Hoy entrevistamos al Dr. Jordi Galbany, primatólogo y antropólogo, actualmente profesor adjunto en la Universitat de Barcelona, siendo docente del Departamento de Psicología clínica y Psicobiología. Anteriormente fue investigador postdoctoral en el Primate Life History Lab, Center for the Advanced study of Human Paleobiology, de la George Washington University, del cual sigue siendo investigador asociado. A su vez, es uno de los docentes de la asignatura de Primatología de Campo del Máster en Primatología de la Universitat de Girona, y es, entre otras cosas, vicepresidente de la APE (Asociación Primatológica Española) y Codirector del Departamento de Investigación del Instituto Jane Goodall España.
Se encuentra inmerso, desde hace ya unos años, en el estudio de los primates vivos y sus interacciones y adaptaciones al hábitat, en particular en su ecología alimentaria, crecimiento y desarrollo, siendo particularmente conocido su trabajo con gorilas de montaña (Gorilla beringei beringei). Pero estas son unas de las muchas labores de un primatólogo de campo.
Nos viene a la mente, más que nunca, y precisamente por este gran simio que se encuentra en peligro, la trágica historia de Gorilas en la Niebla, siendo Dian Fossey la encargada de transmitir al mundo la amenaza real, la humana, que vivía hace cuarenta años y vive a día de hoy esta especie, con sus luces y sus sombras. Estos gorilas habitan los densos y bosques lluviosos
salpicados de nubes de los Volcanes de Virunga, en elevaciones
entre 2,000-4,000 metros en los Parques Nacionales de Mhaginga
y Bwindi (Uganda), Volcanes (Ruanda) y de Virunga (República
Democrática del Congo), y se estima que su población ronda entre los 400 y 700 sujetos. Nunca el cielo estuvo tan cerca, no hacen falta metáforas.
Por ello, es para mí un placer y un honor poder entrevistar a este gran primatólogo que se encarga de recordarnos que, más allá de ser testigos de una extinción a cámara lenta de estos hermosos primos lejanos nuestros, debemos seguir luchando por su conservación y su estudio. Hasta el final.
En líneas generales, ¿en qué consiste la
Primatología de Campo? ¿Qué importancia tiene en cuanto a valor académico y de
conservación de primates?
La Primatología de Campo se centra en el estudio de los primates en libertad. La cautividad induce cambios en muchos aspectos como los patrones de conducta, la tasa de crecimiento o la depredación, y ofrece protección frente al estrés ambiental e inmunológico y una mayor longevidad. Así, estudios de primates en libertad permiten analizar todas estas características e identificar qué agentes selectivos mantienen determinados rasgos, así como entender el significado adaptativo de la conducta social y los eventos de historia vital de cada especie o población, en el ambiente en el cual han evolucionado y se han adaptado. En el contexto actual de cambio climático y destrucción de hábitat forestal, este conocimiento puede ser vital para tener herramientas para proteger a los primates en peligro de extinción.
Foto: Jordi Galbany. Volcán Bisoke - Parque nacional de los Volcanes (Ruanda). |
A todo el mundo le viene a la cabeza la
imagen de esas tres primatólogas de campo que han mostrado la cara menos
conocida de los grandes simios. Jane Goodall con chimpancés, Dian Fossey con los gorilas de montaña y Biruté Galdikas con orangutanes. Dicho esto, ¿hasta qué punto crees
que le debe la Primatología a estas tres pioneras? ¿Crees que ha cambiado para
mejor desde entonces y, si es así, en qué aspecto?
La primatología de campo empezó antes que
estas tres primatólogas iniciaran sus líneas de investigación, pero está claro
que su papel fue clave para sentar las bases de la primatología moderna, y
generar conocimientos de gran importancia. Hoy en día se siguen estudiando las
poblaciones que ellas empezaron a seguir, sobre todo gracias a su dedicación y
esfuerzos por conservar dichas poblaciones. Sí, es cierto, hoy en día no son bien
vistos con buenos ojos algunos de los métodos empleados entonces, pero la
propia primatología de campo ha evolucionado mucho y ha aprendido de sus
propios errores. Hoy en día hay numerosos estudios de campo a largo término,
que generan no solo conocimiento, sino que a su vez crean lugares de trabajo
cualificados en aquellos países donde hay primates, y progreso a las
poblaciones locales que viven cerca de las áreas protegidas de estudio.
Foto: Jordi Galbany. Obtención de fotografía de gorila de montaña en su hábitat natural. |
Cuando vemos imágenes de primates en su
hábitat natural solemos envidiar a aquellas personas que los están estudiando.
Sin embargo, no todo es idílico tras esas imágenes. Trabajar con primates
salvajes implica aislamiento social, condiciones de trabajo agotadoras física y
mentalmente, lidiar con burocracia interminable, enfrentarse a peligros y
enfermedades tropicales, etc. Y esta realidad era mucho más acentuada en el
pasado. Hoy en día, afortunadamente, muchos lugares de estudio de primates
salvajes (aunque no todos) disponen de ciertas comodidades: desde tiendas o
habitaciones con una cama para dormir, ducha con agua caliente, electricidad, e
incluso conexión a internet. Tiene mucho mérito, pues, toda la entrega de las
personas que se han dedicado a realizar trabajo de campo en primatología a
largo término, especialmente en el pasado.
Perteneces a una de las grandes instituciones centradas en la conservación e investigación de campo de los grandes simios, el Instituto Jane Goodall. ¿Cuáles son las principales líneas de acción que lleváis en él?
El Instituto Jane Goodall España sigue la misma misión que el resto de IJG a nivel global. Nuestros objetivos se centran en la investigación no invasiva de los chimpancés y otros primates en su hábitat natural, la educación y sensibilización ciudadana a través de diversas iniciativas, y la conservación de las especies y el medio a través del desarrollo sostenible de la comunidad local africana.
El Departamento de Investigación, del cual soy codirector, desarrolla sus propios programas en la Reserva Natural Comunitaria de Dindéfélo, en la región de Kédougou, sureste de Senegal. Esta reserva es un entorno singular por su gran riqueza cultural y de biodiversidad, y en ella habitan chimpancés occidentales (Pan troglodytes verus), en peligro crítico de extinción según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. Allí el IJGE realiza la caracterización ecológica del entorno, su biodiversidad y el seguimiento de la población de chimpancés mediante la toma de datos comportamentales utilizando técnicas no invasivas, como la recolección de herramientas y el análisis de vídeos obtenidos por cámaras trampa. La generación de conocimiento servirá para la mejor conservación de esta subespecie, y a su vez minimizar los conflictos con la población humana local, en un entorno muy estacional y amenazado por el cambio climático.
Podéis encontrar más información aquí: https://janegoodall.es/es/
Foto: Jordi Galbany. Gorilas de dos grupos sociales durante interacción pacífica. |
Hablando de la toma de datos, ¿cómo rastreáis a los primates? ¿Qué
técnicas empleáis? ¿Con qué muestras orgánicas trabajáis?
En el Parque Nacional de los Volcanes, en
Ruanda, la Fundación Dian Fossey se encarga de la protección y estudio de
aproximadamente la mitad de los gorilas que allí habitan. Cada día se organizar
patrullas de rastreadores que buscan el rastro del día anterior, y lo siguen
hasta que encuentran al grupo. Y esto se realiza para cada uno de los grupos,
una decena actualmente. Los rastros a veces son fáciles de ver, pero en muchas
ocasiones se pierden entre rastros de otros animales, como búfalos, o se cruzan
con rastros de otros grupos de gorilas. Puede suceder que un grupo de gorilas
no se encuentre durante un período de tiempo, porque se dejó de ver en algún momento.
O incluso, puede pasar que un grupo de gorilas cruce la frontera y entre en la
República Democrática del Congo, y allí no se le puede seguir. Hay que esperar
que vuelva a entrar a Ruanda.
Una vez se detecta el grupo, ya se puede
empezar a obtener datos. Siempre se realiza un recuento de los gorilas para
fines demográficos, y se pasa revista al estado de salud, y un asistente de
investigación o un técnico de datos toma datos de comportamiento básico. Otros
investigadores pueden tomar otros datos, en función de los intereses de su
investigación. Además, se toman muestras de heces y orina, para estudios de
parásitos, ADN, hormonales o del metabolismo de estos gorilas. Hay varios
grupos de investigación implicados en el estudio de estos gorilas, en colaboración
con la Fundación Dian Fossey.
Podéis encontrar más información aquí: https://gorillafund.org/
Foto: Jordi Galbany. Obtención de la masa corporal de un mandril macho, en Lékédi Park, Gabón (Mandrillus Project). |
Pero también me consta que estudias junto a tu equipo los dientes de los primates, dentro de una disciplina propia denominada Ecología Dental. ¿Cuál es su principal función?
La ecología dental es el estudio de la interacción entre los dientes y el entorno ecológico, principalmente los alimentos consumidos. Actualmente existen muchos estudios de ecología dental en primates que emplean numerosas técnicas, aunque la mayoría de ellos se centran en el desgaste dental a nivel macroscópico o microscópico. La ecología dental implica tener conocimiento de la ecología y la dieta de estos primates, y por lo tanto se suele centrar en poblaciones de primates donde los sujetos se conocen a nivel individual. Así, además se suele conocer su edad, su rango social, y diversos eventos de su historia vital. Todos estos datos son de gran importancia para entender como los dientes se adaptan a una dieta y entorno ecológico en particular, y si una mala adaptación puede tener efectos sobre la vida de estos primates, como una mayor mortalidad, menor éxito reproductivo, etc… En mi caso he podido estudiar distintos aspectos de la ecología dental en babuinos, mandriles y gorilas de montaña. Podéis encontrar más información aquí: http://dentalecology.blogspot.com/
Foto: Jordi Galbany. Obtención de moldes dentales en papión anestesiado, en Amboseli (Amboseli Baboon Research Project). |
A título personal, y que quede entre nosotros, ¿crees que queda mucho por hacer por
parte de los gobiernos e instituciones para facilitar vuestro trabajo? Y de ser así, ¿podrías nombrar algunas limitaciones
que hayas podido tener para realizar tu trabajo en los países donde habitan
estos primates? ¿A qué riesgos os enfrentáis los primatólogos y otros
investigadores de campo?
Cada sitio de estudio de primates en libertad
es un mundo, y esto se suma a que cada país tiene sus propias leyes y normas.
En la mayoría de los países donde hay primates, ya los consideran como una
oportunidad para potenciar el ecoturismo, y por tanto como una fuente muy
importante de ingresos. Y este interés suele ir relacionado con un mayor
interés por conocerlos mejor, y por lo tanto por promover proyectos de
investigación. Ruanda es un muy buen ejemplo de cómo potenciar el ecoturismo y
la investigación, porque ven a los gorilas como una importante fuente de
ingresos para el país, y de conocimiento para la comunidad científica
internacional, sin olvidar la formación y capacitación de las nuevas
generaciones de conservacionistas ruandeses.
Sin embargo, si es cierto que actualmente
todavía hay limitaciones, sobre todo a nivel de recursos económicos, que
permitirían obtener más datos de las poblaciones estudiadas, y protegerlas
todavía más.
Respecto a los riesgos, son múltiples y diversos: cada día se está expuesto a los elementos, como el calor extremo, frío, lluvia, etc… Andar por la naturaleza te expone a posibles caídas y torceduras o golpes; o tener que cruzar ríos o barrancos peligrosos. También no hay que olvidar que durante el trabajo de campo existe el riego de encontrarse con animales potencialmente peligrosos, como grandes mamíferos, pero también insectos.
Ya para terminar la entrevista, si pudieras quedarte con alguna experiencia que hayas tenido con gorilas en tu larga trayectoria como primatólogo de campo, ¿cuál resaltarías?
El hecho de poder haber estado estudiando los gorilas durante tanto tiempo me ha permitido ver comportamientos poco habituales. Por ejemplo, pude ver una interacción entre dos grupos de gorilas que, aunque no fue violenta, si hubo tensión y muchas demostraciones de fuerza por parte de los machos. Otro momento muy especial fue poder ver el nacimiento de un bebé. No sabíamos que la hembra estaba embarazada (¡nunca se sabe si lo están!), y vimos que tenía un comportamiento poco normal. Parecía que estaba enferma y no se movía de su nido. Y allí, después de unas horas, vimos como nacía el gorila, como ella lo levantaba y lo sujetaba, y como algunos miembros del grupo lo iban a ver por primera vez. Luego llegó un macho adulto muy carismático del grupo, y todos empezaron a moverse,... alejándose de nosotros.
Foto: Jordi Galbany. Gorila sosteniendo a su recién nacido. |
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