A las variantes de un
elemento cultural dado se les pueden aplicar las técnicas estadísticas
desarrolladas en el campo de la genética de poblaciones, y obtener así
información valiosa relativa al modo en que se han ido diferenciando a partir,
supuestamente, de un ancestro común. Eso es lo que ha hecho un grupo de
investigadores radicados en Australia y Nueva Zelanda, que han estudiado las
variantes de un elemento cultural -un cuento popular- a lo largo y ancho de
Europa.
Para ello han escogido el
cuento The Spinning-Woman by the Spring (o The Kind and the Unkind Girls) que
se encuentra extendido por toda Europa y parte de Asia. En la colección de los
hermanos Grimm aparecen tres variantes de este cuento, a saber: Los tres
enanitos del bosque, San José en el bosque y Madre Nieve (Frau Holle). De
acuerdo con el índice de tipos de cuento de Aarne-Thompson-Uther, es un cuento
del tipo 480, y tiene centenares de variantes en Europa.
En el trabajo resumido
aquí se han analizado 700 variantes, correspondientes a 31 grupos
etnolingüísticos: alemán (61 variantes), armenio (3), búlgaro (8), checo (11),
danés (48), escocés (3), esloveno (6), español (11), estonio (16), finlandés
(83), flamenco (6), francés (16), griego (11), inglés (8), irlandés (22),
islandés (11), italiano (33), letón (13), noruego (48), polaco (45), portugués
(2), rumano (4), ruso (32), sueco (101), sueco en Finlandia (25), suizo alemán
(3), turco (32) ugrofinés en Rusia (23), valón (3), vasco (2) y yugoslavo (13).
Los autores han identificado 393 rasgos binarios, o sea, 393 elementos que
pueden estar incluidos en el cuento o no estarlo. Y a continuación, trabajando
con pares de variantes, han estimado la distancia que hay entre cada una de las
dos. La distancia se determina a partir del índice de Jaccard, que es un índice
de similitud (o, si se quiere, de lo contrario) que se calcula dividiendo los
elementos que comparten las dos variantes (la intersección) entre los elementos
totales que tienen esas variantes.
Además de la similitud
entre pares de variantes, calcularon las distancias geográficas entre las
localidades de procedencia de las variantes o, en ausencia de ese dato, entre
los centroides de las áreas en que se distribuyen las dos variantes. También
elaboraron una matriz de disimilitud lingüística entre las diferentes lenguas,
para lo que utilizaron las distancias entre pares de lenguas tal y como se
pueden determinar a partir de análisis filogenéticos publicados previamente. En
el caso de las pertenecientes a una misma familia, ese procedimiento no
conlleva especial complicación, pero para estimar la disimilitud cuando se
trata de lenguas pertenecientes a diferentes grupos (túrquicas, ugrofinesas y
vasco), procedieron asignando, de modo arbitrario, una distancia entre familias
equivalente a 1’25 veces la existente entre las dos lenguas menos similares de
las indoeuropeas. Y por último, elaboraron una matriz de identidad
etno-lingüística para las variantes individuales del cuento; cuando dos
variantes pertenecen a una misma comunidad lingüística, la distancia entre
ellas en esa matriz sería 0, y 1 si las dos variantes pertenecen a dos
comunidades diferentes.
El análisis posterior
incluyó dos procedimientos. Por un lado, utilizaron análisis de correlaciones
entre las distintas distancias (entre cuentos, geográficas, lingüísticas, y
grupos etnolingüísticos); y por el otro, aplicaron análisis de la varianza
molecular (AMOVA), que permitió estimar qué proporción de la variación
observada corresponde a las diferencias entre poblaciones (comunidades
etno-lingüísticas, en este caso) y qué proporción corresponde a las diferencias
dentro de las poblaciones. Y a continuación construyeron una NeighbourNet (red
de vecinos) que permite visualizar los agrupamientos de las distintas comunidades
etno-lingüísticas, basados en las variantes del cuento, así como las distancias
entre ellas.
Entre los factores
analizados, la distancia geográfica entre las poblaciones es la que explica una
mayor fracción de la variación entre las distintas modalidades del cuento. De
hecho, si se tiene en cuenta que una parte sustancial de las diferencias entre
las lenguas está muy relacionada con la geografía, cuando el análisis se hace
descontando el efecto de la distancia geográfica, resulta que la lengua no
explica una fracción significativa de la variación de las variantes. No ocurre
lo mismo con la identidad etno-lingüística, ya que este factor sí explica una
fracción significativa de la variación en las modalidades del cuento, incluso
cuando se tiene en cuenta el efecto de la distancia geográfica. El efecto de
este factor es tan importante que el efecto de la barrera cultural que erige la
frontera etno-lingüística es equivalente a multiplicar la distancia geográfica
entre variantes del cuento por un factor de 10. Esto quiere decir que dos
cuentos de la misma cultura separados 100 Km son, en promedio tan parecidos
entre sí como lo son dos cuentos de diferentes culturas pero separados entre sí
10 Km.
La NeighbourNet obtenida
para el conjunto de poblaciones estudiadas refleja cinco grandes agrupaciones.
La primera incluye poblaciones del occidente europeo que hablan lenguas
romances (excluyendo Rumanía), y otras como la población vasca, la flamenca y
la suiza de lengua alemana. La segunda agrupación incluye las poblaciones del
oriente europeo con lenguas eslavas, además de otras comunidades lingüísticas,
como la rumana y la de hablantes de lenguas ugrofinesas de Rusia. La tercera
incluye poblaciones a caballo entre Europa y Asia (armenios, griegos y turcos).
La cuarta agrupación contiene las poblaciones de los países nórdicos, salvo
Dinamarca. Y en la quinta se incluyen alemanes, daneses, letones y británicos.
La imagen general que se
obtiene es que las variantes del cuento se agrupan a lo largo del continente
europeo de acuerdo con áreas geográficas muy bien definidas, con la única
salvedad de la quinta agrupación, que quizás refleje la influencia que tuvo la
expansión vikinga que comenzó en el siglo IX en las Islas Británicas, así como
la de redes comerciales, como la Liga Hanseática, que comunicaron los países
ribereños del Báltico con las Islas Británicas a partir del siglo XIII. El
geográfico es, con diferencia, el factor de diferenciación más importante en
términos absolutos. No obstante, al de la geografía se añade también el efecto
del grupo etno-lingüístico, que es importante; como se ha señalado más arriba,
10 Km de distancia entre dos variantes de diferente grupo etno-lingüístico
equivalen a 100 Km entre dos variantes del mismo grupo, lo que quiere decir que
la identidad etnolingüística constituye una importante barrera a la transmisión
de elementos culturales como son los cuentos. El linaje cultural (representado
por la lengua de la población), sin embargo, no ejerce un efecto muy marcado
sobre la diversidad de variantes del cuento.
Me ha interesado esta
investigación porque, aunque no la única, es de las pocas en que se estudia un
proceso de evolución o diferenciación cultural mediante técnicas propias de la
genética de poblaciones. En este trabajo no se han analizado los marcadores
genéticos de las poblaciones humanas a las que corresponden las variantes del
cuento, pero de haberse hecho, sospecho que muy probablemente se habría
observado un importante paralelismo entre distancias genéticas y distancias
culturales, en un sentido similar al observado en este estudio sobre canciones
populares realizado en Taiwán.
Conforme vayamos
disponiendo de más estudios de este tipo, iremos conociendo mejor el modo
en que las poblaciones humanas se han ido diferenciando y la importancia que
han tenido en esa diferenciación los elementos culturales. Si, como sostiene Wilson, también el grupo es unidad de selección en nuestra
especie, todos los elementos que contribuyen a definirlo son relevantes,
incluso si las variantes de esos elementos no tienen, por sí mismas, valor
adaptativo.
Fuente: Ross RM, Greenhill SJ, Atkinson QD (2013):
Population structure and cultural geography of a folktale in Europe. Proc R Soc
B 280: 20123065.
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