Toxoplasma gondii
es un protozoo parásito taxonómicamente relacionado con el agente de la
malaria, al parecer (y sorprendentemente) ambos proceden de plantas conservando
un orgánulo llamado apicoplasto. Cuando se habla de parásitos, lo normal es que
pensemos en lugares exóticos, selvas plagadas de mosquitos, garrapatas,
sanguijuelas y gusanos. Los parásitos nos preocupan únicamente cuando viajamos
a zonas tropicales, como si todos se encontrasen allí al acecho y concentrados.
La realidad, como suele ocurrir, es bien diferente. Cerca del 40% de las
especies animales conocidas son parásitas, pero si además tenemos en cuenta a
las bacterias parásitas y a los virus, descubrimos que la mayor parte de las
especies de este planeta son parásitos. Vivimos en un mundo donde existen incluso
parásitos viviendo dentro de otros parásitos, y resulta imposible tanto conocer
su número como su diversidad.
Pero todos los parásitos parecen tener algo en común, a lo largo de la evolución se han simplificado sufriendo una pérdida de genes y funciones, es por ello que son usados comúnmente para explicar por qué la evolución no es un proceso lineal de aumento en complejidad. Un ejemplo fácil podría ser el de las moscas parásitas sin alas de murciélagos, aves y ganado; ¡cuesta mucho reconocerlas como dípteros!
Pero todos los parásitos parecen tener algo en común, a lo largo de la evolución se han simplificado sufriendo una pérdida de genes y funciones, es por ello que son usados comúnmente para explicar por qué la evolución no es un proceso lineal de aumento en complejidad. Un ejemplo fácil podría ser el de las moscas parásitas sin alas de murciélagos, aves y ganado; ¡cuesta mucho reconocerlas como dípteros!
Otro, mucho más extremo en cuanto a simplificación, es el caso de los mixozoos. Hasta hace muy poco tiempo Myxozoa era considerado un filo de protistas, pero esto cambió cuando se secuenció su genoma. Sabemos ahora que Myxozoa es un grupo que engloba a cerca de 1300 especies de “medusas”, incluidas por ello en el filo Cnidaria. Son medusas microscópicas y tan simplificadas, ha sido tal la pérdida de genes, que se encuentran en el límite del reino animal. Quizás el caso más extremo de simplificación de un parásito pueda ser el de los virus. Existe la hipótesis de que los virus actuales son una versión simplificada de una forma de vida ancestral (hipótesis de la regresión), similar, pero con el conjunto de características de un organismo de vida libre. Según esta hipótesis, los virus están hoy tan simplificados que muchos científicos ni siquiera los consideran seres vivos.
Pero no nos dejemos engañar, esta simplificación podría ser solo una ilusión generada por nuestra perspectiva, resultado de nuestra tendencia innata a dividir la naturaleza en pequeños compartimentos. Los parásitos pueden estar físicamente simplificados, pero no sus formas de vida. Los ciclos de vida de algunos de ellos son extremadamente complejos, ciclos además en los que las características del hospedador se fusionan con las del parásito. En ocasiones el hospedador se convierte en un fenotipo extendido de la especie parásita. Esto es resultado de una guerra de armamentos evolutiva, una batalla constante entre parásitos y hospedadores que, gracias a la selección natural, acaba desencadenando bellísimas adaptaciones. Un ejemplo precioso es el de los bivalvos del género Lampsilis. Al mejor estilo de la ciencia ficción, algunas especies de Lampsilis están especializadas en mimetismo. Poseen un “anzuelo” en forma de pez, para atraer a depredadores. Cuando un pez muerde (literalmente) el falso pececillo, el bivalvo expulsa miles de pequeñas larvas parásitas que quedaran aferradas a las branquias del pez engañado. Las larvas, con forma de pequeña almeja, se alimentan de sangre en las branquias durante varias semanas, hasta que crecen lo suficiente como para liberarse y vivir libres.
El anterior es un caso increíble de adaptación, pero no es un ciclo de vida especialmente complejo, pues los hay que incluyen dos o más hospedadores. Un ejemplo podría ser el de Sarcocystis neurona, existe un hospedador definitivo donde el parásito puede tener reproducción sexual, y varios secundarios, donde sólo puede tener reproducción asexual. Es fácil darse cuenta de que si sólo existe reproducción sexual en un tipo de hospedador, se habrá desarrollado una gran presión selectiva. Aquellos genes (aquellas características) que ayuden al parásito a dar el salto del hospedador secundario al definitivo, estarán presentes en la siguiente generación, pues gracias a ello él se podrá reproducir sexualmente. Esta presión selectiva puede conducir a asombrosas adaptaciones, y entre ellas en ocasiones encontramos la manipulación del comportamiento.
Un bonito ejemplo de manipulación del comportamiento puede ser el de Leucochloridium paradoxum, un trematode (platelmintos) que parasita a aves y caracoles. El ave es su hospedador definitivo, donde puede reproducirse sexualmente, y el caracol el vehículo para moverse de un ave a otra. Como L. paradoxum solo puede madurar y reproducirse sexualmente en el interior de un ave, las espectaculares adaptaciones las encontramos en los caracoles, las larvas del helminto invaden los tentáculos del caracol, son de vivos colores y se mueven como gusanos, esto atrae al ave y la modificación del comportamiento del caracol favorece la depredación.
Existen muchos otros casos espectaculares de manipulación
del comportamiento por parásitos, quizás las “hormigas zombis” parasitadas por Dicrocoelium dendriticum (otro trematode),
o los hongos del género Cordiceps,
sean los más famosos. Pero ¿Qué hay de los mamíferos?
Un ejemplo bien conocido en la cultura popular es el de la
rabia. El virus de la rabia se encuentra altamente concentrado en la saliva del
animal enfermo, la rabia aumenta la agresividad de los animales facilitando el
contagio por mordedura. Algo menos conocido es que la rabia era conocida antiguamente
como hidrofobia. Los animales enfermos evitan el contacto con el agua, incluso los
humanos en etapas finales de la enfermedad sufren convulsiones y espasmos con
solo acercarles a un vaso de agua. La hidrofobia originada por la rabia puede
tener una explicación adaptativa, permitir que el animal beba agua implicaría
la eliminación de los virus concentrados en la saliva.
Un posible caso de manipulación por un virus es el del virus
de la gripe. En 2010 investigadores de la Universidad de Binghamton (Nueva
York) relacionaban en un artículo la vacuna de la gripe con el aumento en la sociabilidad
de la gente. Descubrieron que durante las 48 horas posteriores a la vacunación,
las personas se tornaban mucho más sociables. Discutían la posibilidad de que
este cambio en el comportamiento pudiera ser causado por una manipulación del
virus, conducente a favorecer el contagio de la enfermedad.
Otro de los ejemplos más comentados es el de la sífilis,
famosa enfermedad venérea producida por Treponema
pallidum. Varios autores han especulado con la posibilidad de que T. pallidum pueda aumentar la libido
(entre ellos Oliver Sacks), pero la suposición está basada únicamente en
anécdotas. Quizás el aspecto más interesante de la sífilis es que si no se la trata
adecuadamente, progresa a neurosífilis. Los enfermos, en este caso, ven como su
ánimo pasa alternativamente por ciclos de depresión profunda seguidos por fases
de gran euforia y creatividad. Es interesante constatar la gran cantidad de
personalidades afectadas por la sífilis a lo largo de la historia, desde
autores como Edgar Allan Poe, Lovecraft Nietzsche, hasta personajes históricos
como Al Capone, Napoleón y Hitler. Evidentemente la sífilis no fue la principal
responsable de sus obras o de su comportamiento, pero sí, sin duda, fue un
ingrediente determinante de sus personalidades.
Toxoplasma posee
un ciclo de vida complejo en el que intervienen varios hospedadores. Un felino
(un gato, por ejemplo) donde Toxoplasma
se reproduce sexualmente, y un roedor o un ave, (hospedadores secundarios)
donde sólo se podrá reproducir asexualmente. Cuando un ratón se infecta con
ooquistes procedentes de la caca de un gato infectado, Toxoplasma se multiplica en las células con gran rapidez (taquizoitos),
expandiéndose. Tras la denominada fase aguda de la afección se va a refugiar en
las células de la musculatura y el cerebro del roedor, pasando allí a unas
formas de multiplicación lenta (bradizoitos) características de la fase
crónica. Éstas, asociadas en pseudoquistes, solo tienen que esperar a que un
felino cace y se coma al ratón, para cerrar así el ciclo.
Dado que los felinos son el único hospedador final, aquel en
el que Toxoplasma puede reproducirse
sexualmente, existirá una fuerte presión selectiva por aquellos parásitos que
consigan dar el salto del roedor (o de cualquier otro mamífero o ave) al
felino. Esta presión se va a reflejar en asombrosas adaptaciones que incluyen
la manipulación del comportamiento.
Fue en los años 90 cuando se descubrió que, en efecto, Toxoplasma modifica el comportamiento de
los roedores infectados. Las ratas parecían perder el miedo a los gatos.
Inicialmente se pensó que podría deberse a que los pseudoquistes de Toxoplasma ocasionaran daños directos en
el cerebro de sus hospedadores. Pero, las ratas infectadas se comportaban casi
con total normalidad, eran capaces de interactuar socialmente, también podían
aprender nuevos trucos, así como recordar eventos anteriores a la infección. El
cambio parecía afectar únicamente al miedo, ¿quizás estaban dañadas sólo las
zonas relacionadas con el miedo? No, no lo estaban, aunque las ratas infectadas
reducen su neofobia (el miedo a lo nuevo), el cambio comportamental estaba
concentrado en un solo aspecto; las ratas infectadas perdían el miedo a los
gatos, y no solo eso sino que además el olor de los gatos parecía atraerlas.
Pero, ¿por qué?
Cuando analizaron el cerebro de los roedores infectados
descubrieron que los pseudoquistes de Toxoplasma
estaban repartidos por todo el cerebro, pero especialmente concentrados en una
región concreta; la amígdala. La amígdala está fuertemente relacionada con
comportamientos de miedo, estrés, aversión, etc. También analizaron la
actividad del cerebro ante el olor a orina de gato. En ratas sanas el circuito
neuronal activado era el esperable (amígdala-miedo, hipocampo-nuevos recuerdos,
etc.). En las ratas infectadas no solo estaba modificado el circuito del miedo sucedía
además que al oler la orina de gato, ¡se disparaba en la rata el circuito de la
excitación sexual! (los niveles de testosterona también se elevan). Se demostró
así que de alguna forma Toxoplasma
eliminaba un miedo ancestral de los roedores y les llevaba a encontrar “sexis”
a los gatos.
Quizás el descubrimiento más sorprendente (como bien relató
Sapolsky para Edge) es el siguiente. Cuando analizaron el genoma, descubrieron
que Toxoplasma tiene dos genes para
la síntesis de dos enzimas responsables de la producción de dopamina en
mamíferos. Los bradizoitos de Toxoplasma
incrementan la concentración de dopamina en aquellas regiones del cerebro en
las que se encuentran. Hay algo que hace que este descubrimiento sea
particularmente interesante, es el hecho de que ningún protista cercano
filogenéticamente a Toxoplasma posea
estos genes. Toxoplasma tiene los genes
necesarios para producir un importantísimo neurotransmisor de nuestro cerebro,
pese a estar separado de los roedores (o de nosotros) por unos 1700 millones de
años de evolución.
Así, este ubicuo y pequeño parásito puede modificar el
comportamiento de los roedores, haciéndoles no sólo perder el miedo al olor de
los gatos sino convirtiéndoselo en un olor sexualmente atrayente. Parece que lo
consigue incrementando la concentración de un importante neurotransmisor
(dopamina) en el cerebro.
Si Toxoplasma es
capaz de hacer todo esto en el cerebro de un roedor, y al fin y al cabo nuestro
cerebro no es muy diferente, ¿Qué ocurre con los humanos infectados con Toxoplasma?
Es bien conocido que las embarazadas deben abstenerse de comer
carne cruda, lavar bien los vegetales antes de comerlos, así como evitar
manipular la caca de gato o hacer labores de jardinería. Son precauciones para
evitar la infección por Toxoplasma.
Cuando un ser humano se infecta bien a partir de ooquistes procedentes de un
felino, o de pseudoquistes presentes en la carne de cualquier mamífero o ave, el
curso de la infección sigue el mismo patrón que en un roedor
(ooquistes-taquizoitos-bradizoitos- en el primer caso, y bradizoitos-taquizoitos-bradizoitos
en el segundo caso). Los taquizoitos se multiplican en todas las células
(excepto en los glóbulos rojos) pudiendo pasar al feto (toxoplasmosis
congénita), los bradizoitos se forman en los músculos y en el sistema nervioso
central (incluyendo la retina).
En adultos, con un buen sistema inmune, no suele suponer
ningún problema. Después de un periodo inflamatorio la infección es
supuestamente asintomática, excepto en infecciones masivas o en personas
inmunodeficientes. Pero, la ciencia avanza y estos supuestos están cambiando.
La foto está tomada directamente de su cuenta de Facebook, así vive, con un gato pegado. |
Todo comenzó con este señor, Jaroslav Flegr, un parasitólogo
de la República Checa infectado con Toxoplasma
(Toxo+). Flegr se encontraba en un viaje científico en Turquía cuando de
repente se vio envuelto en un tiroteo. Todas las personas que estaban allí
corrían para salvar su vida, se escondían, o quedaban paralizados por el miedo,
pero no él. Flegr no reaccionó como una persona normal, se quedó tan tranquilo.
Su reacción le resultó tan anómala que durante mucho tiempo dio vueltas y
vueltas a aquella situación, hasta que un día pensó que su infección con Toxoplasma podría estar relacionada.
Flegr, obsesionado con la idea de que su personalidad estuviese influenciada
por un parásito, comenzó a realizar amplios estudios y análisis estadísticos
comparativos entre personas infectadas y no infectadas.
Descubrió cambios en la personalidad en las personas Toxo+,
y curiosamente dichos cambios diferían según el sexo. De acuerdo con sus
trabajos estadísticos, los hombres infectados Toxo+ son menos inteligentes, más altos, más atractivos, así como
menos sociales y más rígidos. Las mujeres infectadas son más inteligentes, más
sociables, más confiadas y más serviles. Había además otros datos interesantes
(y extraños),Toxoplasma parecía estar
asociado a casos graves de esquizofrenia, y aún más sorprendente, también a
accidentes de tráfico. De acuerdo con Flegr si sufres un accidente de tráfico relacionado
con escasa rapidez de reflejos es muy probable que estés infectado con Toxoplasma.
De ser esto cierto, estaríamos hablando de algo terrible,
pues la prevalencia de infección mundial es enorme. Nosotros (junto con
nuestros gatos) somos buenísimos hospedadores para Toxoplasma, lo hemos expandido por todo el planeta. Hay incluso delfines
y ballenas infectadas (y muriendo por ello) desde Japón hasta Inglaterra.
Algunos parasitólogos, como Kevin Lafferty, de California, creen que las enormes diferencias en la tasa de infección entre países (algunos por encima del 60% y otros por debajo del 10%) podrían llegar a ser un factor a tener en cuenta en la evolución cultural. Si Toxoplasma modifica la personalidad y las tasas de prevalencia entre países son muy diferentes, quizás esté afectando a las distintas poblaciones humanas.
Esto son palabras mayores para un tema de descubrimiento tan
reciente, del que sabemos aún muy poco; la crítica y el escepticismo están
justificados. Una objeción común es que quizás no estamos observado los cambios
que Toxoplasma induce en las
personas, sino quizás encontrando el tipo de personalidad que por sus hábitos
se va a infectar más fácilmente con el parásito. Es posible (aunque difícil de
argumentar) que los hombres menos inteligentes, pero también más altos y guapos
se infecten más con Toxoplasma.
Quizás, sean también las mujeres más inteligentes las que acaben infectándose;
¿quién sabe?
Pero los trabajos de Flegr tienen una respuesta a esta
crítica; los cambios en la personalidad se incrementan cuanto más tiempo se
lleva infectado. Esto indica que los cambios se producen en la fase crónica de
la enfermedad, aquella que supuestamente es asintomática estando los parásitos
acantonados en músculo y en sistema nervioso central.
Otro tipo de críticas son las centradas en aspectos
estadísticos o metodológicos, la más fuerte se publicó hace apenas unas
semanas. Se argumenta que los grupos poblacionales usados por Flegr no son lo
suficientemente grandes para ser representativos, y que la infección suele ser
mayoritariamente asintomática en adultos sanos. Esta crítica adolece de importantes
fallos*, vamos a asumir que es correcta y que no existen cambios en la
personalidad de humanos (en mi opinión podrían ser explicables, en parte, por
el incremento de testosterona),pero aún aceptándolo quedan cosas muy
interesantes por explicar.
En un trabajo publicado en 2011 por Jaroslav Flegr encontraba que a los hombres infectados les agrada el olor a orina de gato, mientras que las mujeres infectadas lo encuentran muy desagradable. Esto es un hallazgo interesante, no solo por el hecho de demostrar una vez más diferencias de género en humanos seropositivos, sino porque este efecto sólo se daba con la orina de gatos. Probaron con orina de perros, caballos e incluso de leones, pero la diferente apreciación solo era relativa a la orina de gato.
Hasta ese año nadie había buscado diferencias genéricas en
el comportamiento de los roedores infectados con Toxoplasma. Se estudiaban o bien ratas macho, ratones hembra, o no
se hacía mención alguna al sexo de los roedores . Esto cambió en el 2014 con un
trabajo publicado por Robert Sapolsky, en el que trabajaban por primera vez solo
con ratas hembras. Los resultados iniciales fueron los esperados, las hembras
infectadas no parecían tener miedo por el olor de la orina de lince, para ellas
era similar a la de conejo. Pero cuando las ratas se encontraban en el estro su
comportamiento cambiaba, en esa fase menstrual volvían a preferir la orina de
conejo a la de lince (tal y como lo haría una rata no infectada). Este curioso
resultado podría arrojar luz sobre las diferentes preferencias ante la orina de
gato entre hombres y mujeres infectadas. Quizás estén también influenciadas por
las hormonas sexuales, tal y como sucede con las ratas.
Dejando a un lado las controversias en cuanto a Toxoplasma y los cambios de personalidad
(es un debate que aún no ha acabado), ya sabemos que modifica las preferencias
en humanos respecto al olor de la orina de gato. ¿Por qué? La explicación más sencilla
es recurrir a lo que podríamos llamar “el efecto secundario” (nuestro cerebro
no es muy diferente en esencia al de un roedor, y las adaptaciones de Toxoplasma a los roedores nos afectan).
Pero también hay una idea que en principio parece demencial; quizás los seres
humanos no somos un intruso en el ciclo biológico de Toxoplasma, puede que esté adaptado a nosotros de la misma forma
que lo está a los roedores. Pero si es así debe existir un ciclo de vida en el
que nosotros cumplamos el rol del ratón, y en ese ciclo debe haber un felino
capaz de capturarnos y devorarnos.
Ese es más o menos el planteamiento de un grupo de
investigadores franceses que han publicado un sonado artículo hace pocas
semanas. Han estudiado el efecto de Toxoplasma
en el comportamiento de 33 chimpancés de Gabón, 9 de ellos infectados (es la
primera vez que se aborda este tema en primates no humanos). Compararon la
reacción de los chimpancés Toxo+ y Toxo- con el olor de la orina de humanos, leones,
leopardos y tigres, y encontraron un resultado muy sorprendente. Los chimpancés
infectados solo cambian su comportamiento frente a la orina de leopardo. Bien,
analicemos este hallazgo; ni tigres ni leones cazan chimpancés, los humanos no
son felinos, sólo los leopardos son sus enemigos naturales. Según los autores
del trabajo, cada chimpancé tiene una probabilidad del 30% de ser cazado por un
leopardo, ¡cada año!, sin duda alguna el leopardo es el hospedador definitivo
de Toxoplasma en su ciclo con chimpancés.
Este cambio tan específico lleva a los autores a especular la posibilidad de
una adaptación de Toxoplasma a
primates y sería ésta la primera vez que tenemos constancia de ello.
Esta investigación, obviamente, tampoco está a salvo de críticas,
son conclusiones muy trascendentales para un trabajo con pocos chimpancés. En
palabras de Carl Sagan: “afirmaciones extraordinarias requieren siempre de
evidencia extraordinaria”. Quizás 33 chimpancés sean pocos para obtener
conclusiones contundentes, pero conociendo los increíbles efectos
que Toxoplasma provoca en roedores, lo
que hoy nos parece extraordinario, podría ser mañana universalmente aceptado.
La ciencia nos tiene habituados a ello. La clave de este trabajo es que los
chimpancés muestran una respuesta específica a la orina de leopardo. Esto nos
recuerda el hecho de que los humanos cambian su opinión solo con la orina de
gato, o el que los roedores infectados prefieran el olor de los felinos
salvajes que al de los gatos.
Es evidente que se están abriendo puertas a la posibilidad
de una adaptación de Toxoplasma a
primates, incluidos los humanos. Fascina y aterra a la vez imaginar a nuestros
ancestros Toxo+ acercarse como zombies sonrientes a un gran felino (dientes de
sable, por ejemplo) embriagados por el
olor de su orina.
*Como contracrítica puedo argumentar que no miden la avidez de los anticuerpos IgG, y por tanto
desconocen la fase (aguda o crónica) en la que se encuentra la infección.
Teniendo en cuenta que el trabajo de Flegr se centra en individuos en fase
crónica, tiene poco sentido una crítica que no reproduce las mismas
condiciones. Por otro lado el trabajo se realiza exclusivamente en Nueva
Zelanda, esto podría suponer diferencias muy importantes, pues se sabe que los
diferentes genotipos de Toxoplasma tienen
diferente virulencia.
Esta entrada es una transcripción/traducción de mi última charla hasta ahora, de ahí que el formato pueda ser algo diferente.
Referencias:
*Toxo y su efecto en roedores:
-Behavioral changes induced by Toxoplasma infection of rodents are highly specific to aversion of cat odors (2007) Sapolsky
-What Makes a Feline Fatal in Toxoplasma gondii’s Fatal Feline Attraction? Infected Rats Choose Wild Cats (2014) Kaushil
*Toxo en humanos y cultura:
-Toxoplasmosis snapshots: Global status of Toxoplasma gondii seroprevalence and implications for pregnancy and congenital toxoplasmosis (2009) Pappas
-Can the common brain parasite, Toxoplasma gondii, influence human culture (2006) Lafferty
-Fatal Attraction Phenomenon in Humans – Cat Odour Attractiveness Increased for Toxoplasma-Infected Men While Decreased for Infected Women (2011) Flegr
-Influence of latent Toxoplasma infection on human personality, physiology and morphology: pros and cons of the Toxoplasma–human model in studying the manipulation hypothesis (2013) Flegr
-“Latent” infection with Toxoplasma gondii: Association with trait aggression and impulsivity in healthy adults (2015) Cook
*Parásitos en general:
-Homage to Linnaeus: How many parasites? How many hosts? (2008) Dobson
*Toxo y hormonas:
-Toxoplasma gondii infection and testosterone congruently increase tolerance of male rats for risk of reward forfeiture (2016) Tan
-Toxoplasma gondii influences aversive behaviors of female rats in an estrus cycle dependent manner (2014) Sapolsky
*Críticas y respuestas:
-Is Toxoplasma Gondii Infection Related to Brain and Behavior Impairments in Humans?
-Evidence from a Population-Representative Birth Cohort (2016) Sudgen
-Bioluminescence Imaging of Toxoplasma gondii Infection in Living Mice Reveals Dramatic Differences between Strains (2005) Saeij
*Chimpancés y toxo:
-Morbid attraction to leopard urine in Toxoplasmainfected chimpanzees (2016) Poirotte
*Otros:
-Change in Human Social Behavior in Response to a Common Vaccine (2010) Reiber
-Genomic insights into the evolutionary origin of Myxozoa within Cnidaria (2015) Chang
-Evidence from a Population-Representative Birth Cohort (2016) Sudgen
-Bioluminescence Imaging of Toxoplasma gondii Infection in Living Mice Reveals Dramatic Differences between Strains (2005) Saeij
*Chimpancés y toxo:
-Morbid attraction to leopard urine in Toxoplasmainfected chimpanzees (2016) Poirotte
*Otros:
-Change in Human Social Behavior in Response to a Common Vaccine (2010) Reiber
-Genomic insights into the evolutionary origin of Myxozoa within Cnidaria (2015) Chang
Acaba de publicarse este trabajo sobre una correlación entre infección pro toxoplasma y el llamado Trastorno Explosivo Intermitente, es decir ataques de ira y agresividad desproporcionada a la situación
ResponderEliminarhttp://www.livescience.com/54141-toxoplasmosis-parasite-linked-with-rage-disorder.html
lógicamente esto no demuestra ninguna causalidad
¡Y lo que queda por desvelar!
ResponderEliminarSomos ecosistemas andantes al servicio del microbio egoísta.
ResponderEliminarCONCIENCIA:
Cuando la ciencia habla de conciencia lo complica mucho dividiendola en conciente,inconciente,preconciente,conciencia de si mismo etc.Dice que la mente del hombre funciona un 95% inconciente y un5% conciente,eso quiere decir que toda la naturaleza,el sistema genetico, es inconciente y solo un pequeño trozo de nuestra mente es conciente.No sera que la naturaleza y el sistema genetico son concientes y que la mente humana tiene un 5% de inconciente o conciente enfermo o conciencia manipulativa-maquiabelica, con la que destrulle a la naturaleza que es nuestra propia vida.
Conciencia:es el modo en que se expresa y percive el sistema genetico por medio del cuerpo y cerebro que a creado y dirige.Evoluciona en su relacion con el medio aprendiendo por esperiencia o imitacion,a eso que aprende se le llama cultura.Los cientificos dicen que la cultura es otra forma de vida no biologica su sistema genetico parece ser pura informacion sin codificar pero nace,evoluciona,se reproduce y muere.Dicen que se parece a un virus porque necesita de un ser eucariota y con cerebro para vivir y reproducirse.Creo que es el parasito mas maravilloso y endogeno de toda la naturaleza,alludando al sistema genetico y su conciencia a evolucionar rapido y armoniosamente.
Las selulas se comunican entre ellas de muchas manaras, las neuronas parecen que lo hacen electricamente, toda esa interrelacion depende de las sensaciones-emociones que surjen en la relacion del cuerpo con el medio y otros cuerpos.el sistema genetico se espresa y percive dependiendo de esas sensaciones-emociones:lenguaje de la naturaleza,de nuestra vida.La cultura de alguna forma se pega o acompaña a esas sensaciones cooperando con el S.genetico,por eso la cultura es un virus super endogeno,que evolucionando ella alluda a evolucionar al S.genetico de su anfitrion.
Lei en un libro de ciencias:La cultura llego a hacerse tan sofisticada en el cerebro humano que un dia el hombre adquirio conciencia de si mismo y desde ese momento se separo del resto de la naturaleza.Una frase muy vonita,pero yo creo que el hombre es inconciente,ni siquiera se conoce a si mismo,el unico animal que no save quien es.Ademas ¿ quien a adquirido conciencia, su verdadera vida el S genetico:eso va en automatico no puede tener conciencia, o el cuerpo-cerebro que son maquinas de mantenimiento y reproduccion dirigida por el S genetico, tampoco.No sera que la cultua(ser vivo)que avita nuestro cerebro se a hecho tan sofisticada que a adquirido conciencia de si misma por medio del lenguage astracto que ella a construido.Se a hecho tan sofisticada que a puesto un centro horganisativo de su informacion en nuestro cerebro al que nos hemos identificado de tal modo que le llamamos(YO).
La cultura siendo el parasito mas endogeno de la naturaleza en el cerebro humano por medio del lenguage a mutado a conciente de si misma haciendose patogeno y nosotros infectados nos separamos del resto de la naturaleza, esplotandola y casi estingiendola sin comprender que tiene nuestro S genetico que todos somos UNO.La cultura evoluciona rapidisimamente a costa de nosotros que involucionamos para adaptarnos mejor a su evolucion,ya no coopera con nuestro S genetico,solo le interesa su evolucion-procreacion.Nuestra mente dedica todo su tiempo y energia a servir a la cultura olvidando que el S genetico es quien nos a creado y es a quien deveriamos cervir