miércoles, julio 22, 2020

Coronavirus (entrevista a Eduardo López-Collazo)



Eduardo López-Collazo
Desde que hizo su aparición en nuestras vidas y en nuestras formas de vida con su violenta virulencia, el Sars-Cov-2, conocido también como COVID-19 por el síndrome respiratorio que produce y, simplemente como Coronavirus, como el más protagónico representante de su género, el sucesor del SARS y del MERS, no ha hecho más que daño, un daño para muchos irreversible, un daño físico, psicológico, social, económico. Tanto ha condicionado los acontecimientos que se puede ya hablar de un antes y un después de él, siendo el después todavía meramente hipotético, aunque algunos crean vislumbrar una luz al final del túnel.

Cuando se precipitan los eventos y se encadenan y amontonan los sucesos relacionados en un pandemónium caótico, que además se lleva vidas, pone en peligro muchas otras y limita nuestras libertades, y además parece que ninguna de nuestras preguntas encuentra una respuesta adecuada, esto es, suficientemente explicativa -y, en ese sentido al menos, tranquilizadora-, los agentes sociales y los medios avivan la llama con todo tipo de mensajes contradictorios. Y realmente nadie sabe nada pero todo el mundo habla. Y es que en nuestra naturaleza está el buscar explicaciones y, cuando no disponemos de una sólida (generalmente científica) nos aferramos a lo que sabemos, lo que creemos y lo que deseamos sea cierto. 

No voy a negar que como humano que soy he recurrido a respuestas "oportunas" para preguntas imposibles de responder. Forma parte de nuestro kit de supervivencia en un mundo incierto. Pero todos deberíamos hacer un ejercicio de reconocimiento de nuestra ignorancia antes de hablar de un tema, y más si el tema es el más acuciante problema del momento.

"No lo sé": ¡ Cuántas palabras necias y conclusiones inconclusas nos habríamos ahorrado con esa sencilla afirmación de una negación!

Pero ahora que la primera oleada ha pasado y los científicos que se han enfrentado al problema desde la óptica apropiada, para poder entenderlo mejor, ya empiezan a salir de sus laboratorios y centros médicos para exponer lo que se ha ido aprendiendo en este atroz proceso de pandemia sobre el agente causante. 


Eduardo López-Collazo es Director Científico del Hospital Universitario de La Paz, en Madrid. Se declara cubano de nacimiento, con pasaporte español y madrileño de corazón. Su investigación se ha volcado estos meses terribles en el Sars-Cov-2. Como experto en inmunología y estudioso de la sepsis, ha podido observar de primera mano como dicha sepsis, reacción inmunitaria desmedida, era una de las formas en las que morían los infectados por el virus.

Otro ámbito de su interés es la metástasis, es decir, el mecanismo que hace que el cáncer se propague por el cuerpo y pase de ser una enfermedad localizada a una invasión en toda regla de muchos órganos vitales. Sobre cómo la metástasis se produce tiene una interesante hipótesis, expuesta ya en publicaciones científicas y en su libro sobre el cáncer. 

Este prolífico científico ha escrito ya, como ven, algunos libros de divulgación, y puede que tengamos la fortuna de que en eso sea también prolífico. El libro que nos ocupa hoy trata del Coronavirus, y se titula, para hacerlo fácil, Coronavirus ¿La última pandemia?

Coescrito con su colega científico, el virólogo José Alcamí, del Hospital Clínic de Barcelona, es un libro de imprescindible lectura por lo que cuenta y por cómo lo cuenta, sin concesiones a la mera opinión, pero haciendo no obstante de la realidad científica el mejor de los relatos. 

Eduardo López-Collazo nos atendió con exquisita amabilidad para responder las preguntas de La Nueva Ilustración Evolucionista. Desde aquí le damos las gracias.


1.- Cuando hablamos de un virus que produce enfermedades en humanos es preciso ponerlo en su contexto evolutivo, ecológico y social. ¿Qué contexto es, a grandes trazas, el que ha dado "vida" al Sars-Cov-2 como el "enemigo público número uno"?
 
La respuesta rápida y fácil, para mí, sería recomendarte un libro que se titula “Coronavirus: ¿la última pandemia?” que escribimos Alcamí y yo. Mas creo que esa no te vale (risas). 

Es una pregunta amplia, llena de aristas y tangentes que dificultan abordarla en su totalidad en el marco de una entrevista. Muchos son los factores, entre ellos: el desconocimiento de procesos como la zoonosis que facilita el salto de virus entre especies, algo que se favorece cuando deforestamos zonas rurales o incluimos en la dieta animales de los llamados salvajes, la globalización bestial que permite el intercambio de materias primas y productos entre sitios muy alejados en cuestión de horas. Pero también está el poco crédito que damos a la ciencia y su poder para prever y, finalmente, resolver problemas. Te doy un ejemplo: los pacientes infectados con el SARS-CoV2 que desarrollan la enfermedad COVID19 de manera severa, suelen evolucionar hacia una sepsis. Esta mala conocida, la sepsis, convive con los humanos desde que aparecimos en el planeta y, aún hoy, supera a varios cánceres y a los infartos del corazón juntos como causa de fallecimiento. Sin embargo, apenas se financia la investigación en este sentido. Si hubiésemos resuelto el problema de la sepsis, tendríamos solución para muchos casos de COVID19.
 
 
2.- ¿Qué sabemos con relativa certeza a día de hoy del Sars-Cov-2 desde una perspectiva médica y epidemiológica?
 
Cada día sabemos algo nuevo de este virus y cada hora nos percatamos que nos falta mucho por conocer. Es un virus que se transmite por vía aérea e infecta con relativa facilidad a las células que se encuentran en el pulmón, provocando la enfermedad conocida como COVID19. En un número importante de personas genera neumonías bilaterales severas y pone en alerta a nuestras defensas primeras, los antidisturbios, fomentando una respuesta exagerada. Esto último puede ser causa de muertes tempranas. Mas no se queda ahí. También puede inducir un agotamiento de todo el sistema defensivo, algo que permite la entrada infecciones secundarias comprometiendo la salud del paciente. Todo parece indicar que las cepas actuales afectan severamente a las personas mayores de 60 años. En la población, los jóvenes han actuado de vectores transmisores asintomáticos. Pero esto puede cambiar. Es esencial saber que en el momento que me haces esta pregunta no tenemos ni vacuna, ni medicamentos para curar a los enfermos.
 
3.- Este nuevo Coronavirus nos recuerda que las enfermedades infecciosas no han sido ni remotamente erradicadas. ¿Cuál es, ante esta evidencia, que se suma a otras, como la resistencia a los antibióticos de las bacterias, el siguiente paso que debemos dar?

Mucha ciencia y de todo tipo. Nunca sabemos cual será el descubrimiento que nos abrirá las puertas a una solución. Existen miles de virus que pueden saltar a los humanos y generar otra pandemia. Justamente cuando terminaba de escribir mi libro anterior ¿Qué es el VIH? aparecía el SARS-CoV-2.  El VIH cambió la vida de todo el planeta y ahora el SARS-CoV-2 hace otro tanto. Lo mismo puede ocurrir con patógenos bacterianos, tenemos muchos antibióticos, pero las resistencias por el abuso de los mismos es un fenómeno demostrado. Sólo con ciencia podremos frenar estos eventos que pueden perfectamente acabar con la vida de nuestra especie. Esto hay que recordarlo, para la naturaleza somos, simplemente, una especie más.

4.- La economía es la administración de unos recursos escasos susceptibles de usos alternativos. Los consumidores, los gobiernos, los científicos y técnicos, los trabajadores, demandan distintas cosas, pero siempre debe existir una jerarquía de las necesidades, tanto para los individuos como para las sociedades. En vuestro libro, José Alcamí Bermejo y tú, enfatizais el conflicto inherente que se da entre lo económico y lo sanitario, o entre lo político y lo científico. ¿No nos encontramos acaso ante un dilema irresoluble? ¿No está atrapada la economía en el capricho inmediato y las falsas necesidades creadas por la industria del marketing y la política en el corto plazo del ciclo electoral como para que podamos hacer frente, como sociedad, a las grandes cuestiones que demandan inversiones a largo plazo e investigación básica?
 
Siempre bromeo diciendo que si fuéramos dinosaurios optaríamos por el meteorito. El ser humano se caracteriza, en general, por satisfacer las necesidades a corto plazo. Esto nos condiciona enormemente. La inversión en ciencia básica apenas se entiende, en realidad creo que no se sabe ni lo que realmente es. Aquello que no da rédito en menos de cuatro años está prohibido en el ámbito político y social. El éxito se mide por los “likes” y pocas veces por la repercusión a largo plazo de una medida. El conocimiento ha sido desplazado por una búsqueda en Google y la lista se hace insoportable. El dilema que me mencionas en la pregunta se podría resolver intentando que entren en política científicos, filósofos, pensadores… pero es algo difícil de lograr, mucho más en estos momentos donde para ser político debes ser “instagramer” antes que nada.  

 5.- Sepsis, metástasis, son fenómenos que estudias en tu laboratorio. Ambos se parecen a los virus en un aspecto fundamental: un desbordamiento descontrolado que, dentro de un organismo que requiere un equilibrio entre sus partes, da al traste con todo: mata. ¿No es la misma pujanza de la vida la que hace inevitable la enfermedad y la muerte? ¿Podrías contarnos un poco cómo acaecen las metástasis del cáncer o las sepsis?
 
Esas son las líneas fundamentales en mi laboratorio, ahora tenemos que añadir la COVID19. En todos los casos el sistema inmunológico juega un papel esencial y el desenlace tiene que ver con finos balances. Desde el punto de vista científico son fenómenos interesantes que retan nuestro entendimiento. A esto se le suma el punto humano, detrás está una persona, una familia, una sociedad. 

Tu primera pregunta no sé cómo responderla o quizá necesitaría varias cuartillas. En cuanto a la segunda, tengo dos comodines. Hace un año publiqué un libro de divulgación que se titula ¿Qué es el cáncer? donde explico la metástasis y una teoría que tenemos sobre ello. Sobre la sepsis tendrías que esperar unos 8 meses, momento en que saldrá otro libro mío que se llamará ¿Qué es la sepsis? (risas). Ya sé que esto no te vale, lo intentaré de otro modo.

La metástasis es una expansión por varios órganos de un tumor que anteriormente estuvo localizado. Hay varias formas de explicarlo. Pienso que el fenómeno tiene su base en una fusión entre las células tumorales y algunos “antidisturbios” o células de las defensas. De esta manera se generan una especie de Caballos de Troya que, con aspecto amable, colonizan órganos lejanos. La teoría se me ocurrió viendo una función de ballet. Hace poco publicamos su demostración en el cáncer de pulmón en la revista científica Oncoimmunology, pero no tuvo repercusión… la COVID19 es lo que tiene. En el caso de la sepsis todo se origina por una infección, viral o bacteriana, que no se controla y deja al paciente en un estado refractario, vulnerable a la entrada de cualquier otro patógeno.  

6.- Como físico nuclear ¿Qué te llevó a la medicina? ¿Aplicas tu saber en física a tus investigaciones biomédicas?
 
Siempre quise ser de esas personas que responden preguntas sobre la naturaleza. De pequeño me fascinó la teoría de la relatividad, la radiactividad… por eso estudié física nuclear. Luego el camino se torció, vivía en Cuba y el programa nuclear de la isla se derrumbó. Fue una época de florecimiento de la biotecnología y me subí a ese coche. Era responder otras preguntas, igual de interesantes. Fundamentalmente aplico la forma de pensar de un físico que es ligeramente diferente a la de otros tipos de científicos. Pero no entraré en detalles para evitar conflictos en twitter.

7.- ¿En qué estás trabajando ahora? ¿Qué misterio de la naturaleza desearías desentrañar más que ningún otro?
 

Sigo trabajando en metástasis, quiero establecer con solidez la teoría que tenemos y buscar alguna aplicación en la clínica. No me olvido de la sepsis y ahora sumamos la COVID19. En general sigo tratando de entender la inmunología, los mecanismos que nos defienden frente a un sinfin de enfermedades. Tengo el sueño de poder fundamentar, con leyes, la armonía que nos permite vivir.

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