Para Sigmund Freud, la moral era una especie de instancia intrapsíquica a la que llamó Superyó.
El
Superyó a su vez tenia dos hijos, el "Yo ideal" y el Ideal del Yo". El
Yo ideal representa a lo imaginario en el principio del placer ( es
ideal en tanto en cuanto coincide con mis deseos, incluyendo a cómo me
imagino los deseos de los demás), el Ideal del Yo sin embargo es algo
impuesto que procede de un lugar ajeno al principio del placer y que
contiene censura por parte de alguna instancia extrapsíquica.
Naturalmente
Freud no conocía nada de psicología evolucionista y no sabía que en
realidad la moral habia evolucionado como un constructo social destinado
a limitar los beneficios del egoísmo individual (el principio de placer
individual), uno de los problemas que todas la comunidades humanas han
tenido que soportar desde el principio de los tiempos: lo que es ideal para el individuo puede ser letal para la comunidad.¿Cómo hacer a los grupos humanos laboriosos, cooperativos y cohesionados?
La moral emergió basicamente para controlar la conducta de los demás,
pero no la conducta propia, y es ahi donde Freud se equivocó al situal
al Superyó como un homúnculo interno hipervigilante. La verdad es que la
mayor parte de los transgresores no reconocen su transgresión ni aun
después de haber sido castigados por ella.
La forma en que
controlamos la conducta ajena es diversa, por una parte están los
códigos penales de los Estados modernos, antes códigos religiosos, pero
tambien existen códigos no escritos de costumbres y usos, pragmáticos y
no escritos destinados a regular las relaciones de unos con otros: el
ninguneo social, el exilio emocional, el descenso de contractualidad
social o la muerte civil son algunas de las condenas que estigmatizan a
los incumplidores, y eso que hemos convenido en llamar reputación es su
defensa.También existe otra forma más doméstica de controlar a los
tramposos: el cotilleo, que algunos autores han correlacionado como un factor de salud mental (Brown 1991) y sobre todo un absoluto antropológico.
Es
así como solemos enterarnos de quién y qué instancias morales ha
transgredido nuestro vecino y de ahi que algunos autores supongan que
cotillear es una tarea que ha evolucionado desde edad ancestral hasta
nuestros dias debido a que contiene una ventaja social: la de señalar a
los transgresores y burlarse de ellos con el fin de censurarlos
publicamente o disminuir su rango o prestigio.
Lo cierto es que la
moral es una forma de inteligencia emocional y no una categoría que se
tiene o se carece de ella, además es una instancia dimensional y no
categorial tal y como conté en otro lugar.
Al ser dimensional es frecuente que existan contradicciones y
antagonismos entre ciertas dimensiones y otras. El ejemplo más frecuente
es el de aquella persona conservadora que abomina de la infidelidad
matrimonial pero es capaz de sustraer recursos colectivos a través de
ciertas formas de corrupción. O el de aquella persona progresista que
está a favor del aborto pero en contra del maltrato a los toros en la
llamada "fiesta nacional".
De manera que para comprender mejor
estos antagonismos y contradicciones vamos a repasar los cinco pilares
de la moralidad descritos por Haidt, recordando que los dos primeros
responden a una ética individual (la etica de la autonomía), los dos
segundos a una ética comunitaria o colectiva y el último a una ética de
la divinidad o por decirlo de una manera más comprensible, una ética de
lo sagrado.
Dimensiones de la ética individual.-
1.- Daño-cuidado. De
todas las dimensiones de la ética, la del daño-cuidado es la que recoge
un mayor numero de consensos. El 90% de la población estaria de acuerdo
es que es bueno cuidar de los enfermos, los ancianos, los necesitados o
los niños, asi como que es malo hacer daño a los demás, incluyendo a
los daños que se inflingen de forma gratuita a los animales o al medio
ambiente como quemar bosques, etc.
Algunas personas como las que
nombré en el post anterior han edificado su moral alrededor de esta
fundación o dimensión y se han especializado en el cuidado de otros o
bien temen el daño propio o el ajeno, elaborando toda una teoria
cognitiva alrededor del daño y el dolor o el sufrimiento ligado a la
responsabilidades adquiridas por estos mandatos.
Los problemas
morales que suelen atormentar a estas personas son los temas del
sacrificio individual y los dilemas que proceden del altruismo: "o yo o
él/ella".
2.-Justicia-equidad.- Venimos al mundo
equipados con una fuerte sensibilidad a las injusticias y que procede
del hecho de que bien pronto en nuestro desarrollo empezamos a
compararnos con lo que otros tienen u obtienen, principalmente
comparándonos con nuestros hermanos. Desarrollamos asi y de manera muy
precoz un catálogo de injusticias percibidas con meridiana claridad. Lo
curioso de esta percepción es que parece estar diseñada más bien para
detectar las injusticias siempre y cuando nos perjudiquen a nosotros,
pero somos ciegos para percibir aquellas que nos benefician. Asi pues,
la ética de la justicia-equidad es poco de fiar y aunque representa
fundamentalmente los derechos individuales lo cierto es que cuando nos
confronta con los derechos de otros comienzan a aparecer las
discrepancias.
Hay quienes son más "justicieros" que
otros y hay quienes pelean por la igualdad toda su vida, algo que
divide a las personas en dos grandes grupos: aquellos que prefieren la
libertad y aquellos que prefieren la igualdad. Lo cierto es que libertad
e igualdad son valores contradictorios y que dividen a la población en
dos grandes grupos, aqui comienzan a haber distinciones y diferencias
éticas entre unos y otros. En este post analicé
precisamente esta cuestión y la relacioné con el proceso democrático
que vivimos en España. Y como se puso fin a la dictadura eligiendo la
libertad frente a la justicia.
En los Estados modernos existen
muchas injerencias sobre la libertad individual, piense usted por
ejemplo en la obligatoriedad de vacunarse contra la gripe en una
supuesta epidemia o en abrocharse el cinturón de seguridad cuando
conducimos. ¿Tiene el Estado derecho a meterse en estos asuntos?. Si
usted valora más la igualdad dirá que si y si valora más su libertad
dirá que no.
Paradójicamente esta escala de valores sufre algunas
modficaciones en cuanto a gustos, por ejemplo los conservadores
defensores de la libertad estarán de acuerdo en prohibir el uso y venta
libre de drogas mientras los progresistas defensores en otro lugar de la
equidad manifestarán quizá su tolerancia al uso libre de las mismas.
De
manera que los consensos casi universales que se obtienen en la
dimensión daño-cuidado parecen haberse roto en esta segunda dimensión:
aqui ya no hay tanta homogeneidad ni acuerdos sobre qué conductas
individuales son morales o no.
Como veremos a continuación en la proximas dimensiones todavia hay menos razones para el consenso.
Dimensiones éticas colectivas.-
3.- La dimensión lealtad-traición.-¿Hasta
que punto estamos obligados a permanecer leales a las reglas de nuestro
grupo de pertenencia? ¿hemos de seguir las reglas que nos marcan
nuestros padres, nuestra etnia, pueblo, nación o cualquier otro
colectivo al que pertenecemos? ¿Dónde queda pues nuestra libertad?
¿Hemos de renunciar a nuestros deseos de pertenencia para ser libres?
La
mayor parte de la gente se adhiere de una forma casi "perruna" a los
hábitos que aprendieron de niños a los que dan por buenos sin ninguna
critica, salvo cuando interfieren con sus planes y entonces se permiten
echar una cana al aire.
Uno de estos dilemas morales es el tema de
la fidelidad a nuestra pareja. ¿Debemos renunciar a tener relaciones
sexuales con otro/as solo por el hecho de estar casados o emparejados?
¿Qué grado de compromiso moral tenemos con nuestra pareja?
Se
trata de un dilema muy frecuente y que da lugar a mucho sufrimiento e
incluso patología. Lo cierto es que se trata -en cualquier caso- de una
trangresión muy frecuente, tan frecuente que hemos desarrollado no sólo
estrategias de cotilleo para desviar la atención del dilema a otras
cuestiones sino que todos (los hombres más) somos complacientes con las
escapadas.
Lo cierto es que la monogamia y el amor romántico son
una imposición social. En realidad evolutivamente hablando somos
bastante parecidos a los bonobos, pero tambien es cierto que una
sociedad con libertad sexual total no hubiera sido capaz de medrar tanto
como la nuestra. Se impuso pues alguna restricción para saber quién era
el padre de quién y otras restricciones para que las mujeres tuvieran
asistencia por parte de un grupo familiar potente y cohesionado que
pudiera tomar el relevo ante la posible desaparición del hombre.
La libertad y la pertenencia son pues polos en continua dialéctica, existe pues también una ética de la traición, fundacional en los humanos.
4.-La dimensión autoridad-sumisión.- No
cabe ninguna duda de que estamos insertados en una sociedad fuertemente
jerarquizada y donde la distribución de oportunidades, riqueza, poder y
distintas prebendas ofrecen un modelo de pirámide cuya base está
ocupada por una mayoria de personas desprovistas de bienes y que en cuya
cuspide una pequeña minoria. Desde el punto de vista evolucionista la
pregunta seria la siguiente nuestras mentes están estructuradas “con
anterioridad a la experiencia social” para la jerarquía o para la
igualdad?
Aqui existe un debate interesante porque los datos
antropológicos de los que disponemos son más bien confusos, como puede
verse en este gráfico, en tanto en cuanto a nuestra procedencia
ancestral parece que nuestros origenes simiescos están relacionados con
una fuerte jerarquía, sin embargo con el tiempo estas jerarquías fueron
debilitándose y convirtiéndose en una sociedad mas igualitaria y
cooperativa.
Pero
en el Neolitico, la cosa comenzó a torcerse y la curva de la jerarquía
comenzó de nuevo a crecer hasta nuestros dias. Todo parece indicar que
la aparición de la agricultura y la acumulación de excedentes
alimentarios supusieron un cambio radical en las sociedades de
cazadores-recolectores, un cambio que precisó de nuevas reediciones de
las antiguas jerarquías a fin de asegurar la convivencia. Naturalmente
este hecho es interpretable.
En cualquier caso, todo parece
indicar que nuestra mente está tan acostumbrada a las jerarquías como a
detectar los abusos de la misma, tal y como podemos leer en este post.
Algo que nos amarga la existencia a todos con continuos conflictos con
la autoridad a la que siempre percibimos como abusiva, incapaz o
incoherente.
Etica de la divinidad.-
Pureza-santidad.-La
etica de la divinidad o de lo sagrado existe porque existe
descomposición, degradación y corrupción en las cosas y hemos
desarrollado profundas defensas de repugnancia frente a las mismas,
incluyendo la repugnancia moral. Defensas que son inconscientes y fuera
de toda lógica racional, se trata de una repugnancia que procede de las
tripas y no de la razón, razones que buscan la recomposición, la
integración de los restos y los detritus. Es por eso que a esta
fundación se le conoce como ética de la divinidad o de lo sagrado, pues
opera con entidades incomensurables, invisibles, con algo que se situa
mas allá de la reflexión o del raciocinio.
Por eso pueden existir
repugnancias morales y no sólo alimentarias, pues ha habido un proceso
de moralización y de desmoralización en la genealogia de nuestra
concepción de la moral.
Un dilema moral.-
Dos hermanos muy unidos entre sí y adultos deciden en un viaje al
extranjero tener una relación sexual. Se protegen para evitar un
embarazo doblemente, con píldoras y con condones. Deciden igualmente no
volver a hablar de este tema y no volver a repetir la experiencia jamás a
fin de no sucumbir a “enamoramientos” más o menos letales que pudieran
oscurecer aquella experiencia, para ellos imborrable.
La pregunta que hace Haidt a sus alumnos es ésta. ¿Qué opina usted de esta decisión? ¿La condena o la tolera? Y ¿por qué?
Naturalmente casi todo el mundo condena esta historia, pero lo que Haidt pretende averiguar es en nombre de qué lo hacemos.
Como
el lector ya habrá podido entender el experimento (mental) se hace en
unas condiciones casi quirúrgicas, evitándose los embarazos (que
pudieran dar pábulo a las explicaciones sobre malformaciones) y evita
tambien la repetición de la conducta que pudiera llevar a la pareja a un
callejón social sin salida. Lo que Haidt quiere saber es qué hacemos
para justificar ciertas decisiones.
Más concretamente Haidt quiere saber
¿por qué aceptamos la prohibición, el tabú del incesto de una forma
casi universal y sin rechistar?
Lo cierto es que sea como sea no
existe ninguna otra prohibición que haya tenido tanto éxito como la del
incesto, aunque es cierto que existen excepciones, la mayor parte de las
personas comunes aceptamos sin pestañear y casi sin pensar esta
prohibición, casi tanto como la del parricidio. Pero
Haidt lo que quiere
es precisamente hacerles pensar. Saber por qué respetamos esa
prohibición de forma casi universal, es decir en todas las culturas
humanas.
Lo que Haidt pretende demostrar es que existe un juicio
moral desconcertado cuando se hacen ciertas preguntas como ésta, aparece
una especie de disonancia cognitiva pues el individuo no puede dar razones racionales para justificar su rechazo.
Es por eso que Haidt apela a la intuición: hay algo en nuestra
intuición que nos hace rechazar este tipo de relaciones, primero las
rechazamos y después las racionalizamos con argumentos racionales.
Para Haidt la mayor parte de nuestras decisiones morales se encuentra en nuestras intuiciones automáticas, Más concretamente se encuentra en nuestras tripas, hay algo en el incesto que nos repugna.
Ahora
supongamos que un hombre (o mujer ) casado, se siente profundamente
atraido por una tercera persona. Ambos pactan encontrarse en un hotel y
tener una relación sexual, mantienen entre sí una relación de amistad
duradera con algunos encuentros puntuales. Entre sus condiciones se
encuentra el pacto de que ninguno quiere divorciarse de su pareja
actual, de manera que mantienen su relación de una manera discreta.
Nunca nadie supo, intuyó o sospechó nada, ni por parte de ella ni por
parte de él.
¿Como valora usted desde el punto de vista moral este supuesto?
Es
casi seguro de que en este segundo caso ya no haya tanto consenso. No
voy a dar cifras y me conformo con que cada lector saque sus propias
conclusiones y encuentre diferencias y similitudes con el supuesto
anterior. Aqui no vendría la repugnancia al rescate de la moral
salvo en algunas personas muy pulcras. El adulterio ya ni siquiera es
un delito en nuestro mundo, de manera que los que categoricen esta
actitud como inmoral tienen un problema adherido: ¿Por qué es inmoral
esta conducta? ¿A quién perjudica?
Si pongo estos dos dilemas
morales como ejemplo es para señalar que las cuestiones morales tienen
al menos dos ejes de torsión, uno que está en las tripas, como ya dije
antes y otro es la razón aunque se trate de una razón irrazonable. Y no
cabe duda de que en el mundo actual donde cualquier cosa es posible, la
repugnancia (la fundacion pureza-santidad) es la ultima trinchera que nos queda para moralizar ciertas conductas.
La
clave del asunto es que la moral cambia con la sociedad y aunque
ciertas conductas como el homicidio, el maltrato, el robo o el abandono
de bebés,(daño-cuidado) siguen siendo penalizadas por casi la mayor
parte de la población, ciertas cuestiones han sufrido amplios procesos
de desmoralización o naturalización miientras que otras conductas han
sufrido el proceso inverso: la moralización.
Conductas que han sufrido procesos de desmoralización.- Se
trata de conductas que otrora eran consideradas profundamente
inmorales, sobre todo mientras la religión fue la guía de estos
preceptos y que hoy han pasado a formar parte de decisiones biomédicas o
bien se han separado del todo de un cuestionamiento moral pasando a
formar parte de eso que se llama vida privada.
1.- El aborto.
2.-El adulterio.
3.-El alcoholismo.
4.-La toxicomanias incluyendo la ludopatía.
5.-La obesidad.
Conductas que han sufrido procesos de moralización.-
Se trata de conductas que otrora eran neutras desde el punto de vista
moral, (aunque algunas religiones las recogían entre sus preceptos) y
que hoy se plantean como opciones morales en algunas formas de vida como
por ejemplo el vegetarianismo.
1.-Comer carne
2.- Fumar cigarrillos o cigarros en publico.
3.-La prescripción de hacer ejercicio.
4.-El animalismo y las causas de defensa de los animales.
5.-Los alimentos ecológicos.
6.- Cierto tipo de terapias y de tratamientos alternativos.
7.-El amamantamiento prolongado.
Cuestiones nuevas.-
1.-
Todo lo relacionado con las tecnologías reproductivas plantea
innumerables enigmas biomédicos. ¿Qué hacer con los embriones
congelados? ¿Es moral embarazarse estando soltera? por no hablar de
todas las tecnologias futuras que aparecerán como posibilidades técnicas
y que aun no hemos sido capaces de plantearnos siquiera su existencia.
En conclusión:
1.-
Todo parece indicar que la moral no es un órgano del cerebro como
supuso Freud, sino un almacén de posibilidades interpersonales de
convivencia con cargas de prohibición/tolerancia que se encuentran
dispersas en la cultura y que cada individuo introyecta "para sí" de
acuerdo con sus preferencias de vida o concepción del mundo. Del mismo
modo es necesario decir que este "Superyó" virtual es muy sobornable y
basta con que aparezcan ventajas adheridas a la transgresión para que el
individuo incumpla su propio código moral.
2.- La caida de las
religiones como guardianas de los preceptos morales ha conformado un
desorden moral en el mundo de tal modo que cada persona ha construido
una guia moral a su medida no necesariamente vinculada con el bien
social sino con su propia percepción de lo que es motivo de sanción y lo
que es tolerable.
Sin embargo la desaparición de las religiones
no ha impedido que nuevas prohibiciones con carga moralizante hayan
aparecido en escena bajo la tutela médica, alimentaria o reproductiva,
un ejemplo desconcertante de ello es la prohibición de fumar en lugares
publicos bajo el pretexto del daño a los "fumadores pasivos" y cuya
contraparte es la tolerancia que se tiene con las drogas ilegales o los
contaminantes industriales, de los motores de los automoviles o de la
industria textil. La paradoja de este enredo es que usted puede ser
multado por fumarse un cigarrillo y es probable que cobre una pensión si
tiene un diagnóstico de cocainomania.
3.-Todo parece indicar que
ha habido un corrimiento de escenas con carga moral, una vez abolidos el
sexo, el alcohol y la comida como vicios eternos del hombre y
desplazados a la biomedicina, es necesario inventar otros símbolos
sagrados que adorar: el culto por lo natural, el aspecto y modificación
del cuerpo por la cirugía o el fitness o el rechazo de las proteinas
animales por impuras parecen haber tomado el relevo a las impurezas de
antaño.
4.- Todo ello tiene consecuencias para el tratamiento de
las desviaciones, aquellos que traspasaron determinados umbrales de
tolerancia en la convivencia social pueden ser etiquetados como enfermos
mentales, adictos, es decir irresponsables, lo que es lo mismo que
decir alienados o inocentes. La mayor parte de los sufrimientos humanos
están bien contabilizados, sin embargo las soluciones que se proponen
para su atención parecen estar desviadas de su epicentro. Asi no es raro
que un problema fundamentalmente moral se despiste en un tratamiento
médico que por supuesto no aporta nada sino irresponsabilidad. En este post podemos ver cuales son las causas del sufrimiento de los humanos y las soluciones que se proponen.
Tambien puede el lector visitar este enlace donde el autor se pregunta ¿Son las adicciones enfermedades cerebrales?
En esta misma entrada deje mi opinión sobre este asunto:
"Lo
que diferencia una enfermedad verdadera de una adicción, es el hecho de
que las enfermedades son espontáneas, es decir suceden más allá de la
voluntad del propio sujeto. Algo que se encuentra bastante alejado de la
“voluntariedad” que manifiestan las adicciones. En cualquier caso se
trata de una “enfermedad” autoinducida lo que la diferencia de las demás
y no sólo eso sino que una adicción supone siempre el quebrantamiento
de un consenso moral: las drogas son ilegales (casi todas) porque el
Estado las ha prohibido por sus efectos adversos y visibles con rapidez,
los que caen en ellas antes de ser enfermos son transgresores de una
norma civica.
Por otro lado el criterio de cambios cerebrales por sí mismo no justifica el calificativo de “enfermedad”.
No
debemos perder de vista que ciertos procesos han sido sometidos a una
“moralización” por ejemplo la prohibición de comer carne en ciertas
religiones o en los vegetarianos, mientras que otras conductas han sido
sometidas a una desmoralización (o una naturalización), significa que
las adicciones han pasado de considerarse “vicios” a considerarse
“enfermedades”. Mi opinión es que al sustraerles la parte moral a este
tipo de conductas les hemos quitado tambien la posibilidad de redimirlas
a través de otra conducta moral. Por ejemplo el alcoholismo se cura a
través de una especie de “religión” como la que proponen las ordenanzas
de “alcoholicos anonimos” que prescriben una supresión del alcohol de
por vida (similar a la que postulan las religiones). En mi opinión estas
técnicas tienen más éxito que las medicas pues devuelven al individuo
cierto control sobre su conducta, mientras que la medicalización de las
mismas tiene un éxito muy relativo y menor".
El tratamiento moral que
inventó Pinel no ha sido explorado lo suficiente por las sociedades
modernas y nos encontramos hoy con que casi cualquier conducta
irrazonable es susceptible de ser catalogada o bien por la psiquiatria o
bien por la medicina en general.
Como si no hubieran otros modos de redimir al hombre de sus errores o de su tendencia a saltarse ciertos limites.
5.-
La proliferación de morales individuales operan descontextualizando la
moral colectiva y los consensos alcanzados sobre las normas colectivas
para hacer de las comunidades entidades laboriosas y cooperativas.
Ciertamente muchas de esas normas eran posiblemente injustas o están
obsoletas por el cambio de mentalidad o los hallazgos de la ciencia o
las normas de higiene, lo que explica que ciertas costumbres sexuales se
hayan generalizado (felación, cunnilingus, coito anal) y hayan perdido
su cualidad defensiva frente al contagio de enfermedades infecciosas.
Actualizar
estas normas parece sensato dado los cambios culturales y sociales que
se han producido al menos en las sociedades avanzadas. Lo paradójico sin
embargo es que pareciera como si una vez que se ha superado un tabú
inútil aparece en otro lugar y con otra forma un tabú similar que vuelve
a imponerse a los demás como una verdad revelada aunque con otros
argumentos distintos a los religiosos.
A propósito de:
8 comentarios:
La voz de Jonathan Haidt es el canto del cisne del conservadurismo. Básicamente defiende que las reticencias conservadoras al experimento liberal contemporáneo están justificadas. La apuesta por la autonomía del individuo en sus relaciones comerciales y políticas erosiona el sustrato comunitarista de la moral. Haidt habla de los motivos del conservadurismo como si no fueran suyos, como un espectador neutral, pero no hace sino justificarlos. En mi opinión, participa de la desazón conservadora ante la inevitable consecuencia de esta aventura cultural y política: La acelerada complejidad y diversidad de las sociedades cosmopolitas. Y por el motivo que él mismo indica. La vecindad con lo plural pone a prueba todas tus repugnancias.
Acabo de leer el artículo que enlazas de Leon Kass. Si el de Haidt es un conservadurismo disimulado, el de Kass es explícito.
Pues si son conservadores estan equivocados sin duda.
Yo creo, Masgüel, que Jonathan Haidt es liberal (en el sentido americáno del término). Precisamente lo que defienden los allí llamados libertarios o a veces, paradójicamente, ultraconservadores, es la autonomía de los individuos en sus relaciones comerciales y políticas. Lo hacen hasta extremos que erosionan la institución estatal hasta reducirla al polvo en sus versiones más extremas. Se considera al Estado como fuente de gran parte de los males de las comunidades como monopolista de la fuerza y como poseedor del Rayo Jupiteríno de las leyes y regulaciones, que ellos consideran constriñen las libertades de los agentes para el comercio y en general, para la vida.
Autores literarios, pero bastante formados científicamente, del otro lado del charco, y bastante "neutrales" al estilo de Haidt, como Houellebecq, defienden una idea parecida, que el individualismo moderno erosiona la comunidad, y en definitiva tiende a destruir la sociedad, poco a poco, subterráneamente.
Yo pienso que no. Nuestra naturaleza no va a cambiar. Tal individualismo desaparece ante la necesidad, y la necesidad jamás desaparecerá. "Autonomía" es un palabro que no refleja más que la total falta de comprensión de nuestra naturaleza social, y que puede conducir a más de uno al abismo de la soledad o a una vida social llena de altibajos desequilibrantes. Puede usarse con moderación, pero yo no la prescribiría en una consulta médica.
Los cambios que se están produciendo en el mundo, estoy de acuerdo, son enormes y apabullantes. Pueden dar miedo. Es natural, también. Buscamos predecibilidad, y esto que pasa nos lleva hacia la incertidumbre permanente. Pero eso no está empujado por "fuerzas del progreso", sino por la tecnología, las pujantes naciones que se industrializan a toda velocidad y el comercio y movimiento de personas global a un nivel jamás visto en nuestra especie (única, por cierto, que está en todas partes, aparte de ciertos olvidados microorganismos). El sueño liberal "europeo" se está convirtiendo en una pesadilla, y ahora resulta que es preciso algún dique que pare, aunque sea parcialmente, este desbordamiento: quizás rayos jupiterinos de leyes y regulaciones, quizás equilibrios de fuerzas menos inestables. Ya lo veremos. Pero el mundo es más impredecible que nunca.
Por cierto, voy a escribir a Haidt.
Aclaro un punto, porque puede ser confuso. Digo que Haidt es liberal para a continuación hablar de los libertarios. En realidad son dos grupos distintos y, digamos, radicalmente opuestos. Los libertarios de allí son la expresión extrema de los liberales de aquí en Europa.
Soy un poco injusto con Haidt. Él se define como liberal y ateo. Yo estoy de acuerdo con su propuesta de tratar la religión y la moral como formas de organización social. Se trata de atender a su función, no al conjunto de creencias que cada cultura inventa para satisfacerla. También estoy de acuerdo en que el contractualismo liberal deja de lado aspectos que son muy importantes en las sociedades basadas en el comunitarismo moral. Y él mismo no considera que esto sea un problema. Dice: "My conclusion is not that secular liberal societies should be made more religious and conservative in a utilitarian bid to increase happiness, charity, longevity, and social capital. Too many valuable rights would be at risk, too many people would be excluded, and societies are so complex that it's impossible to do such social engineering and get only what you bargained for. My point is just that every longstanding ideology and way of life contains some wisdom, some insights into ways of suppressing selfishness, enhancing cooperation, and ultimately enhancing human flourishing." El problema es que su acertado diagnóstico sirve de munición a las propuestas terapéuticas del conservadurismo más rancio, que solo ve vicio y corrupción moral en la aventura liberal. Así, Leon Kass, utiliza el recurso a la repugnancia, a la moral de las tripas como garante de la cohesión social, para justificar su oposión al aborto, la investigación con células madre embrionarias o la clonación humana.
El problema no es que haya liberales o libertarios o conservadores o tea partys, el problema es que están los "beatos" por un lado y los "progres" por otro, precisamente lo que dice Haidt es que vale la pena escuchar los argumentos de los demás, incluyendoa Kass. Personalmente no soy ni una cosa ni otra pero este continuo zarandeo entre "progres" y "beatos" a mi me tiene hasta los eggs. Hace algun tiempo publiqué esto sobre el aborto que creo viene a cuento porque el disenso sobre este tema se traduce en una nueva ley que viene a hacer buena a la anterior:
http://carmesi.wordpress.com/2010/01/10/o-aborto-u-orfanato/
Efectivamente la distinción entre liberales y libertarios no venía a cuento. Haidt trata extensamente, y si te tiene hasta los eggs, díselo a él, la distinción entre liberales y conservadores de acuerdo a su esquema de dimensiones éticas. Dice que el contractualismo liberal atiende en exclusiva a los dos primeros, mientras el conservadurismo moral atiende a las cinco. También añade, quizá para disgusto de quien quien, como Kass, pretenda justificar sus miedos en "la sabiduría de las emociones morales", que entender los motivos del conservadurismo precisa tener en cuenta esas dimesiones éticas del comunitarismo moral, no que haya que compartirlos o que sus recetas sean deseables para las sociedades liberales contemporáneas.
P.D. Tampoco viene a cuento, pero he leído la entrada que enlazas y no estoy de acuerdo con ninguna de tus objeciones a "los pro-elección". Pero podemos dejar el tema para cuando sí venga a cuento.
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