Lewis Dartnell |
Los antropólogos suelen hablar de cultura material cuando hacen referencia
a cualquier tipo de objetos o herramientas utilizados por un grupo humano de
cualquier época o lugar para sus cotidianos quehaceres. Si aterrizase un
astrobiólogo extraterrestre en la tierra tras haberse producido una catástrofe
de enormes dimensiones que hubiera acabado con todos los humanos, muy
probablemente observaría y analizaría los restos que hubieran quedado de
nosotros. Muy pronto tendría que llegar tras nuestro juicio final para
encontrar cuerpos en descomposición o huesos. Pero aún mucho tiempo después de
que hubiéramos desaparecido todavía quedarían sobre la faz de la tierra, acaso
cubiertos por profusa vegetación, vestigios de nuestra civilización. Quizás el
astrobiólogo extraterrestre pudiera cantar Eureka a partir de algún indicio de
lo que fue nuestra cultura material. Pero….¿realmente podríamos imaginar algo
semejante a un astrobiólogo extraterrestre, si no es desde una óptica antropocéntrica?
En el libro Fiasco, del escritor de ciencia ficción Stanislaw Lem, un hombre es enviado a una misión de reconocimiento en un lejano planeta en el que parece haber algunos indicios de vida. El título de la obra solamente se entiende cabalmente al final, cuando se puede adivinar que, fuera lo que fuese aquello que parecía seguir unos patrones que pudieran asociarse a una actividad viva, o incluso consciente, no resultaba en absoluto reconocible e inteligible al visitante humano. El fiasco es monumental. La misión un fracaso. La lección profunda: no debemos esperar encontrar nada similar a nosotros.
Visto desde una perspectiva evolucionista todo resulta más comprensible,
incluida la atónita incomprensión del viajero espacial humano de Fiasco. En
nuestro planeta ha surgido un fenómeno complejo llamado vida que ha evolucionado
en interacción con un entorno en principio físico y químico y con el tiempo, y
progresivamente, según la vida “se abría paso”, más biológico. No había un plan previo ni se
perseguía ninguna finalidad lejana. La vida se copiaba a sí misma y variaba, e
iban surgiendo nuevas formas de vida que se repartían la energía disponible para
sus respectivos crecimientos y reproducciones como buenos competidores.
Cómo pudo un simio social evolucionar hacia el astronauta capaz de
experimentar el gran fiasco puede ser una interesante concatenación de
circunstancias y eventos, con el hilo conductor evolutivo de la descendencia
con modificación, pero no parece algo tan extraordinario, salvo que tengamos
puesto en nuestro cerebro el “piloto automático antropocéntrico”. Ver otros
mundos requiere adoptar otras perspectivas, acaso otra perceptiva. Nuestra
percepción misma es un sofisticado producto de la evolución, puesto que vemos,
oímos, gustamos, olisqueamos y palpamos aquellas cosas que entran dentro de
nuestro nicho ecológico y cognitivo.
Así, nuestro astronauta, no entiende nada de cualquier tipo de vida que no
haya evolucionado como evolucionó la vida en la tierra, y quizás acaso ni
siquiera perciba los aspectos más significativos de ese modo de vida porque no
dispone del mecanismo de percepción adaptado, adecuado a las circunstancias.
La vida es algo frágil. Para empezar va contra la entropía. Es como un
barco que hiciera aguas y del que permanentemente hubiera que estar sacando
cubos y más cubos para que no se hundiera en las profundidades del piélago del
caos.
Pero no hay que pensar demasiado en ello. Nuestras células y nuestros
sistemas fisiológicos, e incluso nuestro cerebro inconsciente, que es muy
consciente a su manera de su función, están perfectamente adaptados para salvarnos
cada segundo de caer en la nada definitiva. Mientras nuestro cuerpo cumpla con
sus funciones podemos dedicarnos a pensar cosas, y a jugar con nuestras
emociones, para solucionar problemas de supervivencia en el medio ecológico y
en el medio social humano. Y si además contamos con el sólido cimiento de eso
que se ha dado en llamar Civilización, y una bien definida y establecida
cultura material genera para nosotros millones de cosas que nos hacen la lucha
por la vida mucho más fácil, realmente podemos entregarnos a auténticas juergas
mentales y pensar en teoremas matemáticos o escribir obras literarias llenas de
personajes con profundas y complejas historias y pensamientos en sus vidas
ficticias.
Se puede comprender que la cultura, entendida como esas manifestaciones de la
mente humana en una civilización avanzada - con expresiones tales como la Novena Sinfonía de Beethoven o el
Cuadro de las Meninas de Velázquez, o poniéndonos más de actualidad, el
argumento, la puesta en escena e interpretación de la serie Breaking Bad – no es
más que algo que nos podemos permitir porque detrás de ello, o por debajo, están
una cultura material, unos sistemas de relación social complejos y una regulación
homeostática finamente ajustada. También, por supuesto, y de telón de fondo
evolutivo, un medio ambiente ecológico que todavía es capaz de mantener la vida
en la tierra, aunque desconocemos por cuanto tiempo.
Los seres humanos somos animales juguetones y traviesos, en ocasiones
perversos e indiferentes, pero en cualquier caso somos lo que somos, y nuestra
evolución nos ha llevado a este punto de grandes dominadores del medio, de
especie hegemónica e la Tierra ,
al menos sobre el papel (en el que solamente sabemos escribir nosotros).
Pero al igual que un científico tímido dedicado a la enseñanza en un
instituto puede convertirse en el mayor traficante de cristal de Estados Unidos
–en la serie Breaking Bad arriba mencionada- tras una serie de desafortunadas
circunstancias, la especie humana puede echarse a perder, destruyendo desde
dentro la Civilización
que ella misma ha levantado.
Como decíamos la vida es algo frágil. La sociedad humana es también frágil.
Y el final, que puede resultarnos acaso inconcebible tan rodeados que estamos
de tecnología y talento y tan pagados que estamos de nuestros propios méritos,
que hasta nos llamamos Homo sapiens, podría
estar a la vuelta de la siguiente esquina, o después del próximo telediario.
Piénsenlo. Bastaría un buen apagón eléctrico para que estuviéramos a nada
de volver atrás en la civilización cientos de años. No sería fácil remontar,
como puede ingenuamente creerse, porque aunque dispusiésemos de viejos métodos
para vivir sin electricidad no podrían ni remotamente servirnos para el
aprovechamiento de los recursos a escala masiva y planetaria que esta permite. Dejar
a casi diez mil millones de personas sin luz sería casi asegurar un genocidio.
Un científico inglés, astrobiólogo para más señas (de vida), ha escrutado
el rostro poco amable de un escenario apocalíptico devolviéndole una sonrisa. ¡Vale,
de acuerdo! Habrá revueltas, habrá matanzas, hambrunas, gente corriendo y
gimiendo, un caos, un auténtico Apocalipsis. Se formarán hordas. Los que tengan
la fuerza requerida para estas terribles circunstancias, así como un poco de
suerte, acapararán recursos y los distribuirán según entiendan que deben
hacerlo, llevándose la mejor parte. Bien, seguramente. Pero ¿es posible esperar
un mañana tras el colapso? ¿será capaz la humanidad superviviente de ir más allá
del agotamiento de los escasos recursos aún aprovechables tras la catástrofe, y
generar, poco a poco, con paso lento pero seguro, un armazón de sociedad organizada
y colaborativa que extraiga de la tierra los recursos para sobrevivir y crear
poco a poco cultura material para sustentarse, primero, y para vivir mejor
después?
Lewis Dartnell ha condensado en un libro un saber enciclopédico de aquellas
cosas que debiéramos conocer en caso de que tuviésemos que empezar de nuevo, y
no precisamente tras una ruptura sentimental, sino después del colapso de la
civilización que nos da soporte vital sin que apenas reparemos en ello. Su obra
se titula, en su idioma The Knowledge, un título más que ajustado y apropiado
para el asunto que aborda. En castellano la editorial que lo ha publicado le ha
buscado un título más llamativo, acaso, pero también bastante preciso: Abrir enCaso de Apocalipsis.
Yo me agencié una copia en papel. Lo tendré a mano, por si acaso. Nunca se
sabe lo que pude llegar a suceder.
Agradecemos al Profesor Dartnell su amabilidad al responder a nuestras
preguntas.
En inglés:
1.-The astrobiologist Carl
Sagan said that extraordinary claims require extraordinary evidence. What could we say
about the improbability of the extraordinary phenomenon called life and the
improbability of that extraordinary phenomenon called consciousness in an extraordinarily
large and mysterious universe?
It's true that we don't yet
have any evidence at all for the existence of life beyond the Earth. So in a
sense, my field of research - astrobiology - is a science that doesn't yet know
if its subject matter even exists. But black holes, microbes, and gravity waves
were also postulated before any observational evidence for them was discovered.
Astrobiology as a field of science is all about trying to understand as much as
we can about the origins and limits of life on Earth, whether the conditions on
other worlds are potentially habitable for life, and devising means and methods
for detecting extraterrestrial organisms. Astrobiology is therefore a deeply
'interdisciplinary' field of science, combining elements of microbiology,
biochemistry, geology, physics and astronomy, and robotics for remote
exploration.
As we search for so-called
'biosignatures' of life on the other planets and moons in our solar system, or
in the atmospheres of extrasolar Earth-like planets, we will of course have to
build up a rigorous and robust case before we can make any announcement about
having found alien life. This would need to involve repeated independent
measurements and separate lines of evidence from different instruments or
analytic techniques, all corroborating each other, before we could be confident
of having found signs of extant or extinct life on another world.
2.-The better we have tamed the ecological environment as species, the most
vulnerable we have become as individuals. To enjoy the advantages of the
division of labor, and technological and social complexity we must pay the
price of ignorance about how to obtain resources and save our skins in the
natural environment. Could we say that in our species we start being adapted to
ecological systems to end being adapted to the social systems we ourselves have
created? Could it be the extinction the risk to pay for this specialization?
My primary field of research
is astrobiology, and I've published a popular science book introducing this
exciting exploration to the general reader, 'Life in the Universe: A Beginner'sGuide'. My most recent book, 'The Knowledge: How to Rebuild our World fromScratch', or "Abrir en Caso de Apocalipsis" in the Spanish
translation, is about something completely different. It is a grand thought
experiment on how you could go about rebooting civilisation itself, if you ever
needed to. Of course, I don't really believe the world is about to end, but I
think that the notion of the apocalypse, and the loss of all that we take for
granted in our everyday lives, is a really good way of exploring the
behind-the-scenes fundamentals of how our modern civilisation works, and how we
progressed and developed over the centuries of history. What key knowledge
would you need to not only survive in the immediate post-apocalyptic aftermath,
but avert another Dark Ages and accelerate the rebooting of civilisation from
scratch?
One of the topics I explore in
the book, as you say, is how in the developed world we have become increasingly
dependent on civilisation as a life-support system -- as individuals we have
lost a lot of our ancestors survival skills and practical know-how. How many of
us actually grow our own food, or make our own clothes or tools anymore, rather
than just buying them from a shop on the high-street, and simply throwing them
away if they break. This interdependency of all of us within society is of
course a natural feature of the division of labour - the only reason our
society has become so fantastically productive and efficient is because each of
us has a very specific role to play, and we never learn each other's skill
sets.
But a flip-side of this
specialisation and incredible degree of interdependence in modern civilisation is
that if anything catastrophic ever were to occur, and society collapsed, many
of us would be at a loss of how to go back to the basics to provide for
ourselves. And it is this fascinating area that I have explored in 'The
Knowledge'
3.-Professor Stephen Emmott has posed a doomsday scenario a little
different from the usual fashionable (for example in TV serials): In his view
of doomsday we would reach a point of no return through the unsustainable
exploitation of natural resources with modern agriculture and modern cattle
rising combined with the exponential growing of population. Somehow he retakes
Malthusianism. The remarkable thing about his approach is that it has been our
technological and economic development, our civilizational development which
has led us to this fragile present. All creations of human intelligence and
culture happen to be, in a sense, double-edged swords. Are the seeds of our
destruction inside our Promethean growth?
As a species, humanity
certainly is starting to stress the natural environment that ultimately
supports us. We are allowing our pollution to cause eutrophication of rivers
and dead-zones in coastal areas, to overload the atmosphere with carbon dioxide
to cause global warming and acidify the oceans. We are over-exploiting natural
resources and degrading the landscape. Many of these problems stem from the
burgeoning population of humans and the growing amount of resources each of us
are consuming, and in particular the agriculture of crops and cattle to feed
us. I think we are at something of a crunch-point in history right now,
and the decisions we collectively make this generation will have very
long-reaching implications. Having said that, I'm not morosely pessimistic, and
I believe that we will be able to find the solutions to these many challenges,
if only we put our minds to it. One of the lessons of 'The Knowledge' is just
how ingenious and resourceful humanity has been in solving problems through
history. I certainly don't think we're necessarily doomed, but we are going to
have to make some tough decisions, and all of us make certain changes to our
lives. The development of civilisation and advancement of technology are not
inherently bad, but they must be carefully managed as we are now having global
effects on our home planet.
4.-The Documentary The World Without Us shows how the world probably would
be if suddenly all humans disappear completely. You don’t go so far in your
book, but anyhow you suggest that the number of humans who would survive a
major catastrophe could be decisive to recommence a new civilization and how it
would be possible to recommence. How much manpower would we need to form a
cohort with a good chance of survival?
In The Knowledge I avoid
specifying any particular kind of apocalypse -- the lessons in the book would
be important in any scenario for trying to recover -- or indeed how many people
happen to be left. These are all details that of course would have an effect on
the eventual outcome, but are not important in the overall discussion. But you
can also turn to history to get a pretty good idea of how many post-apocalyptic
survivors would be required to begin repopulating safely -- i.e. what sized
community contains enough genetic diversity. Studies on the DNA of indigenous
populations in North America and New Zealand suggest that a
population of a few hundred men and women ought to be ok. But with such a small
population you would risk sliding back to a hunter-gather existence - you need
a certain number of people to reliably keep agriculture going and other skills
and crafts. So I pick as a starting point for the thought experiment in The
Knowledge of a peaceful, collaborative community of say 10,000 people.
5.-What devices would you recommend to keep in our suitcases if we were
travelers who were going to shipwreck on a desert island?
I thought long and hard while
I was researching and writing The Knowledge about what items would be most
useful if you did ever had to start civilisation again from scratch -- whether
that's in a post-apocalyptic world, or shipwrecked on a desert island like
Robinson Crusoe, or perhaps even fallen through a time-warp to the year 10,000
BC. Clearly certain things would be immediately useful for survival - a good
knife, axe, first aid kit, water purification tablets, fire-starting kit, and
so on. But what would you need not just to survive, but to help accelerate the
building of a comfortable and capable society? In the book I talk about the
recipe for making glass from scratch (you can actually get the three major
ingredients from the beach on your desert island!), or constructing a simple
machine tool such as the lathe, or smelting metal for tools. Because you can
use all of these _together_ to start making everything else that you need. And
of course, I would recommend that you keep a copy of The Knowledge with you at
all times, perhaps stored on a Kindle (with a few other books full of practical
information) and with a solar panel so you can keep the battery recharged
without mains electricity!
6.-Is it reasonably expectable us to colonize space before it drops the
sword of Damocles of extinction on our heads?
I don't think that a few
select people escaping into outer space is the answer to the current situation
we find ourselves in -- colonising Mars, for example, would never present a
solution to the problems still encountered for the masses left at home on
Earth. But there are very good reasons to start founding self-sufficient
colonies (with all of the tools and knowledge they need to provide for
themselves, as I explain in the book) on other planets so that if,
heaven-forbid, the Earth were to be struck by some global catastrophe, such as
an asteroid impact, then we wouldn't be wiped out as a species. The independent
colonies would live-on, and may one day then recolonise the Earth once the
environment has re-stabalised. This is the idea about not keeping all of our
eggs in the one planetary basket. We might anticipate being able to start these
self-sufficient colonies (perhaps on Mars) within the coming century, and so
hopefully we won't have wiped ourselves out by then.
7.-What are you working on now?
I’m continuing to work hard on
my astrobiology research programme, and understanding what signs of bacterial
life we might be able to detect on the surface of Mars. I’ve also begun work on
my fourth popular science book….
En castellano:
1.-El astrobiólogo Carl Sagan dijo que las
afirmaciones extraordinarias requieren pruebas extraordinarias. ¿Qué podríamos
decir de la improbabilidad del extraordinario fenómeno llamado vida y del
extraordinario fenómeno llamado conciencia en un universo extraordinariamente
grande y misterioso?
Es cierto que
todavía no disponemos de evidencia alguna de existencia de vida extraterrestre.
Por lo que en cierto sentido mi campo de investigación –que
es la astrobiología - es una ciencia cuyo objeto todavía desconocemos si existe.
Pero cosas tales como los agujeros negros, los microbios o las ondas gravitacionales
fueron teóricamente postulados antes de que se descubriera alguna evidencia
observable de los mismos.
La Astrobiología
como campo científico tiene mucho que ver con los intentos de entender en la
medida de lo posible lo referente a los orígenes y los límites de la vida en la
Tierra, así como saber qué condiciones harían potencialmente habitables otros
mundos y diseñar medios y métodos para detectar organismos extraterrestres. Se
puede decir por tanto que la Astrobiología es un campo científico esencialmente
“interdisciplinario”, que combina fundamentos de microbiología, bioquímica,
geología, física y astronomía, así como robótica
para la exploración a distancia. Mientras buscamos las conocidas como
"biofirmas 'de la vida en los planetas y lunas de nuestro sistema solar, o en las
atmósferas de exoplanetas similares a la Tierra, sin duda tendremos que
presentar evidencias rigurosas y sólidas antes de que podamos anunciar que
hemos encontrado vida extraterrestre. Antes de que pudiéramos estar seguros de
haber encontrado signos de vida presente o extinta en otros mundos se
requerirían mediciones independientes repetidas y pruebas provenientes de
diferentes vías, realizadas con distintos instrumentos y técnicas analíticas, de
forma que todas ellas se corroborasen entre sí.
2.-Cuanto mejor hemos logrado dominar, como especie,
nuestro entorno ecológico, más vulnerables nos hemos vueltos como individuos.
Para poder disfrutar de las ventajas de la división del trabajo, y de la
complejidad tecnológica y social hemos tenido que pagar el precio de la
ignorancia sobre cómo obtener recursos y salvar el pellejo en el medio natural.
¿Podríamos decir que comenzamos nuestra
andadura como especie adaptándonos a los sistemas ecológicos para terminar
adaptándonos a los sistemas sociales que nosotros mismos hemos ido creando?
¿Podría ser la extinción el riesgo asumido por esta especialización?
Mi campo de
investigación principal es la astrobiología, y para introducir al lector
general a esta apasionante exploración he escrito un libro de divulgación
titulado ''Lifein the Universe: A Beginner's Guide'.
Más recientemente he escrito 'The Knowledge: How to Rebuild our World fromScratch', o "Abrir en Caso de Apocalipsis" en la traducción española, que trata sobre algo por
completo diferente. Consiste en un gran experimento
mental sobre el modo en que podría reconstruirse la civilización por sí misma,
si fuera necesario. Por supuesto no creo
que realmente el mundo esté a punto de acabarse, pero me parece que la noción
del apocalipsis, con la pérdida de todo lo que damos por sentado en nuestra
vida cotidiana, es una muy buena forma de explorar entre bastidores los
fundamentos de cómo funciona nuestra civilización moderna, y cómo hemos
progresado y nos hemos desarrollado a lo largo de los siglos de nuestra
historia. ¿Cuáles serían los conocimientos clave que necesitaríamos no sólo para
sobrevivir a los escenarios post-apocalípticos inmediatos, sino para poder
evitar una nueva edad oscura y acelerar la reconstrucción de la civilización
desde cero?
Como usted dice, uno
de los temas que abordo en el libro es como nos hemos vuelto cada vez más
dependientes en el mundo desarrollado de la civilización como un sistema de
soporte vital - como individuos hemos perdido gran parte de las habilidades de
supervivencia y de los conocimientos prácticos de nuestros ancestros. ¿Realmente cuántos de nosotros seguimos
cultivando nuestro propio alimento, o fabricando nuestra propia ropa y
herramientas, en vez de comprarlo todo en una tienda calle arriba, y después simplemente
tirando todo lo que se rompa a la basura? La interdependencia que existe entre
todos nosotros dentro de la sociedad es, por supuesto, una característica
natural de la división del trabajo - la única razón por la cual nuestra
sociedad ha llegado a ser tan increíblemente productiva y eficiente es porque
cada uno de nosotros tiene un rol muy específico que desempeñar, y en
consecuencia nunca aprendemos el conjunto de habilidades de los demás.
Pero la otra cara de esta especialización y del increíble
grado de interdependencia de la civilización moderna es que si algo
catastrófico llegara a suceder, y la sociedad se derrumbase, muchos de nosotros
estaríamos en la calamitosa situación de tener que volver a lo esencial para
proveernos a nosotros mismos. Y esta es el fascinante escenario que he
explorado en “Abrir en Caso de Apocalipsis”.
3.-El profesor Stephen Emmott ha planteado un escenario del fin del mundo un poco diferente del habitual en boga (por ejemplo, el que puede verse en las series de televisión): En su hipótesis sobre el fin del mundo llegaríamos a un punto de no retorno a través de la explotación insostenible de los recursos naturales con la agricultura y la ganadería modernas combinados con el crecimiento exponencial de la población. De algún modo retoma el maltusianismo. Lo notable de este enfoque es que han sido nuestros desarrollos tecnológico y económico, el desarrollo de nuestra civilización, el que nos ha llevado a este frágil presente. Todas las obras de la inteligencia humana y de la cultura resultan ser, en cierto sentido, armas de doble filo. ¿Están las semillas de la destrucción dentro de nuestro crecimiento prometéico?
Los seres humanos, como especie, estamos empezando a tensar al medio ambiente que en última instancia es nuestro soporte. Estamos dejando que nuestra contaminación de origen a la eutrofización en los ríos y a zonas muertas en las áreas costeras, que sobrecargue la atmósfera con el dióxido de carbono que causa el calentamiento global y la acidificación de los océanos. Estamos sobreexplotando los recursos naturales y degradando los paisajes.
Muchos de estos
problemas se derivan del crecimiento poblacional humano y de la creciente
cantidad de recursos de cada uno de nosotros consume, en particular los recursos
alimentarios provenientes del ganado y de los cultivos agrícolas. Diría que a día de hoy nos encontramos ante
algo así como un momento crucial de la historia, en el que las decisiones
colectivas que tome nuestra generación tendrán implicaciones de muy largo
alcance. Aún diciendo esto, no me
considero un pesimista malhumorado, y creo que seremos capaces de encontrar
soluciones para esta multiplicidad de desafíos con sólo poner a trabajar nuestra
mente en ello.
Una de las
enseñanzas que pueden extraerse de "Abrir en Caso de Apocalipsis” es
simplemente que el ingenio y las capacidades humanas han servido para
solucionar problemas a lo largo de la historia. Ciertamente no creo que estemos
necesariamente condenados, pero sí que vamos a tener que tomar algunas
decisiones difíciles que harán que todos nosotros debamos realizar ciertos
cambios en nuestras vidas. El desarrollo de la civilización y el progreso
tecnológico no son intrínsecamente malos, pero deben manejarse con cautela
ahora que se están produciendo efectos de carácter global en el planeta que es
nuestro hogar.
4.-El Documental El mundo sin nosotros nos muestra
cómo sería probablemente un mundo en el que de repente todos los seres humanos
hubieran desaparecido. Usted no se aventura tan lejos en su libro,
pero en cualquier caso sugiere que el número de seres humanos que sobrevivieran
a una catástrofe de grandes proporciones podría ser decisivo para reconstruir
de nuevo la civilización y para que fuese posible empezar de nuevo. ¿Qué número de efectivos necesitaríamos
para formar una cohorte con buenas oportunidades de supervivencia?
En “Abrir en Caso de Apocalipsis” evito especificar cualquier tipo concreto de apocalipsis - las indicaciones del libro serían importantes en cualquier escenario en el que tratáramos de iniciar la recuperación - e incluso cuanta gente pudiese quedar. Estos son todos detalles que, por supuesto, tendrían sus efectos en el eventual curso de las cosas, pero que tienen escasa importancia en el planteamiento general. Pero puede recurrir a la historia para hacerse una idea bastante aproximada del número de supervivientes post-apocalípticos que harían falta para comenzar con cierta seguridad la repoblación- es decir, de qué tamaño tendría que ser una comunidad para contener la suficiente diversidad genética. Los estudios del ADN de las poblaciones indígenas de América del Norte y de Nueva Zelanda sugieren que una población de unos pocos cientos de hombres y mujeres serían suficientes. Pero con una población tan pequeña nos arriesgaríamos a volver nuevamente a una existencia de cazadores-recolectores – Sería preciso un cierto número de personas para mantener de forma fiable y viable la producción agraria así como la artesanía y otras cualificaciones. Por eso, en el experimento mental de “Abrir en Caso de Apocalipsis”, tomo como punto de partida para una comunidad pacífica y colaborativa un número de, digamos, 10.000 personas.
En “Abrir en Caso de Apocalipsis” evito especificar cualquier tipo concreto de apocalipsis - las indicaciones del libro serían importantes en cualquier escenario en el que tratáramos de iniciar la recuperación - e incluso cuanta gente pudiese quedar. Estos son todos detalles que, por supuesto, tendrían sus efectos en el eventual curso de las cosas, pero que tienen escasa importancia en el planteamiento general. Pero puede recurrir a la historia para hacerse una idea bastante aproximada del número de supervivientes post-apocalípticos que harían falta para comenzar con cierta seguridad la repoblación- es decir, de qué tamaño tendría que ser una comunidad para contener la suficiente diversidad genética. Los estudios del ADN de las poblaciones indígenas de América del Norte y de Nueva Zelanda sugieren que una población de unos pocos cientos de hombres y mujeres serían suficientes. Pero con una población tan pequeña nos arriesgaríamos a volver nuevamente a una existencia de cazadores-recolectores – Sería preciso un cierto número de personas para mantener de forma fiable y viable la producción agraria así como la artesanía y otras cualificaciones. Por eso, en el experimento mental de “Abrir en Caso de Apocalipsis”, tomo como punto de partida para una comunidad pacífica y colaborativa un número de, digamos, 10.000 personas.
5.-¿Qué nos recomendaría que metiéramos en nuestras
maletas si fuéramos unos viajeros condenados a naufragar en una isla desierta?
Mientras investigaba y escribía “Abrir en Caso de Apocalipsis” estuve pensando largo y tendido en qué cosas serían de mayor utilidad si se diese la circunstancia de que tuviéramos que comenzar de nuevo desde cero la civilización- ya en un mundo post-apocalíptico, ya en una isla desierta, como Robinson Crusoe, tras un naufragio, o tal vez incluso tras caer por un túnel del tiempo en el año 10.000 antes de Cristo. Claramente algunas cosas serían de inmediata utilidad para la supervivencia – un buen cuchillo, un hacha, un botiquín de primeros auxilios, pastillas para hacer potable el agua, un equipamiento para encender fuego, etc. Pero ¿qué necesitaríamos, no solamente para sobrevivir, sino para poder acelerar el establecimiento de una sociedad apta y acogedora?
Mientras investigaba y escribía “Abrir en Caso de Apocalipsis” estuve pensando largo y tendido en qué cosas serían de mayor utilidad si se diese la circunstancia de que tuviéramos que comenzar de nuevo desde cero la civilización- ya en un mundo post-apocalíptico, ya en una isla desierta, como Robinson Crusoe, tras un naufragio, o tal vez incluso tras caer por un túnel del tiempo en el año 10.000 antes de Cristo. Claramente algunas cosas serían de inmediata utilidad para la supervivencia – un buen cuchillo, un hacha, un botiquín de primeros auxilios, pastillas para hacer potable el agua, un equipamiento para encender fuego, etc. Pero ¿qué necesitaríamos, no solamente para sobrevivir, sino para poder acelerar el establecimiento de una sociedad apta y acogedora?
En el libro explico
la receta para fabricar vidrio desde cero (¡realmente pueden obtenerse los tres
ingredientes principales se puede
conseguir los tres ingredientes principales en la playa de su isla desierta!),
o para construir un artefacto sencillo como el torno, o para fundir metales
para hacer herramientas. Porque a partir
de esas cosas juntas uno puede empezar a hacer todo lo demás que necesite. Por supuesto recomendaría que tuviera con
usted una copia de “Abrir en Caso de Apocalipsis” en todo momento, acaso guardada
en un Kindle (junto con otros libros repletos de información práctica), pero
con un panel solar para poder mantener la batería siempre cargada…¡sin red eléctrica!
6.-¿Es razonable esperar que seamos capaces de colonizar
el espacio antes de que la espada de Damocles de la extinción caiga sobre
nuestras cabezas?
No me parece que el que un grupo de personas elegidas pudiese escapar hacia el espacio exterior sea la respuesta a la situación en la que nos encontramos en la actualidad – colonizar Marte, por ejemplo, nunca supondría una solución a los problemas que tendrían que afrontar las masas que permaneciesen en sus casas enla Tierra.
No me parece que el que un grupo de personas elegidas pudiese escapar hacia el espacio exterior sea la respuesta a la situación en la que nos encontramos en la actualidad – colonizar Marte, por ejemplo, nunca supondría una solución a los problemas que tendrían que afrontar las masas que permaneciesen en sus casas en
Pero existen muy buenas razones para fundar colonias autosuficientes en
otros planetas (que dispusiesen de todas las herramientas y conocimientos que
necesitaran para mantenerse por sí mismos, como señalo en el libro) de modo que
si, el cielo no lo quiera, la
Tierra fuera a ser sacudida por una catástrofe global, como
por ejemplo un impacto de asteroide, nuestra especie no se extinguiría. Las colonias independientes continuarían la vida, y entonces,
quizás algún día, podrían recolonizar la Tierra , una vez el medio ambiente se hubiera estabilizado.
La idea es no mantener todos los huevos
en la misma cesta planetaria. Quizás podríamos establecer estas colonias
autosuficientes (tal vez en Marte) a lo largo del próximo siglo, así que espero
que no nos hayamos quitado a nosotros mismos de en medio para entonces.
7.-¿En qué está trabajando en estos momentos?
Continúo trabajando duro en mi programa de investigación de astrobiología, y entendiendo cuáles son los signos de vida bacteriana que podríamos ser capaces de detectar en la superficie de Marte. Además he empezado a trabajar en mi cuarto libro de divulgación científica ....
Continúo trabajando duro en mi programa de investigación de astrobiología, y entendiendo cuáles son los signos de vida bacteriana que podríamos ser capaces de detectar en la superficie de Marte. Además he empezado a trabajar en mi cuarto libro de divulgación científica ....
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