxima de la naturaleza sino los principios que gobiernan la naturaleza la máxima de nuestra moral."

    El razonamiento del comentario de Xavi Alonso es coherente, pero me atrevo a señalar que, dado que parece tratarse de un problema ético, falta encontrar un fundamento por el cual la humanidad DEBA rendir culto a los "principios que gobiernan la naturaleza". Al fin y al cabo, nuestra moral, por ser nuestra, del "Homo Sapiens", es también natural...

    Quizá sería más interesante plantearse qué es más consecuente con el sesgo cultural de la civilización de la que formamos parte. ¿Es ésta una civilización que busca el placer?, ¿o, de entre todos los placeres posibles, queremos dedicarnos a algunos placeres en concreto? La felicidad y el placer pueden encontrarse en muchos sitios...

    El amor a los animales parece un tanto sospechoso, puesto que parece sustituir las difíciles relaciones afectivas entre seres humanos por otras más simples con los seres no humanos... Otros consideran, simplemente, que el orden natural es inhumano. Por ejemplo, acabó ya el mito de la "nobleza" animal, porque sabemos que la crueldad y el engaño son comportamientos animales perfectamente naturales. Y también se dan con frecuencia en el hombre primitivo, el "hombre en estado de naturaleza".

    ResponderEliminar
  3. La historia de la humanidad tampoco parece ser una historia de amor y paz. ¿Cómo se han construido los grandes imperios o las grandes obras arquitectónicas, desde las pirámides de Egipto hasta la iglesia de mi pueblo? A todo esto, ¿qué implicaciones tiene esta excelente entrada de Pitiklinov sobre los argumentos de los antitaurinos?

    ResponderEliminar
  4. "¿qué implicaciones tiene esta excelente entrada de Pitiklinov sobre los argumentos de los antitaurinos?"

    Los antitaurinos simplemente son coherentes con el presupuesto ético que da lugar al delito de "maltrato animal". Los maltratadores de animales, ciertamente, pueden escudarse en que la crueldad es moneda corriente entre los animales salvajes (¿qué más da que al toro lo mate el hombre que el león?). Pero ese argumento no sirve para quienes creen que el problema de la "fiesta de los toros" no es tanto el sufrimiento del animal sino la brutalidad del público. Porque los humanos nos hemos empeñado, en el sesgo civilizatorio que hoy se ha extendido por el mundo entero, en dejar atrás la crueldad.

    ResponderEliminar
  5. No sé idea21, creo que la cosa es más compleja.
    Os recomendaría leer este artículo que va sobre la ética de comer carne pero es aplicable a los toros también:
    http://grist.org/food/is-there-a-moral-case-for-meat/
    Se basa en esta entrevista a Temple Grandin, la famosa autista que diseña mataderos y se preocupa del bienestar de los animales:
    http://grist.org/food/temple-grandin-digs-in-on-the-practical-side-of-what-animals-want/
    Lo que Grandin plantea sobre los animales que utilizamos para carne es si llevan una "vida digna de ser vivida" y ella en el caso concreto del ganado vacuno contesta que sí (no así en el de pollos y cerdos).
    Si aplicamos este parámetro a la vida de los toros de lidia nos encontramos que los toros de lidia en su primera parte de vida, la más larga (5-6 años, no sé lo que vive un toro de lidia) viven una vida realmente digna de ser vivida por un toro: pastos increíbles, piensos, ausencia de depredadores, veterinarios que se preocupan por su salud (por la cuenta que les tiene a los ganaderos...). Ahí no hay asomo de maltrato...pero luego está el sufrimiento final en la plaza. ¿Compensa la primera parte de su vida el sufrimiento final? No lo sé. Esta visión utilitarista centrada en el placer/dolor tiene muchos problemas porque no tenemos manera de medir el sufrimiento.
    Si pudiéramos medir las "kilounidades de sufrimiento" en la plaza y compararlas con las que habrían vivido en una vida natural, y también las kilounidades de placer, podríamos tener una idea.
    Pero además está todo el beneficio generado por los toros a la hora de ponerlo en la balanza: puestos de trabajo, familias que viven de ello, etc. Nos plantea un dilema como el del gordo en el puente: ¿tiro a uno para salvar a 5?
    Y también está el problema de que los toros desaparecerían salvo unos pocos en algún zoo ( y los defensores de los animales también piden la extinción de los zoos...). Es lo que dice Grandin ahí: ¿es mejor que no existan nunca todos esos toros que podrían haber existido para evitar el sufrimiento final?
    Y si creemos que es mejor que no existan los toros a continuación debemos pasar a las personas. Como dice David Benatar, al que estoy leyendo ahora, existir implica un daño y es partidario del antinatalismo, de no tener hijos porque nuestros hijos seguro que van a sufrir y el placer que puedan tener no compensa ese sufrimiento, así que siempre es mejor no traerlos a la vida...
    Lo que quiero decir es que no es fácil ser coherente moralmente si uno toma como medida el sufrimiento o el dolor. Eso nos lleva a abolir todo el dolor lo que implica abolir la vida como proponen algunos en el artículo que cito o recrearla o alterarla con ingeniería genética hasta extremos que la dejan irreconocible.
    No sé, realmente complejo...
    Personalmente creo que tomar el dolor como unidad de medida moral tiene problemas. En realidad, tomar cualquier cosa como medida moral tiene problemas. Cualquier principio moral los tiene.

    ResponderEliminar
  6. Me ha recordado esto
    http://abordodelottoneurath.blogspot.com.es/2010/06/con-divisa-verde-y-oro-5-y-mi-quien-me.html

    Por cierto, no olvidemos que la moral es sólo uno de los trillones de experimentos de la evolución, ni más ni menos importante y trascendental que otros

    ResponderEliminar
  7. Muy valiosa la reflexión acerca del placer y el dolor como unidades de "medida". Este tipo de reflexiones supongo que son también las que se hacen acerca de la legalización de las drogas, sustancias quḿicas que pueden proporcionarnos dosis de placer fácilmente cuantificables. Ignoraba la existencia de la filosofía "antinatalista" (aunque es una idea que sí conocía por algunas novelas de ciencia-ficción).

    Una respuesta posible es que somos animales sociales, los más sociales de todos, puesto que hemos desarrollado una capacidad asombrosa para establecer modalidades múltiples de interacción entre individuos. Probablemente el origen de la evolución humana está ahí: en un hiperdesarrollo de la capacidad de relaciones sociales con sus correspondientes herramientas psicológicas (empatía, simpatía, moralidad, teoría de la mente, orden de intencionalidad, etc). En esta dimensión de la existencia, el ser humano no puede vivir indiferente al dolor y placer ajenos, y continuar por la senda del hiperdesarrollo de la sociabilidad, teniendo en cuenta las posibilidades de la tecnología, parece viable... siempre y cuando se sigan produciendo cambios culturales coherentes.

    Como existe una gran variedad de placeres y una gran diversidad de formas de alcanzar "la felicidad", es posible elegir entre todas las opciones y lo más lógico parece elegir lo que fomente la prosocialidad. Causar dolor es antisocial, ser indiferentes al dolor ajeno también lo es. Creo que quienes dedican mucho tiempo y esfuerzo en socorrer a los animales son un poquito antisociales, ya que ese tiempo y esfuerzo podrían dedicarlo también a socorrer a los seres humanos. ¿Y por qué socorrer a los humanos es más importante que socorrer a los toros, peces, hormigas, etc?, pues porque es más coherente que empaticemos con nuestros semejantes (igual que es más coherente que empaticemos con nuestros parientes y amigos: el "círculo expansivo"). Por eso, en esto de los toros, parece más grave el enbrutecimiento del público humano que el sufrimiento del toro a manos del "Homo sapiens".

    "no olvidemos que la moral es sólo uno de los trillones de experimentos de la evolución, ni más ni menos importante y trascendental que otros"

    ¿Importante y trascendental con respecto a qué? En cualquier caso, la moral forma parte de la naturaleza humana y ha sido motor del éxito de nuestra especie y admite todo tipo de desarrollos futuros. En cuanto a los "otros experimentos de la evolución" no creo que nos conciernan, es decir, no tienen, para nosotros, "trascendencia" alguna.

    ResponderEliminar
  8. Masgüel11:28 a. m.

    https://www.youtube.com/watch?v=0_VWGV6_N9o

    ResponderEliminar
  9. Anónimo3:47 p. m.

    Tengo un familiar que está en el grupo de facebook "vegetarianos y veganos españa", me gustaría que la gente que lee este blog entrara ahí para leer los comentarios que se hacen. Se moraliza todo, cualquier vida animal es más importante que el ser humano, la gente se esteriliza porque piensa que traer descendencia al mundo es irresponsable y los bebés no deciden nacer, así que no hay que cargarles con el sufrimiento de la vida. La gente en este blog escribe comentarios desde el baño del trabajo, llorando porque sus compañeros de trabajo son cabrones asesinos que se burlan de ellos. Todos tienen mascotas, pero claro son animales abandonados que alguien tiene que cuidar.
    Yo no tengo mascotas, no soy vegana pero no me gusta el sistema actual de producción de comida en masa. Se nos ha ido de las manos la cría animal y muchas cosas mas, pero no creo que la solución sea que todos seamos veganos.
    Me gustaría que entratais a ver el tipo de cosas que se escriben ahí. Creo que son gente muy focalizada en los animales que proyecta en ellos la falta de atención y de cariño que tienen ellos mismos.

    ResponderEliminar