Esto parte de una discusión hace tiempo acerca de la repugnancia al comercio de órganos y recoje mi opinión. Ahora mismo no puedo introducir links a otros posts sobre el mismo tema porque mi conexión es bastante precaria.
La repugnancia hacia el comercio de órganos, como el trafico de drogas o el asesinato o la esclavitud voluntaria, sin que sean lo mismo para nada, tiene que ver con dos aspectos; Por un lado estan en juego bienes de dificil o imposible restitución, ya sea porque se deteriora la integridad fisica, la libertad a largo plazo o la vida misma. Por otro lado, como toda percepción moral, tiene que ver con aspectos sutiles de nuestro pasado evolutivo.
la evolución produce adaptaciones que a posteriori la razón puede descubrir siempre que se conozcan las condiciones y las presiones adaptativas a las que el proceso ha estado sometido. Cuando la evolución produce una reacción tan universal como la repugnancia moral a ciertas conductas es porque ha producido una ventaja adaptativa en el pasado (lo cual no quiere decir que lo sea ahora).
Valoramos primero lo que nos beneficia, pero a continuación valoramos positiva o negativamente lo que puede beneficial o perjudicar a gente que conozcamos. Esto segundo es una percepción moral que tiende a aumentar lo que se llama Capital Social.
Lo segundo es fruto de nuestro origen tribal en grupos aislados: En el pasado evolutivo, cuando la densidad de población era muy escasa, el encuentro pacífico con congeneres de fuera de la tribu era muy improbable. El pasado evolutivo fueron los millones de años en áfrica, no los pocos miles de años desde el Neolítico hasta nuestra época, en los que ha habido mas frecuencia de intercambios. En ese pasado remoto era dificil conocer a un extraño con un detalle equivalente al de unos pocos minutos en la televisión para posteriormente desaparecer, cosa típica de las interacciones anónimas de la era moderna. Por tanto, alguien conocido era alguien conocido para toda la vida.
Po eso, aquel que conocemos equivale en el entorno ancestral a alguien próximo del que podemos obtener un beneficio en el futuro en el caso de que este esté en condiciones de darnoslo. Si se deteriora irrevesiblemente las condiciones de terceros, nuestro "capital social" se ve disminuido. En términos biológicos, existe una identidad de fines entre la acumulación de bienes y la acumulación de capital social. El egoista y el santo son dos estrategias antagonicas, pero ambas son dos estrategias alternativas para acumular capital, que sirve para enfrentarse al futuro.
la dicotomia entre intereses individuales y sociales es una explicacion que encaja perfectamente con la aparente disparidad acerca de como consideramos un acto segun seamos protagonistas o espectadores. La compra de un oŕgano de un vivo nos produce repugnancia cuando se refiere a terceros, pero no cuando somos beneficiarios directos o lo es algún allegado.
Pero esto no explica directamente la pregunta sobre la repugnancia a ciertas conductas. En un ser social donde el entorno social importa mas que el entorno natural, una intuición moral acerca de ciertas conductas tiene que haber conferido una ventaja al grupo y para ello tiene que haber producido efectos de suma positiva o evitar efectos de suma negativa, es decir que haya aumentado el capital social y , gracias a ello, el éxito de sus individuos. Otra posibilidad es que esa repugnancia confiera una ventaja directamente individual, sin necesidad de pasar por el grupo.
Para comprobar lo segundo, hay que preguntarse: Produce beneficio mútuo para los actores el comercio de organos o cualquier transacción sobre bienes de dificil reposición?. A corto plazo, si hay transaccion entre un donante y un receptor, es evidente que si, tal como es percibido por cada uno en ese momento. De lo contrario no se produciria la transacción. Pero a largo plazo es dudoso, porque el precio que paga el donante se distribuye en el tiempo, con cuotas cada vez mas onerosas, y la transaccion puede haberse producido porque el coste para el donante no es percibido en su totalidad. El donante ha preferido una ventaja inmediata (dinero) a costa de una desventaja continuada posterior. Individualmente, su situación empeora con el tiempo. Socialmente, El capital que supone este individuo para los demás en la tribu, ha disminuido. Contra esa perdida de capital es contra la que se levantan nuestras intuiciones morales que tienden a evitarlo. Es simple compasión moral disfrazando un interes egoista oculto, lo cual no quita para que se pueda considerar, en principio, un buen sentimiento (de lo contrario, en términos darwinistas, no existiria buen sentimiento posible alguno).
Pero la otra parte de la ecuación es lo que ocurre con el receptor. se me puede decir que para el receptor puede suponer la diferencia entre la vida y la muerte, y por tanto el sentido moral institintivo deberia valorar esto y apreciar el efecto positivo que esto crea de capital social en la "tribu" que sigue siendo, psicológicamente, la sociedad en la que vivimos.
El problema es que este efecto positivo no somos capaces de evaluarlo, porque no existen ejemplos en el pasado evolutivo, de mejora de la salud de uno a costa de la perdida de la de otro como para que nuestro instinto moral haya desarrollado la capacidad de apreciarlo. Al menos no a cambio de dinero. Recordemos que se trata de una transacción entre un bien que se puede reponer (dinero) a cambio de un organo (un bien de dificil o imposible reposicion). Si, en cambio se han producido y se producen transacciones análogas, por ejemplo, alguen que arriesga su vida para salvar a otro de una situacion comprometida, pero la decisión sobre realizar este tipo de transacciones no suele estar sometida a criterios de grupo, sino que es repentina e individual, por tanto no tiene sentido plantear valoraciones morales previas (y en el caso de que la decisión es grupal, se realiza una detallada evaluación de posibilidades en las que realizan todo tipo de calculos para preservar el capital social de cada uno).
Si os habeis fijado, no es dificil haber oido hablar de alguien tan desesperado como para poner en venta su riñon, pero nadie por muy desesperado que este se atreve a publicitar que está dispuesto a pagar lo que sea a un donante vivo para salvar a su hijo. Eso refleja la distinta apreciacion entre transaccion con bienes reemplazables o no. En el segundo caso, el desesperado pasará poco menos por egoista potentado. SI , sin embargo, se puede oir de vez en cuando a alguien está dispuesto a VENDER SU CASA para que si hijo se cure. Ahí entran bienes de dificil reemplazo y en ese caso SI se disparán nuestras percepciones morales de solidaridad con alguien que esta dispuesto a infrinjirse daño por una necesidad. Eso quiere decir que de verdad necesita nuestra ayuda (es decir, activa nuestra necesidad de preservar nuestro capital social instintivamente depositado en esa persona).
Como vemos en las transacciones de bienes reemplazables por bienes no reemplazables, el reflejo moral es el resultado del perjuicio de lo segundo, no del beneficio de lo primero.
Y que hay sobre el trafico de organos de cadaveres?. Mi idea es que ese mercado lleva al fin y al cabo por su propia dinámica al comercio de organos de vivos y por tanto plantea las objeciones instintivas anteriores.
Por otro lado por nuestro mismo origen tribal, donde se asimila la reprobación moral con la prohibición expresa (y en la tribu la vigilancia mutua garantiza eso), la gente no es capaz de desligar su sentimiento moral de repugnancia con la inevitabilidad de que eso se produzca a espaldas de toda moralidad, ya que el mundo actual permite el comercio de organos independientemente de la ley, y los mecanismos inevitables de mercado pueden provocar efectos perversos allí donde hay prohibición. Sin embargo, la liberalización completa y el consiguiente florecimiento de ese mercado, no podria llevar a los mismos efectos, es decir, al asesinato de inocentes para extraer organos?.
A mi se me ocurre un sistema de transacciones equitativas de bienes no reemplazables que se adapta bien al mundo moderno y es compatible con la moral instintiva: Un banco de bienes no reemplazables en el que por ejemplo en que quiera un riñon para su hijo y que provenga de un vivo, ponga a disposición un riñon suyo a cualquiera que lo necesite en el momento en que lo reciba. Si es de muerto, que done sus organos al banco en caso de muerte.
La repugnancia hacia el comercio de órganos, como el trafico de drogas o el asesinato o la esclavitud voluntaria, sin que sean lo mismo para nada, tiene que ver con dos aspectos; Por un lado estan en juego bienes de dificil o imposible restitución, ya sea porque se deteriora la integridad fisica, la libertad a largo plazo o la vida misma. Por otro lado, como toda percepción moral, tiene que ver con aspectos sutiles de nuestro pasado evolutivo.
la evolución produce adaptaciones que a posteriori la razón puede descubrir siempre que se conozcan las condiciones y las presiones adaptativas a las que el proceso ha estado sometido. Cuando la evolución produce una reacción tan universal como la repugnancia moral a ciertas conductas es porque ha producido una ventaja adaptativa en el pasado (lo cual no quiere decir que lo sea ahora).
Valoramos primero lo que nos beneficia, pero a continuación valoramos positiva o negativamente lo que puede beneficial o perjudicar a gente que conozcamos. Esto segundo es una percepción moral que tiende a aumentar lo que se llama Capital Social.
Lo segundo es fruto de nuestro origen tribal en grupos aislados: En el pasado evolutivo, cuando la densidad de población era muy escasa, el encuentro pacífico con congeneres de fuera de la tribu era muy improbable. El pasado evolutivo fueron los millones de años en áfrica, no los pocos miles de años desde el Neolítico hasta nuestra época, en los que ha habido mas frecuencia de intercambios. En ese pasado remoto era dificil conocer a un extraño con un detalle equivalente al de unos pocos minutos en la televisión para posteriormente desaparecer, cosa típica de las interacciones anónimas de la era moderna. Por tanto, alguien conocido era alguien conocido para toda la vida.
Po eso, aquel que conocemos equivale en el entorno ancestral a alguien próximo del que podemos obtener un beneficio en el futuro en el caso de que este esté en condiciones de darnoslo. Si se deteriora irrevesiblemente las condiciones de terceros, nuestro "capital social" se ve disminuido. En términos biológicos, existe una identidad de fines entre la acumulación de bienes y la acumulación de capital social. El egoista y el santo son dos estrategias antagonicas, pero ambas son dos estrategias alternativas para acumular capital, que sirve para enfrentarse al futuro.
la dicotomia entre intereses individuales y sociales es una explicacion que encaja perfectamente con la aparente disparidad acerca de como consideramos un acto segun seamos protagonistas o espectadores. La compra de un oŕgano de un vivo nos produce repugnancia cuando se refiere a terceros, pero no cuando somos beneficiarios directos o lo es algún allegado.
Pero esto no explica directamente la pregunta sobre la repugnancia a ciertas conductas. En un ser social donde el entorno social importa mas que el entorno natural, una intuición moral acerca de ciertas conductas tiene que haber conferido una ventaja al grupo y para ello tiene que haber producido efectos de suma positiva o evitar efectos de suma negativa, es decir que haya aumentado el capital social y , gracias a ello, el éxito de sus individuos. Otra posibilidad es que esa repugnancia confiera una ventaja directamente individual, sin necesidad de pasar por el grupo.
Para comprobar lo segundo, hay que preguntarse: Produce beneficio mútuo para los actores el comercio de organos o cualquier transacción sobre bienes de dificil reposición?. A corto plazo, si hay transaccion entre un donante y un receptor, es evidente que si, tal como es percibido por cada uno en ese momento. De lo contrario no se produciria la transacción. Pero a largo plazo es dudoso, porque el precio que paga el donante se distribuye en el tiempo, con cuotas cada vez mas onerosas, y la transaccion puede haberse producido porque el coste para el donante no es percibido en su totalidad. El donante ha preferido una ventaja inmediata (dinero) a costa de una desventaja continuada posterior. Individualmente, su situación empeora con el tiempo. Socialmente, El capital que supone este individuo para los demás en la tribu, ha disminuido. Contra esa perdida de capital es contra la que se levantan nuestras intuiciones morales que tienden a evitarlo. Es simple compasión moral disfrazando un interes egoista oculto, lo cual no quita para que se pueda considerar, en principio, un buen sentimiento (de lo contrario, en términos darwinistas, no existiria buen sentimiento posible alguno).
Pero la otra parte de la ecuación es lo que ocurre con el receptor. se me puede decir que para el receptor puede suponer la diferencia entre la vida y la muerte, y por tanto el sentido moral institintivo deberia valorar esto y apreciar el efecto positivo que esto crea de capital social en la "tribu" que sigue siendo, psicológicamente, la sociedad en la que vivimos.
El problema es que este efecto positivo no somos capaces de evaluarlo, porque no existen ejemplos en el pasado evolutivo, de mejora de la salud de uno a costa de la perdida de la de otro como para que nuestro instinto moral haya desarrollado la capacidad de apreciarlo. Al menos no a cambio de dinero. Recordemos que se trata de una transacción entre un bien que se puede reponer (dinero) a cambio de un organo (un bien de dificil o imposible reposicion). Si, en cambio se han producido y se producen transacciones análogas, por ejemplo, alguen que arriesga su vida para salvar a otro de una situacion comprometida, pero la decisión sobre realizar este tipo de transacciones no suele estar sometida a criterios de grupo, sino que es repentina e individual, por tanto no tiene sentido plantear valoraciones morales previas (y en el caso de que la decisión es grupal, se realiza una detallada evaluación de posibilidades en las que realizan todo tipo de calculos para preservar el capital social de cada uno).
Si os habeis fijado, no es dificil haber oido hablar de alguien tan desesperado como para poner en venta su riñon, pero nadie por muy desesperado que este se atreve a publicitar que está dispuesto a pagar lo que sea a un donante vivo para salvar a su hijo. Eso refleja la distinta apreciacion entre transaccion con bienes reemplazables o no. En el segundo caso, el desesperado pasará poco menos por egoista potentado. SI , sin embargo, se puede oir de vez en cuando a alguien está dispuesto a VENDER SU CASA para que si hijo se cure. Ahí entran bienes de dificil reemplazo y en ese caso SI se disparán nuestras percepciones morales de solidaridad con alguien que esta dispuesto a infrinjirse daño por una necesidad. Eso quiere decir que de verdad necesita nuestra ayuda (es decir, activa nuestra necesidad de preservar nuestro capital social instintivamente depositado en esa persona).
Como vemos en las transacciones de bienes reemplazables por bienes no reemplazables, el reflejo moral es el resultado del perjuicio de lo segundo, no del beneficio de lo primero.
Y que hay sobre el trafico de organos de cadaveres?. Mi idea es que ese mercado lleva al fin y al cabo por su propia dinámica al comercio de organos de vivos y por tanto plantea las objeciones instintivas anteriores.
Por otro lado por nuestro mismo origen tribal, donde se asimila la reprobación moral con la prohibición expresa (y en la tribu la vigilancia mutua garantiza eso), la gente no es capaz de desligar su sentimiento moral de repugnancia con la inevitabilidad de que eso se produzca a espaldas de toda moralidad, ya que el mundo actual permite el comercio de organos independientemente de la ley, y los mecanismos inevitables de mercado pueden provocar efectos perversos allí donde hay prohibición. Sin embargo, la liberalización completa y el consiguiente florecimiento de ese mercado, no podria llevar a los mismos efectos, es decir, al asesinato de inocentes para extraer organos?.
A mi se me ocurre un sistema de transacciones equitativas de bienes no reemplazables que se adapta bien al mundo moderno y es compatible con la moral instintiva: Un banco de bienes no reemplazables en el que por ejemplo en que quiera un riñon para su hijo y que provenga de un vivo, ponga a disposición un riñon suyo a cualquiera que lo necesite en el momento en que lo reciba. Si es de muerto, que done sus organos al banco en caso de muerte.
Dice: "El problema es que este efecto positivo no somos capaces de evaluarlo, porque no existen ejemplos en el pasado evolutivo, de mejora de la salud de uno a costa de la perdida de la de otro como para que nuestro instinto moral haya desarrollado la capacidad de apreciarlo."
ResponderEliminarYo creo que se podría hacer analogía para salvar este obstáculo. Mi propuesta es considerar el caso del esclavismo. Bajo mi punto de vista la venta de órganos se correspondería a ese fenómeno constituyendo una nueva clase de proletariado que sería objeto de tráfico para beneficio de la gente con recursos. Por el mero hecho de tener esos recursos ellos no venderían sus órganos sino que incitarían, legalmente en el caso de un tráfico sin trabas, a los pobres a que lo hicieran generándose un proceso de sometimiento evidente. El que se vendía a sí mismo para cancelar una deuda no sería diferente del que vende partes de sí mismo, o sus hijos, para eso u obtener comida.
Aceptar tales casos es aceptar una servidumbre terrible de unos frente a otros y las inevitables consecuencias políticas de la asunción de tales distinciones. Mi hipótesis es que semejante retroceso (¡porque aceptar hacer de los hombres una mercancía es un retroceso!) no implica un avance de la Humanidad sino, en cualquier caso, un mero avance estético para todos esos que opinan que el hombre goza de autopropiedad... Sabemos de quienes hablamos.
¿Qué defiende esa gente? ¿La libertad? No, defienden la esclavitud.
Salud y libre comercio
pero es que hay que ser mas fino a la hora de ver el asunto. Quizá tengas razón, pero eso hay que argumentarlo mas allá de las percepciones morales. porque si seguimos tu punto de vista, nada impide que alguien considere esclavitud hasta que la madre de uno le pida que baje el cubo de la basura.
ResponderEliminarEn algun lugar está el límite entre lo que se considera esclavitud y lo que se considera una obligación para pagar un beneficio. Trabajar para conseguir dinero es esclavitud?. Quizá tu te fias de tu sentido comun pero el comunista tambien y para él la libertad es lo que tu considerarias esclavitud. Hay que hacer distinciones entre bienes.