lunes, agosto 27, 2007

Origen de la conciencia moral y la religión

Hace mucho tiempo escribí algo sobre lo que dice la Psicología Evolucionista para explicar la conciencia de uno mismo. Esta teoría explica muchos hechos: por un lado, la auténtica naturaleza de la autoestima. Por otro, el por qué sentimos en un estado especial "de flujo" cuando nos concentramos en ciertas actividades que nos gustan, cuando estamos en peligro, o cuando viajamos.

Básicamente, la conciencia responde a la necesidad evolutiva de controlar la conducta propia para actuar de manera que los demás nos aprecien. El objetivo de nuestros institintos sociales es elaborar una especie de política maquiavélica para utilizar a los demás para nuestro propio beneficio sin que los demás nos rechacen ni que el grupo se rompa. Para ello debe almacenar, entre otros, la historia de conductas propias tal como la ven los demás, y sobre ello reflexiona para optimizar su conducta futura en el seno de la sociedad.

Pero como se puede explicar la emergencia de una moral de sacrificio por el grupo, típica de todas las religiones si partimos de una naturaleza tan maquiavélica como esta?


La prueba de que lo importante no son nuestros actos sino como son percibidos por los demás es que los remordimientos por un mal acto aparecen cuando podemos ser descubiertos. Hay experimentos que prueban eso: Hay experimentos en los que se hace esperar a invitados en una sala donde hay algun objeto delicado que se rompe al tocarlo. A continuación en la entrevista se le pide si quiere colaborar en una causa altruista. Se observó que los candidatos estaban dispuestos a colaborar mucho mas cuando todo se organizaba de forma que el entrevistado era el único sospechoso y se le iba a descubrir. Cuando el desaguisado se puede achacar a cualquiera, el candidato era menos proclive a colaborar. Se ve aqui que los remordimientos impulsan a reparar el mal acto con otro buen acto que lo compense, pero solo si puede ser descubierto.

¿Como surge la moral de ese maquiavelismo biológico?. Por un lado, esa actividad maquiavélica no es consciente. El remordimiento que aparece en la conciencia en el experimento anterior no es un cálculo consciente, sino inconsciente. Solo sentimos el remordimiento y cuando no lo sentimos por no ser los principales sospechosos, esa falta de remordimientos no los sentimos como efecto de un despreciable cálculo, sino que todo nos viene a la conciencia y a los sentimientos como algo dado, modulado inconscientemente por mecanismos perfeccionados por selección natural, que son inconscientes. Maquiavelo simplemente recescubrió las razones frías subyacentes a nuestras razones biológicas inconscientes, pero no estamos preparados para aceptarlas. Se supone que DEBEMOS portarnos bien no importa si nos beneficia o no. Y ese descubrimiento de las razones de nuestra naturaleza manipuladora lo rechazamos.

Por otro lado, es facil ver que sería útil para los demás el que nos comportaramos bien, independientemente de si nos pueden descubrir o no, independientemente de si estamos siendo vigilados realmente o no. A nosotros tambien nos interesa que los demás se porten de la misma manera. Dada la naturaleza interesada de nuestras percepciones morales, tal como se ha visto, hay un mecanismo por el que el grupo se puede beneficiar de la buena conducta de todos y es promocionando la creencia en instancias superiores que nos vigilan, y nos castigan por nuestros actos, individual y colectivamente. Esa, creo, es la esencia de la religión. Todas las religiones tradicionales tienen en común eso, desde las que consideran a esas instancias sobrenaturales muy próximas, como el animismo pasando por las que consideran su presencia al mismo tiempo próxima y lejana, como las relgiones monoteistas del libro, hasta las que consideran esas entidades lejanas como en el induismo o la mitología griega. El Budismo y le Confucionismo son dos filosofias que estan en el seno de sus propios universos de dioses mayores y menores y no plantean derribar esa cosmología preexistente, sino que la aceptan y la incorporan.

No es extraño, además que la religión proteja el sentido de hacer el bien para el grupo independientemente de nuestros intereses inmediatos y condene los razonamientos maquiavélicos.

De esa naturaleza maquiavélica se puede entender nuestra capacidad para el Bien y el Mal. El Bien y el Mal están cláramente definidos y reconocibles en la naturaleza humana: El Bien es lo que se es bueno para el grupo. El Mal es lo que es malo para el grupo. Hemos desarrollado esas intuiciones claras a lo largo de la evolución porque del grupo primitivo y de nuestras actitudes ante él dependía nuestra vida o nuestra muerte.

El interés propio a corto plazo que es malo para el grupo es el Mal. Lo contrario es el Bien. Era tan vital el grupo que todos nuestros actos los medíamos en funcion de una escala de valores en el que el grupo era el centro. Y lo sigue siendo. Pero el grupo no nos sirve si no nos servimos del grupo en la misma medida en que le servimos. Algunas veces nos aprovechamos de él y de los demás, mas de lo que somos conscientes por nosotros mismos.

La conciencia evalua nuestra baremación ante los demás, algo que llamamos moral. El libre albedrío surge como la intuición de que podemos considerar elegir el Bien o el Mal, conscientemente, es decir, dentro del módulo secuencial que supervisa nuestros actos en función de la situación y la información que nos envían nuestros sentidos inconscientes de autoestima, amistad, remordimientos, deudas de favores, e incluso lo que nos envían los cinco sentidos sobre el mundo exterior. Ese módulo es el control de mandos que visualiza y controla toda la realidad que percibimos conscientemente, y que lleva incluida la sensación ineludible de que nosotros elegimos moralmente.


Todas estas nociones: Libre albedrío, Bien, Mal existen porque son conceptos existentes en nuestra mente, por cierto, en la misma medida que existe todo lo demás, , porque todos ellos son conceptos innatos (personas, animales, grupos..) o aprendidos (electrones, coches..) con relevancia para nuestras vidas. De la misma forma que existe la tendencia innata a la actividad religiosa, que incluye la necesidad ineludible para todo ser humano de identificarse con un grupo y aceptar sus creencias. No hay posibilidad de no hacerlo.


El sentido religioso innato es como el instinto del lenguaje innato: admite muchos tipos de lenguas, los niños de cada pais aprenden una lengua, pero todos los lenguajes tienen los mismos elementos(sujeto, verbo, adjetivo, adverbio..) y las mismas reglas gramaticales universales para componer frases con esos elementos. Quizá no dentro de mucho tiempo se entienda la constitución universal de nuestro instinto religioso. Lo que está claro es que entre los elementos tendrá los elementos grupo, bien, mal, valor, voluntad, justicia, espíritu, alma etc.

Mientras tanto, respetemos y entendamos las religiones. No todas son buenas (para nuestro grupo) ni mucho menos, lógicamente, y , los que no se consideran religiosos, por favor que estudien sus propias creencias, cual es su grupo con el que se identifican y a donde les lleva. Será de gran ayuda para entender a los demás. Quizá se pueda saber cual es el mejor conjunto de creencias que favorezcan al grupo mas ámplio que se pueda considerar, la humanidad. Yo llevo dedicando parte de este blog a demostrar que este conjunto de creencias son muy parecidas al Cristianismo.

Quizá este tipo de explicaciones, paradójicamente moleste a los cristianos y en general a todos los religioses -Dios es Dios, El Bien es el Bien y el Mal es el Mal, no precisan explicación- dirán en coherencia con su fe. Pero desde la Ilustración, la soberbia de la razón (es decir, el atrevimiento de la ignorancia) ha descorrido el velo del misterio que mantenía cierta cohesión moral en Occidente, con todos sus defectos, el mejor lugar en la Tierra. Solo profundizando en la razón se puede evitar que esa destrucción continue.

4 comentarios:

Germánico dijo...

Baltasar Gracián decía que debíamos comportarnos en todo momento como si nos estuvieran observando. En cierto sentido podría decirse que eso es lo que hacemos...y lo que nos hace conscientes. Claro que Gracián no se refería a eso, porque su nivel de análisis no era tan profundo, dados los conocimientos de la época.

Atilio dijo...

La respuesta a tu pregunta se encuentra en los trabajos de Darwin, Allee, Huxley, Hamilton, Price Y Haldane (con la colaboracion polemica de Kropotkin).
Para evitar mucha lectura podrias leer "The altruism ecuation" de Lee Alan Dugatkin, Princeton University Press, que dejara el tema completamente claro.

Anónimo dijo...

Si germánico, el tema no es nada nuevo. En el fondo esto no es mas que reescribir en la gerigonza de moda lo que las personas con buen sentido han sabido desde siempre. Pero como ahora se está abandonando hasta el buen sentido... pues eso, bueno es repetirlo.


Atilio, se nota que no pinchaste en Leer mas. De todas formas, muchas gracias ;)

Carlos Suchowolski dijo...

Hola, esto es para que conste que lo he leído. Ya lo había hecho antes de que me propusieras al final del debate en el que sí participé. En términos generales estoy de acuerdo con lo que percibes que está en la base del mecanismo, sin embargo yo haría algunos ajustes. Para simplificar yo también te invito a leer mis "viejas" entradas sobre el grupismo o grupalismo, sobre razón y sentimientos y también sobre el instinto del mito (es el mito lo innato y no una forma del mismo como la religión, que es lo que dices apresuradamente aquí.) De todos modos, sigo estudiando el tema y creo perfilar casi del todo mi punto de vista en mi entrada de hace la semana pasada, por ahora la última, del grupo etiquetado "Pensamiento y realidad". Espero que veas este comentario y me contestes (lo ideal sería en mi propio blog, gracias por anticipado.)