sábado, mayo 23, 2020

Ni vivos ni muertos (entrevista a José Antonio López-Guerrero)

José Antonio López-Guerrero

¿Qué es la vida? se preguntaba el físico teórico Erwin Schrödinger durante las famosas conferencias que impartió en 1943 en el Trinity College de Dublín sobre el particular, y que luego se convirtieron en libro de obligada lectura.

Siendo una pregunta sencilla y que acude fácilmente a nuestra mente curiosa, su respuesta dista mucho de ser unívoca. 

En el límite inferior, al menos en cuanto a tamaño y funciones se refiere, de lo que llamamos "vida", se hallan unas moléculas orgánicas complejas denominadas virus, que cumplen con algunos de los requisitos de lo que consideraríamos viviente, y no otros. El primero el material del que están hechas: proteínas y ácidos nucléicos (y azúcares y lípidos), y otro muy importante su capacidad de replicarse...aunque no de autorreplicarse. Requieren de seres enteramente reconocibles como vivos para su replicación. Son, los virus, el máximo exponente reducido a la mínima expresión de lo que se conocen como parásitos obligados.

Los parásitos son ubicuos. Allá donde haya un ser vivo casi se puede asegurar la presencia de uno o más parásitos que se han adaptado a vivir a su costa. Son, los parásitos, la forma de vida probablemente más numerosa de la tierra. 

Volviendo sobre la pregunta de Erwin Schrödinger o, más específicamente, sobre la tentativa de respuesta que dio, la vida es un fenómeno termodinámico, de hecho un desafío constante a la tendencia de la materia hacia el caos. Los flujos de energía entre los seres vivos pueden ser de muchos tipos y, desde luego, no necesariamente bidireccionales: el caso más destacables de unidireccionalidad serían los parásitos, que toman literalmente la energía que necesitan para sus propios procesos vitales de sus hospedadores obligados, de sus víctimas, cuyos procesos biológicos han sido parcial o totalmente secuestrados. Y en el extremo, como decíamos, están los virus, que son los parásitos que secuestran los procesos metabólicos de la unidad completa de "vida" más simple conocida, las células vivas, para replicarse, para seguir "vivos".

También Erwin Schrödinger es conocido por un experimento mental sobre un gato en una caja del que se ha hablado mucho, en general sin entender nada: ¿Quién no ha oído hablar del Gato de Schrödinger? Hace referencia a la física de partículas y a la incertidumbre, pero lo que queda en el imaginario popular es que el gato en cuestión, sometido a una radioactividad dentro de una caja, está, en cualquier momento dado, simultáneamente vivo y muerto.

Pero un gato "tipo" es indudablemente un ser vivo, fuera de esa caja puramente teórica ¿Quién lo dudaría? Sin embargo no está tan claro, para algunos. Por ejemplo el filósofo francés René Descartes decía que animales como los gatos no eran conscientes, que actuaban como autómatas. Y su pensamiento solamente reflejaba un parecer general, que él puso en negro sobre blanco para expresar la naturaleza humana como la ocupación de un cuerpo material por parte de un espíritu inmaterial.

En filosofía de la ciencia se llama zombies a esta clase de autómatas imaginarios. Los zombies están también vivos y muertos, de ahí que también se los conozca como " muertos vivientes". Aunque la ciencia ficción haya creado zombies monstruosos, los de la filosofía de la ciencia, más particularmente los de la filosofía de la mente son completamente normales, pueden incluso ser humanos ¿Quién nos asegura que el dependiente de la tienda de la esquina es consciente mientras nos atiende y realiza su trabajo cortándonos un cuarto de kilo de jamón en lonchas? Vivos: se mueven, actúan, incluso parecen perseguir metas, e incluso hablan y se comunican con nosotros pero.... Muertos, porque no hay nadie al volante.

Pero dejemos las elucubraciones sobre que es estar vivo o muerto mental o materialmente, y vayamos de nuevo con los virus. Son ubicuos, son parásitos obligados, forman parte de los flujos de energía y materia de la biosfera, han evolucionado y siguen evolucionando más rápido que cualquier (otra) forma de vida. Y son capaces de ser los detonantes de un colapso social y económico. Son pequeños pero matones, o más bien microscópicos pero potencialmente letales. 

José Antonio López-Guerrero lleva muchos años dedicado al estudio de los virus, especializándose en los que infectan el cerebro, sede de la consciencia. Profesor de la Universidad Autónoma de Madrid, desde su laboratorio observa a los virus en acción, durante su "vida": observa como penetran las células, secuestran su maquinaria, y hacen copias e sí mismos que luego saldrán por miles a infectar a otras células. 

También realiza una labor de divulgación radiofónica en Radio Nacional y es consultado por los medios de comunicación, por ejemplo, cuando hay una pandemia vírica cómo esta que ahora padecemos, con el Sars-Cov-2. 

Ha escrito un libro con el sugestivo título de Virus: Ni vivos ni muertos, en el que habla en tono desenfadado y coloquial de los virus y nuestra relación con ellos.

Agradecemos a JAL, como es conocido, que haya respondido a unas preguntas para La Nueva Ilustración Evolucionista.




1.- Como virologo que eres tendrás últimamente sobre tu mesa y en el escritorio de tu ordenador mucha información sobre el nuevo coronavirus, el Sars-Cov-2. ¿Qué tiene este virus de particular que lo ha hecho tan contagioso?

Este virus se ha adaptado para replicarse activamente en las vías respiratorias superiores de personas asintomáticas, lo que convierte a estas personas en infecto-contagiosas. Esto es algo que los anteriores virus de su familia, como los virus del SARS o el MERS, no hicieron. 

También tiene mutaciones adaptativas en la proteina S, que es su ligando, la llave que reconoce al receptor celular, que lo hacen mucho más eficiente para entrar en la célula humana y allí replicarse. 

Estas dos características son principalmente las que lo han hecho tan especial con respecto a otros coronavirus pandemicos previos.


2.- ¿Qué se va sabiendo con razonable seguridad sobre el virus? ¿Cuáles son las grandes incertidumbres que despierta? ¿Qué antivirales hay disponibles ahora? ¿Cuándo podemos esperar tener una vacuna?

Del virus se sabe que procede del murciélago, que muta menos que otros virus de ARN, que utiliza un receptor específico igual que el SARS de hace 20 años, que ha desarrollado variantes en China en Europa y en Estados Unidos, pero sin prácticamente modificar su virulencia (las nuevas cepas no son cepas que hayan conferido al virus mayor virulencia) y, a día de hoy por lo menos, que puede replicarse en las vías respiratorias superiores, pero también que encuentra receptores en otras partes del cuerpo pudiendo generar una sintomatología más sistémica.

Del virus no se sabe cuánta inmunidad puede producir. Aunque se sepa que produce inmunidad a quien pasa la infección y la enfermedad, no se sabe por cuánto tiempo ni cuan duradera será. Tampoco se sabe qué animal fue el lugar de paso intermedio entre murciélagos y humanos.

En cuanto a los antivirales, se están probando antivirales que se utilizan ya para otras infecciones y sirven de referente para buscar reorganizaciones y recombinaciones que los adapten a esta infección. También se están ensayando antivirales nuevos que, en cualquier caso, no estarán seguramente antes de un año, aunque se puedan utilizar con fines compasivos si tienen visos de funcionar, es decir, si se tienen buenas expectativas de que con su actividad sean eficientes.

En cuanto a las vacunas no creo que sea fácil disponer de una eficaz antes de, por lo menos, un año y medio. Yo creo que podría esperarse para finales del 2021. Esto tiene su explicación. Debe ser así porque las vacunas son medicamentos que se utilizan sobre personas sanas y tienen que verificarse mil detalles de una forma fehaciente para asegurar que ni sean tóxicas ni produzcan efectos secundarios y que además sean efectivas a lo largo del tiempo. Por tanto la vacuna todavía es, por desgracia, más un deseo que una realidad.

3.- Hay virus y otros microorganismos para los que no se ha encontrado una vacuna, como el VIH (virus) o la Malaria (protista). ¿Por qué resulta tan difícil a veces encontrar el antígeno adecuado para que el sistema inmunitario aprenda a reconocerlo?

Los patógenos tienen un ciclo ciclo vital. Se denomina ciclo viral si hablamos de un virus, o ciclo celular si hablamos de protistas como el plasmodium causante de la malaria que apuntas en la pregunta.

Voy a ceñirme a los virus. Hay virus, que por su ciclo viral, por la forma de actuar sobre el hospedador, la forma de activar el sistema inmunológico, resultan muy difíciles de combatir. Mencionabas al VIH, el virus del SIDA. Este virus infecta directamente a las células que tienen que producir la activación inmunológica, es decir, infectan a los generales que organizan la respuesta específica contra ellos, por lo tanto tienden a bloquear la respuesta inmune, provocando lo que todos conocemos como inmunodeficiencia. Por tanto es muy difícil detener al virus del VIH que, además, se integra en el genoma de la célula que infecta, lo cual hace que sea muy difícil eliminarlo, y menos integrado en el genoma celular. Además utiliza algunos reservorios incluso en el cerebro, lo que hace la lucha contra este virus más complicada.

Todos los virus tienen como arma la mutación. Algunos mutan mucho más que otros. Por ejemplo la gripe muta paulatinamente, llevada por la deriva genética y, por desgracia, eso la convierte en un virus difícil de combatir con vacunas porque de un año a otro el virus va perdiendo lo que se llama inmunogenicidad -es decir, la capacidad de activar con sus antígenos el sistema inmunológico- de modo que la respuesta inmune que se ha ido generando contra él en años anteriores no sirve.

Cada virus y cada patógeno son un mundo a la hora de interaccionar con el sistema inmune y por lo tanto con la protección que generamos contra ellos.

4.- ¿Cuáles serían, a tu juicio científico, los virus que merecen más atención del público y de las autoridades sanitarias de cara al futuro?

Aparecerán seguramente nuevas pandemias, contra las que tendremos que estar muy pendientes. Un virus que para mí requiere especial atención es el de la gripe. Con el virus de la gripe actual, la gripe H1N1, llevamos conviviendo desde hace un siglo. Muta bastante. Aunque nosotros evolucionamos con ese virus, a pesar de todo, sigue matando a medio millón de personas al año. Pero es que ahora mismo hay otros virus de la gripe, también en China. Se están dando muchos casos de un virus de la gripe aviar, el famoso H5N1. Ese virus, cuando pasa de aves a humanos, provoca una mortalidad del 40%, algo bestial, más que el MERS, e incluso acercándose a los porcentajes de muerte del Ébola en Europa. Si ese virus, por casualidad, y puede ocurrir porque ya está ocurriendo que el virus salta de aves a humanos, si por casualidad, digo, evolucionase y se pudiera transmitir entre humanos manteniendo la virulencia y la mortalidad que tiene ahora mismo, estaríamos virtualmente ante una catástrofe sanitaria mundial. Se saben que hay cinco mutaciones que lo convertiría en un virus humano. 

Otro virus al que hay que prestar atención es el dengue. En España hay ya casos que lo están volviendo endémico. El cambio climático hace que se estén encontrando el vector que transmite el virus, que es el mosquito tigre, con personas que viene con dengue y facilitan la transmisión del virus.

Estos son algunos ejemplos entre otros muchos, de los cuales muchos corresponden a virus con los que entramos en contacto cuando poblamos sitios remotos, donde nunca antes habíamos estado, como por ejemplo el virus hanta o los virus hemorragicos.

5.- Hablando de atención del público y las autoridades sanitarias, creo que debemos hablar de la vacunación y su importancia, así como de sus detractores. ¿Cómo convencerias a un antivacunas de la importancia de la vacunación?

No hay casi ningún otro hito en la historia de la humanidad comparable al descubrimiento de la vacuna. Podríamos poner a la misma altura la potabilización del agua o las revoluciones verdes de Norman Borlaug, que hicieron posible en su momento casi triplicar la productividad del trigo en el mundo. 

Lo paradójico es que la gente de los muchos grupos de antivacunas, esas personas que están tan convencidas de los daños de las vacunas provocan, pueden clamar sus ideas (erróneas a todas luces) porque están vacunados. Si no, muchos de ellos no hubieran llegado a la edad adulta para poder meterse en grupos antivacunas. 

Por desgracia son grupos con ideologías casi sectarias, no escuchan más que aquello que refuerce sus ideas. Si al menos quisieran escuchar mínimamente y atender un poco a los datos científicos sabrían que allí donde se ha dejado de vacunar han reaparecido enfermedades como el sarampión o la poliomielitis.

Se ve claramente en sus proclamas, por ejemplo, contra la vacuna del papiloma. El papiloma es un virus que, a día de hoy,  todavía infecta a más de 150.000.000 de personas. No se ha reportado ningún caso fatal asociaciado directamente al uso de vacuna. Y no hay recuento de las personas que se salvan de no infectarse , de no morir por un cáncer causado por el papiloma, porque han sido vacunadas, porque han sido protegidas por una vacuna. Esas personas no se conocen.  De cinco millones de personas vacunadas, se estima que fácilmente cerca de un millón personas a lo mejor, podemos incluso reducirlo a medio millón de mujeres, no van a desarrollar un cáncer de cuello de útero en su vida asociado al papilomavirus por estar vacunadas. 

Mientras, cualquier efecto adverso que pueda tener una vacuna, ya que obviamente el riesgo cero no existe, despierta todas las alarmas. Se habla, pongamos por caso, de un señor en Japón que tuvo una reacción alérgica muy grave y que casi muere tras recibir la vacuna de la varicela. 

Puede ocurrir que puntualmente tengamos reacciones adversas a las vacunas pero lo que está claro es que en un proceso de millones de vacunados, no se pueden comparar unos pocos casos de afectados negativamente por las vacunas con los millones de vidas que cada día se salvan gracias a ellas, y eso mientras cada cada día mueren el equivalente a un Boeing 747 de los de 400 plazas cargado de niños menores de 10 años por sarampión, una enfermedad contra la que existe una vacuna eficaz.

Por tanto no se les va a convencer. Ahí tenemos a esos fanáticos de Estados Unidos, muchos de ellos de clase socioeconómica alta, libertarios, que rehusan vacunar a sus hijos porque lo ven como una imposición estatal. Mientras en Alemania el rechazo a las vacunas viene de grupos que abrazan otras teorías más progresistas de las naturo-cosas, las pseudociencias basadas en una falsa idea de que la naturaleza, lo natural, lo ancestral chino, es lo mejor, y tal y como estamos, en este momento que estamos con el coronavirus, todos añorando una vacuna que evite cientos de miles o millones de muertes, ellos se están manifestando en contra de las vacunas. Como vemos con los ejemplos alemán y americano no es una cuestión de lógica política. Y dudo mucho que haya ningún argumento que les convenza porque sus fines vienen marcados por ideas filosóficas y religiosas sectarias.

6.- Desde tu especialidad en neurovirología ¿Qué virus se conocen que afecten específicamente al sistema nervioso? ¿Cuáles son sospechosos habituales de hacerlo? ¿Cuáles pueden colarse? ¿Tenemos virus huéspedes ocasionales o permanentes en el cerebro?

Hay muchos virus que infectan el cerebro produciendo desde meningitis a encefalitis, tenemos desde el sarampión y las paperas hasta el virus de la rabia, que infecta el sistema nervioso y es mortal. Son varios los virus destacables. El herpes, que es el que estudia mi laboratorio, es uno de ellos. Hay virus específicos que producen desmielinizacion como el JC virus, un poliomavirus. Como digo hay muchos virus que pueden afectar tanto de una forma directa como de forma específica o de forma esporádica al cerebro. Incluso el virus de la gripe H5N1, la gripe aviar, puede afectar al cerebro y el coronavirus, en algunos casos del SARS-1 de hace veinte años, provocó encefalitis. Creo que el actual SARS-2 también podría hacerlo. 

En mi laboratorio estudiamos el posible papel del virus herpes si no ya en la etiología, si en el desarrollo de la esclerosis múltiple. Estamos observando in vitro cómo el virus infecta a las celulas oligodendrociticas, las células que producen la famosa mielina, todo el proceso: cómo entra, cómo se desarrolla, cómo sale y cómo se disemina. También probamos diferentes posibles antivirales que puedan actuar en los distintos niveles de la infección.  Lo probamos también en células primarias, en células de tejidos del cerebro de ratas neonatas. 


7.- Desde una perspectiva evolucionista ¿Cómo estamos coevolucionado con los virus? ¿Cómo afectan los cambios que provocamos en el medio a nuestra relación con ellos?

Los virus depende de nosotros, dependen de los seres vivos que infectan desde que el mundo empezó a tener vida. Seguramente las primeras moléculas, quizás de ARN, que ya se hicieron autorreplicativas, en un momento determinado empezaron a interaccionar con las primeras células, con organismos que se fueron formando y así han ido evolucionando con ellos. 

De hecho se cree que incluso debemos nuestra naturaleza mamífera a un retrovirus que, hace ya unos cientos de millones de años, provocó una fusión celular, lo que se llama un sincitio, que hizo que un embrión que de otra forma habría salido en un huevo se quedara dentro de un premamífero, y aquel fue el embrión, valga la redundancia, el germen, de la creación de la placenta.

Tenemos material genético procedente de virus en nuestras células. Mucho de él no se sabe todavía para qué sirve, otro se ha visto que tiene un papel en la regulación de algunos procesos celulares. El hecho es que hemos ido evolucionando e interaccionando con diferentes virus, que han jugado un papel significativo en muchos procesos. 

El cambio climático hace que haya cada vez más virus en latitudes en las que antes no estaban presentes. También la capacidad del hombre de viajar en poco tiempo y poder dispersar virus -un virus puede infectar alguien en África por la mañana y por la noche estar perfectamente ya en Los Ángeles- es importante hoy. Y con nuestra invasión de ambientes naturales dónde había virus que estaban en armonía, en equilibrio con otros mamíferos, con otros seres vivos, en su entorno ecológico, entramos en contacto con ellos accidentalmente y nos convertimos en hospedadores fortuitos, hospedadores dónde el virus puede resultar ser altamente virulento.

8.- Aparte de tu frenética y apasionada labor divulgativa, ya conocida ¿En qué proyectos de investigación estás trabajando ahora? ¿Qué misterio de la naturaleza te gustaría desvelar?

Actualmente tenemos varias líneas de investigación en el laboratorio: estudiar el papel del herpes en la desmielinizacion celular, con oligodendrocitos, viendo todo el ciclo del herpes en estas células. También estamos intentando probar algunos antivirales en este proceso. Tenemos una tesis ya en marcha que se va a leer ahora, seguramente online, antes de que se acabe el confinamiento, sobre los diferentes mecanismos de entrada del virus en la célula. También ahora tenemos varios proyectos para estudiar posibles antivirales y posibles agentes desinfectantes de superficies contra el coronavirus.

¿Qué misterio de naturaleza me gustaría descubrir? 

El graviton, pero como es un misterio de la física teórica, de de la astrofisica, y yo no soy astrofísico, pues me quedaré con las ganas. En cuanto a investigación dentro de mi campo más específico me gustaría poder constatar que un virus está implicado directamente en un proceso de una neuropatologia tan importante como la esclerosis múltiple. Eso sería para mí un pago fundamental y de gran valor cómo colofón a mi trayectoria científica.

2 comentarios:

Luis Tovar dijo...

Quisiera comentar un par de puntos sobre este párrafo en concreto:

Pero un gato "tipo" es indudablemente un ser vivo, fuera de esa caja puramente teórica ¿Quién lo dudaría? Sin embargo no está tan claro, para algunos. Por ejemplo el filósofo francés René Descartes decía que animales como los gatos no eran conscientes, que actuaban como autómatas. Y su pensamiento solamente reflejaba un parecer general, que él puso en negro sobre blanco para expresar la naturaleza humana como la ocupación de un cuerpo material por parte de un espíritu inmaterial.

Estar vivo no es lo mismo que ser consciente. Las plantas están vivas pero no son conscientes. Vida y conciencia son dos fenómenos diferentes.

La vida es un proceso de homeostasis y de autopoesis como explica el biólogo Humberto Maturana: «Los seres vivos somos sistemas autopoiéticos moleculares, o sea, sistemas moleculares que nos producimos a nosotros mismos, y la realización de esa producción de sí mismo como sistemas moleculares constituye el vivir.»

https://www.bbc.com/mundo/noticias-46959865


Por otra parte, la conciencia es un proceso de percepción subjetiva. La conciencia sensitiva o sensorial sería la primera forma básica de conciencia. Según explican diversos neurocientíficos, como António Damasio en El Error de Descartes, para poder sentir es necesario poseer un sistema nervioso. Sabemos que los animales son seres conscientes porque poseen un sistema nervioso y reaccionan de manera similar a cómo reaccionan los humanos ante los mismos estímulos:

https://www.investigacionyciencia.es/revistas/investigacion-y-ciencia/especial-40-aniversario-682/consciencia-sensorial-14592

Un saludo.

Germánico dijo...

Si, estoy de acuerdo, pero para mí habría dos formas de estar vivo,o dos niveles. Primero cumplir con los criterios exigibles a los seres vivos para considerarlos tales, lo cual lo cumpliría un autómata, segundo, estar dotados de consciencia. Juego con ambas aproximaciones.