domingo, julio 24, 2016

La Esclavitud y el ADN afroamericano

Se acaba de publicar un estudio de la diversidad genómica de los afroamericanos que encuentra algunas cosas interesantes. El estudio se basa en una muestra de 3726 afroamericanos de Estados Unidos que habían participado en dos estudios patrocinados por el NIH cuyos objetivos eran sanitarios. Uno es el Health and Retirement Study (HRS), un estudio de voluntarios de edad avanzada de todo Estados Unidos y el otro el Southern Community Cohort Study (SCCS) que estudiaba en concreto la salud  de los afroamericanos del sur (que es bastante mala por mayor pobreza y peor acceso a la sanidad). Juntando estos dos estudios con otro propiamente genómico, el 1000 Genomes Project, que aportó 97 individuos, se ha conseguido  la mayor fuente de datos genéticos sobre afroamericanos hasta la fecha.

Lo que se ha encontrado, de media, es que el 82,1% de los ancestros de los afroamericanos proceden de Africa, el 16,7% de Europa y el 1,2% de América (de los nativos americanos). Esto en líneas generales ya era sabido pero lo que es sorprendente es que los afroamericanos del sur tienen mayor porcentaje de ADN proceden de Africa (83%) que los del norte (80%) o los del Oeste (79%). El mayor porcentaje de origen africano es en el estado de Florida (89%) y en el de Carolina del Sur (88%). ¿Por qué es esto así?

En la historia de los afroamericanos estadounidenses aparte del tráfico de esclavos que llevó a unos 400.000 africanos a las colonias, y luego a los Estados Unidos, hay otro acontecimiento importante: la llamada Gran Migración por la que entre 1915 y 1970 seis millones de afroamericanos dejaron el sur para establecerse en el norte y el oeste de Estados Unidos buscando  una vida mejor.  Según el censo norteamericano de 1870 había 4,88 millones de individuos de “color”, de los que el 90% vivía en el sur. Actualmente, 45 millones de norteamericanos se identifican como negros o afroamericanos.

Como la recombinación genética va rompiendo los haplotipos ancestrales con el tiempo, los investigadores han intentado averiguar cuándo se produce la mezcla entre el ADN africano y el europeo. Según un modelo de mezcla única, la estimación es que fue hace 5,8 generaciones para el HRS: 1808 (1805-1810). Con un modelo de doble pulso aparece una primera mezcla en 1740 y una segunda en 1863. En la muestra sureña (SCCS) con un modelo único sería el año 1802 y con modelo de mezcla doble los años 1714 y 1854. A pesar de la variación, los datos coinciden con lo que se sabe históricamente, que durante la época de la esclavitud las mujeres negras fueron violadas y explotadas sexualmente por los  hombres blancos. El ADN europeo entró en el acervo genético afroamericano antes de la Guerra Civil cuando la mayoría de negros vivían en el sur como esclavos. Después de la Guerra de Secesión la mezcla interracial descendió de manera drástica. En la cohorte HRS aparece un poco de mezcla interracial entre 1930 y 1960 pero no aparece en las otras cohortes.

Entonces la cuestión es que si la mezcla racial tuvo lugar en el sur ¿cómo es posible que sea en el sur donde el porcentaje de ADN africano es mayor? Los investigadores proponen una interesante respuesta. Plantean que la Gran Migración estaba sesgada: los afroamericanos que tenían más ADN europeo, y por lo tanto una piel más clara, tenían más oportunidades sociales y por lo tanto estaban en mejor posición para emigrar hacia el Norte o el Oeste. Aunque esto habrá que comprobarlo en futuros estudios lo que los autores plantean es que la discriminación -que varía según el color de la piel- pudo haber afectado la historia genética de los afroamericanos.

Estudiando el cromosoma X en concreto, la proporción es algo diferente: un 84,82% es de origen africano, un 12,89% europeo y un 2,29 nativo americano. Esto confirma los datos históricos de que fueron las mujeres africanas las coaccionadas al sexo por los blancos de origen europeo. El interés de estos datos es principalmente histórico y genético pero también podrían tener un valor sanitario por los diferentes riesgos genéticos para padecer determinadas enfermedades y tal vez para que los diagnósticos y tratamientos en el futuro se puedan adaptar al ADN de cada paciente.

@pitiklinov

Referencia:


Baharian S y cols. The Great Migration and African-American genomic diversity. PLOS Genetic May 27 2016. http://dx.doi.org/10.1371/journal.pgen.1006059

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