Como sé que me voy a enrollar como una persiana, primero paso a enunciar algunas razones que claramente llevan a cualquier liberal, en el sentido más radical, a aceptar una moral individual conservadora para si mismo y al mismo tiempo, a promocionar por medios privados, no coercitivos, esta misma moral entre los demás. Después daré rienda suelta a toda mi barroca imaginación discursiva que no es mucha, pero que para el lector con prisas le puede marear:
Las razones son las siguientes:
1) Es inevitable la relación entre libertad individual y responsabilidad individual. Esta relación, lleva a valores conservadores en el ámbito de las relaciones con los demás, como son, por ejemplo: la fiabilidad, autoexigencia, previsión credibilidad, compromiso, cumplir la palabra dada etc.
2) Hay una relación liberalismo-conservadurismo evidente que lleva a la conservación de valores tradicionales cualesquiera debido a la simple falta de conocimiento en muchos campos. En particular, acerca de la naturaleza humana. Esta falta de conocimiento implica, para los que creemos , como liberales, en el orden espontáneo, la aceptación de la tradición como reglas efectivas de conducta que han resultado exitosas en el pasado por un proceso de selección en el que las ideas morales forman parte también de un mercado. La psicología en su rama evolucionista y la teoría de juegos están descubriendo la razón teórica de muchas prácticas morales conservadoras y de hecho mi blog está dedicado en parte a la difusión de este hecho. La soberbia de la Razón conduce al atrevimiento de la ignorancia. Y fué precisamente esa soberbia la que llevó a las matanzas de la parte radical de la revolución francesa y, en general, a todas las revoluciones y matanzas en honor de la diosa Razón secuestrada por el fanatismo (véase Izquierda). Es mejor dejar ir las cosas mientras no se conozca como funcionan. Y más si creemos en el liberalismo y en la no intervención.
3) Por otro lado, hay una tercera razón de los liberales para aceptar cierto conservadurismo: el tejido social de instituciones formales e informales que posibilitan los intercambios voluntarios del capitalismo sufre de una manera grave con cualquier cambio que pueda afectar a la base de dichas instituciones. No hay nada mas apetecible para un izquierdista que la quiebra del sistema de intercambio capitalista por medio de la difusión de la incertidumbre al cuestionar las raíces de una determinada sociedad y hacer plausible la posibilidad de cambios bruscos. Ellos lo saben bien y lo estamos viendo desde hace un siglo.
Hasta ahí los tres puntos, ahora la discusión:
Aunque creo que los tres puntos se autoexplican, respecto al primero, la misma noción de responsabilidad individual es ya, de por sí, conservadora. El hecho de que la libertad/responsabilidad en un mercado abierto de libre colaboración y libre competencia (otro par de conceptos indisolubles) lleva, para una tarea dada, a la elección-discriminación (otro) de los que mejores perspectivas tienen para realizar una mejor colaboración con uno mismo. Sin ninguna duda, para colaborar con nosotros siempre preferimos a aquellos que tienen determinadas características morales: aquellos que muestran fiabilidad, previsión, credibilidad, compromiso, cumplen de la palabra dada y, en el fondo, son autoexigentes consigo mismos.
Todos estos valores incrementan el valor personal ante los demás de cara a establecer relaciones provechosas en el ámbito de la libre colaboración, libre competencia o como quiera llamarse. Asimismo, estos valores disminuyen el nivel de coerción que necesita la sociedad para evitar el fraude y la violencia, por ejemplo, evitando la necesidad de contratos detallados e incluso evitando la necesidad del propio contrato escrito. tambien disminuyen la necesidad de recurrir a la justicia y el arbitraje en ciertas actividades rutinarias, lo cual agiliza , creo que de forma extrema, la eficiencia del capitalismo.
Por tanto, estos valores conservadores son positivos de cara al individuo y a la sociedad. y también por tanto, todo liberal por propio interés personal difundirá y querrá para si estos valores. Sin embargo estos valores nunca se pueden extender por si misma de forma coercitiva ya que por varias razones, resulta contraproducente: Entre otras razones, la coerción para la aceptación de valores morales es un contrasentido, excepto cuando la personalidad está formándose. Tampoco es necesario: El mismo mecanismo de intercambios voluntarios hace ver a los demás las ventajas de adoptar dichos valores como propios, habida cuenta del castigo que supone el ser rechazado por los demás para los intercambios voluntarios. El estado de derecho solamente tiene que mantener a los individuos libres de coacción por parte de otros para hacer de la libre colaboración/libre competencia como la alternativa con el mejor coste/beneficio para todo individuo.
Con respecto al segundo punto, Hayek habló de ello, creo que en "camino de servidumbre". Este segundo punto apela a las razones subyacentes que guían las conductas de los individuos, pero que aún no se conocen. dichas cuestiones desconocidas, en las interacciones entre los individuos llevan a unos equilibrios que la tradición sanciona.
Dichos equilibrios responden a un mercado en el que cada uno expone sus aspiraciones acerca de lo que los demás pueden hacer en su propio beneficio y a cambio se expone lo que cada uno es capaz de dar en respuesta a estas aspiraciones. Estos deseos y estas ofertas no son solo económicas, e incluso no solo materiales sino "espirituales". Es decir, como hemos visto antes, no solo esperamos dinero o esfuerzo de los demás, sino también fiabilidad, respeto a los compromisos etc, de lo cual surge la necesidad de dar y ofrecer los valores expresados en el primer punto. Pero estos mencionados valores obedecen a razones conocidas. Bien, de la misma forma, si en el equilibrio se han llegado a otros valores: fidelidad sexual, monogamia etc en en el contexto de una sociedad, como es la occidental más libre que otras sociedades, entonces es de presumir, ante la falta de cualquier otra información, que dichos valores son positivos y merecedores de hacerlos propios y de difundirlos privadamente para progresar hacia una sociedad más libre aún. Por supuesto sin imponerlos oficialmente.
Todo esto enraiza en la misma naturaleza humana. Bien. hay que decir que estas razones que subyacen a determinadas conductas individuales dentro de lo que llamamos moral y que aparentemente no tienen explicación racional objetiva, y que normalmente se han atribuido a cuestiones irracionales o "culturales" y por tanto arbitrarias, no son tan irracionales o culturales, sino que obedecen a razones profundas e innatas. La razón por la cual la fidelidad sexual es algo demandado en una unión de pareja, e incluso el por qué la monogamia lleva a una sociedad menos violenta, (y por tanto a una sociedad donde los intercambios voluntarios y por tanto la libertad y la prosperidad florecen) está siendo estudiado por la psicología evolucionista. Y en efecto, para dar un par de ejemplos completamente opuestos de razones subyacentes para un par de prescripciones morales conservadoras, los celos responden a una razón genética no susceptible de ser eliminada culturalmente, y la monogamia, al parecer es en si una coacción cultural sobre la tendencia natural de los hombres a la poligamia, y la poligamia genera sociedades violentas, ya que condena a muchos hombres de las clases más bajas a no tener pareja, lo cual es la situación que produce la actitud más violenta imaginable por parte de un hombre.
Por cierto que la poligamia implícita en la alta proporción de divorcios y casamientos e infidelidades en la sociedad occidental actual puede explicar por si misma el progresivo incremento de la violencia, especialmente entre las clases bajas. Todas las religiones, incluso el Islam, tienden a limitar la poligamia, y por buenas razones.Hay que decir que este análisis sobre la monogámia está en fase de prueba y no está probado estadísticamente, pero es altamente plausible. Hablaré de esto con detalle más adelante.
No solo tradiciones triviales, como el evitar la carne de cerdo tiene una razón profunda. Todas las tradiciones tienen una razón por la que han tenido éxito en el pasado, por la propia definición de tradición. Algunas son innecesarias y engorrosas, e incluso peligrosas hoy en día. Otras son inevitables y no deben ser menospreciadas por el hecho de que se desconozca su razón profunda. Afortunadamente, hay disciplinas emergentes, como la Psicología evolucionista y la Memetica que dan explicaciones claras a hechos morales y tradiciones que no se habían podido imaginar antes.
Respecto al tercer punto, se puede imaginar cómo la ruptura de ciertas costumbres morales afectan a los intercambios voluntarios: El primer punto afecta a cuestiones morales cuya falta deteriora la confianza, que es fundamental para una sociedad basada en el libre intercambio. Las cuestiones del segundo punto afectan a la satisfacción de las mismas bases de la vida individual, con lo que las necesidades de un orden menos importante se verán afectadas de manera determinante.
Pero aún si consideramos cuestiones de moralidad o de costumbres más evidentemente superfluas hoy en día, pero de frecuente práctica, la supresión de éstas puede afectar de varias formas a la convivencia: Por un lado, la supresión arbitraria de estas practicas es, en principio, tan arbitraria como su promoción. Por otro lado, su supresión puede infundir alarma, al suponerse que esa supresión luego se seguirá por otras que si afecten realmente a instituciones necesarias. Finalmente, algunas prácticas cuya razón evidente de su existencia ya no tiene efecto actualmente, han podido encontrar una razón y una utilidad secundaria entonces pero importante ahora, y que permite su pervivencia entre la gente. Su supresión por tanto sería un hecho arbitrario que afectaría seriamente a las instituciones que facilitan la libertad y el libre intercambio.
Como ejemplo, hay tradiciones arbitrarias, pero de utilidad evidente: los coches pueden circular en principio por derecha o izquierda. El hecho de escojer uno de los dos es arbitrario, pero una vez elegido y establecido, el valor de esta costumbre es muy importante. De la misma forma, los límites de una nación pueden ser arbitrariamente establecidos por los accidentes geográficos, las lenguas o las guerras. Pero una vez establecido un estado de derecho que proteje las libertades individuales, cualquier fragmentación es nefasta para la libertad y la coacción acaba por sustituirla. La ampliación del ambito de los intercambios voluntarios, por el contrario. es beneficiosa. El matrimonio tiene varias funciones en las sociedades pequeñas, como por ejemplo, la de servir de anuncio a los demás acerca de la retirada de una persona del mercado de las relaciones personales y como contrato ante los demás invitados, que ejercen como testigos, con con obligaciones implicitas que dichos testigos van a exigir a ambos, referentes a las obligaciones entre ellos mismos y con sus hijos y familiares. En las sociedades urbanas con relaciones anónimas y grupos y amistades de corta duración, el matrimonio aún sirve de contrato entre dos partes y como testigo está el sistema judicial, que exigirá las obligaciones contraactuales que de otra forma hubieran ejercido los invitados en una sociedad rural. En cualquier caso, las instituciones, costumbres y tradiciones se transforman y evolucionan o bien mueren cuando no tienen objeto. La mayor muestra de su utilidad es su misma pervivivenca. En una sociedad libre, no hay razones para estar en contra de una tradición por el hecho de que esta sea la más común o "la más dominante". Al contrario. Eso es un signo de que es útil y de que es una institución importante para la vida en libertad.