miércoles, agosto 01, 2007

Economía del fuego, ó "cómo crear puestos de trabajo para calcinar un país"

Desde luego, cuanta razón tuvo el que dijo que el ser humano intuitivamente desconoce el efecto de los incentivos. Pensemos por un momento en el padre de familia contratado para la prevención y extinción de incendios por el ente autonómico ecologeta preservacionista verde protegeladiversidadbiologicoista. Pensemos que no sabe si el año que viene se le va a contratar. Pensemos que medio pueblo vive de lo mismo. Pensemos, además, que va a cambiar el gobierno autónomo y que no se sabe que presupuesto le van a dar al organismo ecologeta que extingue los incendios.

Usted si está en ese caso, ¿Que haría?. Suponga que ha dejado de labrar porque este trabajo es mas descansado, o bien ese trabajo le da para mandar al hijo a estudiar a la capital. Pues lo que haría usted y yo sería hacer lo posible por asegurarse de que el año que viene el gobierno regional va a gastarse la pasta en el trabajo de prevención que es el que usted hace, porque lo primero es el pan de los hijos. Y como hacer eso? Muy fácil, quemando la extensión mas grande de bosque posible. No en cualquier momento, sino de forma concertada cuando lo hagan los demás de otras zonas de la autonomía, para que los encargados de la extinción no den a basto. A ser posible el día mas ventoso, caliente y seco del verano.

A continuación es seguro que las primeras declaraciones en Septiembre del presidente de turno serán: Este año vamos a dar prioridad a la prevención y contrataremos a mas gente. Los periodistas encantados, la gente encantada, los ecologetas encantados y usted y su familia tendrán el pan para el año que viene bien ganado. Incluso puede que metan además a su sobrino en el negocio del fuego. Fácil de entender el mecanismo ¿no?. Pues no.

Ya hubo una epidemia de incendios cuando se transfirieron las competencias de los montes del ICONA a las comunidades autónomas, que inmediatamente nombraron a bomberos urbanos, los cuales no tenían ni puta idea de lo que es un incendio forestal. En el ICONA mal que menos eran fijos y conocían ya como extinguir y prevenir y lo mejor es que trabajaban poco, pero es que las Autonomías además pensaron que esa era la mejor manera de crear puestos de trabajo y compra de voto para pueblerinos agradecidos. Pero no son tontos los pueblerinos, mas listos que los consejellers/eiros/iños y la recua de ecolojetas que les rondan como moscardones en todas las Autonomías.

Un éxto más del estado de las autonomías. Alguna, como la Galicia de Fraga ya habían aprendido. Ahora, con los cambios de gobierno les toca a los que no. Si hay un delito ahí, el primero es el de los caciques políticos autonómicos y de los frailes greempeacianos de la Santa Ecología.


En fin, que sigan las patochadas periodísticas y los politicastros hablandonos de prevención, prevención y medios y prevención y medios y mas prevención. La clase periodística y la política son dignos merecedores los unos de los otros. Lo mejor que se puede hacer con un incendio es esperar a que se apague, porque los hidroaviones y las brigadas solo sirven para apagar rescoldos inofensivos (creo que sé algo del tema), y la mejor prevención posible, el concienciar a la gente.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

La idea que se me ocurre al respecto es la de tener un cupo fijo de profesionales encargados de apagar el fuego y contratar cuadrillas cuando haga falta mas ayuda, aplicándoles el siguiente criterio: mandarles a trabajar a no menos de X kilómetros de su domicilio y fuera de su comunidad autónoma. Se reduciría el incentivo.

Memetic Warrior dijo...

Mucho mejor sería privatizar todos los montes. Los que arden siempre son los públicos.

Para que no les de un ataque al corazon a los eco-paranoicos, se podrían hacer concesiones a empresas privadas por 60 o 100 años para que lo exploten, ya para madera (como hace la administración con el 99,9% de los montes) o para turismo ecológico conservando la diversidad y bla bla bla.

Anónimo dijo...

Si privatizas los montes tendrías el mismo problema de las cuadrillas que apagan y provocan los fuegos, ¿no?

Podrías explayarte un poco más en la explicación, si tienes tiempo y ganas

Memetic Warrior dijo...

NomeToques:

Tiene que ver también con los incentivos. No se pueden comparar situaciones aparentemente similares sin considerar los incentivos: El Empresario tiene el incentivo de conservar el capital por el que paga o ha pagado, que es el monte, del cual obtine un beneficio a condición de que se conserve. Por tanto cuidará (y de hecho asi ocurre en la empresas) por que a su vez los incentivos de sus trabajadores sea conservar esa capital, por ejemplo, pagando un extra segun el numero de visitas turisticas realizadas al sector del que es encargado cada trabajador, por ejemplo.

Por el contrario, el incentivo principal del político son los votos. Votos que obtine haciendo discursos acerca de la cantidad de dinero de nuestros bolsillos que se va a gastar en prevención, y pagandolos a su vez a unos trabajadores que, agradecidos de esto y temerosos de que si llega otro partido que les despida, votan a este político.

El incentivo de los ecologístas es salir en televisión con unos monos estupendos colgados de una parcarta subida en un pino. También que se hable de ellos y ligar. Pero sobretodo conseguir subvenciones y poder político y mediático.

Memetic Warrior dijo...

En realidad los ecologistas y los politicos no son ni mejores ni peores que los empresarios. todos tenemos los mismos incentivos básicos, pero un empresario solo puede cumplirlos ganando dinero y empezando por cuidar su propiedad.

Y al contrario, mas de uno de los empleados que queman el monte es sinceramente ecologísta, pero los intereses de uno mismo y de la familia son primero. Siempre.

Anónimo dijo...

Dureza.Pero yo he llorado por dentro viendo las islas devastarse. Más no entiendo pero eso sí lo sé.