viernes, junio 12, 2015

Chimpancés, monos, moscas y abejas, todos borrachos

Anis del mono. Badalona crédito: Karlphotographies 

La semana pasada dio la vuelta a internet la noticia de que los chimpancés preferían la comida cocinada (artículo original publicado en Proceedings B por Felix Warneken y Alexandra G. Rosati). La noticia iba acompañada de un comentario de uno de los autores diciendo que los chimpancés también son los suficientemente inteligentes como para cocinar su propia comida. Una cosa debió llevar a la otra y la red se llenó de titulares en los que se decía "a los chimpancés les gusta cocinar". La realidad es que en aquel experimento se hacía como que se cocinaba y se dejaba elegir a los chimpancés entre unas patatas (chips) crudas o cocidas.

De los vídeos publicados con el artículo, me quedo con este, donde el chimpancé se desplaza con la patata cruda en la boca para depositarla en el "utensilio cocinador" del fondo. Ser capaz de resistir la tentación es una muestra muy buena de elevada cognición, como se ha demostrado ampliamente en muchos animales.



De alguna forma éste artículo se interpretó como una muestra indirecta de evolución humana. Parece que nos esforzamos por seguir confundiendo al público general, en esa idea de que los chimpancés son nuestros antepasados. Tal vez su forma de vida (como argumentaba Warneken, el coautor del trabajo) probablemente sea similar a la de nuestros antepasados, pero de una cosa no se deduce la otra (de hecho los chimpancés parecen estar más evolucionados -cambiados- que nosotros). Por ello cada vez que veo en una noticia sobre chimpancés alguna referencia a nuestros antepasados (ignorando convergencias, otras especies animales, y la propia historia evolutiva chimpancé) mato un gatito con la mirada.

Ayer se publicaba otro artículo con tendencias similares, pero esta vez con mucho más peso y, en mi opinión, infinitamente más interesante. El equipo de Tetsuro Matsuzawa describe en Royal Society Open Science el descubrimiento de un grupo de chimpancés en Guinea (en un pueblo llamado Bossou) que parecen buscar intencionadamente emborracharse.

Utilizando cámaras han podido seguir la pista a un grupo de 26 chimpancés desde 1995 hasta 2012. Los aldeanos de Bussou utilizan las palmeras de Raphia para obtener alcohol. Hacen un agujero y colocan un contenedor con forma de cubo al cual cae la savia, donde irá depositándose y, con el tiempo, fermentando. En los 17 años de grabaciones se ha podido ver como 13 chimpancés hacían 20 incursiones para acceder a dicha savia fermentada. Curiosamente los otros 13 chimpancés no lo hicieron en ninguna ocasión. Se acercaban a la Raphia, y utilizando una hoja de la propia planta a modo de "cuchara" bebían hasta 9 cucharadas por minuto (el equivalente a un litro de cerveza por sesión).

Vídeo publicado por los autores como material suplementario.


Es interesante no solo por el hecho de poder apreciar una vez más el uso de herramientas o la cultura chimpancé, sino porque probablemente sirva para apoyar la llamada "hipótesis del mono borracho" (nada que ver con Jackie Chan). Nuestros antepasados (probablemente en común con chimpancés) debieron adaptarse a comer frutas fermentadas con gran concentración de etanol, de ahí que lo soportemos tan bien (en comparación con otros animales).

Ahora bien, el hecho de que los chimpancés no eviten, o incluso busquen, los alimentos ricos en etanol no supone una característica distintiva de nuestro grupo (como bien se dice sutilmente en el abstract). Existen estudios con otros animales y el alcohol, y en cuanto a otras drogas las evidencias son enormes (especial mención a los lemures que se drogan usando milpiés, vídeo).

La forma en la que un animal responda al alcohol dependerá tanto de su fisiología como de su ecología, algo que queda muy bien explicado por Robert Dudley en su libro "The Drunken Monkey" (traducción mía con algunas modificaciones):

"En 1990, unos veterinarios midieron el nivel de alcohol en dos ampelis americanos (ave paseriforme) que habían muerto recientemente tras haber comido tejocotes (fruto del espino). Las concentraciones de alcohol encontradas en el cuerpo fueron de diez a cien veces más altas de lo normal, esto sugería una elevada ingestión de alcohol. Los ampelis americanos parecen estar particularmente expuestos a este peligro, dada su repetida aparición en la literatura; se han dado multitud de avistamientos en América del Norte, viéndolos volar borrachos contra las ventanas y los edificios. Las aves frugívoras de climas templados pueden ser particularmente susceptibles a la embriaguez cuando consumen bayas en la época de deshielo. Un estudio de 2012 de Cumbria (UK) también describió altos niveles de alcohol en mirlos y en zorzales muertos, consistente con una intoxicación letal.
[...] También se han dado casos de loris australianos borrachos mientras se alimentan de néctar fermentado, llegando a ser incapaces de volar. De hecho, beber alcohol y volar puede ser particularmente peligroso. Una serie de estudios en murciélagos frugívoros en el desierto de Néguev sugieren que, aunque pueden percibir muy bajas concentraciones de alcohol en una solución, concentraciones que superen el 1% son evitadas por estos animales. Para estos enormes murciélagos es obligatorio realizar vuelos nocturnos, y cualquier discapacidad en el vuelo podría suponer riesgos importantes de cara a los depredadores, así como para cualquier animal volador con limitadas capacidades para moverse por el suelo. Las respuestas comportamentales al alcohol deben, por lo tanto, variar con la especie animal en cuestión, así como con diferentes aspectos de  su fisiología y ecología."


Se han hecho estudios en moscas de la fruta en los que se han obtenido resultados muy sorprendentes. Las moscas no solo prefieren las altas concentraciones de alcohol sino que se desinhiben en el cortejo (llegan a tener comportamientos homosexuales), aumentando su interés por el sexo, pero reduciendo su rendimiento, y tienden a beber más cuando se les priva del sexo. Las abejas también prefieren los alimentos fermentados (y cuanto más alcohol mejor), pueden acabar tan borrachas que, en ocasiones, llega a costarles la vida.



En cuanto a los primates, tampoco estamos solos en ello. Los chimpancés, por supuesto, por su gran parecido con nosotros, pero también los cercopitecos (monos vervet). Los cercopitecos verdes de la Isla de San Cristobal, han sido objeto de estudio debido a su afición al alcohol que suelen robar a los turistas.

Cuando observan una bebida que está sin vigilar, los monos bajan cautelosamente de los árboles, saltan sobre las mesas y comienzan a beber. Aunque los camareros de los locales suelen estar armados con pistolas de agua para espantarlos.

Los monos borrachos tienden a comportarse de forma torpe y agresiva, pero también los hay que se tornan sexis o juguetones. Curiosamente (como parece que ocurre en chimpancés) no todos los monos se sienten atraídos por el alcohol, siendo la proporción de "abstemios vs bebedores" similar a la que se da en monos humanos. Incluso se ha estudiado como los transportadores de dopamina reaccionan en estos monos bebedores igual que lo hacen en humanos, aumentando su número en periodos de abstinencia.

En definitiva, quizás la hipótesis del mono borracho sea correcta, quizás chimpancés y humanos seamos capaces de tolerar mejor el alcohol que otros animales cercanamente emparentados. Pero la búsqueda del alcohol (u otras drogas) como alteradores de la consciencia no son una exclusiva ni nuestra, ni de nuestro grupo primate.

Para terminar, nada mejor que echar un vistazo a las cogorzas de los caribeños monos borrachos de mano de la BBC.




@BioTay

PD: Me comenta mi madre (que no solo es una eminencia en la parasitología, sino también en la cultura rustica) que tradicionalmente, para atrapar/matar cucarachas, se les dejaba un plato con vino en el suelo durante la noche.

Gracias a @EDocet por los enlaces a los dos artículos principales que comento.

La fotografía superior pertenece a KarlPhotographies y está hecha en Badalona, es una estatua dedicada al Anis del Mono e indirectamente a Darwin.

Herramientas para emborracharse: ingestión de etanol por chimpancés salvajes usando hojas como esponja (Tools to tipple: ethanol ingestion by wild chimpanzees using leaf-sponges)

El chimpancé como modelo de estudio del alcoholismo (The Chimpanzee as an Animal Model for Investigating Alcoholism)

El etanol desinhibe a las moscas en el cortejo (Recurring Ethanol Exposure Induces Disinhibited Courtship in Drosophila)

La privación sexual incrementa la toma de etanol en Drosophila (Sexual Deprivation Increases Ethanol Intake in Drosophila)

El comportamiento y comunicación social de las abejas bajo la influencia del alcohol (The behavior and social communiation of honey bees under the influence of alcohol)

Consumo voluntario de bebidas alcohólicas en cercopitecos verdes (Voluntary Consumption of Beverage Alcohol by Vervet Monkeys)

Transportadores de dopamina alterados en cercopitecos verdes bebedores de alcohol (Altered dopamine transporter densities in alcohol-preferring vervet monkeys)

Extracto de "The Drunken Monkey" encontrado en Animal Cognition - Animal drug use

2 comentarios:

Obat Penyakit Lambung Alami dijo...

El problema es una oportunidad para que usted cambie y aprender a hacer lo mejor en la vida

Makanan Penyebab Keguguran dijo...

Haga esto siempre creo que toda su confianza en sí mismo, y tirar todas sus dudas que acaba limitan a ti mismo para salir adelante.