sábado, enero 09, 2021

La vacuna contra el Covid que siempre ha estado ahí (entrevista a Pedro A. Reche)

 

Pedro Antonio Reche Gallardo


“Un pequeño paso para el hombre; un gran salto para la humanidad”. Neil Armstrong, el primer astronauta en pisar la luna.

“Audentes fortuna iuvat. La fortuna sonríe a los audaces". Virgilio, en la Eneida.

 

La naturaleza es pródiga en "prodigios" biológicos a partir de unos pocos ladrillos atómicos y moleculares convenientemente combinados. 

 

Según se escala del nivel atómico al molecular, de este al celular, de este al pluricelular, histológico, orgánico, sistémico, poblacional, comunitario, ecosistémico, y en paralelo de reacciones químicas a bioquímicas, homeostáticas, motrices y sensitivas, comportamentales, conscientes y autoconscientes, se va llegando a cosas tales como una especie primate social que pisa la luna y emite sonidos con significado tales como: "un pequeño paso para un hombre; un gran salto para la humanidad". Tras varios saltos impresionantes, el último, hecho verbo, es el que menos relevancia parece tener, realmente. 

 

Y es que ni en la luna está un ser vivo nacido en la tierra libre de trillones de formas de vida y de una naturaleza hecha de los mismos componentes que todos los demás entes salidos de la misma matriz, del mismo tubo de ensayo cósmico, están hechos. 

 

Y por eso y no por otra cosa un infinitesimal virus (a nuestros ojos) nos tiene en jaque, y nos amenaza con sus colegas más matones de mate. 

 

Pero si a grandes males, grandes remedios, a pequeños males, pequeños remedios. No otra fórmula aplicó Edward Jenner al "inventar" la vacuna, aunque no lo supiera entonces. 

 

La lucha por los recursos energéticos, aunque podamos conocerla por el gas ruso o por el petróleo saudí, se libra desde siempre y desde lo más antiguo, sencillo y pequeño, y en el ámbito de la supervivencia más directo, el de la energía necesaria para el propio funcionamiento de cada ser y de cada programa que lleva impreso en sus genes. Por eso la naturaleza dispone del más amplio repertorio de armas y defensas que uno pueda imaginar. 

 

Si frente al coronavirus se encuentra una cura o una vacuna, no tengan duda de que por muy novedosa que parezca, siempre estuvo ahí, de una u otra forma. Otro asunto más espinoso e intrincadamente complejo es averiguar dónde. Pero en ocasiones la suerte juega a nuestro favor, la fortuna nos favorece, si sabemos prestar atención a los detalles significativos. ¿Por qué el Sars-Cov-2 se ceba con los mayores o quienes tienen el sistema inmunitario comprometido en alguna otra guerra? ¿Cómo es posible que la primera gran Pandemia de nuestra época aséptica, vacunada y antibiótica no haga que vuelvan las altas tasas de mortalidad infantil que asolaron nuestro mundo hasta hace menos de un siglo? Porque amigos, no se engañen: el incremento en la esperanza de vida en los países desarrollados se ha debido en gran medida a la drástica disminución de la mortalidad infantil, no a que las estatinas nos alarguen la vida. Los niños caían como moscas en las pandemias, porque su sistema inmunitario estaba aún poco desarrollado para las alianzas y las batallas con sus equivalentes moleculares y celulares del entorno. 

 

Pedro Antonio Reche es un inmunólogo investigador que ejerce su labor en la Universidad Complutense de Madrid. 

 

Conocedor de los métodos de investigación que hacen un uso cada vez más intensivo de las tecnologías computacionales, ha partido de la pregunta que ahora parece obvia para realizar un trabajo investigador con la finalidad de lograr descubrir al agente patógeno en la sombra con cuya vacuna parecen haberse inmunizado los niños pequeños contra el terrible coronavirus. Y su labor detectivesca obtuvo resultados, no los esperados (eso rara vez sucede) pero sí bastante interesantes. Quienes habían sido vacunados en los años previos inmediatos con la vacuna DTP, para la Difteria, el Tétanos y la Tos ferina, muy raramente contraían el Covid, y menos aún enfermaban gravemente. Había algo en esa vacuna, un antígeno, o más precisa y técnicamente, un conjunto de epítopos, que nuestro sistema inmunitario grababa en su memoria, que estaban también presentes en los viriones del Sars-cov-2. De modo que cuando el virus de Wuhan hacía acto de presencia en el cuerpo del vacunado de DTP, las reservas del ejército inmune del cuerpo lo reconocían, pasando al servicio activo y generando células B con sus ametralladoras de anticuerpos y células T asesinas. En palabras del Doctor Reche: "la vacuna DTP, para la Difteria, el Tétanos y la Tos ferina, contiene un gran número de epítopos presentes en el Sars-Cov-2. De esta manera el sistema inmunitario de los vacunados con DTP desarrolla una memoria inmunológica que podría actuar de forma efectiva frente al virus de Wuhan".

 

Así, de este modo, se ha postulado que una vacuna que siempre estuvo ahí protege frente al Sars-cov-2, mientras casi todo el mundo estaba mirando a otra parte. 


El artículo del Doctor Reche puede leerse en Frontiers in Immunology

 

Agradecemos en nombre de todos al Doctor Pedro A. Reche que tuviera la audacia de mirar en el lugar adecuado (la fortuna sonríe a los audaces) y también, personalmente, que nos haya respondido unas preguntas para la Nueva Ilustración Evolucionista. 


Imagen tomada del artículo publicado en Frontiers in Immunology.




 

1.- La biología molecular está logrando grandes avances gracias a las ciencias de la computación. ¿Como se trabaja en bioinformática?

 

Hoy en día no es posible hacer ciencia sin la ayuda de computadoras. Muchas de las tecnologías que se aplican en biología y ciencias de salud generan cantidades enormes de datos (genómica, transcriptómica, proteómica, etc) y la bioinformática es necesaria para gestionar esos datos y obtener la informacion biológica relevante. Por otro lado, el conocimiento alcanzado a través de la experimentación y datos disponibles permite generar modelos predictivos que facilitan nuevos desarrollos y descubrimientos.

 

2.- Los descubrimientos de los últimos tiempos en microbiología e inmunología parecen llevar a la conclusión de que el binomio salud/enfermedad es resultado de un delicado equilibrio entre los organismos que nos colonizan o "visitan" y nuestro sistema inmunológico. ¿Qué fuerzas destruyen dicho equilibrio?

 

Son muchos los factores que pueden romper ese equilibrio y que genéricamente podríamos catalogar como el ambiente al que está expuesto el organismo. En este ambiente podemos incluir factores como la dieta, el estrés etc. La edad es sin duda otro factor que influye en este equilibrio. El sistema inmunitario se deteriora conforme envejecemos y hay órganos como el timo que prácticamente desaparecen con la edad. El timo es el órgano donde se generan las células T.

 

3.- Con la llegada del Sars-Cov-2 el mundo ha temblado porque no existía vacuna ni antiviral capaz de contener a un virus que, en definitiva, es sólo uno de tantos potencialmente patógenos para el ser humano (y una ínfima parte de todos los virus existentes). Como inmunólogo ¿cómo ve el futuro próximo con los virus emergentes o, por ejemplo, la también preocupante resistencia bacteriana a los antibióticos?

 

Los patógenos emergentes y la resistencia a los antibióticos son problemas serios, difíciles de erradicar e interesantes de estudiar.

 

4.- Usted ha descubierto una inequívoca relación entre la vacuna infantil de la DTP (Difteria, Tétanos y Tos ferina) y la inmunidad al Sars-Cov-2. De hecho recomienda a todo adulto "sano" que se ponga la vacuna de recuerdo del tétanos (que incluye también la de Tos ferina y Difteria). Se trataría de una "inmunidad cruzada" pero...¿se sabe por dónde van los tiros del sistema inmunológico de los vacunados cuando llega el Sars-Cov-2? ¿Se tiene una idea aproximada o algún candidato molecular a ser el epítopo del coronavirus?



Gracias por el comentario. Creo en mi trabajo pero tratarlo de inequívoco en este momento no sería lo correcto. Si la hipótesis de que las vacunas confieren una protección a los niños es correcta, entonces casi con total seguridad la vacuna DTP es la causante de dicha protección. No todos los individuos reconocen los mismos epítopos en un patógeno/antígeno, pero en mi estudio se muestra que la vacuna DTP incluye varios candidatos con capacidad protectora. 

 

Este estudio surgió de la observación de que quienes sufrían las formas más severas del COVID-19 se encontraban predominantemente entre la población geriátrica, mientras que los críos pequeños no sufrían el COVID-19. Aunque podían darse casos, eran muy singulares, muy lejos de ser la norma. 

 

Que la población envejecida sufra por causa de un patógeno nuevo es algo esperable, dado que el sistema inmunitario envejece con la edad y, de hecho, muchos ancianos mueren por infecciones que no les habrían siquiera afectado en su juventud. 

 

Sin embargo, que un niño pequeño, particularmente con menos de un año, no sufra por causa de un patógeno nuevo resulta cuando menos extraño; los niños deberían ser, en principio, el segmento de la población más afectado por una infección nueva. 

 

Ahora, se da la circunstancia de que los críos reciben, prácticamente desde su nacimiento, un gran número de vacunas, y esto me llevó a intuir que, probablemente, desarrollaran una inmunidad cruzada frente al SARS por el efecto sobre el sistema inmunológico de alguna de esas vacunas. 

 

¿Cómo ocurre esto?  y ¿cómo se demuestra? 

 

Pues bien, empezamos por las células del sistema inmunitario adaptativo que son capaces de adquirir la memoria inmunológica protectora, que son las células B y T (linfocitos T y B). Estas células reconocen en los patógenos y en las vacunas unos pequeños fragmentos que se llaman “epítopos”. La inmunidad adaptativa es específica para el reconocimiento de estos epitopos. 

 

Simplificando, podríamos considerar que para el sistema inmunitario un patógeno o una vacuna no es más que un conjunto de epítopos. 

 

Lo que hemos hecho en este estudio es comprobar que epítopos presentes en las vacunas están compartidos con el virus SARS. 

 

Sería como solapar dos conjuntos y ver que hay en común, dónde se encuentra la intersección. El análisis lo hemos realizado con cada una de las vacunas pediátricas. 

 

Yo esperaba encontrar ese solapamiento con las vacunas para otros virus, pero para mi sorpresa, sin embargo, no fue así. Los epítopos comunes, los que median la inmunidad cruzada, los encontré en gran número en los componentes de las vacuna triple bacteriana frente a la tétanos, la difteria y la tosferina (la vacuna DTP). Estos epítopos comunes entre la vacuna DTP y SARS-CoV-2 serían capaces de mediar esta memoria inmunológica protectora frente al COVID-19. 

 

La vacuna DTP se administra tres veces el primer año de vida, otra a los 4-6 años y por ultimo a los 9-14 se administra una versión con menor carga antigénica (Tdap). Por tanto, la memoria inmunitaria inducida por DTP con reactividad cruzada es muy potente y posiblemente es la que protege a los niños y la población más joven. 

 

Esta memoria inmunológica se pierde con el tiempo y eso explicaría porqué hay más casos severos de COVID-19 conforme aumenta la edad de los individuos.

 

La vacuna Tdap también se administra a mujeres embarazadas, lo que también explicaría por un lado que las mujeres sufran menos casos severos de COVID-19 y por otra que tampoco lo sufran los recién nacidos; la madre es capaz de transferir inmunidad pasiva al feto a través de la placenta y al recién nacido a través de la leche.

 

Más cosas. En mi estudio analizamos dos tipos principales de vacunas la DTaP y la DTwP, que se diferencian en que la última incorpora bacterias completas de Bordetella pertussis (wP), causante de la tos ferina. La vacuna que induce más inmunidad cruzada con SARS-CoV-2 es la DTwP y aquellos países donde se se utiliza la vacuna celular DTwP tienen menos muertes por COVID-19. Aún así, puesto que el componente aP (pertussis acellular) de la vacuna DTaP (la que más se utiliza en occidente) contribuye poco a la inmunidad cruzada frente SARS-CoV-2 en mi estudio concluimos que son los componentes D (difteria) y T (tétanos) de la vacuna los que muy probablemente protejan a la población infantil globalmente. Algunos de los componentes D y T también se incorporan en las vacunas conjugadas del neumococo (PCN) y de Haemophilus influenzae (Hib) y por ello en mi estudio concluimos que estas vacunas refuerzan también la inmunidad cruzada de la DTP frente SARS-CoV-2. 

 

Por último, cabría destacar que en los últimos años la vacuna pediátrica DTP se suministra en combinación con otras.

 

5.- Se han hecho grandes esfuerzos investigadores y grandes inversiones desde Moderna o Pfizer (entre otros) y han acelerado el proceso de elaboración de una vacuna. Pero si si la vacuna DTP inmuniza contra el Covid... ¿No debería apostarse por la vacuna de recuerdo, y hacer un gran ensayo clínico, aquí en España, al menos?

 

Así debería haber sido, particularmente en España, donde se podría haber ahorrado un dinero muy sustancial. Mi estudio debería haber servido para que todos los adultos que no están al corriente con sus vacunas, especialmente DTP, se hubieran puesto al día. La asociación de vacunas asi lo debería haber recomendado y no entiendo porque no lo han hecho. Estoy completamente convencido que las mismas compañias que han desarrollado las vacunas nuevas deben saber que la población joven está protegida por alguna de las vacunas actuales ( la DTP según mi estudio). Sin embargo, ninguna compañía tiene interés en una solución ¨vieja¨ para un problema nuevo. Ahí no está el dinero.

 

 

6.- ¿Cree que el desarrollo de vacunas, con la ayuda del poder de cálculo de las computadoras podrá lograr vacunas cada vez mejores y más parecidas al sueño de la bala mágica de Paul Ehrlich?

 

Es posible pero el poder de calculo no puede descubrir nada que no esté presente y no cabe duda que las vacunas que mejor funcionan se desarrollaron hace mucho tiempo.

 

7.- ¿En qué trabaja ahora? ¿Qué misterio del universo microscópico, en torno al cual gira gran parte de nuestro mundo macroscópico, desearía desvelar? 

 

Mi grupo tiene varias líneas de investigación sobre hipotesis que generalmente planteamos con la ayuda de la bioinformática. Por citar algunas trabajamos sobre epítopos reguladores de la inmunidad, descubrimiento de citoquinas y modulación de la respuesta inmunitaria por células epiteliales. Tenemos resultados muy interesantes y creo que algunos pasarán a incorporarse en los libros de texto. También queremos seguir trabajando sobre la vacuna DTP y recientemente hemos solicitado un proyecto para probar experimentalmente la posible inmunidad cruzada de la DTP frente a SARS-coV-2. 

 

Desafortunadamente, nuestra investigación no cuenta con el beneplácito de las sabias comisiones evaluadoras que, consistentemente, fulminan nuestros proyectos. Aún así conseguimos mantener la ilusión y una producción científica notable. 

 

En cuanto a los secretos del mundo microscópico que me gustaría desvelar son muchos pero me quedaría con conocer los mecanismos que dan lugar a la consciencia.

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