viernes, noviembre 18, 2022

La Psicología evolucionista: ¿genera predicciones fuertes o es una sarta de narrativas ad hoc? Por Laith Al-Shawaf


Este ensayo forma parte de una serie dedicada al valor del enfoque evolucionista en psicología.

La parte 1 aclara siete errores de concepto sobre la psicología evolucionista (en inglés / en español).

La parte 2 muestra por qué el enfoque evolucionista es necesario para una ciencia completa de la mente (en inglés / en español).

Y la parte 3 (este ensayo) sirve para ilustrar cómo el enfoque evolucionista nos conduce a nuevos descubrimientos.

No es preciso leer la serie en orden secuencial.


Un tópico muy común en ciencias sociales es que las hipótesis psicológicas evolucionistas son "narrativas ad hoc".  Por increíble que parezca no se suele aportar ninguna prueba de semejante afirmación, por el contrario, ésta se mantiene sin más. El quid de la acusación está en que las hipótesis evolucionistas se presupone que son relatos convenientes que los investigadores elaboran a posteriori para que concuerden con las observaciones existentes. Pero ¿es esto cierto?

Preguntémonos: ¿Llevan los enfoques evolucionistas a nuevas predicciones? ¿Y conducen a nuevos descubrimientos?

La realidad es que la evidencia apunta a que los enfoques evolucionistas generan un gran número de nuevas predicciones y nuevos descubrimientos sobre la mente humana. Para sostener esta afirmación, tenemos los descubrimientos que relacionamos en este ensayo, que fueron predichos a priori por el razonamiento evolucionista, esto es: las predicciones se hicieron antes de que los estudios fueran realizados. En consecuencia, no pueden ser historias post-hoc inventadas para ajustarse a unos datos ya existentes.


Sobre la ira


Pongamos por caso, la ira. Una teoría de psicología evolucionista sugiere que la ira habría evolucionado como una táctica de negociación para persuadir a los demás de que uno debía recibir un trato mejor. Al sentir que alguien no valora lo suficiente el bienestar de uno, este se enfada en un intento (inconsciente) de convencer al otro de que ponga más énfasis en su bienestar. En un lenguaje teórico, intenta que actualicen el "ratio de compensación de bienestar" hacia él -cuánto valoran su bienestar en relación con el propio- y le traten mejor en el futuro.

Para nuestro propósito, esta teoría es interesante porque hace predicciones claras a priori sobre (1) los factores que desencadenarán una mayor ira en las víctimas de malos tratos, y (2) el modo en que la parte culpable tratará de apaciguar a la víctima.


Contextos que desencadenan la ira


Cuando alguien sufre un agravio, ¿qué circunstancias deberían despertar una mayor ira? De acuerdo con la teoría, debieran ser aquellas circunstancias en las que más claro resulta que la parte culpable del agravio no repara en el bienestar del agraviado. El caso más evidente y conmovedor se da cuando el culpable sabe exactamente a quién perjudica, inflige un gran coste a su víctima y apenas obtiene beneficio de sus actos. Dicho de otra forma, la teoría predice que las víctimas se enfadarán más (1) cuando sean el objetivo específico del culpable, (2) cuando más hayan sufrido y (3) cuando el culpable sólo se haya beneficiado ligeramente.

Obsérvese lo contraintuitivo de la última predicción: ¡las víctimas estarán menos enfadadas cuanto más se haya beneficiado quien les ha perjudicado! Esta predicción resulta desconcertante, pero se desprende de la teoría evolucionista de la ira. 

Si el culpable no saca mucho con perjudicar a otro significa que está dispuesto a hacerle daño incluso por un pequeño beneficio, lo que implica que se preocupa por él incluso menos que si estuviera dispuesto a dañarle a cambio de un gran beneficio personal. En términos teóricos "tiene una peor relación de compensación de bienestar hacia él". Tal y como se predijo, los experimentos llevados a cabo sobre esta cuestión en seis culturas distintas demuestran que estas circunstancias son precisamente las que desencadenan la mayor ira en las víctimas.


La naturaleza de la disculpa del culpable


Esta teoría también hace intrigantes predicciones a priori sobre las disculpas del culpable. Predice que los culpables tratarán de aplacar la ira de las víctimas alegando (1) que no tenían por objetivo específico a  la víctima (por ejemplo, si estaban gastando una broma a un grupo de personas, no sabían quién sería su víctima en particular), (2) que pensaban que para la víctima el coste sería bajo, y (3) que para ellos era elevado el beneficio obtenido.

Como en el caso anterior, esta teoría evolucionista generó estas predicciones a priori, y como antes, las tres predicciones resultaron respaldadas por experimentos transculturales.  

Presten atención de nuevo a lo sorprendentemente contraintuitiva que es la última predicción: cuando intentan calmar la ira de sus víctimas, los culpables les aseguran que obtuvieron mucho de su fechoría. Este tipo de disculpa parece una broma; parece violentar el sentido común. Pero se predijo a priori de acuerdo con una clara lógica evolucionista y fue posteriormente respaldada por los datos. E igual que los otros hallazgos, también era algo por completo desconocido antes de que se realizaran los experimentos. Es todo lo contrario a una narrativa ad hoc.


Sobre el asco

No es sólo la ira, desde luego: las teorías evolucionistas disponen de un poder predictivo similar en otras áreas de la psicología.

Consideremos ahora las siguientes predicciones evolutivas sobre el asco, todas ellas realizadas a priori: 1) el asco se desencadenará con mayor fuerza en la gente frente a objetos ante cuya exposición exista un mayor riesgo de contraer una infección, 2) en el embarazo, las mujeres sentirán más asco durante el primer trimestre en comparación con el segundo y el tercero, 3) las personas que desde su nacimiento hayan vivido en las regiones del mundo con la mayor incidencia de enfermedades infecciosas serán menos extravertidas, menos abiertas a nuevas experiencias y estarán menos interesadas en el apareamiento ocasional a corto plazo que aquellos  otros que desarrollen sus vidas en regiones relativamente libres de patógenos, 4) las diferencias transculturales en la prevalencia de patógenos predecirán las diferencias transculturales en la mentalidad individualista-colectivista, 5) aquellas personas con una mayor propensión a las relaciones casuales sentirán menos el asco, 6) si se le provoca experimentalmente a un probando la sensación de asco, este verá reducido su interés por apareamientos casuales, 7) la gente sentirá menos asco hacia su propia descendencia (y los desechos corporales de ésta) que hacia la de otros (y sus correspondientes deshechos) y 8) si se le expone a las personas la amenaza de una enfermedad, esto producirá una serie de cambios psicológicos y fisiológicos en ellos que reducirán la probabilidad de infección, entre otros a) la liberación de citoquinas proinflamatorias, b) el retraimiento conductual, c) la disminución temporal de la apertura a nuevas experiencias y d) la reducción del deseo de relacionarse con las personas. Todas estas predicciones se generaron antes de comprobarse los hechos, sobre la base de un razonamiento evolutivo, y todas fueron posteriormente apoyadas por los datos.

Nótese que algunos de estos descubrimientos probablemente podrían haberse predicho sin el razonamiento evolutivo. Pero para otros habría sido más difícil. Y para otros hubiera resultado casi imposible.

Pero lo más destacable aquí es que en ninguno de estos ejemplos se observa que se haya inventado una explicación evolutiva a posteriori para ajustarse a los datos existentes.

En todos estos casos, el razonamiento evolutivo se utiliza para generar una nueva hipótesis, y esta hipótesis se pone a prueba, dando lugar a nuevos hallazgos. En otras palabras, no pasamos de observaciones conocidas a -> explicaciones post hoc convenientes, sino que pasamos del razonamiento evolutivo a -> nuevas predicciones a priori que se ponen a prueba y que conducen a -> nuevos descubrimientos sobre fenómenos previamente desconocidos.

Fíjense en cómo la evidencia anterior entra en conflicto con la alegación "ad hoc". El quid de la acusación de "ad hoc" se encuentra en la idea de que las hipótesis evolutivas son historias que suenan plausibles y que los investigadores inventan a posteriori para que concuerden con las observaciones conocidas. Pero los ejemplos expuestos en este ensayo -que son bastante comunes- demuestran que esa acusación carece lamentablemente de fundamento. Las hipótesis evolutivas en psicología se juegan el cuello, haciendo predicciones claras a priori que luego se ponen a prueba y se rechazan o se apoyan con las pruebas.

Por estas razones, cuando se acusa repetidamente al campo de la psicología de hacer narrativas ad hoc, aquellos que están familiarizados con su literatura básica tienen la sensación de hallarse en un espeluznante "mundo bizarro". Tienen pruebas de primera mano precisamente de todo lo contrario: la teoría evolutiva es deslumbrante por la amplitud y precisión de las novedosas predicciones que genera sobre la psicología humana. Muchos de los que hemos estudiado tanto los enfoques tradicionales como los evolutivos de la psicología adoptamos estos últimos en nuestras investigaciones precisamente por su mayor poder de predicción.

Los miembros más inflexibles del coro de los que entonan el canto del "ad hoc" no se dejarán disuadir, y a veces intentarán una variante diferente del argumento: las hipótesis psicológicas evolucionistas deben ser narrativas ad hoc porque es imposible diferenciar una adaptación (algo que evolucionó porque cumple una función biológica) de un subproducto (un mero efecto secundario de una adaptación). Pero este argumento adolece de dos graves errores:

En primer lugar, aunque todas las inferencias y conclusiones en la ciencia deben ser siempre provisionales y estar abiertas a la revisión, existen criterios probatorios para diferenciar las adaptaciones de los subproductos. Pueden leer sobre ellos aquí, aquí, aquí, aquí, aquí y aquí.

En segundo lugar, este argumento se basa en la idea errónea de que toda la investigación evolutiva se centra en decidir qué es y qué no es una adaptación. En realidad, no es así; gran parte de la investigación en psicología evolucionista consiste, en cambio, en emplear el pensamiento evolucionista para generar nuevas predicciones a priori y hacer nuevos descubrimientos sobre la mente, como hemos mostrado en este ensayo. En este tipo de investigación a priori y basada en la teoría se hace hincapié en (1) formular nuevas preguntas, (2) generar nuevas predicciones y (3) hacer nuevos descubrimientos, y no en hacer declaraciones definitivas sobre si algo es o no una adaptación. Muchos de los estudios citados y enlazados en este ensayo utilizan el razonamiento evolutivo para generar nuevas predicciones, y luego ponen a prueba esas predicciones y hacen nuevos descubrimientos sobre el funcionamiento de la mente, a veces apoyando y a veces refutando las hipótesis originales. Pero a menudo no pretenden responder de forma concluyente a la pregunta "¿es una adaptación o un subproducto?". En algunos casos, ni siquiera se plantean la pregunta.


Teoría de la gestión de errores

Un ejemplo final de la capacidad de predicción del pensamiento evolucionista procede de la Teoría de la Gestión de Errores, que se centra en la evolución de los sesgos cognitivos.La Teoría de la Gestión de Errores sugiere que, en los escenarios de toma de decisiones, se pueden cometer dos posibles tipos de error: un error de tipo I (un falso positivo) o un error de tipo II (un falso negativo). Si un tipo de error es más costoso que el otro, y esta asimetría de costes se repite a lo largo del tiempo evolutivo, entonces la especie en cuestión desarrollará mecanismos neurocognitivos que se inclinen adaptativamente a cometer el error más seguro. Dicho de otro modo, los cerebros de los animales funcionan según una lógica similar a la de las alarmas de incendio diseñadas por los seres humanos: están estructurados para bascular hacia el error menos costoso porque esto minimiza la probabilidad de cometer el error más catastrófico.

Esta sencilla teoría evolucionista nos lleva a nuevos descubrimientos en áreas como la cognición social, la percepción visual y auditiva y la función inmunitaria.

Por ejemplo, la teoría predice que cuando las personas miran al suelo desde un punto elevado, como una colina empinada, sobrestimarán sistemáticamente su distancia al suelo, porque esto es más seguro que subestimarla, algo que podría llevar a una falta de precaución y a una caída letal. Esta predicción está verificada por los datos, al igual que la predicción suplementaria de que este sesgo de estimación de la altura se atenuará cuando la gente esté mirando hacia un precipicio desde abajo (porque no es tan peligroso cuando se está abajo), así como la predicción a priori notablemente precisa de que el sesgo de sobreestimación de la altura se aplicará a la verticalidad ambiental, pero no a la verticalidad retiniana (porque sólo la verticalidad ambiental está relacionada con el riesgo de caída). Debemos nuestro conocimiento de estos fascinantes descubrimientos al razonamiento evolutivo que condujo a estas predicciones -predicciones que no existían antes de que los investigadores pensaran en abordar el problema desde una perspectiva explícitamente evolucionista.

La lógica de la Teoría de la Gestión de Errores también predice que las mujeres heterosexuales, en promedio, mostrarán un "sesgo de escepticismo sobre el compromiso".

La idea es que, por término medio, sobrestimar la intención de compromiso de un pretendiente era más costoso para nuestros ancestros homininos que subestimarla, por lo que la teoría predice que las mujeres modernas mostrarán un sesgo medio hacia la subestimación de la intención de compromiso de los potenciales compañeros. Los datos confirman esta predicción a priori, al igual que la predicción complementaria de que las mujeres posmenopáusicas no presentarán este sesgo. Se necesitan más datos para poner a prueba esta predicción en diferentes culturas y para averiguar qué contextos aumentan o disminuyen el sesgo (o lo anulan o invierten), pero los resultados iniciales parecen prometedores hasta ahora.

Siguiente: la lógica de la gestión de errores predice que mostraremos un sesgo auditivo de anticipación. En concreto, la teoría sugiere que percibiremos que los sonidos que se acercan están más cerca de lo que realmente están, y que llegan más rápido de lo que realmente lo hacen. Esto se debe a que el error más seguro es estar preparado prematuramente para un peligro que se aproxima, antes de que sea demasiado tarde. De hecho, los estudios demuestran que los seres humanos muestran este sesgo auditivo de aproximación, al igual que los monos.

Los estudios también confirman que, tal y como se predijo, percibimos los sonidos que se acercan como si estuvieran más cerca que los sonidos equidistantes que se alejan.

La misma teoría también predice que las personas perciben que los sonidos que se acercan se mueven más rápidamente que los que se alejan, aun cuando en realidad se estén moviendo a la misma velocidad. Los datos también confirman esta predicción.

Esta teoría también permite hacer una nueva predicción sobre las diferencias de sexo en el sesgo auditivo de anticipación, así como a una predicción adicional sobre lo que ocurre cuando se presentan a las personas los sonidos de diferentes tipos de vocalizaciones infantiles (risa frente a llanto), ambas confirmadas por los datos.

Por último, los individuos con peores condiciones físicas necesitarán más tiempo para escapar de una amenaza que se aproxima, por lo que tienen un sesgo auditivo más pronunciado que los individuos con mejores condiciones físicas, exactamente como predice la teoría.

A estas alturas, el lector se habrá dado perfecta cuenta de que muchos de estos resultados son contrarios a la intuición y no el tipo de resultado que se podría predecir a partir del sentido común. Pues bien, algunos, quizá incluso la mayoría de estos resultados, habrían quedado sin descubrir si no fuese por el razonamiento evolucionista que generó las hipótesis en primer lugar. E incluso si de alguna manera esa afirmación fuera incorrecta, lo que sí es completamente inequívoco es esto: que estas hipótesis se generaron a priori y luego llevaron a nuevos descubrimientos sobre el funcionamiento de la mente. Definitivamente, no implicaron trabajar hacia atrás a partir de los datos existentes hasta llegar a una narrativa de historias convenientes.

Con frecuencia, el énfasis de la psicología evolucionista no se pone en observar un fenómeno ya conocido y luego trabajar hacia atrás, creando una historia sobre cómo pudiera ser una adaptación. Por el contrario, a menudo se hace hincapié en lo contrario: utilizar el razonamiento evolutivo a priori para sugerir la existencia de nuevos fenómenos no descubiertos previamente, y luego salir a comprobar la existencia de esos fenómenos. Este último proceso (1) conduce a nuevos descubrimientos, y (2) no implica trabajar hacia atrás partiendo de los datos para llegar a la historia. Por tanto, es exactamente lo contrario de la narrativa de historias ad hoc.

Es importante destacar que los ejemplos de este ensayo representan sólo una pequeña fracción del total de ejemplos disponibles; ni siquiera se aproximan en número y  amplitud a los existentes de nuevas predicciones evolucionistas sobre la psicología que posteriormente han sido confirmadas por los datos.


La lista es larga, y sigue creciendo

Los detractores del enfoque evolucionista a menudo exigen ver "un ejemplo" de una situación en la que el pensamiento evolucionista generó una predicción a priori que condujo a un nuevo descubrimiento sobre la mente humana. Según mis cálculos, este solo ensayo ha presentado hasta ahora 26 o 27 ejemplos de este tipo.

Realmente, nada hay de especial en las tres teorías que he elegido (la de la ira, la del asco y la de gestión de errores) y en los descubrimientos que han producido. Otros etudios habrían hecho un trabajo igualmente bueno como ilustración del notable poder de predicción del pensamiento evolutivo en las ciencias sociales.

Por ejemplo, podríamos haber discutido sobre cómo el pensamiento evolucionista nos encamina a nuevas predicciones sobre el orgullo, la vergüenza, el hambre, la gratitud, los celos, las preferencias políticas por los líderes, los universales en las preferencias de pareja, las diferencias culturales en las estrategias de emparejamiento, la reputación, el sentimiento punitivo hacia los criminales, el voluntariado caritativo, el apoyo a la redistribución económica, la moralización de las personas que optan por los bienes públicos, el "borrado" de la razanuestra capacidad para resolver problemas matemáticos enmarcados en términos de frecuencia frente a probabilidad, qué tipo de condiciones mejoran nuestras inferencias estadísticas, nuestra capacidad para detectar a los infractores de los contratos sociales, a quiénes se parecen los recién nacidos, qué rasgos psicológicos pueden acompañar a la enfermedad y la variación cultural teóricamente prevista en el grado en que la gente valora el atractivo físico, por nombrar unos pocos.

En cada uno de estos casos, los investigadores utilizaron el pensamiento evolucionista para generar y poner a prueba nuevas predicciones sobre la mente humana, lo que después condujo a nuevos descubrimientos. 

Un conocimiento razonable de la literatura muestra que, muy lejos de estar plagada de narrativas ad hoc y de invenciones a posteriori, en sus enfoques evolucionistas ofrece en realidad una generación fluida y prolífica de predicciones a priori inusual en psicología.

Es razonable preguntarse por qué los enfoques evolucionistas de la psicología tienen tanto acierto en sus predicciones. Un breve e incompleto recuento sugiere que se debe, en parte, a que el pensamiento evolucionista reduce el área de búsqueda al insistir en la consiliencia con la biología, descartando así las hipótesis que violan los principios básicos de la teoría evolutiva; en parte también a que la teoría evolutiva ha sido elaborada con suficiente detalle como para que derivar predicciones de esta sea más fácil que hacerlo de teorías menos especificadas; y en parte, a que los enfoques evolucionistas ofrecen a los investigadores herramientas conceptuales-metodológicas útiles, como el "análisis de tareas", que es muy adecuado para generar predicciones novedosas sobre la psicología y el comportamiento humanos. Esta cuestión probablemente merezca un debate específico en otro lugar.

Merece la pena señalar que alguien interesado en atacar el campo de la psicología evolucionista siempre puede incurrir en la falacia de la evidencia incompleta, seleccionando como ejemplo de estudios aquellos más flojos, del mismo modo que alguien interesado en mostrar los éxitos de la psicología evolucionista puede escoger los estudios más sólidos. Frente a este impasse hay dos formas de proceder con sentido. La primera: podemos evaluar la calidad media de los estudios en el campo. El problema con este enfoque es que la mayoría de los observadores casuales, los legos inteligentes y los científicos sociales no han leído un par de cientos de artículos de psicología evolucionista como para tomar una decisión informada sobre la calidad media, y a menudo tampoco han leído un par de cientos de artículos en cada uno de los campos de la psicología social, la psicología del desarrollo y la psicología de la personalidad para hacer comparaciones razonables. 

Lo que nos queda y que puede ser abordado en un ensayo como éste, por lectores que no están necesariamente inmersos en las diversas ramas de la psicología, es una evaluación de principio: ¿tiene la psicología evolucionista un problema inherente con las narrativas ad hoc por el hecho de ser evolucionistas? Este ensayo ha reunido docenas de ejemplos para mostrar que, como mínimo, la psicología evolucionista no es inherentemente propensa a las narrativas ad hoc, y de hecho genera una plétora de nuevas predicciones a priori que posteriormente se convierten en nuevos descubrimientos sobre el funcionamiento de la mente. Las afirmaciones en contra se suelen hacer sin pruebas que las respalden y se presumen "obviamente" o necesariamente ciertas, normalmente sin argumentos.

Para un análisis cualitativamente diferente que no se centre en ejemplos concretos, sino en la razón por la que la gente persiste en cometer este error, véase el concepto erróneo nº 7 de este ensayo.


Conclusion 

La psicología evolucionista es imperfecta e incompleta: es una ciencia joven, que todavía está en sus primeros años. Sin duda alguna tiene margen de mejora. Pero, al igual que muchas otras ciencias, se ha ido perfeccionando y aumentando su precisión y sus matices con el paso del tiempo, una tendencia positiva que podemos esperar que continúe. Por desgracia, una gran parte de la resistencia actual a este campo no se basa en una evaluación informada de sus deficiencias, sino en malentendidos. Y no le sorprenderá saber que las críticas basadas en errores de concepto a menudo no dan en el clavo.

El argumento central de este ensayo ha sido que los enfoques evolucionistas nos guían hacia un número impresionante de nuevos descubrimientos sobre la mente humana, desmintiendo la opinión no por popular mejor informada, de que están plagados de cuentos. La mayoría de la gente está de acuerdo en que hacer nuevos descubrimientos es una de las tareas más importantes de la ciencia, y quizás incluso la principal. Según esta métrica, la psicología evolutiva ya es una evidente historia de éxito.

Pero la historia tiene también otras facetas. Más allá de los nuevos descubrimientos, los enfoques evolucionistas de la psicología tienen muchas otras virtudes científicas bien conocidas asociadas a un paradigma teórico sólido: explican hallazgos existentes que serían desconcertantes sin la luz de la evolución, apuntan a nuevas preguntas que antes ni habíamos pensado en plantearnos, integran hallazgos dispares existentes en un marco teórico coherente, construyen puentes conceptuales entre las ciencias sociales y las biológicas, y derivan en aplicaciones prácticas en campos como la educación, la medicina y la salud mental. Los próximos ensayos se centrarán en estas contribuciones adicionales.


Posdata

Si está interesado en leer más sobre la idea de las narrativas ad hoc, puede consultar esta breve entrada de la enciclopedia del preeminente etólogo John Alcock, este influyente artículo sobre las promesas y limitaciones de la psicología evolucionista, este ensayo sobre los errores de concepto que rodean a la psicología evolucionista (especialmente los errores de concepto #6 y #7), este artículo sobre cómo estudiar las adaptaciones y exaptaciones en psicología, este capítulo sobre las adaptaciones y subproductos en psicología, y este artículo sobre cómo aplicar los principios evolucionistas a la investigación psicológica de forma rigurosa -incluyendo cómo evitar incurrir en narrativas ad hoc.


Ensayo publicado originalmente en inglés en Areo Magazine.


Evolutionary Psychology: Predictively Powerful or Riddled with Just-So Stories?

Casualmente he encontrado otra traducción al castellano de este ensayo. Aquí dejo el enlace por si quieren leerla.


El Dr. Laith Al-Shawaf es profesor asociado del Departamento de Psicología de la Universidad de Colorado, en Colorado Springs. Antes de trasladarse a Estados Unidos, fue docente en una universidad de lengua inglesa en Turquía y fue becario visitante en el Instituto de Estudios Avanzados de Berlín. Laith ha sido premiado tanto por su investigación como por su labor docente. Es miembro de la Academia Árabe-Alemana de Jóvenes (AGYA) y asesor académico principal del Centro de Investigación de Cognición Social Aplicada (CASCR) del Líbano. Puede encontrar sus escritos populares aquí, y puede encontrarlo en Twitter aquí.

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