Ya hemos comentado que muchos contemporáneos de Darwin, incluido Wallace, no creían que las facultades intelectuales humanas pudieran ser explicadas por la selección natural. Darwin, por supuesto, pensaba que la emergencia de las capacidades racionales podía explicarse por los mismos principios que todo lo demás, sin necesitar un tratamiento especial. Según Darwin, encontramos similares capacidades de raciocinio en otros animales y rechazaba la idea cartesiana de que los animales son autómatas, meras “máquinas animadas”. Si estas capacidades en animales son explicadas por la selección natural, ¿por qué no lo van a ser las humanas? “No hay diferencia fundamental”, decía “entre el hombre y los mamíferos superiores en sus facultades mentales”.
Darwin no sólo defendía que los animales razonaban sino también que experimentaban (en mayor o menor medida) ansiedad, duelo, desesperación, alegría, amor, determinación, odio, ira, asco, culpa, orgullo, paciencia, sorpresa, miedo, horror, vergüenza y modestia. Sin embargo, se daba cuenta de que la cuestión central era la razón:
“De todas las facultades de la mente humana admito que la Razón es la cumbre. Pocas personas disputarán que los animales poseen cierto grado de razonamiento. Se puede ver a los animales continuamente como paran, deliberan y resuelven. Es un hecho significativo que cuanto más estudian los naturalistas las costumbres de los animales, más se atribuyen a la razón y menos a los instintos.”
Darwin da muchos ejemplos de esas capacidades en sus escritos y muchos de ellos son de primates y monos donde son fáciles de creer. Pero Darwin estaba dispuesto a extender el razonamiento a animales inferiores hasta forzar el límite de la credulidad de la gente. “Algunos animales extremadamente bajos en la escala, aparentemente, dan muestras de cierta cantidad de razonamiento”, decía en el Origen del Hombre, pero en su último libro, The Formation of Vegetable Mould, throug the action of worms, defiende que incluso los gusanos hacen ciertas cosas como resultado de la razón y no del instinto, un resultado que “me ha sorprendido más que cualquier otra cosa acerca de los gusanos”:
“Como tuve que guardar gusanos en botes con tierra durante muchos meses, me interesé por ellos y quise aprender hasta qué punto actúan conscientemente, y cuanto poder mental tienen. Quería aprender acerca de ello porque se han hecho pocas observaciones de este tipo, por lo que yo sé, de animales tan bajo en la escala de organización y provistos de tan pocos órganos sensoriales, como los gusanos de tierra”
¿Los poderes mentales de los gusanos? Suena como una broma. Es difícil imaginar que cualquiera que no fuera Darwin estudiara los poderes mentales de los gusanos. Pero Darwin hablaba en serio. ¿Cómo muestran racionalidad los gusanos? Darwin había visto que los gusanos cogen hojas y las llevan a sus agujeros, no sólo como comida sino para tapar las entradas de sus “madrigueras”. Le sorprendió que los gusanos usaban las hojas de la forma correcta cogiéndolas por el extremo aunque a veces las cogían de manera menos eficaz por el centro. ¿Es esta conducta resultado de inteligencia? Darwin dedica 35 páginas a la cuestión.
El método de Darwin fue considerar si otras hipótesis explican la conducta de los gusanos. Si eliminamos otras hipótesis, solo quedará la inteligencia como explicación. Una hipótesis podría ser que proceden por ensayo y error sin aprender nada de la experiencia, y otra que proceden por instinto. Para investigar esto Darwin aplica el método experimental y empieza a ponerles problemas a los gusanos. Les pone hojas con formas extrañas, que no son propias del medio habitual de los gusanos y que estos no se han encontrado nunca. También les pone trozos de papel cortados de diferentes maneras. Si los animales funcionaran por instinto no serían capaces de trabajar con estos nuevos materiales. Pero resulta que los gusanos se defienden estupendamente manejando estos materiales. Además lo hacen de una manera sensible que no se puede explicar por ensayo y error. Parece que los gusanos reaccionan de forma inteligente a la percepción de las formas de los nuevos objetos. Esto convence a Darwin de que las hipótesis del ensayo-error y del instinto no son adecuadas. “sólo queda una alternativa, que los gusanos aunque están muy bajo en la escala de organización poseen cierto grado de inteligencia”.
Seguro que alguno de vosotros está pensando que Darwin se pasa y que se deja llevar por su deseo de atribuir inteligencia a animales inferiores. Pero Darwin es más cuidadoso que todo eso y no atribuye inteligencia a cualquier animal inferior. No la atribuye por ejemplo a las avispas. Darwin examinó la conducta de un determinado tipo de avispa que tiene una conducta que es paralizar saltamontes con un veneno y luego arrastrarlos a su madriguera tirando de las antenas del saltamontes. Pero resulta que si le cortas las antenas al saltamontes entonces la avispa no es capaz de arrastrar al saltamontes. Podía tirar por ejemplo de una de las patas, pero eso no se le ocurre. Es decir, la avispa no es capaz de resolver problemas adaptando su conducta a los nuevos desafíos. Darwin concluye que, al contrario que los gusanos, las avispas no son inteligentes.
El libro sobre los gusanos lo publicó Darwin el año anterior a su muerte y sabía que sus conclusiones iban a sorprender a todo el mundo y que se iban a considerar improbables. Pero este estudio de los poderes mentales de los gusanos ilustra algunas cosas muy interesantes. Primero, la inteligencia no es una cuestión de todo o nada sino que está distribuida en grados por el reino animal. Segundo, la presencia de inteligencia es una cuestión empírica que se puede determinar por experimentos y que no depende de las preconcepciones de cada uno. Por último, hay un aviso contra el chauvinismo humano de aplicar a los otros animales un rasero más elevado que el que aplicamos a los humanos.
“Si los gusanos tienen el poder de adquirir algunas nociones, por muy simples que sean, de la forma de los objetos y de la de sus madrigueras, como parece ser el caso, merecen ser llamados inteligentes; porque actúan casi de la misma manera que actuaría un hombre en similares circunstancias”.
Donde encontramos que la conducta de los animales es bastante análoga a lo que esperaríamos de un hombre en las mismas circunstancias, y donde no hay motivos experimentales para distinguir entre ellas, los animales deben ser considerados inteligentes, al menos en cierto grado, como lo serían los humanos. Cualquier otra cosa, en opinión de Darwin, sería ilógica e injusta. La mejor prueba de los serio que se tomaba este argumento es que no lo abandonaba ni en el caso de los gusanos. La discusión de los poderes mentales de los gusanos no es una chaladura de un hombre mayor, sino un ejemplo del rigor científico de la mente de Darwin.
@pitiklinov
Referencia:
Es interesante esto, antes había leído sobre el experimento con gusanos, pero tal vez se puede ir más allá. Me refiero a esto (no sé que tan vigente está): Romanes habla de una cosa que él llamó "inferencia eyectiva", la cuestión, al menos según yo la entiendo, es que si ponemos a dos animales y ambos tienen comportamientos similares ante similares problemas entonces podemos decir que los procesos mentales subyacentes a dichas actividades son, si no iguales, equivalentes. ¿Es posible decidir esto en el caso de los gusanos? ¿Es decir que un proceso similar al que nosotros llevamos a cabo se presente de esa misma manera (con un grado inferior de complejidad, claro)? Por ejemplo: si vemos a un ser humano que vacila (conductualmente) al momento de elegir entre una alternativa presente, y vemos que otro animal hace lo mismo, podemos decir que entonces los procesos mentales subyacentes (en este caso, la incertidumbre, la indecisión, etc.)
ResponderEliminarTraigo también a colación los estudios de Kohler con chimpancés y los plátanos. Kohler al final termina diciendo que el hombre (o en el mejor de los casos los simios superiores si no mal recuerdo), son los únicos capaces de captar las relaciones intrínsecas a los estímulos presentes sin haber ejecutado ninguna conducta. ¿Sabes algo acerca de esto? Estas dos cuestiones las leí en un libro de introducc. al comportamiento animal de Klopfer, si no mal recuerdo la fecha es de 1975.
Gracias.
Anónimo,
ResponderEliminarno conocía el trabajo de Kohler y he estado mirando en Google y este video es genial:
https://www.youtube.com/watch?v=6-YWrPzsmEE
Yo creo que en animales muy cercanos en el árbol filogenético ( en el caso de chimpancés o mamíferos en general en relación a nosotros) es bastante seguro deducir que los procesos mentales tienen que ser homólogos o equivalentes: tenemos las mismas neuronas, estructuras cerebrales, etc.
Pero extrapolar hasta los gusanos me parece ya más arriesgado dadas las diferencias a nivel neural. Podrían llegar a lo mismo por caminos diferentes.
Gracias
Ese término de "poderes" me parece mal empleado de acuerdo al uso lingüístico.
ResponderEliminarNadie dice "tengo el poder de ver" sino que decimos "tengo la capacidad de ver" o "tengo la facultad de ver". En todo caso alguien diría "tengo el poder de ver en la oscuridad" porque hace referencia a una capacidad que sobrepasa la habitual.
Si alguien habla de "poderes mentales" enseguida pensamos que está hablando de telequinesis o de telepatía o de alguna supuesta (indemostrada) capacidad que los demás no poseemos.
El concepto de poder hace referencia a una facultad inusual o extraordinaria (no corriente) o que conlleva el uso de la fuerza ("el poder de gobernar") sobre otros.
Estoy de acuerdo, Luis, pero eso es nuestra forma de usar las palabras ahora.
ResponderEliminarDarwin desde luego utiliza "poder mental" y probablemente en su época tenía otras connotaciones
Un saludo