La revista Nature, en este artículo, plantea un debate acerca de si habría que prohibir los estudios de genética sobre raza, inteligencia, violencia y sexo. En el artículo se recogen diversas opiniones a favor y en contra, y también ha hablado de ello el columnista y autor John Horgan, partidario de prohibir ese tipo de estudios. Los argumentos utilizados son que los datos podrían ser malinterpretados, malutilizados, y se menciona el fantasma de la eugenesia. Aunque el tema tabú que se juzga aquí es el de la Genética de la Conducta, estamos ante un problema más general que es el de que una ideología, sea política o religiosa, o simplemente lo políticamente correcto, decida lo que la ciencia puede o no puede investigar, un tema muy serio.
Creo que estamos cayendo aquí en la llamada falacia moralista, estupendamente explicada en este artículo de la Revolución Naturalista: “no existen diferencias naturales entre grupos humanos, debido a que es ideológica o moralmente deseable asumir que todos los seres humanos son iguales”. Es decir, como política o moralmente asumimos que todos los hombres y mujeres somos iguales y tenemos los mismos derechos, tenemos que concluir obligatoriamente que todos los hombres y mujeres son “físicamente iguales”, es decir, todos somos igual de inteligentes, de altos y de guapos, y que no hay diferencias entre nosostros. Cualquier diferencia que encontremos es sospechosa. Es evidente que es un argumento falaz y que estamos mezclando churras con merinas. Son dos planos diferentes, el natural y el moral.
Si nos dejamos llevar de esta lógica de que lo políticamente correcto marque la agenda científica, la ciencia no debería haber investigado la posición de la Tierra en el Sistema Solar, porque era algo que molestaba e incomodaba a la Iglesia y a los astrónomos de su tiempo. Tampoco se debería haber investigado la circulación de la sangre, o haber realizado disecciones anatómicas, etc., etc., etc. Creo que estaríamos todos cayendo en el mismo error del Lysenkoismo, y el estalinismo, de prohibir la Genética en la U.R.S.S. porque no casaba con la ideología socialista.
Afortunadamente, en el mismo artículo de Nature se realiza una encuesta sobre cada uno de los apartados, donde podéis votar y ver los resultados, y la mayoría de los lectores son contrarios a la prohibición. Parece que los lectores son capaces de distinguir esos dos planos.
@pitiklinov en Twitter
3 comentarios:
Leyendo su post, no se sabe muy bien si Horgan está a favor de prohibir los estudios que enlazan la genética con la raza o la inteligencia 1) porque el asunto es complejo y difícil (efectivamente puede ser complicado establecer los canales genéticos de rasgos tan complejos) o 2) porque, a priori, está mal investigar estas cosas. Esta posición recuerda a la de aquel papa del siglo XX que desaconsejaba públicamente que los cosmólogos investigaran el difícil asunto de que pasaba antes del Big Bang, porque eso sería interferir con los planes divinos. Bizarro.
sí, tienes razón, parece que dice un poco las dos cosas, que la Genética de Conducta no vale para nada y no ha descubierto nada, pero también que puede exacerbar la discriminación.
En otro post previo, al que él mismo enlaza, entra en múltiples contradicciones y termina con varias aclaraciones y reaclaraciones. Una postura muy difícil de mantener la suya, y poco rigurosa
http://blogs.scientificamerican.com/cross-check/2013/05/16/should-research-on-race-and-iq-be-banned/
La ciencia nos debe ayudar a superar los prejuicios y los temores. Ahora algunos temen que pueda revelar superioridades e inferioridades, pero la realidad es, como dice Eduardo, compleja y difícil, y, si se deja que se investigue rigurosamente se descubrirá pronto, estoy seguro de ello, que nuestras ideas sobre todos estos asuntos eran simplistas y que no contemplaban matices y aspectos relevantes que abrirían nuevas perspectivas a la investigación que ahora ni siquiera imaginamos. A mi la palabra tabú me suena a tribu, y a pensamiento mágico de tribu. Entiendo que aún seamos tribales, de alguna manera, pero deberíamos tratar al menos de intentar contemplar las cosas desde una perspectiva más amplia.
Los estudios que busquen la confirmación de prejuicios deberían ser eliminados en una selección natural científica por aquellos que buscan desvelar los hechos, que tienden a destruirlos.
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