jueves, abril 20, 2006

Psicología de la mentira socialista

Acabo de oír a Alberto Recarte decir que el PSOE ha abandonado el Marxismo, pero no el leninismo. Esa es una percepción que tenemos muchos .

Lenin decía que la mentira es un arma revolucionaria. No creo que ZP, ese ignorante amante de las flores siquiera haya tenido en cuenta a Lenin. En el fondo la teoría de asalto del poder de Lenin se basa en racionalizar una estrategia que parte de algo muy dentro de la naturaleza humana: El romper la lealtad a un grupo para dársela a otro. Me explico:

La labor de Lenin con los comunistas Bolcheviques consistió en hacerles romper cualquier lazo de lealtad con Rusia y volcarla en el Partido de una forma férrea. La lealtad total hacia un grupo y el desprecio total hacia lo que no sea ese grupo es algo natural en la especie humana. La organización tribal se basa en eso. Toda tribu actúa y piensa así. Los gitanos nómadas son el único ejemplo en Europa que perdura en estado mas o menos puro de esa forma de pensar, pero en el pasado era lo mas natural. Solo el Cristianismo creó una forma de pensar revolucionaria que creó puentes que transcendían los grupos particulares. Pero no así otras religiones: Para el Islam, solo son seres humanos los que comparten la fe. Históricamente, hasta el cristianismo, cada religión se refería a un grupo.

Para una persona con lealtad tribal, es natural traicionar, mentir, aprovecharse, asesinar a miembros de otro grupo. Pinker menciona un tribu africana cuya palabra para "comida" se utiliza también para referirse a cualquier cosa de fuera de la tribu. La tribu reelabora la historia a su conveniencia, se cree sus mitos prefabricados y sigue las órdenes de un líder ciegamente. Su disciplina interna conoce solo dos formas de castigo ante cualquier delito: la muerte o la expulsión. la proporción de muertes a manos de otros en las sociedades tribales se acerca al 40% de promedio (Pinker). La relación natural entre tribus es la guerra o la alianza para guerrear contra otros.

Desde la caída del cristianismo como visión del mundo generalizada en Occidente, a partir de la Ilustración, se han creado varias racionalizaciones que dan satisfacción a ese espíritu tribal. El Socialismo y el Nacionalismo son dos de éstas concepciones. Lo que dice Benedicto XVI acerca de que el Nacionalismo es la religión del Mal refleja una realidad. El Nacionalismo es una reacción tribalista ante la caida del espíritu panhumanista del Cristianismo en Occidente. El leninismo es otra, y no es mas que la forma natural de poner en marcha las lealtades al Partido para la toma del poder.

El PSOE, como los nacionalistas , no son leninistas, pero comparten la misma esencia del Leninismo: Son desleales con su pais, utilizan las reglas de juego a su conveniencia, La mentira, el asesinato y la traición con los de fuera son sacrificios virtuosos para con sus correligionarios.

Este pais, con una derecha preocupada en cambiar de coche, un centro que confunde el ser democrata con hablar bajito y el llevar corbata con ser liberal, no les cabe en la cabeza, como a Kerensky en la Rusia de la revolución, que está tratando con una izquierda y unos nacionalistas que no tienen nada que ver con su forma de pensar.

3 comentarios:

Nomotheta dijo...
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Nomotheta dijo...

He leído hace poco eso que dice Pinker de la "comida". Creo ha debido ser en la Introducción a la Antropología General de Marvin Harris que es lo único que estoy leyendo ahora.

Precisamente Marvin Harris fue de los primeros antropólogos en percatarse de la brutalidad guerrera de las tribus, poniendo en duda el mito del buen salvaje.

Sin embargo este autor no fue capaz de desprenderse del lastre marxista que impregnaba toda su obra.

Su materialismo cultural explicaba las culturas en función de las condiciones tecnoecológicas y tecnoeconómicas, pero dio una importancia excesiva a las sociedades como sistemas, y con la tabla rasa de fondo restó responsabilidad a los individuos.

El pensamiento marxista, con sus clases axiomáticas, destruye conceptualmente al individuo, y se convierte con ello en lo que acertadamente denominó Koestler "sistema cerrado", al aislarse de la compleja realidad, irreductible a clases.

En cambio la práctica revolucionaria de toma de poder Leninista no precisa de ese aparato teórico. Conceptualmente les basta con el insoslayable "nosotros" y "los otros", que por lo general son los que están "contra nosotros". Esas son todas sus clases. Para ajustarse a la complejidad de la realidad hacen uso de un "sistema abierto" de relativismo multiculturalista y multimoralista que resta importancia a los individuos por la vía de la igualación omnicomprensiva.

PD: He borrado mi anterior comentario porque decía algo que no era cierto, que M.Harris hizo trabajo de campo con los Yanomanos. El caso es que me sonaba pero lo he buscado ahora en internet y he podido comprobar que ni hablar del peluquín.

Anónimo dijo...

Además de las corrientes tribales racionalistas (marxismo, nacionalismo) se debe añadir la corriente tribal irracionalista (psicoanálisis) que tanto daño ha hecho a nuestra “reprimida” cultura occidental.
Las sociedades tribales de pocos individuos tenían sus propias reglas (ya lo asumimos, pero no nos dejamos deslumbrar) sus relaciones eran cara a cara, había mucho sometimiento y muy poca libertad.

El primo de L. Wittgenstein (F. von Hayek) diagnosticó acertadamente que para superar ese estadio tribal claramente inferior y pasar a un estadio más complejo con normas abstractas, con división de trabajo y conocimiento, mayor intercambio o desarrollo y progresiva liberación del individuo (es decir todo lo que deriva de estados civilizados superiores), era necesario adoptar una serie de reglas nuevas a las tribales, si bien con menos relaciones cara a cara y sin aparente objeto (tipo las tria uira preacepta del derecho romano o los tres principios básicos de convivencia resaltados por Hume) para “reprimir” las reacciones más atávicas incompatibles con esa sociedad más compleja.

Los pueblos que mejor se adaptaron a esas nuevas reglas tuvieron mayor éxito de supervivencia y mayor descendencia y se posicionaron mejor que otros pueblos que siguieron en estadios tribales o semi-tribales (dando, además, un salto cualitativo a partir de la revolución industrial).

Los “desenmascaradores” modernos (Marx, Freud y Nietzsche) de esas reglas o convencionalismos sociales que habían hecho progresar (sobre todo a la cultura occidental) pusieron en solfa esos mecanismo civilizados de inhibición y respeto y se erigieron en nuevos profetas recurriendo precisamente a instintos más tribales y menos abstractos: se trataba de deslegitimar la propiedad, la inversión y la acumulación de capital de generaciones enteras para ser sustituido por una igualación coactiva para conseguir una justicia (social, tipo marxista), de liberar al hombre de represiones de la moral tradicional culturalmente asumida (amoralidad tipo psicoanálisis) o de imponer una voluntad o una nueva moral del considerado “hombre superior” (superhombre nietzschiano). Todo ello muy intelectual, muy revolucionario y muy tribal al mismo tiempo.

De los tres profetas, sólo Freud pudo entrever (en su obra La enfermedad de la civilización) las nefastas consecuencias que dicho derrumbamiento de las normas e instituciones morales podía acarrear a la sociedad (era demasiado tarde, el siglo XX conocería unos cuantos excesos gracias a estos tres profetas).

Karl Jaspers, ya en 1931, pudo advertir que el marxismo, el psicoanálisis y el racismo eran “las tinieblas más extendidas que hayan caído a la humanidad”

El primo de Wittgenstein ya lo dijo: “la libertad es un artefacto de la civilización” (en Derecho, Legislación y Libertad). El que tenga oídos…