viernes, julio 24, 2009

¡Detengan a ese cuervo! (Entrevista a Daniel C. Dennett)

Conocí a Daniel C. Dennett, es decir, sus ideas y publicaciones, en las páginas de un libro de José Antonio Marina, La teoría de la inteligencia creadora. A Marina, pasado el tiempo, casi veinte años, debo agradecerle que, en respuesta a las preguntas que le dirigí por carta entonces, me respondiera con una magra lista de recomendaciones bibliográficas ... entre las que no había ningún libro de Dennett. Según Marina, el americano era demasiado complejo, sus ideas necesitaban muchas lecturas previas para ser cabalmente aprovechadas. Así que arrancaba su lista con un par de libros de Edmund Husserl, nada menos, La filosofía como ciencia estricta, que leí devotamente, y La crisis de las ciencias europeas, que leí con más voluntad que interés, la verdad. Junto a Husserl había otros autores de los que prescindí por no estar relacionados con lo que entonces comenzó a interesarme casi obsesivamente: la psicología cognitiva.

Cuando terminé "La crisis ..." me pregunté, entre otras cosas, sobre qué clase de arcanos escribiría Dennett y en que dialecto del chino para que, después de digerir a Husserl, no pudiera con Consciousnnes Explained (no había traducción). Me arriesgué. No sabía cuánto.


"Lo que caracteriza a todas las formas del naturalismo extremo y consecuente, es, por un lado la naturalización de la conciencia, inclusive la de todos los datos intencionales inmanentes de la conciencia; por el otro, la naturalización de las ideas y, por consiguiente, de todo ideal y de toda norma absoluta."


No es exactamente una definición pero resume bastante bien cómo describiría yo la filosofía que practica el profesor Dennett. La cita es de Husserl, ya que estamos, de La filosofía como ciencia estricta. Más aún "[El] filósofo naturalista enseña, predica, moraliza, reforma". ¿Hace todo esto Dennett? Creo que no. Es decir, sí enseña y, más que reformar, "deconstruye"; lo que no hace es emplear su "incorruptible materialismo" ni para predicar, ni para moralizar, aunque quienes de una u otra manera elevan el tono de sus críticas piensen todo lo contrario. ¡Detengan a ese cuervo!

En unas sabrosísimas notas autobiográficas, Dennett nos cuenta que


“Desde mediados de los años 80 mi atención estaba dividida entre la biología evolucionista por un lado y la ciencia cognitiva por otro. Dado que lo que se estaba haciendo en ambos campos me parecía mucho más fascinante y fructífero -más filosóficamente iluminador- que casi cualquier trabajo que se estuviera haciendo en filosofía, me encontré abandonando las viñas filosóficas y colaborando con personas de otros campos.”


Filosofía de la mente y evolución. Conciencia, sistemas intencionales, teoría computacional de la mente, selección natural, adaptacionismo, memética … Estos son alguno de los titulares de la obra de Dennett, las preguntas a las que trata de responder, a mi juicio, son las siguientes: ¿Cómo reconciliar el elevado concepto que tenemos de nosotros mismos (como especie) con la realidad científica de nuestras limitaciones? ¿Cómo se las ingenió la naturaleza para crear la mente, un complejísimo sistema intencional, a partir de millones de pequeños robots sin conciencia … ?


Dicho de otra manera, ¿cómo puede un filósofo naturalista, un materialista incorruptible, defender la evolución de la libertad?; ¿cómo puede explicar la aparición de la conciencia (o explicar qué es)? y ¿qué puede decirnos de la vida, si todo significado que atribuimos a nuestra existencia no es más que una metáfora, otro truco de la selección natural? No parecen el tipo de preguntas cuya respuesta uno espera encontrar entre las que formula un filósofo marciano, un investigador de la conciencia humana en tercera persona que, esto es, sobrevuela heterofenomenológicamente el rico mundo de nuestras intuiciones y comportamientos. Sin embargo Dennett no rehuye las connotaciones metafísicas o teleológicas con la que algunos colegas, todavía, pretenden justificar el carácter único de nuestra especie. Simplemente se plantea, discute, su pertinencia … para descartarlas ¡Detengan a ese cuervo!

Así, la conciencia, no es lo que la gente suele pensar que es: un escenario, el “teatro cartesiano” en el que un homúnculo trabaja afanosamente para reunir percepciones y gestionar las acciones pertinentes... un YO literalmente alojado en el “centro” de nuestra mente. A esta poderosa intuición, vestigio de un dualismo cartesiano superado en otros ámbitos, Dennett opone una explicación funcionalista que compara al cerebro con una computadora y explica la conciencia como un producto de sus operaciones distribuidas en multitud de procesos inconscientes …


Algo que no convence ni a Jerry Fodor …


“Si, para decirlo rápidamente, mi cabeza está habitada por una comunidad de ordenadores, más vale que también haya alguien a cargo de su funcionamiento, y más vale que ese alguien sea yo”


… ni a Robert Wright (entre otros):


“Por supuesto, aquí el problema es postular que la conciencia es idéntica a estados físicos del cerebro. Cuanto más se empeñan Dennett et al en explicarme qué quieren decir con eso, más me convenzo de que, en el fondo lo que quieren decir es que la conciencia no existe”


No exactamente. Lo que Dennett niega es la “magia” de la conciencia. Para explicar cómo surge esbozó en Consciousness Explained la teoría de los borradores múltiples, rebautizada recientemente como “popularidad cerebral”. De acuerdo a esta teoría la conciencia se parece más a la fama que a la televisión: no se trata de una representación “cartesiana” sino de una “competición” en la que ciertos contenidos, eventos que suceden en la incesante actividad cerebral, consiguen algo parecido a la fama compitiendo con otros que, por lo tanto, quedan relegados. Más gráficamente: aparecer en la televisión no es lo mismo que ser famoso, es decir, aparecer 15 minutos en la caja tonta no le asegura a uno la fama, sino sólo eso: quince minutos de tele … y un rápido olvido. Para Dennett una teoría de la conciencia debe esforzarse en explicar por qué unos contenidos prevalecen mientras que otros se extinguen una vez concluyen sus modestos quehaceres.


Esta perspectiva computacional, reforzada por el conductismo lógico que heredara de su maestro Ryle, la “actitud intencional” (que requiere “un abordaje de la conciencia en tercera persona”), se lleva por delante dos conceptos queridos a muchos filósofos y científicos de la mente: los qualia, la irreductibilidad del punto de vista en primera persona; y el “zombismo”, una “ilusión cognitiva” tan pertinaz como estéril. ¿Para qué sirve estudiar a una máquina idéntica a nosotros (los seres humanos) salvo por el detalle de que no tiene conciencia? Es decir, eso, a nosotros sin conciencia ... Je, usando a David Chalmers como “sujeto heterofenomenológico”, Dennett concluye:


“El hecho de que algunos sujetos tengan la corazonada zombi no puede considerarse un argumento válido para revolucionar la ciencia de la conciencia.”


Así pues, cada “cada uno de nosotros está hecho de robots mecánicos y punto”, carentes de conciencia o finalidad: para comprender la mente tenemos que abandonar ese sustrato, elevar nuestras pesquisas desde el nivel físico hasta el intencional para estudiar el “propósito” adaptativo de los algoritmos darwinianos que, durante cientos de años, han modelado, tambien sin conciencia ni finalidad, nuestra mente. Y nuestra libertad. Un atributo mucho más joven que nuestra especie que necesita mucha atención ya que “alguna de nuestras ideas tradicionales sobre la libertad están simplemente equivocadas; más aún […] son contraproducentes y ponen serios problemas al futuro de la libertad en este planeta”.


A Dennett se le ha llamado fundamentalista ultradarwiniano, u otras lindezas parecidas, con el propósito de inflamar los debates al respecto de cuestiones aparentemente técnicas, pero que, por motivos no siempre claros, tienen o tenían clara connotaciones políticas y … a la larga, personales. En Darwin's Dangerous Idea, Dennett otorgaba a Darwin el premio a “la mejor idea que nadie haya tenido”, un “ácido universal”, una idea revolucionaria que encuentra aplicación más allá de su ámbito original, la biología, y que por lo tanto sigue levantado suspicacias, temores y .. ácidas disputas. Los opositores a la difusión del algoritmo darwiniano, el poder del pensamiento adaptacionista, buscarían contenerlo en los límites de la biología con técnicas “contrarrevolucionarias” . Tal es el caso Stephen Jay Gould, a quien Dennett acusaba de promulgar tres falsas alarmas para desvirtuar la validez del darwinismo ortodoxo (en expresión del propio Gould). Tales “alarmas” serían: la hipótesis del equilibrio puntuado, la aparición de subproductos no adaptativos (spandrels) y la importancia del azar en la evolución. Gould contestó con dureza a Dennett desde las páginas del New York Review of Books (Gould, Dennett), una reedición de las guerras evolucionistas de los setentas, en la que Allen Orr también tuvo un papel destacado y despiadado (Orr, Dennett,Orr). Gould no es el único damnificado, es un decir … en Darwin´s Dangerous Idea, por lo demás una amenísima introducción a la evolución darwinista, Dennett arremete contra Stuart Kauffman (por salirse del guión de la selección natural) y contra otros como Jerry Fodor, Searle, Roger Penrose o Chomsky por su aversión a la marea adaptacionista y su afición a los "ganchos celestiales". ¡Detengan a ese cuervo!

Como ven, Dennett es un pensador difícil de resumir, imposible de sistematizar (él mismo se revuelve ante esa posibilidad) y que no nos deja indiferentes. Cuando acepté el reto de José Antonio Marina y picado por la curiosidad no quise seguir su consejo, descubrí a una rara avis de la filosofía. Daniel Dennett es un pensador a quien nuestras editoriales, perdón el público español, no tratan como se merece. Desconozco las ventas de su última publicación, Rompiendo el hechizo(la religión como un fenómeno natural), pero cuesta entender que dos de sus obras imprescindibles no se hayan reeditado en años. Tal vez nos creamos más libres de lo que somos (a nivel intencional, se entiende).


“Tal vez hayamos encontrado aquí el verdadero rostro del miedo secreto que se esconde detrás de algunos de los gritos de: ¡detenga ese cuervo! No es que la ciencia vaya a robarnos nuestra libertad, sino que va a darnos demasiada libertad.”


Así “predica” un filósofo naturalista.


El profesor Dennett ha contestado amablemente a nuestras preguntas.


En inglés:

1. When talking about evolution and its many spurious controversies I've been asked for recommended readings. I usually recommend two titles (well maybe three): The Descent of Man and Darwin's Dangerous Idea (the third one is Ernst Mayr's What evolution is). I think yours, the latter, is an extraordinary introduction to darwinian thinking and a must-read for those who think that Stephen Jay Gould is the canonical author of the “Evolution Theory”. How much harm have Gould's ideas done to the understanding and divulgation of “what evolution is”?

It has been seven years since Gould died, shortly after publication of his huge (and largely unreadable) tome, The Structure of Evolutionary Theory. During that time, the flood of misguided anti-adaptationism inspired by his work has receded considerably, in my informal judgment. Many important articles and several important books have been published that are so unabashedly adaptationist in their methodology and perspective that they hardly ever mention his critiques, and don’t bother responding to them in any case. The politically motivated misrepresentation of sociobiology and evolutionary psychology initiated by him and Lewontin, continues unabated, and several aspirants to his role as a ferocious critic of these disciplines have emerged, but none with his stature or eloquence. So perhaps the damage will dissipate soon enough. With any luck, posterity will remember all the good explanations and popularizations he wrote, and forget his misbegotten campaigns.


2. You ended Darwin´s Dangerous Idea with a piece of advice: Handle with care as “the truly dangerous aspect of Darwin's idea is its seductiviness”. There is and article in Scientific American by a Gary Stix where he quoted :”[...] incorporating Darwinian natural selection into simulations of economic behavior can help yield useful insights into how markets operate and provide more accurate predictions than usual of how financial actors—both individuals and institutions—will behave.”. Sounds good, but does it really make sense to play “natural selection” in over-regulated economies?

The role of evolutionary economics is not yet settled, but insofar as there are important insights and corrections to be gleaned from an evolutionary approach (and I think there are going to be many), they will be scarcely affected by any constraints or conditions imposed by regulation, which is, after all, just one more environmental condition. For insights into the prospects, pro and cojn, for an evolutionary approach to economics, see, e.g., Don Ross Economic Theory and Cognitive Science: Microexplanation (Bradford Books) 2007.

3. A very short one. Pat Buchanan has done it again. He has written a new slander against Darwin, how can you explain the importance of “evolution” in American politics?

Thanks for the alert about this pathetic outburst by Buchanan. It is too early to tell, but I see signs that 2009, the year of Darwin, is actually having a good effect. With all the conferences and books and articles, the opposition to Darwin is getting more shrill and more desperate. Let him rail about Darwin; if it provokes more people to read Jerry Coyne’s new book, WHY EVOLUTION IS TRUE , or Dawkins, or all the others, the realization that evolutionary biology is, simply, the truth about the biosphere will sink in, and then politicians will drop the topic like a hot potato. Buchanan is already firmly lodged in the public imagination as one of the chief goons of the American right. With enemies like him, Darwin hardly needs friends.


4. Quoting Massimo Pigliucci: Do we need an extended evolutionary synthesis?

In one sense, of course, we always need an extended evolutionary synthesis. New facts, new complications, new theoretical forays, require continued adjustment, extension, revision, of the basic evolutionary synthesis that is now half a century old. The new emphasis of “evo-devo” , which stresses the role that development plays, interactively, with genetic evolution, has adjusted everybody’s perspective, and there are surely more adjustments to come. Is any of it ‘revolutionary’? Well, most scientists would love their contributions to be hailed as revolutionary, but I don’t see anything that deserves that label—especially since it tends to imply that the theory that went before, the Establishment science, if you like, was either deeply mistaken or at least much less complete than imagined, like Newtonian physics, which is still a wonderful and reliable approximation of the truth in almost all applications in science. Einstein’s physics is revolutionary; quantum physics is revolutionary; I don’t think evo-devo is revolutionary, and I don’t see anything else that better deserves the label.


5. Hayek wrote in The Sensory Order that “the idea of a mind that explains itself is a logical contradiction and it is the result of bias whereby we must be able to treat mental events in the same way we treat physical events”. Hayek foreshadowed some ideas that resemble the Multiple Drafts Model of consciousness that you introduced in Consciousness Explained (if only he had known of your heterophenomenology …). Twenty years has passed since the publication of your book? Do the Drafts Model need an update?

Yes, and it is receiving one. See, for instance, the essay by me and Kathleen Akins on scholarpedia. http://www.scholarpedia.org/article/Multiple_drafts_model


And many of the neurophysiological details I deliberately remained neutral about in 1991 (because I didn’t want to tie my account to a particular implementation that proved too fragile) are now beginning to come into focus. In a few years, if I can find the time and energy, I will be doing a complete update, with much more experimental detail and support.


6. Do you think that the a juror in a trial should care about neuroscience? After all, they judge persons, not brains …

Not yet! There is not enough neuroscience that is both clearly established and clearly relevant to the questions jurors must decide. But the day is approaching when we will be able to assess quite objectively the (sometimes plausible, sometimes not so plausible) claims by various defendants that they were incapacitated, unable to make decisions that were free IN THE SENSE THAT THE LAW REQUIRES. Then, as with fingerprinting and DNA testing, we will have to educate the pools of jurors, so they are not easily misled by the experts, who will no doubt be enlisted on both sides.


7. Richerdson and Boyd asked, why doesn´t natural selection structure the psychology of social learning so that we pay attention to the behaviour of non-parents, but only learn what is good for our genetic fitness? In other words why memes are not always adaptive? (well, except for themselves)

Boyd and Richerson argue—and I’m sure they’re right—that evolution has given us a strong bias as young children in favor of accepting what our parents tell us. Why? Because, to a first approximation, we and our parents share our “genetic goals”; we are unlikely to get much counterproductive misinformation from them. The same can be said about bear cubs and eaglets: Do What Mother Says! In our species, unrelated meme-spinners have found ways of exploiting this bias. It is no accident that religious leaders are typically called Father.



8. In Freedom Evolves you wrote that freedom is younger than our species. It seems that it is a by-product of other complex cultural adaptations ...

Yes, when language evolved, we learned, eventually, to share evaluations, trade notes, consult each other about what we were doing and why. The question “Why?” is the key; it demands or invites the articulation of reasons, which is the key to our freedom. We can see a ‘fossil trace’ of this in the word we use to identify those with free will: we call them “responsible”—they are capable of RESPONDING, reasonably, to articulated REASONS. If you tell your dog why it shouldn’t run into the street, it will respond, but it will just bark; it can’t understand. That’s why it doesn’t have free will in the morally important sense.

En castellano:

1. Al hablar sobre evolución y sus muchas controversias espurias me han pedido que recomiende lecturas. Habitualmente recomiendo dos títulos (puede que tres): La ascendencia del hombre y La idea peligrosa de Darwin (el tercero es Qué es la evolución de Ernst Mayr). Creo que el suyo, el segundo, es una introducción extraordinaria al pensamiento darwinista y lectura obligatoria para los que creen que Stephen Jay Gould es el autor canónico de la “Teoría de la evolución”. ¿Cuánto daño han hecho las ideas de Gould a la comprensión y divulgación de lo “qué es la evolución”?


Hace siete años que murió Gould, poco después de la publicación de su voluminoso (y en gran parte ilegible) tomo, La estructura de la teoría de la evolución. Durante este tiempo, la avalancha de anti-adaptacionimo descarriado inspirado por su trabajo ha disminuido considerablemente, en mi opinión informal. Muchos artículos y varios libros importantes que se han publicado son tan decididamente adaptacionistas en su metodología y perspectiva que casi nunca mencionan sus críticas, y no se moleste en responder a ellas en cualquier caso. La tergiversación de la sociobiología y la psicología evolucionista, políticamente motivada, iniciada por él y Lewontin, continúa sin cesar, y varios aspirantes a su papel de crítico feroz de estas disciplinas han surgido, pero ninguno con su estatura o elocuencia. Así que tal vez el daño se disipe pronto. Con suerte, la posteridad recordará todas las buenas explicaciones y su labor divulgativa, y olvide sus espurias campañas.


2. Usted finalizaba La peligrosa idea de Darwin con un consejo: Úsese con cuidado, "el aspecto verdaderamente peligroso de la idea de Darwin es su capacidad de seducción". En un artículo de Scientific American Gary Stix citaba :"[...] la incorporación de la selección natural darwiniana en las simulaciones del comportamiento económico puede ayudar a producir ideas útiles sobre cómo funcionan los mercados y a proporcionar predicciones más precisas de lo habitual sobre cómo los agentes financieros -tanto los individuos como las instituciones- se comportarán". Suena bien, pero ¿realmente tiene sentido jugar a la"selección natural" en economías fuertemente reguladas?


El papel de la economía evolucionista todavía no está resuelto, pero en la medida en que haya importantes ideas y correcciones que se desprendan de un enfoque evolucionista (y creo que van a ser muchas), estarán poco afectados por las restricciones o condiciones impuestas por la regulación, que es, después de todo, sólo una condición ambiental más. Para conocer las perspectivas, a favor y en contra, de un enfoque evolucionista de la economía, véase, por ejemplo, Don Ross, Economic Theory and Cognitive Science: Microexplanation (Bradford Books) 2007.


3. Una muy corta.
Pat Buchanan ha vuelto a hacerlo. Ha publicado un nuevo libelo contra Darwin, ¿cómo puede explicar la importancia de la “evolución” en la política americana?


Gracias por el aviso sobre este patético arrebato de Buchanan. Es demasiado pronto para decirlo, pero veo señales de que 2009, el año de Darwin, está teniendo de hecho un buen efecto. Con todas las conferencias y libros y artículos, la oposición a Darwin es cada vez más estridente y está más desesperada. Dejémosle que desbarre sobre Darwin; si eso provoca que más personas lean el nuevo libro Jerry Coyne, Why evolution is true o los de Dawkins, o de todos los demás, la comprensión de que la biología evolucionista es, simplemente, la verdad sobre la biosfera calará, y entonces los políticos dejarán el tema como si fuera una patata caliente. Buchanan ya está firmemente asentado en el imaginario colectivo como uno de los principales gorilas de la derecha americana. Con enemigos como él, Darwin no necesita amigos.


4. Citando a
Massimo Pigliucci: Necesitamos un síntesis evolucionista ampliada?


En cierto sentido, por supuesto, que siempre necesitamos una síntesis evolutiva ampliada. Nuevos hechos, nuevas complicaciones, las nuevas incursiones teóricas, requieren un ajuste, la ampliación, revisión, de la síntesis evolutiva básica que tiene ahora medio siglo de antigüedad. El nuevo énfasis de la "evo-devo", que subraya el papel que desempeña el desarrollo, interactivamente, con la evolución genética, ha modificado la perspectiva de todo el mundo, y seguramente habrá más ajustes en el futuro. ¿Es esto 'revolucionario'? Bueno, la mayoría de los científicos desean que sus contribuciones sean aclamadas como revolucionarias, pero no veo nada que se merezca esa etiqueta, especialmente porque viene a implicar que la teoría hasta ese momento vigente, la Ciencia, si se quiere, era o bien errónea o, al menos, mucho menos completa de lo imaginado, como la física newtoniana, que sigue siendo un maravilloso y fiable aproximación de la verdad en casi todas las aplicaciones de la ciencia.La física de Einstein es revolucionaria, la física cuántica es revolucionaria, no creo que evo-devo sea revolucionaria, y no veo nada que mejor merezca la etiqueta.


5. Hayek escribió en
El orden sensorial que “la idea de una mente que se explica a sí misma es una contradicción lógica y es el resultado de un prejuicio que establece que debemos ser capaces de tratar los acontecimientos mentales como a los físicos”. Hayek avanzó algunas ideas que recuerdan al Modelo de los borradores múltiples de la conciencia que usted introdujo en La conciencia explicada (si tan sólo hubiera conocido su heterofenomenología …). Han pasado veinte años desde la publicación de su libro. ¿Es necesario actualizar el Modelo de borradores?

Sí, ya tenemos una actualización. Vea, por ejemplo, el ensayo que Kathleen Akins y yo hemos publicado en la scholarpedia.

Y muchos de los detalles neurofisiológicos sobre los que me mantuve deliberadamente neutral en 1991 (porque no quise vincular mi hipótesis a una implementación particular que resultara demasiado frágil) están comenzando a enfocarse. En unos pocos años, si puedo encontrar el tiempo y la energía, voy a hacer una actualización completa, con mucho más detalles experimentales y apoyo.

6. ¿Cree usted que un jurado debe saber de neurociencia? Después de todo ellos juzgan personas, no cerebros …

¡Todavía no! No hay suficiente neurociencia claramente establecida ni claramente pertinente a las cuestiones sobre las que debe decidir un jurado. Pero se acerca el día que seremos capaces de evaluar objetivamente las (a veces plausibles, a veces no tan plausibles) alegaciones de diferentes acusados sobre su incapacidad para tomar decisiones que fueran libres EN EL SENTIDO DE QUE EXIGE LA LEY. Entonces, al igual que con las pruebas de ADN y las huellas dactilares, habrá que educar a los jurados, para que no sean fáciles de engañar por los expertos, que sin duda se alistarán en ambos lados.


7. Richerdson y Boyd se han preguntado, ¿por qué la selección natural no ha estructurado la psicología del aprendizaje social de manera que prestemos atención al comportamiento de quienes no son nuestros padres, pero sólo para aprender aquello que es bueno para nuestro mejora genética? En otras palabras ¿por qué los memes no son siempre adaptativos? (es decir, salvo para ellos mismos).


Boyd y Richerson argumentan -y estoy seguro que tienen razón- que la evolución nos ha dotado de un fuerte sesgo cuando somos niños pequeños para que aceptemos lo que nuestros padres nos dicen. ¿Por qué? Porque, en una primera aproximación, nosotros y nuestros padres compartimos los mismos "objetivos genéticos"; es poco probable que recibamos de ellos desinformación contraproducente. Lo mismo puede decirse para los oseznos y los aguiluchos: ¡Haz lo que dice tu madre! En nuestra especie, los hiladores de memes han encontrado la forma de explotar este sesgo. No es casualidad que los líderes religiosos suelan llamarse Padre.


8. En la Evolución de la libertad usted escribió que la libertad es más joven que nuestra especie. Parece que es un subproducto de otras complejas adaptaciones culturales ….


Sí, cuando el lenguaje evolucionó, aprendimos, finalmente, a compartir las evaluaciones, intercambiamos impresiones, compartimos lo que hacíamos y por qué lo haciamos. La pregunta "¿Por qué?" es la clave; demanda o invita a la articulación de razones, que es la clave para nuestra libertad. Podemos ver un “rastro fósil” de lo que comento en la palabra que utilizamos para identificar a aquellos con libre albedrío: los llamamos "responsables"-que son capaces de RESPONDER, razonablemente, a RAZONES. Si usted le dice a su perro por qué no debe correr en la calle, responderá, pero con un ladrido, no puede comprenderle. Es por eso que no tiene libre albedrío en el sentido moral importante.

2 comentarios:

Arturo Goicoechea dijo...

"La peligrosa idea de Darwin" fué para mí un revulsivo. Entre las muchas ideas que incorporé subrayo la de "los ganchos celestes", las trampas teóricas para llegar desde un punto de partida real a otro imaginado-deseado gracias a un divino gancho que pende del cielo y nos lleva allí donde hemos decidido ir...

Antonio Gimeno dijo...

Dennett es siempre un revulsivo.
He mencionado de pasada a "los ganchos celestes", pero sí, es una de esas "ocurrencias" magníficas con las que sabe desentrañar y transmitir las falacias con las que tantas veces nos golpea un sentido común poco afinado ... aunque sea el de afamados pensadores.
-Gracias por comentar.