miércoles, julio 29, 2009

Un buen apaño (Entrevista a Gary Marcus)

Quienes como yo echen de menos los fabulosos y extensos artículos de Steven Den Beste recordarán el que dedicara al ojo humano (ver aquí).

Desde el punto de vista de un ingeniero el del ojo humano es un diseño ineficiente, una chapuza que con diferencias más o menos evidentes comparten la mayoría de los vertebrados, alguno de los cuales, al menos, disponen de contra-chapuzas que lo mejoran en ciertos aspectos.

Los problemas, según el análisis de Den Beste, comienzan con la implementación del componente más crítico del ojo: la retina. Además del inconveniente que supone que el nervio óptico penetre en el ojo a través de la propia retina, ya que ocasiona que tengamos un punto ciego, hay que añadir los obstáculos que se encuentra la luz antes de alcanzar los fotorreceptores de la membrana: varias capas de tejido y los propios neuronas atenúan y difuminan la señal luminosa mermando aún más su eficiencia (menos superficie para recibir menos fotones). Incluso los calamares han solucionado mejor, mucho mejor, el problema de la captura de la luz. Pero aún hay más. Dado que tenemos una retina de un tamaño relativo considerable, la distancia focal también lo es necesariamente … el resultado son nuestros grandes ojos. Dos esferas alojadas en sendas cavidades y acompañadas de una considerable panoplia de adminículos para procurar su rotación, que suple a un mejor diseño orientado a conseguir una óptima amplitud de campo … un “apaño” (tomo prestada la traducción de kludge que brinda Eduard Punset) que requiere, a fin de cuentas, otros añadidos: una cabeza de mayor tamaño; más peso para el cuello; un cuello más robusto … “un kilogramo de masa para soportar un área retinal activa del tamaño de dos sellos de correos”. Pero, ¿acaso la naturaleza busca la perfección? Den Beste, en este ejemplo, confiere a la naturaleza un “actitud intencional” porque su propósito es enmendarle la plana a los defensores del diseñó inteligente y señalar que ni existe un plan, ni un ingeniero calculador detrás del diseño e implementación del ojo humano. Paley no estaba al tanto de estos detalles fisiológicos ni sus implicaciones mecánicas, aunque es seguro que Behe y compañía encontrarán nuevos argumentos en la irreductible complejidad de la fotoquímica retinal para defender sus creencias.

Para Gary Marcus, profesor de Psicología en la Universidad de New York, como para Den Beste, la respuesta es clara: somos un producto de la evolución. El diseñó de nuestros ojos, el del tracto urinario del hombre y, a eso vamos, el de la mente, son producto de la selección natural y a ésta no le preocupa la perfección sino la adaptación al ambiente: el diseño será optimo-perfecto o no, pero esa no es la cuestión (¡detengan a ese cuervo!). El ojo y la mente son productos de la acumulación de modificaciones graduales sobre estructuras cuyo propósito original sólo podemos imaginar, en el mejor de los casos, mediante ingeniería inversa, por así decir.

El profesor Marcus defiende en Kludge que nuestra mente, el cerebro, es un “apaño” (gracias de nuevo a Eduard Punset), mejor aún, un conjunto de apaños diseñados por la selección natural para resolver problemas adaptativos diversos … y es precisamente en esta diversidad de propósitos en donde encontraríamos el por qué de la falibilidad de nuestra mente: desde la memoria, hasta el lenguaje, pasando por la manera en que gestionamos nuestras preferencias o construimos nuestras creencias; todo en el cerebro es resultado del ensayo y el error, y los mimbres con los que se construye el cesto de nuestra mente resultan, en ocasiones, difíciles de tejer … con el resultado evidente de nuestra imperfecciones cognitivas y morales. Tanto monta.

Hasta aquí, me dirán, Marcus parece un psicólogo evolucionista sin embargo no es adecuado calificarle como tal, al menos no si atendemos a las críticas que hace a varios de sus más eximios representantes, Cosmides y Pinker incluidos. Marcus ve en éstos y otros una tendencia a exagerar el éxito “ingenieril” de las adaptaciones cognitivas que implementa nuestra mente … como si lo que es posible y necesario admitir respecto al ojo, que es un producto de un bricolaje evolucionista chapucero, no pudiera decirse de la mente.

Sin embargo, Steven Pinker sostiene, por ejemplo, que el hombre es un animal moralista (La tabla rasa, capítulo 15), al que “el proceso amoral y sin dios de la selección natural” equipó con un refinado y, tal vez, excesivo sentido moral. Y es que tal “sentido moral es un dispositivo”, “cargado de singularidades [ y que] es proclive al error sistemático –a las ilusiones morales, por así decir-, igual que nuestras otras facultades"

Creo que Buss, otro de los señalados por Marcus no estaría de acuerdo con su conclusión:

Las psicología evolucionista establecida nos cuenta mucho sobre cómo la selección natural ha conducido a buenas soluciones, pero dice bastante menos sobre por qué la mente humana es tan consistentemente vulnerable al error”.

El interés del profesor Marcus por la evolución de la mente podemos disfrutarlo ya en su libro anterior, The Birth of the Mind, en donde como reza el subtítulo, nos cuenta como un pequeño número de genes crea las complejidades (e imperfecciones) del pensamiento humano.

¿Cómo es posible que apenas 30.000 genes sean los responsables de una arquitectura millonaria en componentes y mágica en sus resultados? Comenzando por la magia, Marcus da por sentado que en su generación (que es la mía) el dualismo mente/cerebro es algo superado, lo que es mucho suponer si preguntamos a cualquiera no especialmente interesado en el tema, por lo que dirige su atención a cómo es posible construir una mente con tan pocos genes, bueno, con genes.

Para empezar, entendiendo que los genes codifican estructuras neuronales y no comportamientos. Después, indicando que el genoma no es un plano, si no que encierra una especie de algoritmo de compresión en el que cada célula a través de la lógica de a expresión genética actúa como un fábrica que lo “descomprime” para producir la estructura biológica que corresponda. Continúa detallando el papel de las proteínas reguladoras y de las redes genéticas para insistir en que el cerebro no es diferente a otros órganos en lo que a su construcción se refiere, por lo que la explicación que sirva para el riñón (según Den Beste uno de los mejores diseños de nuestro cuerpo) servirá para la mente.

Sin embargo el tema no se agota aquí: no sólo debemos responder cómo se codifica un cerebro en el genoma, como se “pre-cablea” sino que es necesario responder a otra menos formulada: cómo facilitan los genes el “feedback” de la experiencia, es decir, como se ejecuta, si es que sucede, el recableado de la las estructuras cerebrales motivado por la interacción con el medio ambiente. El debate naturaleza .vs. crianza desde una óptica celular/molecular servida en multitud de ejemplos.

Es posible que nuestro cerebro, como los ojos, no sea una maravilla desde el punto de vista del ingeniero que puede empezar desde cero a diseñar una obra para un propósito bien definido. Aplicando la ingeniería inversa podemos reunir las piezas de un puzzle fascinante y emplear el conocimiento adquirido, al menos, en mejorar nuestra existencia que, lógicamente, no es ni perfecta ni está indeleblemente escrita en nuestros genes.

El profesor Marcus ha contestado amablemente a nuestras preguntas:

En inglés:


1. Neanderthals and human beings diverged more than 300,000 years ago.
In 2007 we learnt that the FOXP2 regulatory gene, is identical in both species. Is it time enough to believe that the divergence between the two meant that only human beings have been able to develop the "language instinct"? What about the rest of the brain tinkering? What about the common ancestor of both?


Actually. all we know for sure is that the
coding region of the two versions of FOXP2 -- human and Neanderthal -- are the same. We don't know whether the promoter regions of the human and Neanderthal gene are the same, so it could very well be that FOXP2 was expressed differently in Neandertahal brains than in human brains. It is also of course to important to realize that FOXP2 is just one among what may be a very large number of genes that are involved in language. And it goes without saying that we have no idea whether Neanderthals could talk....



2. What evidence suggests that the language module is the result of the evolutionary pressure on one or more ancestral modules?


Your question presupposes that there is a language "module", but there may be relatively little circuitry in the brain that is uniquely specialized for language. Instead, the neuroimaging literature, to the extent that we understand it, seems to suggest that what's special about language is a
configuration of parts, most of which serve multiple purposes.


3. To what extent the polygeny and pleitropy that we see in the genetic makeup of the brain make it difficult to defend the modularity of the mind?


Pleiotropy is a messy way to build a brain (or any bit of biology) -- it means that any one gene is involved in many systems. The pervasiveness of pleiotropy raises a real challenge for strong versions of modularity, and it's one reason that I myself have turned to a weaker version of modularity, which I call "descent with modification" modularity. The idea is that in the life of a given organism a given bit of tissue may be highly specialized and physical distinct from some other bit of neural tissue -- but at the genetic level, the two bits of two issues may share a great deal of common heritage. A good analogy here (which I wrote about in my 2004 book The Birth of the Mind) is to the hand and the foot: they are physically distinct and both are adaptively specialized, but at the genetic level they are just variations on a common theme. In the same way, the mental machinery that supports language may be partly distinct from other cognitive machinery, but language is likely to share genes and operating principles with mechanisms that allowed our prelinguistics ancestors to walk, communicate, and think.


4.The discovery of the FOXP2 has been the beginning of a revolution in the study of the ontogeny and phylogeny of language. What next?


We need to find out what other genes FOXP2 interacts with, and what other genes are involved in language. The molecular biologist Walter Gehring has estimated that there are 2,000 genes involved in the development of the eye; language may have even more. So FOXP2 is just the tip of the iceberg.

We also need to develop much richer theories of how the brain does computation, so that we can understand the relation between linguistic computation and other kinds of neural computation, such as in the planning and motor control systems.


5. Gradualism (orthodox darwinism, synthetic theory) or punctuated equilibrium? What does the genetics say?

That's not clear year. But one thing that the genetics does tell us is that evolutionary change need not be as gradual as people once thought; even a single nucleotide genetic change can have a large phenotypic consequence --- and sometime whole genes or even chromosomes get duplicated through genetic mutations. Most dramatic changes aren't viable, but it is possible that some of them have played an important role in evolution.


6.Does the neuroplasticity of the brain structures depend on its phylogenetic antiquity?


Plasticity really just means the capacity to learn, and the brain is chock full of mechanisms for learning, some of which -- like associative learning -- are really really ancient (going back to bacteria, perhaps), and others of which -- like the ability to learn from verbal summaries ("mammals give birth to live young" -- are really recent.


7.Some neuroscientists say we have no free will, that this is an illusion: is it not a very real illusion?


I think the term "free will" is actually poorly defined. But we constantly make decisions, and making choices is something that ought to be at the core of any definition of free will.



8. How does the mind regularly work? Are its processes more deterministic than stochastic, or the other way round?


There's probably always an element of stochasticity, but there are lots of predictable aspects of human nature, too. Language, for example, is incredibly intricate, and although we do make some mistakes, 99% of the time, we manage to say at least roughly what we mean, and we couldn't do that if it was all random.


9. Can evolution on the whole, and especially evolution of the human brain, be explained from an orthodox Darwinian viewpoint? What news are introduced by developmental biology in general and neuroscience of development in particular?


All biology is the product of evolution, and Darwin was absolutely right to stress the process of descent with modification. That said, it is possible for people to get carried away with adaptationism -- as I stressed in my most recent book (Kluge), not every aspect of biology is optimally designed. Evolution is a chancy process, often yielding solutions that are "good enough" but not ideal.


10. What is a genome, what a brain from the viewpoint of information theory?


The genome is the main (though not sole) source of information for how to build an organism, and the brain is the main (though not sole) mechanism by which the body processes information.


11. What are you working on now? What is your highest intellectual challenge? What is the mistery that you would dream to uncover?


I'd really like to know how the brain encodes "propositional" information, such as sentence and abstract beliefs. But right now I am taking a short break from the truly difficult questions, and asking a more modest, more personal question about plasticity, experience, and talent: can a dedicated but nearly tone-deaf 39-year-old learn to play a musical instrument? Can practice triumph over a lack of talent? Stay tuned....


En español:


1. Los neandertales y los humanos modernos divergieron hace más de 300.000 años. En 2007 supimos que el gen regulador FOXP2 es
idéntico en ambos. ¿Es tiempo suficiente para suponer que la divergencia entre ambos signifique que sólo los humanos modernos han podido desarrollar el “instinto del lenguaje”? ¿Qué hay del resto del bricolaje cerebral? ¿Qué sobre el ancestro común a ambos?


De hecho todo lo que sabemos es que la región común de las dos versiones del FOXP2 –en humanos y neandertales- es la misma. No sabemos si las regiones promotoras del gen humano y del neandertal
son la misma, de manera que muy bien pudiera ser que el FOXP2 se expresara de manera diferente en sendos cerebros. Por supuesto también es importante darse cuenta de que el FOXP2 es sólo uno entre lo que puede ser un gran número de genes relacionados con el lenguaje. Eso sin decir que no tenemos ni idea de si los neandertales podían hablar …


2. ¿Qué evidencias sugieren que el módulo del lenguaje es el resultado de la presión evolutiva sobre uno o más módulos ancestrales?


Tu pregunta presupone que hay un “módulo” del lenguaje, pero pudiera haber relativamente poca
circuitería cerebral que estuviera únicamente especializada en el lenguaje. En cambio, la documentación de las imágenes neuronales, hasta donde podemos entenderla, parece sugerir que lo que es especial sobre el lenguaje es una configuración de piezas, la mayoría de las cuales sirven a propósitos variados.


3. ¿Hasta que punto la poligenia y pleitropía que vemos en la configuración genética del cerebro dificulta la defensa de la modularidad de la mente?


La pleitropía es una manera confusa de construir un cerebro (o cualquier otra cosa biológica) -significa que un solo gen está envuelto en muchos sistemas-. La omnipresencia de la pleitropía supone un reto real para la versión fuerte de la modularidad, y es una de las razones por la que yo mismo he adoptado una versión más
débil de modularidad, la que denomino modularidad “descendencia con modificación”. La idea es que en la vida de un organismo un determinado fragmento de tejido puede estar muy especializado y ser físicamente distinto de otro fragmento de tejido neuronal -pero a un nivel genético, ambos pueden compartir buena parte de su patrimonio común. Una buena analogía (sobre la que escribí en mi libro The birth of the mind) es la de la mano y el pie: los dos son físicamente distintos y ambos están adaptativamente especializados, pero a nivel genético son sólo variaciones de un tema común. De la misma forma, la maquinaria mental que soporta el lenguaje puede ser parcialmente distinta de otra maquinaria cognitiva, pero probablemente el lenguaje comparte genes y principios operativos que permitieron caminar, comunicarse y pensar a nuestros ancestros prelinguísticos.



4. El descubrimiento del FOXP2 ha sido el comienzo de una revolución en el estudio de la ontogenia y la filogenia de el lenguaje, ¿y ahora?


Necesitamos averiguar con qué otros genes
interactúa el FOXP2, y qué otros genes están involucrados en el lenguaje. El biólogo molecular Walter Gehring ha estimado que hay unos 2.000 genes implicados en el desarrollo del ojo; el lenguaje puede que implica incluso más. Así que el FOXP2 es sólo la punta del iceberg.


5. ¿Gradualismo (darwinismo ortodoxo, teoría sintética) o equilibrio puntuado? ¿Qué dice la genética?


No está claro todavía. Pero una cosa que nos dice la genética es que los cambios evolutivos no tienen por qué ser tan graduales como pensaba la gente: incluso el simple cambio de un nucleotido puede tener grandes consecuencias fenotípicas -y en ocasiones todo un gen e incluso un cromosoma se duplica por mutación genética. Los cambios más dramáticos no son viables, pero es posible que alguno de ellos juegue un papel importante en la evolución.


6. ¿Depende la neuroplasticidad de las estructuras cerebrales de su antigüedad filogenética?


Plasticidad realmente sólo significa la capacidad de aprender, y el cerebro está abarrotado de mecanismos para el aprendizaje, alguno de los cuales -como el aprendizaje asociativo- son realmente
antiguos (tal vez, retrocediendo a las bacterias), y otros -como la habilidad para aprender de resúmenes verbales ("los mamíferos paren crías vivas") son realmente recientes.


7. Algunos neurocientíficos dicen que no tenemos libre albedrío, esto es, que es una ilusión: ¿no es una ilusión muy real?


Creo que el término “libre albedrío” está de hecho poco definido. Pero constantemente tomamos decisiones, y hacer elecciones es algo que debería estar en el núcleo de cualquier definición de libre albedrío.


8. ¿Cómo funciona regularmente la mente? Sus procesos ¿son más determinísticos que estocásticos? ¿o es al revés?


Probablemente siempre hay algo de azar, pero también hay muchos aspectos predecibles en la naturaleza humana. El lenguaje, por ejemplo, es
increíblemente intrincado, y aunque cometemos algunos errores, el 99% del tiempo nos las apañamos para decir al menos aproximadamente lo que queremos decir, y no podríamos hacer tal cosa si todo fuera aleatorio.


9. ¿Se puede explicar la evolución, y especialmente la del cerebro humano, desde un punto de vista darwinista ortodoxo? ¿Qué novedades se están introduciendo en la biología del desarrollo en general y en la neurociencia en particular?


Toda la biología es el producto de la evolución, y Darwin estaba
totalmente en lo cierto al enfatizar el proceso de la descendencia con modificaciones. Dicho esto, es posible que la gente se deje llevar por el adaptacionismo – como destaco en mi libro más reciente (Kluge), no todo aspecto de la biología es diseñado óptimamente. La evolución es un proceso incierto, a menudo llega a soluciones que son suficientemente buenas pero no ideales.


10. ¿Qué es un genoma? ¿Qué es un cerebro desde el punto de vista de la teoría de la información?


El genoma es la principal (aunque no la única) fuente de información para construir un organismo, y el cerebro es el principal (aunque no el único) mecanismo mediante el cual el cuerpo procesa la información.


11. ¿En qué trabaja ahora? ¿Cuál es su mayor reto intelectual? ¿Qué misterio le gustaría desvelar?


Realmente me gustaría saber cómo codifica el cerebro la información “proposicional”, tal como frases y creencias abstractas. Pero ahora me he tomado un respiro de preguntas difíciles, y formulo una más modesta, más personal sobre la plasticidad, la experiencia, y el talento: ¿puede un hombre sin oído [musical] de 39 años aprender, con dedicación, a tocar un instrumento musical? ¿Puede triunfar la práctica sobre una falta de talento? Permanezcan a la escucha ...

martes, julio 28, 2009

Las emociones ni se crean ni se destruyen, sólo se transforman

En muchos ámbitos de nuestra vida social tenemos que comportarnos de forma racional. Esto implica juzgar serenamente los pros y contras de las distintas acciones a emprender en función de su adecuación, como medios, para determinados fines considerados deseables, fines que generalmente se logran en un futuro nada inmediato y que son distintos de nuestros fines ideales (por ejemplo el posicionamiento de una empresa en el mercado). Estos juicios sobre los pros y los contras de las distintas acciones, en realidad, son algo que ya hace nuestro sistema emocional desde hace millones de años. Lo que sucede es que nuestras emociones no son siempre la respuesta más adecuada en nuestra sociedad impersonal y tecnológicamente avanzada. Se fraguaron en grupos sociales pequeños y en entornos hostiles para la supervivencia. Nuestra mente piensa y siente muchas veces como lo haría en circunstancias muy distintas, aquellas a las que se veían expuestos cotidianamente nuestros lejanos ancestros del pleistoceno y el temprano holoceno, que nos legaron sus genes, en particular aquellos con los que se construye nuestro cerebro.

Las emociones, como apunto en el título, ni se crean ni se destruyen, sólo se transforman. Esto es así porque en cualquier situación de las que se dan en este nuevo entorno social impersonal y complejo, afloran invariablemente. Podemos maquillarlas, podemos canalizarlas, podemos incluso transformar una emoción en otra distinta, podemos jugar con los gestos y los ademanes, ocultando ciertas manifestaciones externas de nuestras reacciones emocionales ante los demás y ante nosotros mismos, pero las emociones permanecen vivas, con toda su fuerza, defendiendo la homeostasis y la seguridad del organismo que somos.

Esto da lugar a algunas de las más grandes hipocresías, locuras e imposturas entre nosotros, los sufridos comediantes humanos. Como no podemos deshacernos de las emociones tenemos que mentir sobre ellas, para que no traicionen el papel que estamos desarrollando en la escena social. También se da el caso de la “olla a presión” emocional, que de alguna forma percibió Freud: contenemos las emociones con una gran autodisciplina y un esfuerzo de “voluntad” sobrehumanos, con un exceso de racionalidad que responde, en el fondo, a un intento de hacer preponderar unas emociones más débiles sobre otras más fuertes, y se produce una explosión. Como las emociones no han podido ser destruidas y, una vez acumuladas, tampoco contenidas, salen de golpe, arrastrando con todo.

Mosquitos y punto ciego

Las hembras de los mosquitos necesitan nuestra sangre para alimentar a sus crías, que llevan en una bolsita en el estómago. Así que desde tiempos inmemoriales nos pican. Han desarrollado un anestésico local muy eficiente para que no nos percatemos de su picadura hasta que ya es demasiado tarde, y así salvan sus vidas (y las de sus crías) de nuestro brutal manotazo.

Como los humanos somos seres capacitados para establecer relaciones de causalidad, pronto nos dimos cuenta de que esos zumbantes compañeros buscaban chupar nuestra sangre –líquido que, como es sabido, hemos considerado la esencia misma de nuestro ser durante miles de años- y decidimos deshacernos de ellos. Tardaríamos mucho más en percatarnos de que además transmitían enfermedades y que lo mejor para combatirlos era desecar los pantanos en los que vivían. Mientras tanto dábamos manotazos a esos bichos voladores, en particular si los veíamos por un instante posados en un cuerpo sólido. Seguimos haciéndolo, como solución última, como “solución final” para esa especie parásita y enemiga, cuando todas las medidas higiénicas emprendidas por el grupo humano se han demostrado insuficientes. Entonces miramos, observamos atentamente, estamos al acecho, esperamos pacientemente, generalmente de noche, cansados después de una dura jornada y tras escuchar en la oscuridad, en nuestro mismo oído, el zumbido que anuncia un picotazo y encender las luces apresuradamente.

En un momento dado uno ve al mosquito en su zigzageante vuelo. Fija la mirada en él, concentra la atención en esa diminuta figura y, repentinamente, lo pierde de vista. Uno ha hecho todo lo posible por seguir al bicho en su vuelo, pero este simplemente ha desaparecido. ¡¡¡No damos crédito a nuestros ojos!!! ¡¡Pero si estaba ahí, justo en la coordenada cartesiana x,y de nuestro mapa visual, a las 3 en punto, y de pronto ya no está. Algo ha pasado.

Y ese algo es que el mosquito ha cruzado por delante de nuestro punto ciego y le hemos perdido la pista, le hemos perdido ¡¡¡de vista!!!

El punto Ciego está muy cerca de ese otro punto de nuestra retina en el que se concentran el mayor número de conos, de células dotadas de receptores proteínicos para la luz, la fóvea (con la que apuntamos a esa figurita en vuelo llamada mosquito, o mosquita, para ser más precisos). El punto de mayor y el de menor agudeza visual están muy cerca uno del otro. El ciego es el lugar de la retina en el que el nervio óptico abandona esta para penetrar en las profundidades insondables de la caja negra del cerebro. Como la retina tiene un diseño evolutivo peculiar, y está al revés de lo que se pudiera considerar óptimo, con los receptores por detrás y las neuronas que toman de estos la información para enviarla al cerebro por delante, la salida del nervio óptico crea una zona en la que no hay receptores de fotones y, por tanto, no hay visión. El cerebro suple el vacío creado tomando de la imagen circundante elementos, suponiendo una continuidad en el paisaje visual. Si a izquierda y derecha del punto ciego hay una línea la continúa, si hay un color rojo rellena el punto ciego de rojo. Pero si pasa un puñetero mosquito lo pierde. Eso es lo que pasa por “pasar” un objeto volador perfectamente identificado pero de pequeño tamaño y vuelo irregular por delante de nuestro punto ciego. Nos engaña. Y aprovechando ese vacío de nuestros sentidos los mosquitos también han podido sobrevivir durante millones de años picándonos alegremente.
ACTUALIZACIÓN:

No somos cíclopes, por lo que lo expuesto en este post no es cierto, y revela un punto ciego de la mente de muy distinto tipo que el que genera la ausencia de entrada sensorial por el punto en el que sale el nervio óptico hacia el cerebro. Lo que un ojo no ve lo ve el otro. Si el bichejo pasa por delante del punto ciego de uno de los ojos lo que cabe esperar es que sea el otro ojo el que le siga la pista. Si esto no es así se deberá a otras razones. Probablemente la velocidad de vuelo y que este sea zigzagueante, unido a su pequeño tamaño, a su facilidad para confundirse sobre el fondo y al hecho de que nuestra fóvea no puede seguirlo fácilmente (con los bastones vemos peor que con los conos), expliquen mejor el fenómeno descrito de la pérdida de vista del mosquito en vuelo.

lunes, julio 27, 2009

La mente extendida (entrevista a Andy Clark)

Se ha comprobado que cuando un macaco utiliza un rastrillo tiene sensibilidad en la punta del rastrillo. No es, desde luego, una sensibilidad completa, pero de alguna forma la mente se proyecta más allá de la frontera que constituye el cuerpo y hace suyo un espacio extracorpóreo inmediato.

Una de las características humanas es el uso continuado y sofisticado de herramientas. Si el hombre es un animal cultural lo es en gran parte debido a que domeña el medio a través de la utilización de instrumentos, de objetos que físicamente le trascienden como prolongaciones de sí mismo y de sus intenciones. La cultura adquiere vida propia, si bien siempre atada al campamento base de nuestra naturaleza, con sus impulsos y demandas.

La mente humana se expande y se convierte en una mente extendida. Con el lenguaje tejemos redes sociales, con la tecnología generamos y posteriormente ahondamos la distribución del trabajo y la interrelación con los otros. Nuestro rastrillo conceptual y material alcanza mucho más lejos de lo que cualquier humilde rastrillo en manos de un macaco pudiera jamás alcanzar. No somos sólo una mente en un cuerpo: somos ese cuerpo y somos la sociedad en la que ese cuerpo y esa mente nacen, se desarrollan y participan de forma inexorable.

El filósofo de la mente Andy Clark, de la Universidad de Edimburgo, ha reflexionado sobre cómo percibimos y nos representamos la realidad exterior, para luego actuar en ella. Justo entre esa percepción y esa acción, imaginamos, se encuentran confinados el pensamiento y más en la interfaz con el mundo exterior que hemos creado, el lenguaje. El concepto de mente extendida expuesto por David Chalmers y por él, pone en una relación novedosa toda la cadena que va, convencionalmente, de la percepción a la acción. Nuestra cognición no se compone exclusivamente de lo que hay dentro de nuestra cabeza, sino que toma elementos del entorno con los que son realizados los actos, elementos que son recursos necesarios en los cómputos que la mente realiza: herramientas sin las cuales la propia mente y sus procesos, en un momento y circunstancia determinados, no se entienden.

Se ha interesado Clark asimismo por la Inteligencia Artificial, en cuyo campo, tan relacionado con el de la mente, pues trata de crear una, ha hecho numerosas contribuciones teóricas.

El Profesor Clark ha tenido la amabilidad de respondernos unas preguntas, y Marzo las ha traducido extendiendo su mente a través del lenguaje y los medios informáticos a su disposición.

En inglés:

1. What is mindware? In what sense is mind extended?

Mindware is the total set of resources that make a mind…in my view, that’s a mix of neural, bodily, and even extra-bodily stuff. In speaking of the mind as extended, what I mean is that the machinery of mind need not all be in the head. Our brains are able to outsource cognitive work to software packages, calculators, other people. In so doing, we build larger circuits that are information processors in their own right.

2. Steven Pinker suggests language is an instinct. He used the metaphor of a spider spinning his web to illustrate this idea. You used the same metaphor to express something quite different about language. Is language an instinct, as Steven Pinker suggest? What kind of net is language? How does it adapt to our natural abilities?

I think of language as a kind of bridge, a source of material structure (vibrations in the air or ink on the page) that further extends, scaffolds and helps our own thinking. By using words and symbols we create a kind of low-dimensional version of the complex world, and can then target this, thus becoming able to think more (and better) thoughts.

3. Does our symbolic capacity underlie language, overlie language, or lie in it?

A bit of all of those I suspect. There is probably some native endowment that lets us start to use external signs and symbols. But once we start, we (literally) change our minds, becoming able to think new thoughts that invite new symbols, and so on.

4. What are the mechanisms through which we are capable of detecting the other as an agent, endowed with intentions and feelings? How do we read each other's mind? What importance do you attribute to, for instance, mirror neurons or the emotional brain in this process?

I think we are just powerful reward-driven learning devices that benefit from some small tricks (of gaze co-ordination etc) that help us form social networks. I’m agnostic on the role of mirror neurons in all this. They certainly help, but they may be as much an effect of our social understanding as a cause of it.

5. How does the mind work?

Not the way Fodor thinks!

6. How plastic do you think mind and brain are? What is human nature?

Like many animals, we seem to be a weird mixture of massive flexibility with islands of relative rigidity. I suspect we are even more plastic than we appear, and that given the right inputs we could alter our nature and processing in quite unexpected ways (eg adding brand new forms of sensory understanding of our worlds by using new forms of brain-machine interfaces)

7. Is the self an illusion, as many neuroscientists suggest? If perceived reality is a representation, how faithful is it?

If we expect the self to be housed in a kind of neat inner module, it is almost certainly an illusion. But if it is just a name for a distinctive and actively stabilized profile that helps us interact with others (and ourselves) then it (the profile) is real enough.

As for fit with reality, I am a kind of pragmatist. If our representations of the world stop us banging into things, and let us manipulate and control things, they are good in the only way that counts, or even makes sense.

8.-What are you working on now? What is your highest intellectual challenge? What is the mystery you would dream to uncover?

I’m working on perception, with a special interest in technologies of sensory augmentation (eg generating vision via touch etc). My dream would be to help imagine and design a simple but potent new sense: one that would become so widely adopted as to be thought of as part of human nature. But I’d settle for just making a little progress with understanding what makes some experience conscious and some not, or for finally knowing whether that is a bad question (as I think Dennett would say it is) or not.


En castellano:

1. ¿Qué es el mindware? ¿En qué sentido es la mente extendida?

El mindware es el conjunto de todos los recursos que constituyen una mente... Tal como yo lo veo es una mezcla de cosas neurales, corporales e incluso extracorpóreas. Al llamar extendida a la mente, lo que quiero decir es que la maquinaria de la mente no necesita estar toda en la cabeza. Nuestros cerebros pueden subcontratar trabajo cognitivo a paquetes de software, calculadoras, otras personas. Al hacerlo, construímos circuitos más grandes que son procesadores de información por derecho propio.

2. Steven Pinker sugiere que el lenguaje es un instinto. Ha usado para ilustrar esta idea la metáfora de una araña que teje su tela. Usted ha usado la misma metáfora para expresar algo completamente diferente sobre el lenguaje. ¿Es el lenguaje un instinto, como sugiere Pinker? ¿Qué clase de red es el lenguaje? ¿Cómo se adapta a nuestras capacidades naturales?

Pienso en el lenguaje como en una especie de puente, una fuente de estructura material (vibraciones en el aire o tinta en la página) que extiende, soporta y ayuda a nuestro pensamiento. Al usar palabas y símbolos creamos una especie de versión en pocas dimensiones del complejo mundo, y podemos entonces centrarnos en ella, llegando así a ser capaces de pensar más (y mejores) pensamientos.

3. Nuestra capacidad simbólica ¿subyace al lenguaje, se superpone a él, o reside en él?

Un poco de todo, sospecho. Probablemente hay algún don nativo que nos permite empezar a usar signos y símbolos externos. Pero una vez empezamos cambiamos (literalmente) nuestras mentes, y llegamos a ser capaces de pensar nuevos pensamientos que inducen nuevos símbolos, y así sucesivamente.

4. ¿Mediante qué mecanismos somos capaces de detectar al otro como un agente, dotado de intenciones y sentimientos? ¿Cómo leemos las mentes de los otros? ¿Qué importancia atribuye usted en este proceso a, por ejemplo, las neuronas espejo o el cerebro emocional?

Creo que somos simplemente potentes máquinas de aprender movidas por recompensas que nos servimos de algunos truquillos (coordinación de la mirada, etcétera) que nos ayudan a formar redes sociales. Soy agnóstico acerca del papel en todo esto de las neuronas espejo. Ciertamente ayudan, pero puede que sean tanto un efecto de nuestra comprensión social como una causa de ella.

5. ¿Cómo funciona la mente?

¡No como piensa Fodor!

6. ¿Cuán plásticos cree que son la mente y el cerebro? ¿Qué es la naturaleza humana?

Como muchos animales, parecemos ser una extraña mezcla de enorme flexibilidad con islas de relativa rigidez. Sospecho que somos aún más plásticos de lo que parecemos, y que dados los estímulos adecuados podríamos alterar nuestra naturaleza y procesamiento de maneras del todo inesperadas (por ejemplo añadiendo formas completamente nuevas de comprensión sensorial de nuestros mundos usando nuevas formas de interfaz cerebro-máquina).

7. ¿Es el yo una ilusión, como sugieren muchos neurocientíficos? Si la realidad
percibida es una representación, ¿cuán fiel es?

Si esperamos que el yo esté alojado en una especie de módulo interno definido, es casi con certeza una ilusión. Pero si es simplemente un nombre para un perfil distintivo y activamente estabilizado que nos ayuda a interactuar con otros (y con nosotros mismos), entonces ese perfil es bastante real.

En cuanto al ajuste a la realidad, soy una especie de pragmatista. Si nuestras representaciones del mundo evitan que choquemos con cosas y nos permiten manipular y controlar cosas, son buenas de la única manera que cuenta, o incluso que tiene sentido.

7. ¿En qué trabaja ahora? ¿Cuál es su máximo reto intelectual? ¿Cuál es el misterio que soñaría con desvelar?

Estoy trabajando en la percepción, con un interés especial en las tecnologías de aumento sensorial (por ejemplo generar visión mediante el tacto, etcétera). Mi sueño sería ayudar a imaginar y diseñar un nuevo sentido simple pero potente: uno que fuera tan ampliamente adoptado que llegara a pensarse en él como parte de la naturaleza humana. Pero me conformaría con simplemente progresar un poco en entender qué hace unas experiencias conscientes y otras no, o con saber por fin si esta es una mala pregunta (que es lo que pienso que diría Dennett) o no.

viernes, julio 24, 2009

¡Detengan a ese cuervo! (Entrevista a Daniel C. Dennett)

Conocí a Daniel C. Dennett, es decir, sus ideas y publicaciones, en las páginas de un libro de José Antonio Marina, La teoría de la inteligencia creadora. A Marina, pasado el tiempo, casi veinte años, debo agradecerle que, en respuesta a las preguntas que le dirigí por carta entonces, me respondiera con una magra lista de recomendaciones bibliográficas ... entre las que no había ningún libro de Dennett. Según Marina, el americano era demasiado complejo, sus ideas necesitaban muchas lecturas previas para ser cabalmente aprovechadas. Así que arrancaba su lista con un par de libros de Edmund Husserl, nada menos, La filosofía como ciencia estricta, que leí devotamente, y La crisis de las ciencias europeas, que leí con más voluntad que interés, la verdad. Junto a Husserl había otros autores de los que prescindí por no estar relacionados con lo que entonces comenzó a interesarme casi obsesivamente: la psicología cognitiva.

Cuando terminé "La crisis ..." me pregunté, entre otras cosas, sobre qué clase de arcanos escribiría Dennett y en que dialecto del chino para que, después de digerir a Husserl, no pudiera con Consciousnnes Explained (no había traducción). Me arriesgué. No sabía cuánto.


"Lo que caracteriza a todas las formas del naturalismo extremo y consecuente, es, por un lado la naturalización de la conciencia, inclusive la de todos los datos intencionales inmanentes de la conciencia; por el otro, la naturalización de las ideas y, por consiguiente, de todo ideal y de toda norma absoluta."


No es exactamente una definición pero resume bastante bien cómo describiría yo la filosofía que practica el profesor Dennett. La cita es de Husserl, ya que estamos, de La filosofía como ciencia estricta. Más aún "[El] filósofo naturalista enseña, predica, moraliza, reforma". ¿Hace todo esto Dennett? Creo que no. Es decir, sí enseña y, más que reformar, "deconstruye"; lo que no hace es emplear su "incorruptible materialismo" ni para predicar, ni para moralizar, aunque quienes de una u otra manera elevan el tono de sus críticas piensen todo lo contrario. ¡Detengan a ese cuervo!

En unas sabrosísimas notas autobiográficas, Dennett nos cuenta que


“Desde mediados de los años 80 mi atención estaba dividida entre la biología evolucionista por un lado y la ciencia cognitiva por otro. Dado que lo que se estaba haciendo en ambos campos me parecía mucho más fascinante y fructífero -más filosóficamente iluminador- que casi cualquier trabajo que se estuviera haciendo en filosofía, me encontré abandonando las viñas filosóficas y colaborando con personas de otros campos.”


Filosofía de la mente y evolución. Conciencia, sistemas intencionales, teoría computacional de la mente, selección natural, adaptacionismo, memética … Estos son alguno de los titulares de la obra de Dennett, las preguntas a las que trata de responder, a mi juicio, son las siguientes: ¿Cómo reconciliar el elevado concepto que tenemos de nosotros mismos (como especie) con la realidad científica de nuestras limitaciones? ¿Cómo se las ingenió la naturaleza para crear la mente, un complejísimo sistema intencional, a partir de millones de pequeños robots sin conciencia … ?


Dicho de otra manera, ¿cómo puede un filósofo naturalista, un materialista incorruptible, defender la evolución de la libertad?; ¿cómo puede explicar la aparición de la conciencia (o explicar qué es)? y ¿qué puede decirnos de la vida, si todo significado que atribuimos a nuestra existencia no es más que una metáfora, otro truco de la selección natural? No parecen el tipo de preguntas cuya respuesta uno espera encontrar entre las que formula un filósofo marciano, un investigador de la conciencia humana en tercera persona que, esto es, sobrevuela heterofenomenológicamente el rico mundo de nuestras intuiciones y comportamientos. Sin embargo Dennett no rehuye las connotaciones metafísicas o teleológicas con la que algunos colegas, todavía, pretenden justificar el carácter único de nuestra especie. Simplemente se plantea, discute, su pertinencia … para descartarlas ¡Detengan a ese cuervo!

Así, la conciencia, no es lo que la gente suele pensar que es: un escenario, el “teatro cartesiano” en el que un homúnculo trabaja afanosamente para reunir percepciones y gestionar las acciones pertinentes... un YO literalmente alojado en el “centro” de nuestra mente. A esta poderosa intuición, vestigio de un dualismo cartesiano superado en otros ámbitos, Dennett opone una explicación funcionalista que compara al cerebro con una computadora y explica la conciencia como un producto de sus operaciones distribuidas en multitud de procesos inconscientes …


Algo que no convence ni a Jerry Fodor …


“Si, para decirlo rápidamente, mi cabeza está habitada por una comunidad de ordenadores, más vale que también haya alguien a cargo de su funcionamiento, y más vale que ese alguien sea yo”


… ni a Robert Wright (entre otros):


“Por supuesto, aquí el problema es postular que la conciencia es idéntica a estados físicos del cerebro. Cuanto más se empeñan Dennett et al en explicarme qué quieren decir con eso, más me convenzo de que, en el fondo lo que quieren decir es que la conciencia no existe”


No exactamente. Lo que Dennett niega es la “magia” de la conciencia. Para explicar cómo surge esbozó en Consciousness Explained la teoría de los borradores múltiples, rebautizada recientemente como “popularidad cerebral”. De acuerdo a esta teoría la conciencia se parece más a la fama que a la televisión: no se trata de una representación “cartesiana” sino de una “competición” en la que ciertos contenidos, eventos que suceden en la incesante actividad cerebral, consiguen algo parecido a la fama compitiendo con otros que, por lo tanto, quedan relegados. Más gráficamente: aparecer en la televisión no es lo mismo que ser famoso, es decir, aparecer 15 minutos en la caja tonta no le asegura a uno la fama, sino sólo eso: quince minutos de tele … y un rápido olvido. Para Dennett una teoría de la conciencia debe esforzarse en explicar por qué unos contenidos prevalecen mientras que otros se extinguen una vez concluyen sus modestos quehaceres.


Esta perspectiva computacional, reforzada por el conductismo lógico que heredara de su maestro Ryle, la “actitud intencional” (que requiere “un abordaje de la conciencia en tercera persona”), se lleva por delante dos conceptos queridos a muchos filósofos y científicos de la mente: los qualia, la irreductibilidad del punto de vista en primera persona; y el “zombismo”, una “ilusión cognitiva” tan pertinaz como estéril. ¿Para qué sirve estudiar a una máquina idéntica a nosotros (los seres humanos) salvo por el detalle de que no tiene conciencia? Es decir, eso, a nosotros sin conciencia ... Je, usando a David Chalmers como “sujeto heterofenomenológico”, Dennett concluye:


“El hecho de que algunos sujetos tengan la corazonada zombi no puede considerarse un argumento válido para revolucionar la ciencia de la conciencia.”


Así pues, cada “cada uno de nosotros está hecho de robots mecánicos y punto”, carentes de conciencia o finalidad: para comprender la mente tenemos que abandonar ese sustrato, elevar nuestras pesquisas desde el nivel físico hasta el intencional para estudiar el “propósito” adaptativo de los algoritmos darwinianos que, durante cientos de años, han modelado, tambien sin conciencia ni finalidad, nuestra mente. Y nuestra libertad. Un atributo mucho más joven que nuestra especie que necesita mucha atención ya que “alguna de nuestras ideas tradicionales sobre la libertad están simplemente equivocadas; más aún […] son contraproducentes y ponen serios problemas al futuro de la libertad en este planeta”.


A Dennett se le ha llamado fundamentalista ultradarwiniano, u otras lindezas parecidas, con el propósito de inflamar los debates al respecto de cuestiones aparentemente técnicas, pero que, por motivos no siempre claros, tienen o tenían clara connotaciones políticas y … a la larga, personales. En Darwin's Dangerous Idea, Dennett otorgaba a Darwin el premio a “la mejor idea que nadie haya tenido”, un “ácido universal”, una idea revolucionaria que encuentra aplicación más allá de su ámbito original, la biología, y que por lo tanto sigue levantado suspicacias, temores y .. ácidas disputas. Los opositores a la difusión del algoritmo darwiniano, el poder del pensamiento adaptacionista, buscarían contenerlo en los límites de la biología con técnicas “contrarrevolucionarias” . Tal es el caso Stephen Jay Gould, a quien Dennett acusaba de promulgar tres falsas alarmas para desvirtuar la validez del darwinismo ortodoxo (en expresión del propio Gould). Tales “alarmas” serían: la hipótesis del equilibrio puntuado, la aparición de subproductos no adaptativos (spandrels) y la importancia del azar en la evolución. Gould contestó con dureza a Dennett desde las páginas del New York Review of Books (Gould, Dennett), una reedición de las guerras evolucionistas de los setentas, en la que Allen Orr también tuvo un papel destacado y despiadado (Orr, Dennett,Orr). Gould no es el único damnificado, es un decir … en Darwin´s Dangerous Idea, por lo demás una amenísima introducción a la evolución darwinista, Dennett arremete contra Stuart Kauffman (por salirse del guión de la selección natural) y contra otros como Jerry Fodor, Searle, Roger Penrose o Chomsky por su aversión a la marea adaptacionista y su afición a los "ganchos celestiales". ¡Detengan a ese cuervo!

Como ven, Dennett es un pensador difícil de resumir, imposible de sistematizar (él mismo se revuelve ante esa posibilidad) y que no nos deja indiferentes. Cuando acepté el reto de José Antonio Marina y picado por la curiosidad no quise seguir su consejo, descubrí a una rara avis de la filosofía. Daniel Dennett es un pensador a quien nuestras editoriales, perdón el público español, no tratan como se merece. Desconozco las ventas de su última publicación, Rompiendo el hechizo(la religión como un fenómeno natural), pero cuesta entender que dos de sus obras imprescindibles no se hayan reeditado en años. Tal vez nos creamos más libres de lo que somos (a nivel intencional, se entiende).


“Tal vez hayamos encontrado aquí el verdadero rostro del miedo secreto que se esconde detrás de algunos de los gritos de: ¡detenga ese cuervo! No es que la ciencia vaya a robarnos nuestra libertad, sino que va a darnos demasiada libertad.”


Así “predica” un filósofo naturalista.


El profesor Dennett ha contestado amablemente a nuestras preguntas.


En inglés:

1. When talking about evolution and its many spurious controversies I've been asked for recommended readings. I usually recommend two titles (well maybe three): The Descent of Man and Darwin's Dangerous Idea (the third one is Ernst Mayr's What evolution is). I think yours, the latter, is an extraordinary introduction to darwinian thinking and a must-read for those who think that Stephen Jay Gould is the canonical author of the “Evolution Theory”. How much harm have Gould's ideas done to the understanding and divulgation of “what evolution is”?

It has been seven years since Gould died, shortly after publication of his huge (and largely unreadable) tome, The Structure of Evolutionary Theory. During that time, the flood of misguided anti-adaptationism inspired by his work has receded considerably, in my informal judgment. Many important articles and several important books have been published that are so unabashedly adaptationist in their methodology and perspective that they hardly ever mention his critiques, and don’t bother responding to them in any case. The politically motivated misrepresentation of sociobiology and evolutionary psychology initiated by him and Lewontin, continues unabated, and several aspirants to his role as a ferocious critic of these disciplines have emerged, but none with his stature or eloquence. So perhaps the damage will dissipate soon enough. With any luck, posterity will remember all the good explanations and popularizations he wrote, and forget his misbegotten campaigns.


2. You ended Darwin´s Dangerous Idea with a piece of advice: Handle with care as “the truly dangerous aspect of Darwin's idea is its seductiviness”. There is and article in Scientific American by a Gary Stix where he quoted :”[...] incorporating Darwinian natural selection into simulations of economic behavior can help yield useful insights into how markets operate and provide more accurate predictions than usual of how financial actors—both individuals and institutions—will behave.”. Sounds good, but does it really make sense to play “natural selection” in over-regulated economies?

The role of evolutionary economics is not yet settled, but insofar as there are important insights and corrections to be gleaned from an evolutionary approach (and I think there are going to be many), they will be scarcely affected by any constraints or conditions imposed by regulation, which is, after all, just one more environmental condition. For insights into the prospects, pro and cojn, for an evolutionary approach to economics, see, e.g., Don Ross Economic Theory and Cognitive Science: Microexplanation (Bradford Books) 2007.

3. A very short one. Pat Buchanan has done it again. He has written a new slander against Darwin, how can you explain the importance of “evolution” in American politics?

Thanks for the alert about this pathetic outburst by Buchanan. It is too early to tell, but I see signs that 2009, the year of Darwin, is actually having a good effect. With all the conferences and books and articles, the opposition to Darwin is getting more shrill and more desperate. Let him rail about Darwin; if it provokes more people to read Jerry Coyne’s new book, WHY EVOLUTION IS TRUE , or Dawkins, or all the others, the realization that evolutionary biology is, simply, the truth about the biosphere will sink in, and then politicians will drop the topic like a hot potato. Buchanan is already firmly lodged in the public imagination as one of the chief goons of the American right. With enemies like him, Darwin hardly needs friends.


4. Quoting Massimo Pigliucci: Do we need an extended evolutionary synthesis?

In one sense, of course, we always need an extended evolutionary synthesis. New facts, new complications, new theoretical forays, require continued adjustment, extension, revision, of the basic evolutionary synthesis that is now half a century old. The new emphasis of “evo-devo” , which stresses the role that development plays, interactively, with genetic evolution, has adjusted everybody’s perspective, and there are surely more adjustments to come. Is any of it ‘revolutionary’? Well, most scientists would love their contributions to be hailed as revolutionary, but I don’t see anything that deserves that label—especially since it tends to imply that the theory that went before, the Establishment science, if you like, was either deeply mistaken or at least much less complete than imagined, like Newtonian physics, which is still a wonderful and reliable approximation of the truth in almost all applications in science. Einstein’s physics is revolutionary; quantum physics is revolutionary; I don’t think evo-devo is revolutionary, and I don’t see anything else that better deserves the label.


5. Hayek wrote in The Sensory Order that “the idea of a mind that explains itself is a logical contradiction and it is the result of bias whereby we must be able to treat mental events in the same way we treat physical events”. Hayek foreshadowed some ideas that resemble the Multiple Drafts Model of consciousness that you introduced in Consciousness Explained (if only he had known of your heterophenomenology …). Twenty years has passed since the publication of your book? Do the Drafts Model need an update?

Yes, and it is receiving one. See, for instance, the essay by me and Kathleen Akins on scholarpedia. http://www.scholarpedia.org/article/Multiple_drafts_model


And many of the neurophysiological details I deliberately remained neutral about in 1991 (because I didn’t want to tie my account to a particular implementation that proved too fragile) are now beginning to come into focus. In a few years, if I can find the time and energy, I will be doing a complete update, with much more experimental detail and support.


6. Do you think that the a juror in a trial should care about neuroscience? After all, they judge persons, not brains …

Not yet! There is not enough neuroscience that is both clearly established and clearly relevant to the questions jurors must decide. But the day is approaching when we will be able to assess quite objectively the (sometimes plausible, sometimes not so plausible) claims by various defendants that they were incapacitated, unable to make decisions that were free IN THE SENSE THAT THE LAW REQUIRES. Then, as with fingerprinting and DNA testing, we will have to educate the pools of jurors, so they are not easily misled by the experts, who will no doubt be enlisted on both sides.


7. Richerdson and Boyd asked, why doesn´t natural selection structure the psychology of social learning so that we pay attention to the behaviour of non-parents, but only learn what is good for our genetic fitness? In other words why memes are not always adaptive? (well, except for themselves)

Boyd and Richerson argue—and I’m sure they’re right—that evolution has given us a strong bias as young children in favor of accepting what our parents tell us. Why? Because, to a first approximation, we and our parents share our “genetic goals”; we are unlikely to get much counterproductive misinformation from them. The same can be said about bear cubs and eaglets: Do What Mother Says! In our species, unrelated meme-spinners have found ways of exploiting this bias. It is no accident that religious leaders are typically called Father.



8. In Freedom Evolves you wrote that freedom is younger than our species. It seems that it is a by-product of other complex cultural adaptations ...

Yes, when language evolved, we learned, eventually, to share evaluations, trade notes, consult each other about what we were doing and why. The question “Why?” is the key; it demands or invites the articulation of reasons, which is the key to our freedom. We can see a ‘fossil trace’ of this in the word we use to identify those with free will: we call them “responsible”—they are capable of RESPONDING, reasonably, to articulated REASONS. If you tell your dog why it shouldn’t run into the street, it will respond, but it will just bark; it can’t understand. That’s why it doesn’t have free will in the morally important sense.

En castellano:

1. Al hablar sobre evolución y sus muchas controversias espurias me han pedido que recomiende lecturas. Habitualmente recomiendo dos títulos (puede que tres): La ascendencia del hombre y La idea peligrosa de Darwin (el tercero es Qué es la evolución de Ernst Mayr). Creo que el suyo, el segundo, es una introducción extraordinaria al pensamiento darwinista y lectura obligatoria para los que creen que Stephen Jay Gould es el autor canónico de la “Teoría de la evolución”. ¿Cuánto daño han hecho las ideas de Gould a la comprensión y divulgación de lo “qué es la evolución”?


Hace siete años que murió Gould, poco después de la publicación de su voluminoso (y en gran parte ilegible) tomo, La estructura de la teoría de la evolución. Durante este tiempo, la avalancha de anti-adaptacionimo descarriado inspirado por su trabajo ha disminuido considerablemente, en mi opinión informal. Muchos artículos y varios libros importantes que se han publicado son tan decididamente adaptacionistas en su metodología y perspectiva que casi nunca mencionan sus críticas, y no se moleste en responder a ellas en cualquier caso. La tergiversación de la sociobiología y la psicología evolucionista, políticamente motivada, iniciada por él y Lewontin, continúa sin cesar, y varios aspirantes a su papel de crítico feroz de estas disciplinas han surgido, pero ninguno con su estatura o elocuencia. Así que tal vez el daño se disipe pronto. Con suerte, la posteridad recordará todas las buenas explicaciones y su labor divulgativa, y olvide sus espurias campañas.


2. Usted finalizaba La peligrosa idea de Darwin con un consejo: Úsese con cuidado, "el aspecto verdaderamente peligroso de la idea de Darwin es su capacidad de seducción". En un artículo de Scientific American Gary Stix citaba :"[...] la incorporación de la selección natural darwiniana en las simulaciones del comportamiento económico puede ayudar a producir ideas útiles sobre cómo funcionan los mercados y a proporcionar predicciones más precisas de lo habitual sobre cómo los agentes financieros -tanto los individuos como las instituciones- se comportarán". Suena bien, pero ¿realmente tiene sentido jugar a la"selección natural" en economías fuertemente reguladas?


El papel de la economía evolucionista todavía no está resuelto, pero en la medida en que haya importantes ideas y correcciones que se desprendan de un enfoque evolucionista (y creo que van a ser muchas), estarán poco afectados por las restricciones o condiciones impuestas por la regulación, que es, después de todo, sólo una condición ambiental más. Para conocer las perspectivas, a favor y en contra, de un enfoque evolucionista de la economía, véase, por ejemplo, Don Ross, Economic Theory and Cognitive Science: Microexplanation (Bradford Books) 2007.


3. Una muy corta.
Pat Buchanan ha vuelto a hacerlo. Ha publicado un nuevo libelo contra Darwin, ¿cómo puede explicar la importancia de la “evolución” en la política americana?


Gracias por el aviso sobre este patético arrebato de Buchanan. Es demasiado pronto para decirlo, pero veo señales de que 2009, el año de Darwin, está teniendo de hecho un buen efecto. Con todas las conferencias y libros y artículos, la oposición a Darwin es cada vez más estridente y está más desesperada. Dejémosle que desbarre sobre Darwin; si eso provoca que más personas lean el nuevo libro Jerry Coyne, Why evolution is true o los de Dawkins, o de todos los demás, la comprensión de que la biología evolucionista es, simplemente, la verdad sobre la biosfera calará, y entonces los políticos dejarán el tema como si fuera una patata caliente. Buchanan ya está firmemente asentado en el imaginario colectivo como uno de los principales gorilas de la derecha americana. Con enemigos como él, Darwin no necesita amigos.


4. Citando a
Massimo Pigliucci: Necesitamos un síntesis evolucionista ampliada?


En cierto sentido, por supuesto, que siempre necesitamos una síntesis evolutiva ampliada. Nuevos hechos, nuevas complicaciones, las nuevas incursiones teóricas, requieren un ajuste, la ampliación, revisión, de la síntesis evolutiva básica que tiene ahora medio siglo de antigüedad. El nuevo énfasis de la "evo-devo", que subraya el papel que desempeña el desarrollo, interactivamente, con la evolución genética, ha modificado la perspectiva de todo el mundo, y seguramente habrá más ajustes en el futuro. ¿Es esto 'revolucionario'? Bueno, la mayoría de los científicos desean que sus contribuciones sean aclamadas como revolucionarias, pero no veo nada que se merezca esa etiqueta, especialmente porque viene a implicar que la teoría hasta ese momento vigente, la Ciencia, si se quiere, era o bien errónea o, al menos, mucho menos completa de lo imaginado, como la física newtoniana, que sigue siendo un maravilloso y fiable aproximación de la verdad en casi todas las aplicaciones de la ciencia.La física de Einstein es revolucionaria, la física cuántica es revolucionaria, no creo que evo-devo sea revolucionaria, y no veo nada que mejor merezca la etiqueta.


5. Hayek escribió en
El orden sensorial que “la idea de una mente que se explica a sí misma es una contradicción lógica y es el resultado de un prejuicio que establece que debemos ser capaces de tratar los acontecimientos mentales como a los físicos”. Hayek avanzó algunas ideas que recuerdan al Modelo de los borradores múltiples de la conciencia que usted introdujo en La conciencia explicada (si tan sólo hubiera conocido su heterofenomenología …). Han pasado veinte años desde la publicación de su libro. ¿Es necesario actualizar el Modelo de borradores?

Sí, ya tenemos una actualización. Vea, por ejemplo, el ensayo que Kathleen Akins y yo hemos publicado en la scholarpedia.

Y muchos de los detalles neurofisiológicos sobre los que me mantuve deliberadamente neutral en 1991 (porque no quise vincular mi hipótesis a una implementación particular que resultara demasiado frágil) están comenzando a enfocarse. En unos pocos años, si puedo encontrar el tiempo y la energía, voy a hacer una actualización completa, con mucho más detalles experimentales y apoyo.

6. ¿Cree usted que un jurado debe saber de neurociencia? Después de todo ellos juzgan personas, no cerebros …

¡Todavía no! No hay suficiente neurociencia claramente establecida ni claramente pertinente a las cuestiones sobre las que debe decidir un jurado. Pero se acerca el día que seremos capaces de evaluar objetivamente las (a veces plausibles, a veces no tan plausibles) alegaciones de diferentes acusados sobre su incapacidad para tomar decisiones que fueran libres EN EL SENTIDO DE QUE EXIGE LA LEY. Entonces, al igual que con las pruebas de ADN y las huellas dactilares, habrá que educar a los jurados, para que no sean fáciles de engañar por los expertos, que sin duda se alistarán en ambos lados.


7. Richerdson y Boyd se han preguntado, ¿por qué la selección natural no ha estructurado la psicología del aprendizaje social de manera que prestemos atención al comportamiento de quienes no son nuestros padres, pero sólo para aprender aquello que es bueno para nuestro mejora genética? En otras palabras ¿por qué los memes no son siempre adaptativos? (es decir, salvo para ellos mismos).


Boyd y Richerson argumentan -y estoy seguro que tienen razón- que la evolución nos ha dotado de un fuerte sesgo cuando somos niños pequeños para que aceptemos lo que nuestros padres nos dicen. ¿Por qué? Porque, en una primera aproximación, nosotros y nuestros padres compartimos los mismos "objetivos genéticos"; es poco probable que recibamos de ellos desinformación contraproducente. Lo mismo puede decirse para los oseznos y los aguiluchos: ¡Haz lo que dice tu madre! En nuestra especie, los hiladores de memes han encontrado la forma de explotar este sesgo. No es casualidad que los líderes religiosos suelan llamarse Padre.


8. En la Evolución de la libertad usted escribió que la libertad es más joven que nuestra especie. Parece que es un subproducto de otras complejas adaptaciones culturales ….


Sí, cuando el lenguaje evolucionó, aprendimos, finalmente, a compartir las evaluaciones, intercambiamos impresiones, compartimos lo que hacíamos y por qué lo haciamos. La pregunta "¿Por qué?" es la clave; demanda o invita a la articulación de razones, que es la clave para nuestra libertad. Podemos ver un “rastro fósil” de lo que comento en la palabra que utilizamos para identificar a aquellos con libre albedrío: los llamamos "responsables"-que son capaces de RESPONDER, razonablemente, a RAZONES. Si usted le dice a su perro por qué no debe correr en la calle, responderá, pero con un ladrido, no puede comprenderle. Es por eso que no tiene libre albedrío en el sentido moral importante.