Esta es una respuesta a Virginia V acerca de si existe una moral natural, escrita a vuelapluma, como casi todo lo que hay escrito aqui, en plan borrador, con faltas, repeticiones, palabras que sobran y que faltan, pero que quieren que les diga, no tengo tiempo para más y además el hacer esto me sirve para pensar.
Es un tema interesante. Yo no digo que exista una moral natural como tal, pero el que la misma existencia de moral como un universal en todas las culturas indica que estamos ante un mecanismo desarrollado por selección natural. No existe una moral natural, pero si algo así como una meta-moral natural. De la misma forma que no hay un lenguaje hablado natural, pero si unos mecanismos innatos para componer y entender frases, y unas reglas semánticas y unos elementos (sujeto, verbo, predicado) que son universales para todos los lenguajes, y dado que ningún otro animal ha podido nunca componer una frase, está claro que es innato. Como en el caso del lenguaje, en el que el instinto del lenguaje se llena de los contenidos de la lengua nativa, durante el aprendizaje el sentido moral se llena de contenidos morales. Ahora bien, hay reglas, como en el caso del lenguaje.
Hay un libro que quiero leer, se titula
"The moral animal" de Robert Wright. Mi conjetura es que el sentido moral o mejor dicho, el instinto moral aparece en los antecesores del hombre moderno cuando la cooperación entre todos los miembros del clan exigía una coordinación vital para la superviviencia de cada uno. De esta forma, el instinto moral se encarga de la interiorización y cumplimiento de todas las reglas de conducta que hacen al grupo funcionar de manera que cada uno resulta fiable y predecible para los demás. Inicialmente, en el grupo de cazadores-recolectores formados por una docena de homínidos. Si esto es así, el no cumplimiento de esas reglas de conducta desencadena inmediatamente un sentimiento de castigo hacia el infractor, ya que la ruptura del "contrato" moral del grupo es vital para evitar problemas en el grupo y por tanto es vital para su cohesión y por tanto, su supervivencia.Otra consideración: no vale cualquier regla moral. Evidentemente, cualquier regla moral que va abiertamente en contra de la supervivencia del individuo y de sus allegados genéticamente relacionados o, en términos anglosajones, toda regla moral que desafie el "inclusive fitness" del indivíduo no puede ser aceptada en el contexto primitivo de cazadores-recolectores (luego veremos por qué aún así, se aceptan). De hecho, las reglas morales generales de todos los pueblos primitivos son prácticamente iguales, más allá del invento de
Margaret Mead (Pobre chica progre, una becaria que se creyó todas las fabulaciones de las irónicas tiazas Samoanas) y otros antropólogos de la época Hippie que veían lo que querían ver.
Que las reglas morales generales sean comunes no quiere decir que esa sea la moral legítima que se debe seguir en todos sus aspectos (por ejemplo, el sometimiento del la mujer y su consideración como una propiedad). Al menos, no más que el hecho de que exista la venganza como instinto exija que esta se permita. Si bien esos aspectos no por rechazables dejan de ser parte de la naturaleza humana, e iluminan bastantes aspectos de la conducta humana que hay que tener en cuenta muy seriamente para edificar una sociedad en la que reine la comprensión mútua (por ejemplo, el innato sentimiento posesivo de los hombres hacia sus parejas y la tacita aceptación e incluso necesidad de esto por parte de la mujer cuando ésta quiere) (ya veo las hordas de progres y feministas con pancartas). Ahora bien, aunque el instinto moral originalmente en situaciones "normales" , en el que el hombre ha evolucionado, acomodara una determinada moralidad a pesar de eso, el instinto moral admite grandes variaciones. Ello es debido a varias causas. Por un lado, el material genético es incapaz de predeterminar reglas morales especificas porque se necesitaria un número de genes que no tenemos, de la misma forma que las palabras del lenguaje no estan codificadas en los genes, pero si las distintas categorías de éstas y sus relaciones entre otras cosas. Pôr otro lado, el entorno cambiante no tiene por que ser el "normal" sino que puede tener grandes variaciones (escasez, abudancia, presencia de enemigos, abundancia o no de uno u otro sexo en el grupo) por lo que una programación moral rígida sería no adaptativa. Además se da el caso más sofisticado de las relaciones de dominación que por ejemplo hiciera que uno de los miembros dominantes del grupo aleccione a los demás en una moral que le conviene a aquel, pero no a estos (algo típico y recurrente en la educación). Todo ello hace que el instinto moral acomode variaciones amplias. Esta última cuestión, la de la manipulación aleccionadora en términos de moralidad es la clave, la verdadera clave de los problemas de nuestro tiempo y de todos, y existe como problema desde que el ser humano es capaz de enseñar. Al mismo tiempo es una encrucijada evolutiva y una demostración de que
una mente educable y moldeable a la manera que se admite actualmente por la psicología y sociología oficiales, no puede haber evolucionado de ninguna manera a partir de nuestros antepasados antropoides: Si un hominido es aleccionado por otro, en términos morales, para que sus habitos y costumbres favorezcan el interés propio del aleccionador en detrimento del interés evolutivo del enseñado, a la larga, los hominidos que no reaccionen adecuadamente para contrarestar esa amenaza contra la propia supervivencia, ellos y sus conductas desapareceran y se promoverá la conducta del homínido que reaccione ante esa enseñanza manipuladora o bien que la utilize para su propio beneficio. Todas esas cosas han sucedido: la manipulación, la rebeldía y la hipocresía actuales son el producto de esas presiones evolutivas y todas ellas tienen que ver con el sentido moral. las tres pueden ser perfectamente inconscientes y no manifestarse de una manera cínica, sino interiorizada. En particular, la tercera me interesa, ya que es la reacción más sofisticada a la manipulación, y explica el por qué del triunfo de no pocas actitudes morales, que en principio deberían ser rechazadas de entrada por los individuos en cualquier ambiente, atendiendo a su "inclusive fitness" o en terminos pedrestres, su interés de supervivencia y reproducción y el de sus relativos genéticamente hablando a largo o a corto plazo.
Y la prueba es que se han desrrollado estructuras cerebrales especialmente en los humanos para resolver este tipo de problemas y otros relacionados. Así como la gran corteza cerebral humana es la responsable de la gran capacidad de aprender y enseñar, el enorme tamaño del hipotálamo de los humanos es el responsable de la hipocresía así como la rebeldía (entre otras cosas claro). Ambos son 10 veces mas grandes que en los monos antropoides (Symons, the evolution of human sexuality). las conductas, generadas entre otros, por el instinto moral, el hipotálamo las desvía para beneficio propio, es decir, si hay una moral represora del instinto sexual, en el hombre esta se desvía para satisfacerlo en el momento oportuno (ver sinó los calentones de Bill Clinton). En la mujer, la conducta se desvía de otras maneras que no es políticamente correcto mencionarlas. Análogamente, si la conducta moral exhalta la solidaridad, la conducta se desvía hacia comportamientos egoistas en el momento en el que hay posibilidad de trincar (Haaay, estos izquierdistas...). El hipotálamo es el elemento inconsciente que desvía las conductas mientras la parte consciente exhibe su conformidad con las reglas morales. Esa disparidad exige un considerable gasto de energía psiquica en forma de remordimientos, cinismo y vaciedad. Por eso hay morales más llevaderas y naturales que van en la línea de las tendencias humanas,(pero no todas las tendencias, porque deben ser limitadas por los derechos de los demás) y por otro lado , hay morales que son artificialmente manipuladoras y generadoras de hipocresía y corrupción. La moral que destila el liberalismo es un ejemplo de la primera. Casi todas las demás son ejemplos de la segunda en mayor o menor grado.
Otro punto que refuerza lo anterior es el autoengaño. el autoengaño es una estrategía que ha evolucionado para hacer más convincentes las mentiras propias y, de esta manera, evitar el castigo o ser premiado. el autoengaño es vital en las relaciones entre la conducta moral (innatas y aprendidas) y las tendencias puramente innatas generadas por el hipotálamo.